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La bruja del páramo

Odessa:

Poco después de ese incidente James me llamó para comenzar a filmar la tercera temporada de la duquesa, estaba bastante emocionada. También fue por este tiempo que me llamaron para otro proyecto: la bruja del páramo, la historia va de una chica que desde pequeña fue repudiada por sus rasgos únicos entre su gente, cabello negro y ojos rojos, todo empeoró cuando ella dio indicios de tener magia, lo que resultó en maltratos, tuvo que huir y su vida no fue mejor, pasó por tanto que al final no podía confiar en nadie, hasta que un pequeño acto de humanidad le hizo replantearse que quizás ahora todo podía ser diferente.

Me encargaría de darle vida a la bruja en la edad adulta, estaba emocionada con el personaje, era la villana en un cuento mal contado.

- Bueno, después del final, empezaremos con la boda ‒dice James mientras mira los últimos detalles.

El final de la segunda temporada había sido una escena de Omar y mía afuera, él aceptado el trato y diciéndole que a pesar de que lo obliguen, no la amara, así que Beatriz se había quedado ahí tras la salida de él, y como si el cielo sintiera la tristeza de ella, comenzó a llover.

***

« - ¿No me dejarás verla antes de la boda? ‒pregunta Devon mientras Beatrice termina de arreglarse.

- Ya fui lo bastante benevolente dejándote verla el día de su arresto ‒dice con calma mientras terminan de colocarle las joyas‒. Además, nada me asegura que te arrepientas y no quieras casarte por unas simples palabras de mi primita ‒se gira a verlo, lucía muy bien con ese traje.

- Nunca haría nada que pusiese en peligro nuestro trato ‒ve a Beatrice sonreír con diversión.

- Después de que cumplas con tus deberes conyugales ‒Devon traga saliva, sabía que eso pasaría pero escucharlo de sus labios era diferente.

Tras ese intercambio, se dirigieron al gran salón para comenzar con la boda, era algo grandioso y majestuoso. Al finalizar todos aplauden, tras eso da comienzo el primer baile de los esposos, y después de eso dejarían la fiesta para cumplir con la siguiente parte, siendo ella de alta cuna debía seguir el protocolo y en cuanto terminaran, una sirvienta entraría para tomar la sábana con la mancha que demostraba la pureza de su joven señorita.

A pesar de que Devon sentía un odio intenso por Beatrice, cuando esta lo desafió de nuevo, no pudo evitar besarla con rabia, quería dañarla en ese momento pero de alguna manera, también sentía pena por ella, sabía que la joven estaba vengándose de Marie por haberse casado con su prometido, así que ella le quitaría a quién amaba, cuando se acercó por primera vez ella le ofreció riqueza y estatus, pero él valoraba más el amor, supuso que tenerlo mientras se vengaba de su prima se habían convertido en su obsesión.

Devon mira a Beatrice mientras se acomoda para entrar en ella.»

***

- Corte, esperen un momento ‒comienzo a reír ante la posición en la que Omar y yo estamos.

- Tendré que explicarle mucho a Ancel ‒suspira con fingido pesar, niego riendo mientras se sienta, me cubro con la sábana.

- Él sabe de esto, es muy consciente de mi trabajo ‒no era la primera vez que nos besábamos, pero si de una escena de cama. Estábamos protegidos por ropa interior, de todos modos no se veía mucho de ahí, sólo de cintura para arriba, pero en mi caso usaba pezoneras para evitar mostrar de más, además, Omar ayudaba mucho con las posiciones que tomaba gracias a la dirección de la coordinadora de intimidad.

Ella nos indicaba que haríamos, ambos la miramos y asentimos, incluso probamos a hacer la posición antes de volver a grabar. Por suerte todo salió bien y pudimos terminar ese mismo día.

James no se opuso a que grabara la nueva serie, de todos modos ya habíamos adelantado bastante del guion.

Fue así que me presenté a la semana siguiente ya que la pequeña actriz que hacía de mí ya casi terminaba sus escenas.

El cambio era importante, así que tenía que estar ahí.

- Perfecto Amy, ve a cambiarte ‒le dice la directora, la niña se gira para buscar a su mamá pero no la encuentra, entonces recuerdo que salió para atender una llamada.

- Te acompaño preciosa ‒frunzo el ceño ante aquello, había hablado un director asociado, él tenía una mala reputación.

- No es necesario señor Blund, yo puedo ayudarla ‒sin esperar su respuesta me apresuro a tomar la mano de la pequeña y guiarla suave a su camerino.

- Gracias señorita Odessa, él no me agrada ‒acaricio su mejilla, la dejo para que se cambie mientras espero afuera, una vez que esta lista sale, me quedo con ella hasta que su madre vuelve.

Me apresuro cuando me llaman para comenzar a grabar.

La pequeña Amy no volvió a filmar, lo que era bueno, de igual modo le había advertido a su madre del comportamiento del hombre y prometió estar más al pendiente.

Grabar ambas series me resultó de lo más cansado, en la duquesa tenía que usar un vientre falso ya que estaba embarazada, el problema no era sólo ese ya que también estaba el peso de la ropa. Y en la bruja, hacia muchas escenas donde corría, rodaba y caía, justo hoy estaba filmando una escena donde me arrojo de un pequeño acantilado, se supone que eso no me mataría, sólo me lastimaría el tobillo y me haría unos cuantos raspones.

Salto cuando se me indica y después de que se hubiesen asegurado que el arnés estaba bien puesto. Al caer suspiro de alivio al haber caído como me habían indicado, sin embargo, siento un dolor en el vientre y maldigo por lo bajo al ver un poco de sangre, ¿sería otro fibroma o me había pegado durante la caída?

Todos se asustaron, uno de los técnicos me tomo en brazos y sin perder tiempo me llevaron al hospital, quizás si me había lastimado y no me di cuenta.

Rose corrió tras de nosotros y estaba al teléfono, seguro que le estaba diciendo a todos, pobres, seguro no me dejarían estar si era otra cosa como lo del fibroma.

Al llegar me llevaron directo a urgencias, le explico al doctor que pasó.

- ¿Probabilidad de embarazo? ‒niego, había tenido mi periodo hace nada.

- Tuve mi periodo hace una semana, hace unos meses me retiraron un fibroma, ¿cree que pueda ser algo similar? ‒no quería pasar por eso de nuevo.

- Haré algunos estudios, me pondré en contacto con ginecología para que te hagan un ultrasonido ‒asiento, lo veo darles instrucciones a dos enfermeras, una de ellas sale y la otra se acerca para sacarme una muestra de sangre.

Poco después entra un doctor seguido de una enfermera y por supuesto, Ancel.

- Edith, ¿qué pasó? ‒toma mi mano, la preocupación en su rostro.

- Creo que me pegue al caer durante una escena, van a revisarme ‒le señalo al doctor.

- Caballero, si pudiera retirarse para el estudio ‒veo a Ancel reacio.

- Esta bien doctor, no me molesta que este aquí ‒él doctor asiente mientras la enfermera le acerca un ultrasonido, con cuidado intento quitarme el vestuario para dejar libre mi vientre. Vuelvo a explicarle que pasó hace unos meses, él coloca gel y luego el transductor, comienza a revisar, Ancel sujetaba mi mano mientras miraba la pantalla, al igual que yo.

- Veamos ‒trago saliva por los nervios, entonces lo veo y mi corazón se acelera‒, ¿dices que tuviste tu periodo hace una semana? ‒ay por Dios.

- ¿Qué es?, ¿qué tiene? ‒pregunta Ancel ansioso, yo había comenzado a llorar.

- Nada malo señor, la paciente está embarazada, el sangrado que tuvo es debido a eso, no hay señal de alarma, quizás fue por la actividad que estaba realizando ‒pude ver cómo Ancel se congelaba ante la noticia, se gira a verme sin poder creer lo que escuchó.

- Un bebé Ancel, ¡tendremos un bebé! ‒lo sacudo un poco ya que no parece reaccionar.

- Un bebé ‒lo veo tragar saliva‒, pequeño, indefenso y frágil ‒dice viendo mi vientre plano.

- Hermoso y maravilloso ‒asiente aun desconcertado.

- ¿Cuántos meses tiene? ‒se gira a ver al doctor, lo veo maniobrar para tomar medidas y demás.

- Quince semanas más o menos, ¿tiene una fecha probable donde pudiera haber quedado embarazada? ‒por la fecha, sin duda fue en navidad.

- El día de navidad ‒me sonrojo un poco, y como si se hubiese activado un interruptor, Ancel pareció asimilar la noticia.

- ¡Un bebé! ‒se gira y me besa el rostro‒, tendremos un bebé ‒se gira para ver al doctor, él parecía desconcertado por el repentino cambio‒. ¿Podemos saber el género? ‒el doctor asiente.

- Antes de eso, ¿podemos oír el latido de su corazón? ‒el doctor vuelve a asentir, mueve el transductor, lo veo subir el volumen y la sala se llena de ese precioso sonido haciéndome llorar de nuevo, Ancel mira con fascinación la pantalla donde se muestra el latido de nuestro bebé, tan fuerte y claro.

- Con respecto a lo otro ‒mueve el transductor otra vez, veía su columna, incluso como se chupaba el pulgar‒. Aquí, ¿lo ven? ‒suelto una pequeña risita, claro que podía interpretar el ultrasonido, me había reído por la cara de Ancel.

- Es una niña Ancel, tendremos una niña ‒se gira a verme y puedo ver cómo sus ojos brillan ante esa revelación.

- Será igual de hermosa que su madre ‒se inclina y me besa con amor.

- ¿No sintió algún síntoma? ‒la pregunta del doctor nos saca de nuestra burbuja.

- No, tuve mi periodo normal, lo único es que me sentía un poco más cansada, pero soy actriz y estoy filmando dos series al mismo tiempo, en ambas hay bastante esfuerzo físico y pensé que se debía a eso ‒asiente‒, además, en mi primer embarazo me ocurrió igual, no tuve síntomas y mi vientre no creció hasta el octavo mes, tuve mi periodo normal y casi al final se me hinchaban los pies, pero como trabajaba de enfermera en el turno de la noche, pensé que era por eso ‒me mira con curiosidad, lo entendía, de enfermera a actriz.

- Bien, supongo que sabe los cuidados necesarios ‒asiento‒, por suerte el sangrado se detuvo, no hay peligro de aborto pero le recomiendo que baje la intensidad de su trabajo.

- No se preocupe doctor, yo me encargo de eso ‒el doctor asiente, con ayuda de Ancel me limpio el vientre.

- Gracias ‒le sonrío al doctor antes de verlo salir‒. Le diré a la directora que necesitaré usar a los dobles, con lo que me gusta hacer mis propias escenas ‒suspiro, toco mi vientre y pronto me deshago de esas ideas, era más importante la vida en mi vientre.

- Ojalá pudieran pausar las grabaciones ‒coloca su mano encima de la mía‒, pero supongo que sólo quedara cuidarte ‒lo miro ladeando la cabeza, ¿pondría a más gente? Con Jacob era más que suficiente.

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