En el pasado, sus miradas irradiaban amor y complicidad, parecían leer los pensamientos del otro. Ahora sus miradas eran frías, llenas de resentimiento y desprecio de uno hacia el otro. Después de cruzar un par de palabras y de sonrisas fingidas, Alexander pidió una ronda más de bebidas para todos los de la mesa y ofreció un brindis por ella.
−Va por ti...mi bonita, mi Neyra. La mujer que más he amado.
El brindis y las absurdas palabras de Alexander tomaron a Neyra por sorpresa, ya que no sabía si tomarlo como burla o como broma. ¿Cómo se atrevía a decir esas cosas después de que la desprecio y le dijo que las mujeres como ella solo servían para pasar un buen rato? Cerro los ojos mientras suspiro y empuñó sus manos, al mismo tiempo que agradeció en silencio por no tenerlo cerca y darle su merecido por sínico y hablador. Ella no bebía, pero rechazar la bebida daría pie a qué él pensara que ella estaba resentida aún después de tantos años y lo que menos quería era que pensara que aún le importaba.
−Salud. −dijo Neyra, tratando de sonreír antes de ingerir el líquido. Lo bebió tan rápido que fue la primera en poner el vasito en la mesa mientras continuaba viéndolo. Sintió que ingirió fuego y pareciera que llamaradas de odio saldrían por sus ojos.
Lo que al principio sonó como una declaración de Alexander hacia Neyra, en un segundo dio la impresión de que iba ser el motivo para un enfrentamiento entre ellos dos. Ninguno le quito la mirada al otro, casi por medio minuto. En ese instante, si sus miradas fueran de fuego ya estarían fulminados los dos junto con todo lo que se encontraba a su alrededor. Se miraban con tanto coraje que daban miedo, y Alexander daba la impresión de que en cualquier momento podría aventar la mesa ya que apretaba la orilla con ambas manos.
¿Qué les pareció esta peculiar pareja?
¿Listos para la nueva historia de amor?
Yo estoy muy emocionada por poder compartir con ustedes está hermosa historia. Les agradezco infinitamente su apoyo, sus votos y sus comentarios.
Lynn Baez
♥ El Encuentro ♥~No hay lugar como el hogar~A Neyra Castillo le llevo unos segundos apagar el motor y bajar de la camioneta Ford Runner gris que rentó en el aeropuerto para llegar al rancho de los Kohl. Con incertidumbre camino a la puerta de la casa prefabricada que ocupaba el capataz del rancho. Todo parecía igual al día que ella salió de ahí, hacía siete años. Lo único que vio diferente fueron las jardineras a la entrada de la casa y a un costado. Ahora tenían más plantas y los rosales estaban tupidos, algunas rosas apenas en botón, mientras que la mayoría estaban parcial o totalmente abiertas. Al ver lo hermoso que se veían, pensó en lo orgullosa que estaría su madre de sus plantas; se notaba que le gustaban las flores y la jardinera.En ese momento cruzó por su mente la duda de si su papá también estarí
“El silencio otorga, la sonrisa confirma y la mirada habla”Neyra estaba siendo abrazada por sus padres, con una sensación de plenitud, de tranquilidad, de paz; sin duda ese momento era invaluable y lo iba a atesorar y a recordar por siempre. El estar al lado de ellos era lo único importante en ese momento. Iba a dejar que pasaran unos días para abordar el tema del trabajo y de la casa. Con suerte y con la ayuda de sus hermanos, quizás juntos lograran convencerlos para que comenzaran a disfrutar un poco más de vida; de sus hijos y de los nietos. Después se preocuparía de eso, ahora su única prioridad era enfocarse en disfrutar al máximo, estar ahí con ellos.A pesar de que Manuel estaba feliz de volver a ver y de tener en casa a su hija menor, él tenía que cumplir con sus obligaciones y labores; quizás otro día hubiera podido pasar más tiempo con ella o enviar a su mano derecha a supervisar por él. Pero por desgracia, ese día ya tenía un compromiso de trabajo y no lo podía cancelar o
~El corazón nunca olvida el lugar donde dejo sus mejores latidos~Después de que Neyra se despidió de aquellos conocidos, volvió a hablar con su amiga mientras no podía dejar de pensar en que Alexander estaba más apuesto de lo que ella lo recordaba. Ahora tenía quince kilos de más, pero al parecer eran de puro músculo, las venas de su antebrazo sobresalían entre cada músculo, fue difícil no notarlo en el momento en que tomo el jarro de cerveza que tenía enfrente de él. Sus brazos, sus hombros y pectorales estaban perfectamente detallados.Por lo general Alexander esperaba hasta estar en su casa para beber algo, pero esa tarde en el trayecto a su casa por alguna razón decidió ir a comer algo y aprovechó que estaba ahí para tomarse unas cervezas. Sin saber por qué volteo hacia la puerta y vio a Neyra entrar. No le dio importancia,
“Hay caricias del pasado que interrumpen el presente”Minutos después, Neyra regresó a su lugar en la mesa y vio a Alexander en la barra. Sabía que algún día tendría que volver a verlo y hasta ese día había creído que ya no le importaba, más no fue así. No podía dejar de pensar en la última vez que lo vio, la dureza con la que la trato y las palabras tan hirientes que le dijo.Veinte minutos después, Alexander y un amigo de Neyra se incorporaron a la mesa. Ella evitaba verlo, pero le era imposible; parecía que fueran dos imanes y entre más cerca estaban el uno del otro era mayor la atracción que había entre ellos. Sin darse cuenta volteaba a observándolo mientras alguien cerca de él hablaba. Cuando Neyra lo llegaba a ver observándola y sus miradas se encontraban, veía coraje sus ojos. Se preguntab
~Soy adicto al sabor de tus besos~Sin comprender que era lo que le pasaba, o por qué su cuerpo reaccionaba de esa manera al toque de él. Molesta volteo para encararlo, pero al hacerlo vio la intensa mirada de él y como humedeció sus labios mientras miraba los de ella. Ninguno de los dos dijo nada, ya que en eso salieron sus primas.−Creímos que ya te habías ido, Alex. –comentó una de las primas al verlo ahí.−Como Neyra y yo vamos al mismo lugar, pensé en esperarme para que ustedes no se desvíen.−Gracias, Alex, tú siempre tan amable. −respondió una de las primas muy sonriente.−Es una buena idea, ¿no crees Neyra? –preguntó una de las primas.−Es una broma ¿verdad? –respondió Neyra dudosa y casi riéndose.−Claro que no, ustedes van para el mismo lug
♥ La Desilusión ♥"Hay heridas que, en vez de abrirnos la piel, nos abren los ojos"~Pablo Neruda~Siete años atrás...Para Neyra, una boda era una celebración muy especial y en particular esa porque era la boda de Scott Kohl, el hermano mayor de Alexander. Únicamente porque la ocasión lo ameritaba, y porque iba a estar sentada al lado de Alexander, Neyra aceptó que su hermana mayor la peinara y maquillara. Nadie mejor que ella, era muy buena, ya que por lo menos pasaba una hora por la mañana arreglándose frente al espejo. Contrario a Neyra, Silvia no toleraba traer el mismo peinado dos días consecutivos, siempre estaba buscando nuevas formas de arreglar su pelo. Tampoco salía de casa sin antes ponerse un kilo de maquillaje y al menos una docena de productos. No importaba que tuviera que levant
~El error no fue conocerte, fue pensar que eras diferente~Dos horas después de la misa y decidida a exigirle una explicación a Alexander, Neyra llego con su prima a la recepción; la cual se llevó a cabo en los jardines de la parte trasera de la casa, a un costado de la alberca. Neyra traía puesto un vestido negro con un hombro descubierto y un escote moderado en la espalda, el torso era ajustado y la falda con un poco de vuelo le llegaba, a media pantorrilla. A pesar de que el vestido de Neyra no era de un diseñador famoso y que probablemente pagó por el vestido solo una fracción de lo que el resto de las invitadas pagaron por sus vestidos, aun así, ella era una de las mujeres más hermosas de la fiesta.Alexander observaba como discreta o indiscretamente varios invitados volteaban a ver a Neyra cuando ella se encontraba de pie, o cuando caminaba buscando a alguien. Él la vio varias v
~Mas vale una verdad que duele, que una mentira que ilusione~Dos horas después de la misa y decidida a exigirle una explicación a Alexander, Neyra llego con su prima a la recepción; la cual se llevó a cabo en los jardines de la parte trasera de la casa, a un costado de la alberca. Neyra traía puesto un vestido negro con un hombro descubierto y un escote moderado en la espalda, el torso era ajustado y la falda con un poco de vuelo le llegaba, a media pantorrilla. A pesar de que el vestido de Neyra no era de un diseñador famoso y que probablemente pagó por el vestido solo una fracción de lo que el resto de las invitadas pagaron por sus vestidos, aun así, ella era una de las mujeres más hermosas de la fiesta.Alexander observaba como discreta o indiscretamente varios invitados volteaban a ver a Neyra cuando ella se encontraba de pie, o cuando caminaba buscando a alguien. Él la vio varia