Entender que la vida quiere darle una segunda oportunidad es lo que nuestros personajes vivirán, tal vez guiados por un corazón que se resistió a dejar de latir.

Más de 100.000 personas en los Estados Unidos están esperando un trasplante de órgano. Las estadísticas dicen que cerca de 17 personas cada día fallecen esperando por ese milagro.

Hospital de Pennsylvania, 5 de la tarde, un médico entraba a la habitación donde el cuerpo de una joven de solo 23 años prácticamente agonizaba, sería una noticia difícil, ya no había nada más que hacer por ella, su corazón difícilmente tendría fuerzas para un día más.  Los padres y la hermana de la chica sólo esperaban un milagro, aunque era claro que ese milagro debía venir del dolor y la pérdida de alguien más.

—Lo siento mucho pero ya hemos agotado todos nuestros recursos a menos que llegue un donante compatible para Camila en las próximas horas ella no lo podrá resistir más.

Oscar el padre de la chica debió abrazar fuerte a su esposa para que ella no se derrumbara junto a la camilla que mantenía el cuerpo de esa chica en un estado casi sin vida.  Su hermana Leticia le tomó la mano levantando con cuidado uno de los tubos que estaban conectados a su brazo.

—Vamos hermanita, tú puedes ser fuerte, no me dejes por favor.

— Lo siento —dijo el médico cuando en esos momentos recibía una llamada avisando de una urgencia que lo obligó a salir con prisa de la habitación, odiaba esa parte de su trabajo, pero debía seguir con su deber.

En otra ala del hospital llegaba una joven herida de bala junto a ella su novio, con una contusión en la cabeza y su camisa llena de sangre, ya no había nada más que hacer, destrozado recordaba que esa noche ella le había dicho que si algo en algún momento le sucedía quería ser donante.

Una conversación que tal vez en su momento quiso pasar por alto pero que en ese momento llegaba a él y con todo el dolor en su alma simplemente aceptó cuando sus suegros firmaron los papeles para autorizar la donación.

Dos familias en un mismo hospital estaban destrozadas, pero una de ellas recibiría una oportunidad que cambiaría la vida de todos para siempre. 

Camila esperaba ya casi sin fuerzas resistiéndose a ser una de esas 17 personas cada día, justo en el momento en que las esperanzas se desvanecen para todos en medio de esa tormenta el sol comenzó a brillar y un arcoíris apareció para ella. 

Volver a la vida en una de las salas de ese hospital significó al mismo tiempo la despedida en otro sector donde Andrew sintió que esa noche jamás volvería a ver un arcoíris en el cielo. 

Hablamos de los animales cuando cruzan el arcoíris, ¿será que nosotros también cruzamos alguno?, ¿será que un corazón puede seguir latiendo más allá de la vida? Pensar en ese amor que puede ser más fuerte que la vida misma, que cruza el arcoíris porque más allá de la vida sueña con que su gran amor deje de sufrir.