Ancel:
Miraba por la ventana de mi oficina, a diferencia de otras grandes empresas, no era un edificio enorme de cincuenta pisos, tenía como máximo cinco y era más un viejo edificio que uno nuevo y me encantaba, además, era mucho más funcional para lo que hacíamos.
Era uno de esos días, o noches en este caso; dónde estaba por estar, no tenía ganas de estar en casa, en la calle, bar o cualquier lugar, aquí podría llegar algún trabajo interesante, hace mucho no tenía uno que me llamara la atención o en el cual quisiera involucrarme. Por eso cuando recibí aquella llamada me sorprendió mucho la voz al otro lado.
- Edith, que agradable sorpresa, pensé que nunca me llamarías ‒hablo jovial hasta que escucho su voz quebrada por el llanto‒. ¿Qué ocurre? ‒eso me había puesto en alerta‒, calma, calma, ven a mi oficina si te parece bien ‒podía oírla moverse por la habitación, incluso maldijo tras golpearse con algo‒, ¿quieres que vaya uno de mis hombres por ti? ‒ella niega y me dice que irá tan pronto le mande la dirección, sin más cuelga.
Suspiro, debía ser algo muy grave si me llamaba a mí, le envío la dirección con rapidez y ahora pase de estar aburrido a ansioso.
Me ponía de pie y daba vueltas ansioso, miraba cada tanto el reloj, quería reírme de la situación, sin duda esa mujer me alteraba demasiado.
Doy un salto cuando escucho la puerta, doy unas cuantas respiraciones antes de sentarme y decirle que entre, abre la puerta y noto que sus ojos están hinchados y rojos, señal de que ha estado llorando mucho.
- Perdón la hora, pero necesito tu ayuda ‒la invito a sentar con un ademán de la mano, ella lo hace, parecía muy frágil.
- ¿Qué necesitas? Si está en mis manos, claro que sí ‒sonrío de lado, claro que lo podía hacer todo sin esfuerzo.
- Verás ‒comienza a contarme sobre un pequeño que encontró, también que planeaba adoptarlo y que había hablado con su abogado‒, me dijo que se lo llevarían por la investigación y que si quisiera fungir como hogar de acogida, todavía tendría que llevar un proceso, pero él confía en mí y siento que si se lo llevan él va a creer que otra vez lo abandonaron, eso me rompe el corazón ‒su voz se rompe ante lo último y comienza a llorar de nuevo. Me quedo muy quieto sin saber muy bien que hacer o decir para consolarla, no es que sea bueno en estos temas.
- Entiendo, estoy seguro que ya consideraste todo, pero para estar seguro necesito dejar las cosas claras ‒ella asiente‒. ¿Con qué nombre lo vas a adoptar? Porque usando el de Odessa sería muy sencillo pero habría muchas especulaciones y seguro que tu reputación se vería dañada, además de exponer al pequeño, otra cosa, ¿quieres qué mueva influencias para que te autoricen la adopción sin más? Eso también te haría ver mal, a mí me da igual el método que elijas, sólo quiero que veas todo el panorama.
- Quiero adoptarlo como Edith Gastrell, sé que te pedí ocultarlo, pero creo que es lo más correcto ‒asiento, tendría que hacer unas llamadas pero no habría problema alguno‒. No quiero eso, sé que soy muy capaz de criar a Luc, estoy segura que la adopción no sería gran problema, lo único que quiero es que no se lo lleven durante el proceso, incluso si dicen que por ser famosa lo conseguí, no me importa ‒podía ver lo decidida que estaba.
- Bueno, no será mucho problema, conozco algunas personas que podrían ayudarte ‒tomaría algunos días mover todo.
- ¿Y cuánto va a costarme? ‒sonrío sin poder evitarlo, no debería emocionarme pero había estado esperando esa pregunta.
- Voy a ser amable y darte un descuento, serán dos noches ‒la veo tragar saliva.
- Bien, en realidad pensaba que me pedirías más, pero supongo que está bien ‒frota las manos en su pantalón.
- Pero no ahora, cuando todo esté listo, te lo haré saber y ahí podrás pagar, puedo ser un villano Edith, pero no un monstruo ‒ella me mira con sorpresa‒, además, prefiero que estes tranquila y muy receptiva ‒veo cómo se sonroja.
- Bien, quiero llevar mañana a Luc al doctor y estoy segura que llamaran a servicios, ¿habrá algún problema? ‒niego, tendría que molestar a alguien a esta hora, lo cual no era mi problema porque la gente solía deberme favores.
- Voy a hacer una llamada y en cuanto la persona me responda, te notifico para que vayas al doctor, es probable que te digan que vayas a un hospital en específico ‒ella asiente, podía ver que estaba más calmada.
- Gracias ‒se abraza y no parece querer irse, lo que no me molestaba.
- Tengo una duda Edith, ¿no te será difícil compaginar ser madre y actriz? Siento que será mucho trabajo como madre primeriza, eso podría jugar un poco en tu contra ‒la veo tragar saliva y morder su pulgar.
- Justo de eso quería hablarte ‒la miro alzando una ceja intrigado‒, sé que no habrá problema con eso porque ya tengo un hijo, y esa es otra cosa en la que necesito tu ayuda ‒la miro en completo estado de sorpresa, mis ojos se abren grandes y mi corazón se acelera recordando aquella noche.
- ¿Es mío? ‒ella alza la vista por lo repentino de mi pregunta, la veo comenzar a reír mientras niega.
- No, no, es de mucho antes, de hecho cuando vine contigo ya tenía medio año de nacido, su padre biológico falleció hace tiempo ‒no puedo evitar soltar un suspiro de puro alivio.
- Bueno, ¿en qué puedo ayudarte con tu hijo?, ¿quieres volverme su padrastro? ‒le sonrío coqueto, ella rueda los ojos.
- Fue registrado a nombre de mi abuela, necesito ayuda para cambiar su registro y ponerme como su madre ‒siento como si esta fuese la primera vez que la veo, ¿qué tantos secretos podía tener una persona? Cada que abría la boca parecía haber algo más.
- Eso será sencillo, y en vista de que ahora son tres cosas, serán tres noches ‒ella asiente sin ápice de duda‒. ¿Algo más que necesites? ‒ella niega, lucía mucho más tranquila ahora.
- Será mejor que me vaya a casa ‒dice mientras se pone de pie, la imito‒, ¿de verdad podré quedarme con él hasta que finalice la adopción? ‒su labio tiembla, me acerco y la abrazo suave, ella llora otra vez, jamás había hecho esto de consolar a alguien. Cepillo suave su espalda.
- Te doy mi palabra que todo saldrá cómo quieres, ¿acaso no hice un buen trabajo la última vez? ‒ella ríe bajo mientras niega, se separa.
- Sí, uno excelente ‒sonrío con suficiencia, ella rueda los ojos.
- ¿Quieres que te lleve a casa? ‒ella asiente, apago las luces antes de salir de aquella oficina.
Niego al chófer cuando se acerca, a veces lo usaba, pero esta vez conduciría, supongo que quería alargar mi tiempo junto a ella.
Una vez dentro del auto arranco mientras ella me guía, me sorprendía que viviera en un lugar tan común, no es que fuese malo, pero creía que con el dinero que ganaba viviría en un lugar lujoso o al menos, más grande.
- Gracias ‒dice una vez que llegamos, suspira antes de abrir la puerta‒, estaré al pendiente, hasta luego Ancel ‒dice suave, la veo caminar hacia la entrada y una vez que veo que entra, arranco hacia mi departamento, era lo bastante lujoso para mis humildes estándares pero no tanto como para que sea extravagante.
Me quito la camisa mientras llamo a mi contacto, trabajaba en gobierno y podría mover los hilos, me debía un favor o varios.
Una vez que termino de hacer todas las llamadas que se requieren me dispongo a darme un baño, la conversación con Edith no dejaba de darme vueltas, en realidad, en aquella ocasión me había centrado en ella y no había profundizado más, quizás porque al inicio fue un trabajo cualquiera y ella no me interesaba, hasta después de esa noche sentí curiosidad pero me dije a mi mismo que no debía cruzar esa línea, todo lo que habría sabido de haberlo hecho.
Edith:No había dormido casi nada debido a la incertidumbre y la preocupación, me había dado un baño rápido y tras eso le envíe un mensaje a James para decirle que hoy no podría ir por asuntos familiares, él no había preguntado que era y me había dicho que estaba bien, sabía que no habría problema con él.Voy a la cocina para preparar hot-cakes, picar fruta y preparar malteadas, no podía dejar de ver mi teléfono en espera de la llamada o mensaje de Ancel, la verdad es que se había portado muy amable anoche, algo que me había sorprendido, suspiro y entonces escucho pequeños pasos, me pongo de pie del taburete como un resorte y los veo bajar, lucían adorables ya que Bras lo había tomado de la mano, eso hizo que mi corazón se calentara y me hiciera ver que estaba tomando la decisión correcta.- Buenos días mis pequeños ‒me acerco para abrazarlos y besar sus mejillas.- Buenos días mami ‒mi pequeño Bras bosteza.- Ben ia mami ‒Luc dice lo último bajo, muerdo mi labio para evitar llorar.-
Edith:Ancel había mantenido todo lo de la adopción en total secreto, no sé cómo lo había hecho, ningún periodista se había enterado de nada, lo que era un alivio.Durante un mes había ido y venido al juzgado, visitas de una asistente social y llamadas con el señor Patel.Había llevado a los pequeños a la fiesta de los hijos de Omar y Lilia, sus mellizos que eran como primos para Brassen, se habían llevado bien y me alegraba que todos lo hicieran sentir bienvenido.Durante todo ese tiempo estuvimos con el pediatra de Bras, él iba evaluando el desarrollo, también iba con una terapeuta de lenguaje y poco a poco comenzaba a mejorar, había ganado algo de peso y hablaba un poco mejor.- Hermano, hermano ‒escucho que Bras grita en la puerta, se había acercado con Melinda para abrirla, me estaba encargando de limpiar las manos de Luc ya que se había ensuciado con pintura, él y Bras dibujaban‒, adivina, adivina ‒sonrío al oír la emoción en su voz, a todos le decía que tenía un hermano menor.
Odessa:Había terminado de filmar la película que parecía un documental acerca del aborto, había servido como una catarsis para mí, sin duda había ayudado mucho y esperaba que ayudará a todas aquellas mujeres que pasaban por algo así en silencio.No había dejado de lado el entrenamiento para la otra película, estaba avanzando lento y no por mí, dos de los escritores habían renunciado y eso había retrasado todo ya que uno de los antiguos no permitió el uso de su obra, así que tuvieron que reescribirla casi en su totalidad, lo que había retrasado un poco el inicio, aunque me ayudó para concentrarme durante cuatro meses en la película, entrenar y pasar tiempo con mi hijo.- Hasta luego ‒me despido de todos, esta vez no me quedaría ya que quería volver a casa.- Señorita Odessa, ¿me concede un minuto? ‒me giro al oír que me llaman, enseguida reconozco al hombre, era Justin Henderson, era un conocido periodista amarillista, jamás había hablado con él por lo mismo.- Señor Henderson, tengo
Gente, la siguiente escena esta un poco subida de tono, así que si te sientes incómodo, pueden saltárselo, pero si no es el caso, espero lo disfrutes.ALERTA +18Edith:Había disfrutado lo más que había podido sin ponerme nerviosa, les había dicho que tenía que irme unos días por cuestiones de trabajo, mis pequeños no cuestionaban nada gracias al cielo y eso era todo lo que importaba.Esta vez el señor Adam no me recogería, Ancel había enviado a alguien para esa tarea, había comprado alguna ropa adecuada, no sabía muy bien como iría todo, pero debía estar preparada.Antes de subirme saludé al hombre y este me devolvió el saludo de manera muy amable, cosa que agradecí porque ya estaba nerviosa.El viaje duro cerca de dos horas, en otras circunstancias habría intentado dormir, pero sin duda, ahora era imposible. Incluso intente distraerme con el paisaje, que era muy bello pero no me ayudó mucho con aquello.Cuando el chófer avisó que ya habíamos llegado, me sorprendió ver una preciosa y
Edith:Había vuelto muy temprano por la mañana, el llamado comenzaba a medio día por lo que tenía tiempo, por suerte había podido ver a mis hijos antes de que Bras se fuera a la escuela y el tutor de Luc llegará.No fue hasta que mi abuela me hizo la observación que recordé las marcas que Ancel me había dejado, tuve que mentirles a mis hijos y decirle que al lugar donde fue había mosquitos y plantas que me habían picado. Mi abuela no dijo nada pero basto con su mirada juzgadora para saber lo que pensaba.Dios santo, era una adulta y lo único que había hecho era saldar una deuda pendiente, aunque hubiese disfrutado muchísimo pagándola.Estaba agotada, anoche no me había dado tregua y nos habíamos quedado despiertos hasta bien entrada la madrugada, así que acaso había dormido unas tres o cuatro horas, y si hacíamos el recuento total de las horas que dormí durante esos tres días, no daban ni ocho horas, no sé cómo había podido aguantar tanto, aunque si nos enfocábamos en lo positivo, sig
Odessa:La filmación iba perfecta, durante un mes todo había estado en calma, la única variante eran los mensajes que intercambiaba con Ancel, algunos subidos de tono pero nada que insinuara algún encuentro. La última semana me había quedado en el hotel cerca de la nueva locación porque era difícil hacer el viaje, así que cada noche, si es que no se habían dormido ya; tenía una larga videollamada con mis pequeños. Pero hoy no era ese día, había acabado cerca de medianoche.Al fin habían terminado la edición de la película y mañana por la noche tendría la premier de la película: Madre: un dolor silencioso. Estaba emocionada y ansiosa, había preparado varias respuestas generales y otras más profundas, sobre todo en los temas en los que quería profundizar.Me acomodo en la cama y antes de quedarme dormido veo un mensaje de Ancel, era uno de buenas noches.“Buenas noches, pequeña diosa traviesa”, maldita sea, siempre me alteraba.“Buenas noches Ancel”, y para mi mala fortuna, no tenía alg
Advertencia de violencia física, no es muy explícita pero debo advertir.Edith:Parecía un león enjaulado caminando de un lado a otro, Dee me había dicho que haría una rueda de prensa, me aconsejó mostrar todo el proceso de adopción, también estaba en puerta una demanda contra ese idiota por exponer la foto de mi hijo.- Mami, ¿estás enojada? ‒me giro a ver a Luc y le sonrío, me acerco y lo alzo, lo lleno de besos.- No, mami está un poco preocupada, es todo ‒lo pego a mi corazón, no me arrepentía de nada.- Te abazare fuete ‒dice mientras me rodea con sus bracitos, no puedo evitar morir de ternura.- Mami, mami ‒escucho la voz de Bras, me apresuro a la entrada, Melinda había ido por él.- Aquí estamos cariño ‒besaba la mejilla de Luc.- ¡Hermano! ‒se remueve, lo dejo en el suelo para que corra donde él.- ¡Hermanito! ‒nada más llegar se abrazan, sonrío cual idiota al ver la escena tan bella, era increíble la unión que habían formado.- Bras, amor, ve a cambiarte, ¿quieres jugar ahora
Edith:Dicen que las mentiras tienen patas cortas, supongo que las mías intentaron dar pasos de bebé, pero como todo bebé debe crecer y justo ahora, era un adolescente hormonal y rebelde, o quizás es que todas aquellas mentiras que había tejido a mi alrededor por fin decidían hacer acto de presencia, supongo que mentir siempre es peligroso por muy justificado que pensemos que es.- ¿Has visto las noticias? ‒cada que Rose decía eso temblaba, no sabía que más podía pasar.- Dilo de una Rose, no puede irme peor ‒trago saliva, Dee me había informado que puso un comunicado en mis redes sociales y lo envío a algunos noticieros con la esperanza de que no fuera tan fuerte el impacto, la rueda de prensa está programada para las ocho de este día.- Henderson se retractó de las acusaciones ‒alzo la cabeza como un resorte, tomo la tablet y comienzo a leer, no decía nada que no supiera, ese hombre me aborrecía desde que lo puse en su lugar hace unos años, jamás nadie lo había enfrentado y claro qu