Capítulo 16. Un Eco.
Adrián abrió la puerta sin tocar antes, detrás de él y custodiando la entrada dos soldados hicieron un saludo al Duque antes de cerrar la puerta y hacer guardia.

Se había quedado a investigar el muro con varios hombres de su escolta, temía que los cómplices de esa mujer se escaparan, así que dejó que algunos de los guardias revisaran los alrededores. Sin embargo, no hubo respuesta inmediata, era como si la mujer hubiera aparecido ahí, de repente, por arte de magia.

Cuando terminó de interrogar a los vigías en turno esa noche, supo no habían visto pasar a nadie esa noche, y alguien con una apariencia tan impresionante como Norah, no era fácil de ignorar.

De acuerdo a los reportes de Nina, había cerrado la puerta de la habitación con llave hace dos horas, y no había forma de que esa mujer delicada abriera la puerta a la fuerza. ¿Cómo era posible que recorriera a pie desde la mansión hasta el muro? Aun para el más rápido de los caballeros, no era tarea sencilla.

―Debió tener a alguien
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