Noud:
- Gracias por dejarme comer con ustedes ‒había llamado a Edith antes de ir por mi hermano, la verdad es que me gustaba pasar tiempo con él, había crecido como hijo único y siempre tuve la ilusión de un hermano, pero tras mi nacimiento mi madre se negó a tener más hijos y mi padre a pesar de querer más familia aceptó porque la amaba mucho, aunque de nada le sirvió porque ella lo engañó y mi padre comenzó a saltar de una relación a otra sin establecerse, eso sí, jamás me descuido, me imaginó que Edith también fue una aventura de una noche o quizás es que al tener que volver tan rápido no le dio tiempo de conocerla mejor, en fin, él único que podría aclarar esa situación ya no está.
- De nada, además, no me quita nada dejarte venir ‒se encoge de hombros. Nos habíamos subido a mi auto he ido al centro comercial más cercano, mi hermano quería comida rápida y Edith no se había opuesto, según ella le dejaba comer una comida así cada cierto tiempo y en vista de que había salido muy bien en sus clases de esta semana y Edith quería relajarse fuera de casa, algo sobre el trabajo, aunque había sido una descripción algo vaga, no quería creer que ella hacía algo ilegal o peligroso, pero mientras no me dijera en que trabajaba, sólo podía especular.
- Mamá, ¿podemos comer hamburguesas de Pancho’s? ‒ella asiente con una sonrisa.
- Es uno de sus restaurantes favoritos, la verdad es que sus hamburguesas son muy buenas, te van a gustar ‒asiento, no tardamos mucho en llegar.
Bajamos una vez estaciono, caminamos a la segunda planta, que es donde está el pequeño local.
Lo veo correr hacia el local, se notaba que le gustaba mucho.
- Iré a apartar la mesa, pide para mí, si eres tan amable ‒la veo asentir e ir con mi hermano, necesitaba hacer una llamada y eso me daba tiempo.
Poco después veo que él se acerca hacia la mesa y se sienta a mi lado, para ese momento ya había terminado la llamada.
- Mamá está esperando el pedido ‒le asiento, él comienza a contarme su día, era un niño muy feliz y creo que mi padre estaría más que contento con esto, me gustaría que en el futuro decidiera usar nuestro apellido, pero como Edith había dicho, eso sería decisión de Brassen.
- ¿Quién será ese señor? ‒su pregunta me saca de mi trance, alzo la vista, me estaba preparando para ponerme de pie cuando veo al hombre apenado mientras creo que se disculpa.
Edith:
Estaba esperando con total paciencia a que el pedido estuviera listo cuando un golpe en mi espalda me hizo darme la vuelta.
- Señorita Abney, ¿podría darme un autógrafo? ‒dice un hombre cerca de los treinta.
- Lo siento, pero no soy ella, míreme bien ‒señalo mi cabello que estaba en un moño desordenado y ojos‒, además, por lo que he visto, siempre sale muy bien vestida ‒señalo mi camiseta con estampado, mi pantalón de mezclilla azul y unos converse.
- Tiene razón, lo lamento mucho señorita, pero es que se parece mucho ‒le sonrío para tranquilizarlo.
- Me lo han dicho algunas veces, no se preocupe ‒el hombre se disculpa una última vez antes de irse, suspiro. Me congelo cuando a lo lejos lo reconozco, era Duncan con su familia, me giro con rapidez dándole la espalda, quería esconderme, froto mi sien como si me doliera la cabeza en un patético intento de esconderme.
- ¿Pasa algo Edith?, ¿te molestó ese hombre? ‒casi doy un salto por la voz de Noud.
- ¿Qué? No, no, me confundió con la actriz Odessa Abney, pero le dije que no era yo ‒rio restándole importancia.
- Parece que viste a un fantasma, ¿segura que estás bien? ‒suspiro, quizás podía decirle algo vago para que me ayudé.
- Vi a un ex, no acabamos bien y no quiero que me vea, ¿crees que pueda usarte de escudo humano? ‒ríe bajo y asiente. La mujer de la caja informa que el pedido está listo, nos acercamos para tomar la comida y pagar, algo que él hace. Se pone del otro lado e intento caminar a su lado para evitar que Duncan pudiera verme, esperaba que ya estuviera lejos pero prefería curar que lamentar.
Me siento dándole la espalda a todo, tomamos cada quien nuestras hamburguesas y comenzamos a comer, nunca creí que esto podría pasar, o sea, hemos hecho esto muchas veces, ¿por qué ahora? Es como si a partir del encuentro en la villa, la vida quisiera poner a prueba mis nervios.
- No veo a nadie ‒susurra Noud lo bastante bajo para que sólo yo pueda escucharlo, asiento y por fin puedo relajarme.
Cuando acabamos de comer, nos apresuramos a volver a casa, no quería arriesgarme a toparme con ellos en otra parte, sobre todo temía que vieran a mi pequeño.
Odessa:Odiaba despertarme temprano, pero iría a ver a James, por lo que la emoción había opacado esa sensación.Me había bañado y vestido rápido, el señor Adam ya me esperaba, me pondría la peluca cerca del edificio donde sería la junta.Una vez que llegamos bajo y camino un poco ya que no había donde estacionarse enfrente, veo algunas personas que se acercan para saludar y tomarse fotos, me gustaba bastante convivir con las personas.- Gracias por la foto ‒le sonrío a una chica mientras asiento.- Señorita Odessa, la vi la otra noche, me encantó su vestido ‒dice otra chica mientras nos tomamos la foto.- Muchas gracias, visiten a Monique ‒les guiño un ojo, veo a Rose acercarse‒. Un gusto chicas, pero tengo que irme ‒les sonrío mientras camino hacia mi amiga, ella saluda a las chicas detrás antes de caminar a mi lado rumbo a la entrada.Saludamos a la chica de la recepción y al guardia, todos eran muy amables.- Vamos a trabajar duro amiga ‒me guiña un ojo y rio bajo antes de entrar
La muerte de mi abuelo había dejado a todos alterados, sobre todo por la línea de sucesión, había trabajado muy duro y me gustase o no, tenía la ventaja gracias a Edith, así que esperaba convertirme en el nuevo CEO.- Aquí tienes ‒alzo la vista de los papeles que estaba revisando, mi madre y mi tía se encargaban de planear el funeral.- ¿Qué es esto? ‒los tomo y lo primero que salta es divorcio.- Los papeles del divorcio, no quiero nada así que sólo firma ‒me giro a verla, por primera vez desde hace meses o incluso años, entonces noto que ya no es esa pequeña con la que me casé, lucía cansada, derrotada por no decir hastiada, no había vida en sus ojos.- No puedo creer que no quieras nada ‒rio con burla mientras niego.- Puedes revisarlo si quieres, dárselo a un experto o lo que quieras, pero nada de lo que te pertenece irá a parar a mis manos ‒bajo la vista y comienzo a leer con rapidez, en efecto, ella no pedía nada salvo la disolución.- ¿Es por qué ya tienes a otro? ‒la veo rodar
El domingo había dormido hasta el mediodía y después habíamos salido a comer fuera y mientras mi abuela iba a su reunión de juego, mi pequeño y yo nos habíamos quedado un rato en el parque.Sin despegar la vista de mi pequeño hablo con Rose, estábamos cotilleando del día anterior, también de cuántas horas dedicaría al entrenamiento para la película de acción y también programar las sesiones para la otra película además del tiempo que tomaría filmar la segunda temporada, tendría que hablar con James por si algunas grabaciones se sobreponían, él era el más comprensivo y sin duda me dejaría faltar algunos días o incluso grabar algunas escenas mías y los días que no, las de otros.- Cuando quieras te hago una cita con él, sé que esta soltero ‒suelto una carcajada, había estado coqueteando con Gustaf Karlsson, un guapísimo actor en su mayoría películas de terror y misterio, eran muy buenas. La escucho chillar emocionada y cuelgo tras eso.- Mami, mami ‒me giro a la voz de mi pequeño, le so
Ancel:Miraba por la ventana de mi oficina, a diferencia de otras grandes empresas, no era un edificio enorme de cincuenta pisos, tenía como máximo cinco y era más un viejo edificio que uno nuevo y me encantaba, además, era mucho más funcional para lo que hacíamos.Era uno de esos días, o noches en este caso; dónde estaba por estar, no tenía ganas de estar en casa, en la calle, bar o cualquier lugar, aquí podría llegar algún trabajo interesante, hace mucho no tenía uno que me llamara la atención o en el cual quisiera involucrarme. Por eso cuando recibí aquella llamada me sorprendió mucho la voz al otro lado.- Edith, que agradable sorpresa, pensé que nunca me llamarías ‒hablo jovial hasta que escucho su voz quebrada por el llanto‒. ¿Qué ocurre? ‒eso me había puesto en alerta‒, calma, calma, ven a mi oficina si te parece bien ‒podía oírla moverse por la habitación, incluso maldijo tras golpearse con algo‒, ¿quieres que vaya uno de mis hombres por ti? ‒ella niega y me dice que irá tan p
Edith:No había dormido casi nada debido a la incertidumbre y la preocupación, me había dado un baño rápido y tras eso le envíe un mensaje a James para decirle que hoy no podría ir por asuntos familiares, él no había preguntado que era y me había dicho que estaba bien, sabía que no habría problema con él.Voy a la cocina para preparar hot-cakes, picar fruta y preparar malteadas, no podía dejar de ver mi teléfono en espera de la llamada o mensaje de Ancel, la verdad es que se había portado muy amable anoche, algo que me había sorprendido, suspiro y entonces escucho pequeños pasos, me pongo de pie del taburete como un resorte y los veo bajar, lucían adorables ya que Bras lo había tomado de la mano, eso hizo que mi corazón se calentara y me hiciera ver que estaba tomando la decisión correcta.- Buenos días mis pequeños ‒me acerco para abrazarlos y besar sus mejillas.- Buenos días mami ‒mi pequeño Bras bosteza.- Ben ia mami ‒Luc dice lo último bajo, muerdo mi labio para evitar llorar.-
Edith:Ancel había mantenido todo lo de la adopción en total secreto, no sé cómo lo había hecho, ningún periodista se había enterado de nada, lo que era un alivio.Durante un mes había ido y venido al juzgado, visitas de una asistente social y llamadas con el señor Patel.Había llevado a los pequeños a la fiesta de los hijos de Omar y Lilia, sus mellizos que eran como primos para Brassen, se habían llevado bien y me alegraba que todos lo hicieran sentir bienvenido.Durante todo ese tiempo estuvimos con el pediatra de Bras, él iba evaluando el desarrollo, también iba con una terapeuta de lenguaje y poco a poco comenzaba a mejorar, había ganado algo de peso y hablaba un poco mejor.- Hermano, hermano ‒escucho que Bras grita en la puerta, se había acercado con Melinda para abrirla, me estaba encargando de limpiar las manos de Luc ya que se había ensuciado con pintura, él y Bras dibujaban‒, adivina, adivina ‒sonrío al oír la emoción en su voz, a todos le decía que tenía un hermano menor.
Odessa:Había terminado de filmar la película que parecía un documental acerca del aborto, había servido como una catarsis para mí, sin duda había ayudado mucho y esperaba que ayudará a todas aquellas mujeres que pasaban por algo así en silencio.No había dejado de lado el entrenamiento para la otra película, estaba avanzando lento y no por mí, dos de los escritores habían renunciado y eso había retrasado todo ya que uno de los antiguos no permitió el uso de su obra, así que tuvieron que reescribirla casi en su totalidad, lo que había retrasado un poco el inicio, aunque me ayudó para concentrarme durante cuatro meses en la película, entrenar y pasar tiempo con mi hijo.- Hasta luego ‒me despido de todos, esta vez no me quedaría ya que quería volver a casa.- Señorita Odessa, ¿me concede un minuto? ‒me giro al oír que me llaman, enseguida reconozco al hombre, era Justin Henderson, era un conocido periodista amarillista, jamás había hablado con él por lo mismo.- Señor Henderson, tengo
Gente, la siguiente escena esta un poco subida de tono, así que si te sientes incómodo, pueden saltárselo, pero si no es el caso, espero lo disfrutes.ALERTA +18Edith:Había disfrutado lo más que había podido sin ponerme nerviosa, les había dicho que tenía que irme unos días por cuestiones de trabajo, mis pequeños no cuestionaban nada gracias al cielo y eso era todo lo que importaba.Esta vez el señor Adam no me recogería, Ancel había enviado a alguien para esa tarea, había comprado alguna ropa adecuada, no sabía muy bien como iría todo, pero debía estar preparada.Antes de subirme saludé al hombre y este me devolvió el saludo de manera muy amable, cosa que agradecí porque ya estaba nerviosa.El viaje duro cerca de dos horas, en otras circunstancias habría intentado dormir, pero sin duda, ahora era imposible. Incluso intente distraerme con el paisaje, que era muy bello pero no me ayudó mucho con aquello.Cuando el chófer avisó que ya habíamos llegado, me sorprendió ver una preciosa y