Gracias a Dios mis padres siguen vivos, pero tristemente, se lo que es perder a un hermano; todo lo que paso por la mente de Neyra, paso por la mía. Esa dolorosa experiencia me sirvió para escribir este capítulo.
~El enemigo más temible del hombre no es la muerte, sino el dolor~Neyra estaba en su propio mundo, era la única que estaba apartada de su familia; no se veía nada bien y lo que menos quería Alexander en ese momento era intranquilizarla con su presencia. Si ella se había apartado era porque no deseaba que nadie perturbara sus pensamientos. A pesar de que Alexander deseaba poder abrazarla para consolarla, sabía que era mejor mantenerse alejado de ella por el momento; para evitar un mal rato.Poco después Alexander salió para buscar a Bryan, no lo vio, ni Luis, ni a los otros niños. Lo que se vio, fue un hombre que se le quedó viendo como si lo conociera, pero mirándolo con desprecio, como si le debiera algo. En otro momento y en otro lugar no hubiera dudado en preguntarle si lo conocía, o cuál era su problema, pero estaban en funeral del abuelo de su hijo. Por respeto a quien fue el capataz del rancho, solo miro con desinterés al desconocido que acaba de llegar.Alexander lo siguió con
~El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional~Alexander los vio caminar hacia Neyra y vio como el niño la llamó varias veces antes de que ella volteara. Al verlo se agachó para abrazarlo, cuando ella se levantó Bryan la abrazó de la cadera y recargo su carita en el vientre de ella antes de darle un beso. Neyra sorprendida, volteó a ver a Edward, antes de acariciar el cabello al niño.Al ver eso, Alexander se quedó con la duda, de si el niño le dio un beso en esa parte porque su carita llega hasta ahí, o si habría alguna otra razón. Por su mente cruzo la posibilidad idea de que Neyra estuviera embarazada; lo pensó por un momento, pero descartó esa posibilidad al percatarse de que ella estaba más delgada.En ese momento Alexander se acercó a Linda, quien se veía inquieta y preocupada mientras veía a Neyra tan ausente a un lado de la caja, a todos les dolía verla así.–Necesitamos quitar a Neyra de ahí. Edward me pidió que mandara comprar un tensiómetro (la máquina portátil para
“En la vida no hay premios ni castigos, sino consecuencias”~Robert Green Ingersoll~Alexander tuvo la impresión de que Neyra estaba demasiado tranquila. Sabía que ella estaba dolida y enojada, y que sólo era cuestión de tiempo para que el mar de emociones que estaba conteniendo salieran de control. Al ver la reacción de Neyra cuando intentaron cerrar el ataúd, comenzó a acercarse hacia donde se encontraba ella. Estaba muy alterada y eso no iba a terminar bien, por suerte, Alexander llego al lado de Arturo justo antes de que una de las rodillas de ella tocara el piso.En una principio todos pensaron que Neyra sufrió sólo un desmayo y que pasaría cuando le pasaran un algodón con alcohol por los orificios nasales; lo cual no sucedió. Al poco rato, Alexander comenzó a sentir algo húmedo en su brazo, pero no le prestó atención. Fue hasta después que se percató que lo que estaba humedeciendo su brazo era sangre. La sorpresa desapareció cuando comprendió que no era de él, sino de Neyra.Al
~ Te tendré en mi corazón hasta que vuelva a tenerte en mis brazos~Neyra no entendía por qué estaba ahí perdiendo el tiempo. Para ella únicamente transcurrieron segundos. Quizás minutos, pensó al verse conectada a los monitores. Ella no tenía tiempo de estar ahí, en cualquier momento enterrarían a su papa y ya no lo volvería a ver, ella necesitaba aprovechar que minuto que pudiera estar a su lado, aunque fuera verlo inerte dentro de la caja; eso era mejor que no volver a verlo nunca más. –Tengo que irme. ¿Puedes quitarme el suero para poder vestirme?La enfermera le volvió a colocar la mascarilla de oxígeno y le informó que el doctor en cualquier momento iba a llegar para ponerla al tanto de su estado. Sólo él le podía dar la noticia de lo que en realidad estaba sucediendo con ella.–Disculpa, pero tengo que irme. –comentó Neyra a la enfermera, mientras se quitaba nuevamente la mascarilla.–Lamento mucho lo de tu . papá. Pero por el momento no puedes dejar el hospital. Necesitas la
En el pasado, sus miradas irradiaban amor y complicidad, parecían leer los pensamientos del otro. Ahora sus miradas eran frías, llenas de resentimiento y desprecio de uno hacia el otro. Después de cruzar un par de palabras y de sonrisas fingidas, Alexander pidió una ronda más de bebidas para todos los de la mesa y ofreció un brindis por ella.−Va por ti...mi bonita, mi Neyra. La mujer que más he amado.El brindis y las absurdas palabras de Alexander tomaron a Neyra por sorpresa, ya que no sabía si tomarlo como burla o como broma. ¿Cómo se atrevía a decir esas cosas después de que la desprecio y le dijo que las mujeres como ella solo servían para pasar un buen rato? Cerro los ojos mientras suspiro y empuñó sus manos, al mismo tiempo que agradeció en silencio por no tenerlo cerca y darle su merecido por sínico y hablador. Ella no bebía
♥ El Encuentro ♥~No hay lugar como el hogar~A Neyra Castillo le llevo unos segundos apagar el motor y bajar de la camioneta Ford Runner gris que rentó en el aeropuerto para llegar al rancho de los Kohl. Con incertidumbre camino a la puerta de la casa prefabricada que ocupaba el capataz del rancho. Todo parecía igual al día que ella salió de ahí, hacía siete años. Lo único que vio diferente fueron las jardineras a la entrada de la casa y a un costado. Ahora tenían más plantas y los rosales estaban tupidos, algunas rosas apenas en botón, mientras que la mayoría estaban parcial o totalmente abiertas. Al ver lo hermoso que se veían, pensó en lo orgullosa que estaría su madre de sus plantas; se notaba que le gustaban las flores y la jardinera.En ese momento cruzó por su mente la duda de si su papá también estarí
“El silencio otorga, la sonrisa confirma y la mirada habla”Neyra estaba siendo abrazada por sus padres, con una sensación de plenitud, de tranquilidad, de paz; sin duda ese momento era invaluable y lo iba a atesorar y a recordar por siempre. El estar al lado de ellos era lo único importante en ese momento. Iba a dejar que pasaran unos días para abordar el tema del trabajo y de la casa. Con suerte y con la ayuda de sus hermanos, quizás juntos lograran convencerlos para que comenzaran a disfrutar un poco más de vida; de sus hijos y de los nietos. Después se preocuparía de eso, ahora su única prioridad era enfocarse en disfrutar al máximo, estar ahí con ellos.A pesar de que Manuel estaba feliz de volver a ver y de tener en casa a su hija menor, él tenía que cumplir con sus obligaciones y labores; quizás otro día hubiera podido pasar más tiempo con ella o enviar a su mano derecha a supervisar por él. Pero por desgracia, ese día ya tenía un compromiso de trabajo y no lo podía cancelar o
~El corazón nunca olvida el lugar donde dejo sus mejores latidos~Después de que Neyra se despidió de aquellos conocidos, volvió a hablar con su amiga mientras no podía dejar de pensar en que Alexander estaba más apuesto de lo que ella lo recordaba. Ahora tenía quince kilos de más, pero al parecer eran de puro músculo, las venas de su antebrazo sobresalían entre cada músculo, fue difícil no notarlo en el momento en que tomo el jarro de cerveza que tenía enfrente de él. Sus brazos, sus hombros y pectorales estaban perfectamente detallados.Por lo general Alexander esperaba hasta estar en su casa para beber algo, pero esa tarde en el trayecto a su casa por alguna razón decidió ir a comer algo y aprovechó que estaba ahí para tomarse unas cervezas. Sin saber por qué volteo hacia la puerta y vio a Neyra entrar. No le dio importancia,