Hola, Muchas gracias por leer esta hermosa historia de amor. ¿Cuenten me dé donde me leen? Si les gusta la historia, no olviden seguirme. Los quiero!
~No sé qué es peor…¿estar sin verte, o verte y no tenerte?~–No es posible –exclamó Neyra en voz alta y después de un breve silencio continúo –. ¿Con qué cara me voy a presentar en la casa…? ¿Qué va a pensar mi papá de mí cuando se entere que no dormí allá?El comentario sorprendió a Alexander, quien no entendía por estaba así, no era una adolescente que se salió de casa de sus padres sin permiso, para irse con los amigos. Era mujer hecha y derecha, y desde hacía mucho que vivía sola en otra ciudad.–Tienes siete años viviendo sola y ¿te preocupa lo que tu papá pueda pensar? –comentó con una leve risa burlona, porque le pareció absurdo el comentario de ella.–Nunca he vivido sola –aclaró ella–. Cuando me fui lo hice con mis padrinos y aún vivo con ellos. Yo duermo en mi casa todas las noches al menos que esté trabajando fuera y cuando eso pasa, la mayoría de las veces ellos me acompañan. –Termino ella de darle una explicación, a pesar de que él no se la pidió y al ver la cara de enfa
~Te conozco más de lo imaginas~–Ni lo menciones. No tienes nada que agradecer. −pidió, pero ya con un tono frio, a pesar de trato de sonar cortes.–Me tengo que ir. –dijo después de un breve silencio que la hizo sentirse incomoda.–No olvides tus botas, están en la recámara.Neyra iba a ir por ellas y al acercarse a la puerta de la recámara se detuvo.–¿Puedo pasar por ellas? –le preguntó.–¿Qué harías si te digo que no? –preguntó serio.–Me voy así, y me ordeno otras por internet.Alexander sonrió y le dijo que podía ir por ellas. Al ver que ella no salió enseguida, él fue a la recámara para cerciorarse que todo estuviera bien. La encontró terminando de doblar la cobija con la que la cobijo y antes de salir se aseguró que las almohadas estuvieran bien alineadas, que el cobertor de la cama estuviera completamente extendido y sobre todo que no hubiera más pastura.–Listo –dijo ella, al verlo parado junto a la puerta con sus manos dentro de las bolsas del pantalón–. Ahora si ya no hay r
♥ EL DOLOR ♥~El dolor llega como una visita inesperada, sin avisar y sin ser invitado ~Después de un corto silencio, Alexander volvió a iniciar la plática.–Estoy preocupado por lo de anoche.–¿A qué te refieres?–A tu desmayo, al hecho de que no recuerdas lo que sucedió antes.–Yo también lo estoy, pero quiero pensar que sólo me bajo la presión. –dijo tratando de ser optimista.–¿Padeces de la presión?–No que yo sepa.–¿No crees que es tiempo de que veas a un doctor?–Ya fui varias veces y creen que es sólo estrés y que necesito tomar un descanso o trabajar un poco menos. De cualquier manera, ya me hicieron estudios de sangre antes de venirme, si no me han llamado es porque todo está bien.–También aquí hay doctores y te pueden hacer todos los estudios que necesites.–Lo sé, pero no hace falta. –comentó tratando de no darle importancia, pero se quedó pensativa.–Estas preocupada por lo que paso, no trates de negármelo.–Está bien, lo estoy, pero no puedo hacer nada. Ahora deja de
“Puedes fingir todo lo que quieras, pero una mirada acaba confesándolo todo”Desde de que Alexander y Neyra se separaron, ninguno de los dos pudo remplazar al otro. Ahora después lo que había sucedido la noche anterior, y al darse cuenta de la gran afinidad y química que aun existía entre ellos; ahora más que nunca tenían la certeza de que sería casi imposible encontrar a la persona que los complementara y los hiciera sentirse tan bien. Ambos lo sabían y lamentaban que las cosas no terminaron bien entre ellos. El encuentro entre ellos dejo a Alexander bastante pensativo y con más dudas de las que tenía antes.“¿Por qué no podía perder el interés en Neyra como con cualquier otra mujer con quien pasaba un rato y después no le interesaba más?”“¿Por qué las palabras y la conducta de Neyra lo hacía pensar que ella todavía era una mujer de valores y principios? y de ser así, ¿dónde quedaron cuando lo engaño?”Poco después, cuando Alexander salió para ir al trabajo, vio a Neyra a lo lej
~Los momentos difíciles, son los que hacen a una persona fuerte~Manuel le comento a Neyra lo que tenía que hacer, al principio ella se negó, pero al darse cuenta de que no había otra opción, termino aceptando. Era consciente de que tenían que salvar a la yegua, y que el potrillo no iba a poder salir de ninguna otra manera; lo cual le partió el corazón. Manuel al verla dudar, le explico que no había tiempo para realizar algo similar a la cesaría de una mujer para sacar a la cría en una sola pieza; además de que sólo el veterinario podría hacerlo. Se lo dijo para que tuviera una idea de lo que pasaría.Con el pecho apretado, intentando ser fuerte y útil mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas, Neyra fue colocando con cuidado en el piso cada una de las partes que su papá le iba pasando. Cuando colocó la última, se quedó observando lo que pudo haber sido la primera cría de la yegua.Poco después cuando creyó que lo había asimilado y que lo que sucedió era parte de la vida, de la
♥ Aclarando Dudas ♥~Me encantas, ¿lo entiendes o te lo explico a besos~El caminar a la casa ayudo un poco a Neyra con el enojo, pero no con la tristeza que sentía en ese momento. Linda estaba en la sala cuando ella entró a la casa, al ver el semblante de su hija y los ojos hinchados por haber llorado, preocupada fue a su encuentro.–¿Qué te paso, por qué vienes así? –El potrillo de la yegua que iba a nacer murió asfixiado y por la posición en que venía, papá tuvo que sacarlo para salvar a la yegua. –dijo entre sollozos.–A veces eso pasa cuando es la primera cría, no te pongas así.–¡Mamá, lo tuvimos que sacar en pedazos! –exclamó soltando el llanto.–Mi niña hermosa, siento mucho que hayas tenido que ver eso –comentó Linda mientras la abrazaba y la consolaba−. Estoy segura de que no hubieran hecho eso si hubiera otra opción.–Pero a la mejor, si el veterinario hubiera estado aquí, a la mejor…–El a la mejor no existe, deja de pensar en eso. Pronto la yegua volverá a quedar carga
~No es que extrañe tus besos, es que mis labios te necesitan~–Te veías hermosa cuando te quitaste la blusa –le dijo sonriendo, sin tener idea de cómo lo iba a tomar ella, pero seguro de que algo iba a contestar.Neyra lo miro haciendo un gesto, al no saber si lo dijo en broma o para hacerla enojar.–¿Quieres dejarme sin capataz? −cuestionó, al no escuchar contestación de ella.–¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? –preguntó sorprendida sin entender el motivo de su comentario.–Todo, ¿quieres matar a tu papá de un coraje o qué? No sabes la cara que puso cuando te vio quitándote la blusa.–No es como si no hubiera traído nada abajo. Lo que traía cubre más que un bikini, además a veces salgo a correr así. −dijo justificándose.–¿Y en la mañana que venías a todo galope? ¿No quedamos que no ibas a montar sola?–No estaba sola, había mucha gente. –contesto sonriendo, haciéndose la desentendía.–¿No te preocupa que te puedas caer? ¿Qué hubiera pasado si te sientes mal?–No hubiera monta
“Cuando el amor se reprime, el odio ocupa su lugar”~Havelock Ellis~–Me voy a quedar un rato más y en lo mientras voy a leer mi libro. –le informó, lo cual a Alexander le causo más gracia que enfado.–¿Te importa si me quedo un rato más, o también eso te va a molestar? –preguntó con un leve tono de soberbia. Era el colmo que necesitara tener el consentimiento de ella para poder quedarse.–Claro que no, estás en tus caballerizas y en tu rancho. Te puedes quedar el tiempo que quieras. – le dijo con una sonrisa forzada.Poco después, el sueño le llego a Neyra y al ver que la yegua estaba mejor, pensó en irse a dormir a su casa, pero termino acomodándose ahí a dormir.–¿Qué haces? ¿No te vas a ir a dormir? –inquirió Alexander, cansado por el sueño.–No, porque no quiero que se me espante el sueño al caminar hasta la casa. Voy a tratar de dormir ahora que tengo sueno. –dijo y se acomodó.Neyra tenía razón, y él tampoco quiso tomar el riesgo, además de que no la iba a dejarla sola; por eso