El día de su boda fue horrible, el resto de su vida junto a ese hombre lo sería aún más. Sin importar cuántas veces le jurara su amor, nunca iba a perdonarlo. Nunca iba a dejar de odiarlo.
Leer másKairi entró a la oficina de su consejero, donde había dejado a Tadeus Theodore para que descansara mientras iba a cambiarse y a dejar a sus hijos con alguien más capaz que un niño de quince años así ya poder conversar con más tranquilidad.Su mente aún estaba hecha un revoltijo por la breve explicación que el hombre había hecho para informarla sobre sus motivos para estar en el palacio de su reino a esta hora y con este clima, y con Orion, el caballo de su esposo. No podía dejar de preguntarse… ¿Por qué? ¿Por qué su esposo estaba en la cárcel? ¿Había hecho algo malo? No quería creerlo.—Majestad, veo que ya ha regresado —señaló su consejero con un humor insoportablemente alegre—. Y en un muy buen momento, si me permite agregar, trajeron el té hace cinco minutos y ya está a la temperatura ideal.— sorbió un poco de su taza para luego lanzar un exagerado suspiro de apreciación—. Absolutamente delicioso —alabó.—Oh, cierra la boca, Lord Shawn.— Kairi rodó los ojos y tomó asiento junto a s
Se despertó cuando el sol apenas estaba ocultándose en el horizonte sintiendo una mano acariciando con ternura su mejilla, una sensación que se le hizo familiar. —¿Tristan? —susurró esperanzada, oyendo una pequeña risa baja llena de ternura.—Ya nos gustaría, querida. —Suspiró al reconocer la voz de Meredith, que era una extraña mezcla entre tristeza y alegría—. Pero ya, ya tienes que levantarte. ¿No quieres conocer a tu pequeño Kith?—¿Kith? —Abrió los ojos débilmente, con mucha dificultad.—Hiciste un gran trabajo, querida. —Le acarició un lado de la cabeza con ternura—. Tuviste un hermoso niñito saludable. —Los ojos se le llenaron de lágrimas. ¿Así que tuvo un niño? Qué alegría, un hermanito para su Shiry. —Umm… Lamentamos haberlo nombrado en tu lugar. —Sonrió a modo de disculpa—. Pero en realidad fue cosa de Shiry. Estábamos diciendo nombres con "K", tu inicial, para el pequeño, y Neid dijo el nombre e insistió un poco para convencernos, y entonces Shiry no dejó de decirlo y an
Al día siguiente, Kairi y Kenny se pidieron disculpas mutuamente por lo que había pasado, él por decir que su marido quizás estuviera muerto y ella por haberlo abofeteado. Kairi se sintió especialmente mal por haber abofeteado a su mejor amigo, que siempre fue un chico tan dulce y bondadoso, pero él le aseguró que no se preocupara y que de todos modos aquello había servido para que Nita cuidara de su mejilla inflamada no solo con métodos medicinales, sino que también dándole un beso en la mejilla. Por primera vez, Kenny le admitió estar enamorado de la enfermera Nita. Los días siguieron pasando, pasando y pasando, la búsqueda no daba frutos y ella solo podía llorar y extrañar a Tristan.Lloró de manera inconsolable cuando llegó el cumpleaños número veinticinco de su marido idiota, sobre todo porque seguían sin siquiera tener una pequeña pista de dónde podría estar. Estaba tan devastada por la fecha y el invierno y la nieve que hasta no tuvo fuerzas para asistir a la celebración de
Su familia pasó un tiempo más en Lennox, discutiendo algunas cosas y planeando próximos encuentros, antes de que todos ellos se decidieran a partir antes del anochecer, puesto que de antemano les había prometido que solo deseaba una cena para charlar y su padre tenía un reino que atender y su hermano una familia que cuidar, aunque claro que solo se fueron una vez ella les aseguró una y mil veces que iba a estar bien y cualquier cosa se los comunicaría.Su padre se había ido también prometiéndole que iba a buscar a su marido, y que si lo encontraba le daría un buen sermón sobre cómo hacer feliz a su esposa, y que también final y verdaderamente le iba a dar su bendición ahora que sabía que ella lo amaba igual.Luego de aquello decidió enviar una carta a Elvia solicitando su presencia para darle la noticia personalmente suponiendo que así se pondría aún más contenta, y no supuso mal. El rostro triste y nostálgico de su cuñada de repente se iluminó por completo y chilló y la abrazó y les
Ahora que estaba embarazada otra vez, Kairi consideraba que esta sería una buena oportunidad para finalmente decirle a su padre y a sus hermanos que su esposo la había abandonado y pedirles que la ayudaran a buscarlo en los reinos, empezando por revisar el suyo propio, no creía que hubiera ido allí, pero no estaba de más asegurarse. No había querido decir algo tan serio por cartas así que estaba esperando la ocasión ideal para invitarlos a Lennox o ir ella a Ekinoccia y contárselos personalmente, ahora con la noticia del embarazo al menos podría suavizar el golpe a su familia y calmar las ansias de matar al rey que sabría que iban a tener, en especial su hermano.Pero primero tendría que lidiar con dar la noticia allí en su palacio… y a la últimamente muy histérica Meredith.Reunió a todos en la cena de aquella noche, sentando a su hijita en una silla alta a su lado y permitiéndole a Jair sentarse en su otro lado, feliz de haberlo convencido de cenar con todos ese día pese a que aye
Se reunió con un grupo de unos cincuenta soldados voluntarios más o menos, y ella se decidió a tener una pequeña charla con ellos antes de que fueran enviados a diferentes ciudades para buscar al rey. Habría varios grupos de muchos soldados buscando a su rey, este era el más pequeño, pero también era de puros hombres que se ofrecieron voluntariamente en vez de ser obligados por órdenes, así que quiso verlos personalmente. La idea era que cada grupo fuera a cada ciudad en cada reino, desde los más cercanos a los más lejanos, pero no buscando una sola vez, sino que siguiendo rutas y a veces incluso volviendo sobre sus pasos, yendo de ciudad en ciudad, siguiendo un elaborado plan de Lord Shawn, por lo que estos soldados podrían estar fuera por semanas a menos que se retiraran, y ella quería motivarlos un poco.—Como todos ya sabrán, nuestro rey se ha fugado del palacio aproximadamente un mes atrás. —Antes, la sola mención de aquello la hacía estar al borde de las lágrimas, pero ahora s
Medio recostada en la cama real mientras bebía un té que Kenny le había hecho para que se tranquilizara, Kairi oyó de Nita la noticia de que Meredith ya había regresado al reino junto con la princesita Shiry y estaban subiendo a verla. Nadie había querido decirle lo que pasó con el rey, así que tendría que contárselo ella misma. No es que quisiera, pero ya le daba un poco igual. Todo le daba igual. Ahora solo le quedaba Shiry. —¡Kairi, querida! ¿Quieres decirme por qué todos aquí traen esa cara de funeral? —La siempre alegre Meredith entró al lugar con el rostro lleno de preocupación mal disimulada, angustiándose aún más al verla en cama con el rostro enrojecido del llanto y los rastros de lágrimas, aun temblando, aunque en comparación a como estaba antes ya se encontraba mucho mejor—. Querida, ¿qué te pasó? ¿Qué…?—Mere, finalmente te encuentro. —Neid ingresó a la habitación detrás de su esposa, colocando las manos en sus hombros—. Tengo que hablar contigo, deja a nuestra querida
No supo cuántas veces gritaron el nombre del otro esa noche, no pudo contar cuántos besos fueron los que compartieron, ni todas las caricias, ni todas las veces que la hizo ver las estrellas con los ojos cerrados. Ella casi no fue consciente de nada, nada que no fuera el placer, y su amor. Incluso, luego de dormir un par de horas, volvieron a despertarse y su primer impulso fue volver a amarse y volver a entregarse al placer. Finalmente, el cansancio los golpeó con fuerza otra vez, luego de dos o tal vez tres veces más de hacer el amor, y ella se encontró recostada sobre su pecho con sus ojos entrecerrados, a un pelo de dormirse. Estaba demasiado cansada, pero aun así no se permitió dormirse. No, primero había algo que debía y necesitaba decirle.Como pudo, se arrastró por sobre su cuerpo hasta que finalmente logró unir sus labios en un último beso.—Te amo, Tristan —confesó felizmente.Notó sus ojos abrirse enormemente, pasmados e incrédulos, como si hubiera esfumado su cansancio c
Tristan la empujó contra la cama y se subió encima de ella, comenzando a lamer lascivamente su cuello mientras guiaba las manos a sus pechos, ahuecándolos. Masajeó uno de sus pechos con una mano y la otra la bajó lentamente por la curva de su cintura hasta llegar a sus muslos, recorriendo la piel sensible de su muslo interno antes de llegar a donde quería.Sus dedos bailaron por sus labios vaginales, buscando su punto de placer, poniéndose a retorcerlo y pellizcarlo deliciosamente haciéndola gemir y chillar de gusto. Realmente agradecía que las paredes del palacio fueran tan gruesas y que los sirvientes rara vez pasaran por estos pasillos por las noches. Estaba segura de que hacía mucho ruido. Hubiera seguido con esos pensamientos para evitar desmayarse de placer, pero apenas uno de los dedos de él se abrió paso en su interior mientras los otros seguían torturando su clítoris, todo pensamiento racional desapareció.Lo único que su mente podía registrar era el placer que iba en aume