Una noche de borrachera hizo que terminara en el departamento de un completo desconocido. Me marché dejándole una nota con un pequeño insulto, después de todo, encontrarme a mí misma sola después de amanecer allí, me resultó de lo más ofensivo. Lástima que al cerrar la puerta, me diera cuenta de que se trataba de mi nuevo vecino... Así fue cómo nos "conocimos", y algunos días más tarde, descubriría que no era más que un excéntrico multimillonario que pasaba sus días obsesionado con su pasado. Info de la autora: La historia de "Mi ex, el millonario" está publicada en su totalidad y por lo tanto se encuentra finalizada (Marzo 2021 - Diciembre 2021). Si te gusta, por favor, házmelo saber con un comentario. Eso es como una cosquilla al alma, que me entusiasma al momento de compartirles alguna de mis historias. Nos leemos :')
Leer másEl inicio de una linda amistadLa Zahra adolescente caminó con su glorioso postre hacia un lugar tranquilo y alejado.Cerca de un árbol donde podía estar serena y sin fisgones merodeando.Llegó a su lugar secreto y suspiró aliviada de ya estar al resguardo del ruido de la gente y de las preocupaciones ajenas.Sin embargo, al sentarse, se percató de que en realidad no estaba sola.No hizo más que levantar la vista para ver que entre los arbustos frente a ella había alguien sentado, abrazando sus piernas como si su vida colapsara por completo con tan solo no hacerlo.Se contemplaron la una a la otra por varios segundos sin decirse absolutamente nada.Las dos estaban muy impactadas al descubrirse una frente a la otra.Zahra nunca había visto a nadie en aquella zona del campus y era evidente que la otra muchacha er
Zahra comenzó el año escolar sola, era nueva en la ciudad y no conocía a nadie. A diferencia de sus compañeros de clase que al parecer se conocían desde hacía años, incluso algunos desde el preescolar. Cuando llegó sólo quedaban dos pupitres vacíos al final del salón. Eligió el que estaba al lado de la ventana. El pensamiento recurrente de tener un asiento vacío a su lado volvió a instalarse entre sus tendencias mentales mientras le dedicaba una mirada profunda y pensativa a aquel pupitre. Arrancaba una nueva etapa, y como todos al nacer (o al menos en la mayoría de los casos) lo hacía sola, sin un alma amiga con la que ser cómplice durante las extensas horas escolares. Para ella, la escuela no representaba ninguna dificultad; pero la vida social era otro cantar. Zahra no solía comprender muy bien las relaciones entre las personas. A veces podía oír a dos
~Fin~—Miren a quiénes tenemos por aquí— anunció a viva voz tan pronto los vio llegar al evento—. ¡A la feliz pareja! — celebró con una sonrisa de oreja a oreja.—Hola Jona, qué gusto verte. — saludó Zarha risueña por la dicha que le provocó aquella bienvenida.—Te agradezco que vinieras a este evento. Es muy amable de tu parte. — agradeció con cortesía Ben.—No me lo perdería por nada. Sabes que aprecio esta clase de invitaciones. Me permiten darme a conocer con gente de la gran sociedad y obtener más oportunidades. Además de que puedo ver a tú increíble y maravillosa novia. — dijo sonriente mientras le tomaba el pelo con una verdad que ambos sabían que era cierta.—Iré a buscar unos tragos para los tres — contestó Ben con su tan característica seriedad—. Ah, y una advertencia, Jonathan— le plantó cara a su contrincante en el amor
—¿Y todavía crees que somos novios? — exigió saber una Zahra embrollada.—Si. — contestó con una simpleza galopante.—¿Por qué? — inquirió Zahra, precisaba detalles.—Nunca cortamos. — dijo a la vez que dejaba en el aire la sensación de que estaba confirmando una obviedad bastante clara.—No hacía falta, el tiempo y la distancia lo hicieron por nosotros, ¿no te parece?—No. — negó rotundamente mientras perdía sus ojos en los labios de Zahra.—Entonces, cortemos. — sentenció nerviosa al notar su proximidad.—… — Benjamín permaneció inmóvil mientras volvía sus ojos bien abiertos hacia los de Zahra. Sus palabras lo atravesaron como una d
—¡Basta — le exigió él que se detuviera, tomándola desprevenida —! ¡Por favor! ¡Ya deja de evitarme! — exasperado por las circunstancias no midió en lo absoluto el tono de su voz y dejó al descubierto su propia desesperación en la solicitud realizada.Zahra contempló a su vecino, quien la retenía de la muñeca sin ánimos de querer soltarla. Aquel contacto cálido y delicado se contradecía con la aclamación exigida por parte de aquel hombre.No era ningún secreto de que Zahra había tomado todos y cada uno de los recaudos habidos y por haber, así como un sinfín de estrategias y jugarretas, con tal de evitar toparse con su vecino a toda costa.Había llegado incluso al punto en que se convirtió en una especie de rutina, y aunque resultara muy a su p
Nuevamente se rotaron los clientes que estaban en la mesa lindera a la suya, una pareja que celebraba el ascenso de uno de ellos ahora partían con la misma sonrisa con la que llegaron, aunque Zahra afirmaba que incluso se iban con una sonrisa más amplia. Porque “panza llena, corazón contento”...Mientras tanto, Zahra se detuvo a ver a las gemelas que llegaban a la mesa del otro lado, con un rejunte de apuntes y la mirada perdida en las notas que deberían memorizar prontamente.Posó la mirada sobre Euge y entonces una serie de imágenes fueron proyectándose en su cabeza.Estaba rememorando el momento exacto en que su compañero de trabajo una vez le dijo: “Se tomó las vacaciones en serio.”, y no saben cómo, esas simples palabras, le sirvieron de mucho. Era al día de hoy, que Zahra podía afirmarlo abiertamente. Fueron
—Si, hablo de Benjamín— la interrumpió Eugenia, terminando así la deducción de Zahra, luego reparó diciendo—. El siempre, desde que tengo uso de la razón, significó todo para mí— afirmarlo le dolía, le quemaba el pecho—. Pero cuando vi la forma en cómo te miraba la otra noche, en la fiesta de despedida… fue automático… volvieron todos estos recuerdos. Volvieron todos estos sentimientos encontrados— la voz no se le quebró ni un instante, pero por dentro sentía que cada fibra de su ser se desgarraba despiadamente—. No se puede luchar contra el destino de dos personas, eso lo entendí hace mucho. Pero recordar esa lección, casi me cuesta una amistad que es muy preciada para mí. — confesó sintiendo un peso casi abismal en cada una de sus palabras.—&
Eugenia Signer seguía a su corazón a pesar de que su orgullo la doblegara. Era un esfuerzo casi inhumano, pero allí estaba aguardando la llegada de aquella persona a quien había invitado a su cafetería preferida para poder hablar.Continuaba mirando la hora en su celular y aunque era un poco temprano, se permitió perderse unos minutos en un recuerdo que siempre tenía presente.Una Eugenia Signer mucho más joven e ingenua en el camino de la vida, en una situación bastante parecida a la de su yo actual, por aquel entonces podía encontrarla siguiendo una vez más a su corazón.Se unía a una escuela que además de quedarle demasiado lejos, no cumplía en lo más mínimo con los estándares que su propia familia le exigía. Pero había una persona que allí concurría y con eso obtuvo el permiso suficiente como para que la de
—Hola Zarha. — saludó Benjamín sin poder evitar que sus ojos mostraran un brillo que Zahra obviamente no pasó por alto. —Ah… Hola… — Zahra se quedó unos instantes viéndolo, lucía muy elegante, su cabello castaño estaba cuidadosamente peinado a tal punto que dejaban en evidencia a sus ojos claros, juraba que aquel corte de cabello le realzaba la mirada. —…— Eva no dijo nada, solo se quedó contemplando aquel par de tórtolos como hacía muchísimos años que no lo hacía y solo podía pensar en que simplemente había cosas que nunca cambiaban. —Perdón, Evi. Él es mi vecino: Benjamín. Ella es mi Eva. Digo, ella es mi mejor amiga: Eva. Y si, por qué no, también es mi Eva. — bromeó luego de unos instantes mientras volvía la vista nerviosa hacia ella, riéndose cómplice de un mal chiste. Pero Zahra al ver el rostro descolocado de Eva se sintió desconcertada, pues no comprendía por qué la miraba de e