~Los momentos difíciles, son los que hacen a una persona fuerte~Manuel le comento a Neyra lo que tenía que hacer, al principio ella se negó, pero al darse cuenta de que no había otra opción, termino aceptando. Era consciente de que tenían que salvar a la yegua, y que el potrillo no iba a poder salir de ninguna otra manera; lo cual le partió el corazón. Manuel al verla dudar, le explico que no había tiempo para realizar algo similar a la cesaría de una mujer para sacar a la cría en una sola pieza; además de que sólo el veterinario podría hacerlo. Se lo dijo para que tuviera una idea de lo que pasaría.Con el pecho apretado, intentando ser fuerte y útil mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas, Neyra fue colocando con cuidado en el piso cada una de las partes que su papá le iba pasando. Cuando colocó la última, se quedó observando lo que pudo haber sido la primera cría de la yegua.Poco después cuando creyó que lo había asimilado y que lo que sucedió era parte de la vida, de la
♥ Aclarando Dudas ♥~Me encantas, ¿lo entiendes o te lo explico a besos~El caminar a la casa ayudo un poco a Neyra con el enojo, pero no con la tristeza que sentía en ese momento. Linda estaba en la sala cuando ella entró a la casa, al ver el semblante de su hija y los ojos hinchados por haber llorado, preocupada fue a su encuentro.–¿Qué te paso, por qué vienes así? –El potrillo de la yegua que iba a nacer murió asfixiado y por la posición en que venía, papá tuvo que sacarlo para salvar a la yegua. –dijo entre sollozos.–A veces eso pasa cuando es la primera cría, no te pongas así.–¡Mamá, lo tuvimos que sacar en pedazos! –exclamó soltando el llanto.–Mi niña hermosa, siento mucho que hayas tenido que ver eso –comentó Linda mientras la abrazaba y la consolaba−. Estoy segura de que no hubieran hecho eso si hubiera otra opción.–Pero a la mejor, si el veterinario hubiera estado aquí, a la mejor…–El a la mejor no existe, deja de pensar en eso. Pronto la yegua volverá a quedar carga
~No es que extrañe tus besos, es que mis labios te necesitan~–Te veías hermosa cuando te quitaste la blusa –le dijo sonriendo, sin tener idea de cómo lo iba a tomar ella, pero seguro de que algo iba a contestar.Neyra lo miro haciendo un gesto, al no saber si lo dijo en broma o para hacerla enojar.–¿Quieres dejarme sin capataz? −cuestionó, al no escuchar contestación de ella.–¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? –preguntó sorprendida sin entender el motivo de su comentario.–Todo, ¿quieres matar a tu papá de un coraje o qué? No sabes la cara que puso cuando te vio quitándote la blusa.–No es como si no hubiera traído nada abajo. Lo que traía cubre más que un bikini, además a veces salgo a correr así. −dijo justificándose.–¿Y en la mañana que venías a todo galope? ¿No quedamos que no ibas a montar sola?–No estaba sola, había mucha gente. –contesto sonriendo, haciéndose la desentendía.–¿No te preocupa que te puedas caer? ¿Qué hubiera pasado si te sientes mal?–No hubiera monta
“Cuando el amor se reprime, el odio ocupa su lugar”~Havelock Ellis~–Me voy a quedar un rato más y en lo mientras voy a leer mi libro. –le informó, lo cual a Alexander le causo más gracia que enfado.–¿Te importa si me quedo un rato más, o también eso te va a molestar? –preguntó con un leve tono de soberbia. Era el colmo que necesitara tener el consentimiento de ella para poder quedarse.–Claro que no, estás en tus caballerizas y en tu rancho. Te puedes quedar el tiempo que quieras. – le dijo con una sonrisa forzada.Poco después, el sueño le llego a Neyra y al ver que la yegua estaba mejor, pensó en irse a dormir a su casa, pero termino acomodándose ahí a dormir.–¿Qué haces? ¿No te vas a ir a dormir? –inquirió Alexander, cansado por el sueño.–No, porque no quiero que se me espante el sueño al caminar hasta la casa. Voy a tratar de dormir ahora que tengo sueno. –dijo y se acomodó.Neyra tenía razón, y él tampoco quiso tomar el riesgo, además de que no la iba a dejarla sola; por eso
~Necesito volver a tenerte, para saber si fuiste el amor de mi vida o el mayor error en mi vida~–Menos mal que lo recuerdas porque en realidad es muy difícil sentir que estoy hablando con un adulto cuando estás haciendo berrinches y eres grosera.Esas palabras le calaron a Neyra y la pusieron a la defensiva.–¿A si? Pues déjame aclararte que está berrinchuda, solo quería ser amable y ver si podía ayudar en algo. Pero olvídalo y vete al diablo. –dijo enfurecida a punto de girarse para irse de ahí.–Sólo hay una cosa con lo que tú me puedes ayudar y como tienes interés en ayudarme, voy a aceptarla. –le respondió al momento que la acerco a él y antes de que ella pudiera protestar, comenzó a besarla bruscamente mientras sus manos buscaron la manera de poder tocar su piel por debajo de su blusa.–¿Qué diablos te pasa? –protestó apartándose de él al sentir su prominente bulto.–Somos dos adultos, ¿no? Tú misma lo acabas de decir y cuando dos adultos se atraen en la manera que lo hacemos tú
♥Más que deseo ♥ ~Estas ganas de besarte, que ni besándote se me quitan~Lo que Neyra no supo, fue que Alexander vio la duda en sus ojos y podría jurar que esa noche volverían a encontrarse. Esa mínima posibilidad de un encuentro hacía que él se sintiera como adolescente con las hormonas alborotadas, desesperado por volver a tenerla cerca, y contando los minutos para su próximo encuentro. Se bañó rápidamente, se puso su mejor loción y se cambió de ropa. Poco después caminaba de un lado a otro mientras se asomaba para ver si aún veía luz en la habitación de ella. Sabía que solo dos cosas podrían pasar después de que la recámara de Neyra se quedara a oscuras: ella se había quedado dormida y, por lo tanto, no saldría o se armaría de valor y saldría a buscarlo.Alexander esperó cerca de veinte minutos después de que la luz del cuarto de Neyra se apagó. Al no verla salir, supo que iba a necesitar algo fuerte para poder dormir esa noche, se sirvió licor y enfadado salió a caminar un
~Rompiste mi corazón, igual que tus promesas~La boda de Ana, una de las primas de Neyra sería en un par de días. Ese día se llevó a cabo la despedida de solteros de los futuros esposos. Alexander asistió a la del novio, la cual terminó primero y sin tener nada más que hacer, decidió acompañar a los demás a recoger a sus parejas a la casa de otra prima en donde se encontraban ellas, incluyendo a Neyra.Al llegar lo primero que escucharon fueron las carcajadas de las mujeres, ya que se escuchaban desde afuera de la casa, esa fue la primera indicación de que la fiesta para ellas aún no terminaba y que probablemente todavía estaban bebiendo. Los hombres voltearon a verse unos con otros y se rieron al coincidir que la diversión de la noche aún no terminaba. Ese día había sido la despedida de Ana con primas y amigas porque el fin de semana pasado había tenido una despedida religiosa a la cual asistieron las mamas, tías y abuelas de ambos novios.El dueño de la casa y los demás hombres entr
~Un hombre con un buen perfume, suma muchos puntos~–No. –dijo antes de darle otro sorbo a su bebida y en vez de colocarla a un lado de ella, la sostuvo con ambas manos con la intención de aminorar un poco el frío que tenía. En realidad, estaba a punto de cruzar sus brazos para frotarlos con las palmas opuestas, pero ahora que Alexander estaba ahí no quiso hacerlo para que no se le fuera ocurrir ofrecerle su chamarra, o peor aún, abrazarla.–Es una noche fría. –comento él, mientras se sentó a un lado de ella y la observaba.–Y muy bonita, vale la pena un poco de frío. –respondió ella antes de volver a tomar un poco de café.Alexander se quitó su chamarra para colocarla sobre la espalda de ella.–No te molestes, no es necesario.−hablo evitando que la pusiera sobre sus hombros.–No es ninguna molestia, por favor acéptala y no me lleves la contraria.–De verdad, no es necesario; yo puedo pedirle algo a mi prima para abrigarme.–Mientras lo haces, déjatela. –sugirió casi ordenándoselo, sin