¿Cuánto más creen que haga falta para que Alexander y Neyra arreglen sus diferencias?
~Necesito volver a tenerte, para saber si fuiste el amor de mi vida o el mayor error en mi vida~–Menos mal que lo recuerdas porque en realidad es muy difícil sentir que estoy hablando con un adulto cuando estás haciendo berrinches y eres grosera.Esas palabras le calaron a Neyra y la pusieron a la defensiva.–¿A si? Pues déjame aclararte que está berrinchuda, solo quería ser amable y ver si podía ayudar en algo. Pero olvídalo y vete al diablo. –dijo enfurecida a punto de girarse para irse de ahí.–Sólo hay una cosa con lo que tú me puedes ayudar y como tienes interés en ayudarme, voy a aceptarla. –le respondió al momento que la acerco a él y antes de que ella pudiera protestar, comenzó a besarla bruscamente mientras sus manos buscaron la manera de poder tocar su piel por debajo de su blusa.–¿Qué diablos te pasa? –protestó apartándose de él al sentir su prominente bulto.–Somos dos adultos, ¿no? Tú misma lo acabas de decir y cuando dos adultos se atraen en la manera que lo hacemos tú
♥Más que deseo ♥ ~Estas ganas de besarte, que ni besándote se me quitan~Lo que Neyra no supo, fue que Alexander vio la duda en sus ojos y podría jurar que esa noche volverían a encontrarse. Esa mínima posibilidad de un encuentro hacía que él se sintiera como adolescente con las hormonas alborotadas, desesperado por volver a tenerla cerca, y contando los minutos para su próximo encuentro. Se bañó rápidamente, se puso su mejor loción y se cambió de ropa. Poco después caminaba de un lado a otro mientras se asomaba para ver si aún veía luz en la habitación de ella. Sabía que solo dos cosas podrían pasar después de que la recámara de Neyra se quedara a oscuras: ella se había quedado dormida y, por lo tanto, no saldría o se armaría de valor y saldría a buscarlo.Alexander esperó cerca de veinte minutos después de que la luz del cuarto de Neyra se apagó. Al no verla salir, supo que iba a necesitar algo fuerte para poder dormir esa noche, se sirvió licor y enfadado salió a caminar un
~Rompiste mi corazón, igual que tus promesas~La boda de Ana, una de las primas de Neyra sería en un par de días. Ese día se llevó a cabo la despedida de solteros de los futuros esposos. Alexander asistió a la del novio, la cual terminó primero y sin tener nada más que hacer, decidió acompañar a los demás a recoger a sus parejas a la casa de otra prima en donde se encontraban ellas, incluyendo a Neyra.Al llegar lo primero que escucharon fueron las carcajadas de las mujeres, ya que se escuchaban desde afuera de la casa, esa fue la primera indicación de que la fiesta para ellas aún no terminaba y que probablemente todavía estaban bebiendo. Los hombres voltearon a verse unos con otros y se rieron al coincidir que la diversión de la noche aún no terminaba. Ese día había sido la despedida de Ana con primas y amigas porque el fin de semana pasado había tenido una despedida religiosa a la cual asistieron las mamas, tías y abuelas de ambos novios.El dueño de la casa y los demás hombres entr
~Un hombre con un buen perfume, suma muchos puntos~–No. –dijo antes de darle otro sorbo a su bebida y en vez de colocarla a un lado de ella, la sostuvo con ambas manos con la intención de aminorar un poco el frío que tenía. En realidad, estaba a punto de cruzar sus brazos para frotarlos con las palmas opuestas, pero ahora que Alexander estaba ahí no quiso hacerlo para que no se le fuera ocurrir ofrecerle su chamarra, o peor aún, abrazarla.–Es una noche fría. –comento él, mientras se sentó a un lado de ella y la observaba.–Y muy bonita, vale la pena un poco de frío. –respondió ella antes de volver a tomar un poco de café.Alexander se quitó su chamarra para colocarla sobre la espalda de ella.–No te molestes, no es necesario.−hablo evitando que la pusiera sobre sus hombros.–No es ninguna molestia, por favor acéptala y no me lleves la contraria.–De verdad, no es necesario; yo puedo pedirle algo a mi prima para abrigarme.–Mientras lo haces, déjatela. –sugirió casi ordenándoselo, sin
En el pasado, sus miradas irradiaban amor y complicidad, parecían leer los pensamientos del otro. Ahora sus miradas eran frías, llenas de resentimiento y desprecio de uno hacia el otro. Después de cruzar un par de palabras y de sonrisas fingidas, Alexander pidió una ronda más de bebidas para todos los de la mesa y ofreció un brindis por ella.−Va por ti...mi bonita, mi Neyra. La mujer que más he amado.El brindis y las absurdas palabras de Alexander tomaron a Neyra por sorpresa, ya que no sabía si tomarlo como burla o como broma. ¿Cómo se atrevía a decir esas cosas después de que la desprecio y le dijo que las mujeres como ella solo servían para pasar un buen rato? Cerro los ojos mientras suspiro y empuñó sus manos, al mismo tiempo que agradeció en silencio por no tenerlo cerca y darle su merecido por sínico y hablador. Ella no bebía
♥ El Encuentro ♥~No hay lugar como el hogar~A Neyra Castillo le llevo unos segundos apagar el motor y bajar de la camioneta Ford Runner gris que rentó en el aeropuerto para llegar al rancho de los Kohl. Con incertidumbre camino a la puerta de la casa prefabricada que ocupaba el capataz del rancho. Todo parecía igual al día que ella salió de ahí, hacía siete años. Lo único que vio diferente fueron las jardineras a la entrada de la casa y a un costado. Ahora tenían más plantas y los rosales estaban tupidos, algunas rosas apenas en botón, mientras que la mayoría estaban parcial o totalmente abiertas. Al ver lo hermoso que se veían, pensó en lo orgullosa que estaría su madre de sus plantas; se notaba que le gustaban las flores y la jardinera.En ese momento cruzó por su mente la duda de si su papá también estarí
“El silencio otorga, la sonrisa confirma y la mirada habla”Neyra estaba siendo abrazada por sus padres, con una sensación de plenitud, de tranquilidad, de paz; sin duda ese momento era invaluable y lo iba a atesorar y a recordar por siempre. El estar al lado de ellos era lo único importante en ese momento. Iba a dejar que pasaran unos días para abordar el tema del trabajo y de la casa. Con suerte y con la ayuda de sus hermanos, quizás juntos lograran convencerlos para que comenzaran a disfrutar un poco más de vida; de sus hijos y de los nietos. Después se preocuparía de eso, ahora su única prioridad era enfocarse en disfrutar al máximo, estar ahí con ellos.A pesar de que Manuel estaba feliz de volver a ver y de tener en casa a su hija menor, él tenía que cumplir con sus obligaciones y labores; quizás otro día hubiera podido pasar más tiempo con ella o enviar a su mano derecha a supervisar por él. Pero por desgracia, ese día ya tenía un compromiso de trabajo y no lo podía cancelar o
~El corazón nunca olvida el lugar donde dejo sus mejores latidos~Después de que Neyra se despidió de aquellos conocidos, volvió a hablar con su amiga mientras no podía dejar de pensar en que Alexander estaba más apuesto de lo que ella lo recordaba. Ahora tenía quince kilos de más, pero al parecer eran de puro músculo, las venas de su antebrazo sobresalían entre cada músculo, fue difícil no notarlo en el momento en que tomo el jarro de cerveza que tenía enfrente de él. Sus brazos, sus hombros y pectorales estaban perfectamente detallados.Por lo general Alexander esperaba hasta estar en su casa para beber algo, pero esa tarde en el trayecto a su casa por alguna razón decidió ir a comer algo y aprovechó que estaba ahí para tomarse unas cervezas. Sin saber por qué volteo hacia la puerta y vio a Neyra entrar. No le dio importancia,