Esa mañana en su departamento Andrew se preparaba pensando en que su amigo pasaría por él y caminarían juntos al restaurante al fin y al cabo eran sólo unas cuadras.
Era extraño, pero hace mucho que no se había sentido así de emocionado por un nuevo día, algo extraño sucedía, no le había pasado con ninguna chica desde Iris, se sentía emocionado y no quería hacerse ideas, pero no dejaba de pensar en Camila esos ojos y su sonrisa seguían en su mente.
La recordaba como a una persona que sonríe con la mirada de pronto pensó «Joseph me conoce muy bien y notó de inmediato algo diferente en mí»
En esos momentos escuchó el timbre y al abrir estaba Joseph con dos cafés listos para partir.
Le pasa uno diciendo —Sin azúcar y con leche de coco.
—¡Perfecto!
—¿Estás listo para este día?
—¡Estoy más que listo! —respondió emocionado.
—Y para ver a la chica nueva ¿Cómo se llama?
—Camila—respondió rápidamente.
—Lo sabía, no olvidaste su nombre, es una señal.
—No seas así, que sólo la he visto una vez y no sabemos si hoy vuelva.
—Pero quieres que así sea ¿Verdad?
—En realidad te soy sincero, me gustaría mucho, creo que puede llegar a ser una buena trabajadora y tiene una personalidad muy dulce, mucho más que tu café.
—No reclames que siempre te ha gustado el café sin azúcar.
Ambos sonrieron, Joseph le contó que esa tarde saldría temprano ya que estaba listo el carro que quería y al fin lo podría retirar y casi sin darse cuenta ya estaban a la entrada del restaurante.
Al entrar vieron que ya estaban la mayoría de las personas del día anterior, todos estaban ya listos para comenzar, ambos fueron directo a la oficina, aunque de reojo Andrew alcanzó a ver a Camila leyendo el menú, se veía muy linda, cuando ella lo vio sonrió, él no pudo evitar devolver la sonrisa y cerrarle un ojo.
En la oficina Joseph le dijo nuevamente —Andrew es mejor que digas quién eres realmente, ustedes han comprado este restaurante eres uno de los dueños, y poco después de la inauguración sabes bien que tus padres harán un de viaje por un mes, ellos han planeado eso por años y tú estarás a cargo de todo.
—Lo sé, entiendo lo que me dices, pero quiero hacer todo en este lugar antes de ocupar esa posición, necesito entender desde un comienzo este lugar, quiero estar realmente preparado, si en algún momento necesitamos a alguien.
—¿Cuánto durará tu entrenamiento?
—Sólo serán unas semanas además quiero que sea como mi padre lo hizo, no olvides que estaré aquí limpiando, lavando platos, botando la basura haciendo ordenes, seré tu mano derecha.
Joseph lo miró y respondió —Muy gracioso ¿Quién se supone que soy yo?
—El Chef Manager, mi amigo, sabes bien que eres uno de los mejores, ahora vamos, no hagamos esperar el grupo, yo me sentaré a escucharte.
—Si de seguro ya se bien dónde y con quien —respondió mientras le daba una ligera palmada en la espalda a su amigo.
Salieron de la oficina y Andrew vio que junto a Camila había una silla desocupada, aunque ella había puesto su bolso ahí, tal vez discretamente guardando ese lugar para la persona indicada.
—¿Está ocupada esta silla? —preguntó muy bajito.
—No, por favor toma asiento disculpa dejé mi bolso ahí.
—Por favor, yo agradezco que hayas hecho eso, así me puedo sentar junto a ti.
Después de ese comentario notó como ella se sonrojó por unos segundos y eso lo encontró extremadamente dulce y sensual.
«Por Dios que está pasando por primera vez en mucho tiempo veo a una chica de una forma especial, no puedo entender que hay en ella pero quisiera invitarla a salir aunque no sé cómo lo tomará y mucho menos si supiera quien soy en realidad, mejor lo tomo con calma, dicen que no es bueno mezclar las cosas pero hace mucho que no me sentía así» pensaba mientras disimuladamente la miraba.
«¿Qué será lo que está pensando? ¿Será que se notó mucho que me puse nerviosa cuando me preguntó por la silla? es que no lo puedo evitar, ¿pondrán problemas si alguien tiene relaciones con alguien? Relaciones, por Dios ¿qué estoy pensando? sólo se sentó a mi lado, es que veo sus ojos, esos brazos, ese cuerpecito que Dios le dio y me emociono, se me alborotan las hormonas, la única vez que me sentí así fue cuando vi a Chris Evans, bueno la verdad es que con él habría que ser de hielo para no sentir nada»
Joseph les explicaba el tipo de comida que tendría el restaurante, los vinos y cuáles combinaciones eran las mejores para los distintos tipos de comida, quería que todos conocieran un poquito de cada cosa, les explicó el menú, los especiales que tendrían cada día, además les indicó que ya se estaban haciendo promociones para los eventos, en esos momentos la miró y dijo —Camila, pensamos que tú podrías ayudar mucho ahí, debemos trabajar también las decoraciones del lugar cuando alguien nos contrate.
Ella sonrió emocionada y miró a Andrew quien no dudó en decirle bajito —felicidades estoy seguro de que harás un excelente trabajo.
Después les presentó algunas pruebas de apetizers y postres que tendrían, de hecho, pudieron degustar varios de ellos, además prepararon una especie de buffet con opciones para que probaran, en esos momentos Camila escuchó a Andrew decirle al oído —¿Qué te parece todo?, di si necesita algo de sal.
Cuando escuchó su voz tan cerca ella se estremeció toda y al girarse para decir que estaba todo perfecto vio sus labios tan cerca, que ambos se asustaron y pusieron algo de distancia rápidamente.
«Yo hubiese querido soltar ese plato abrazarlo besarlo y llevármelo de aquí, de sólo pensarlo estoy sudando no sé qué me pasa, mi cuerpo se estremece sólo con estar a su lado y lo acabo de conocer ¿Será que esto es normal? Ya quiero llegar a casa y hablar con mi hermana al menos ella tiene experiencia, aunque no muy buena, en realidad cualquiera tiene experiencia a mi lado»
Entre los postres había un Bonet, típico postre italiano donde Camila lo probó simplemente cerró los ojos para sentir la explosión de sabores en su boca, pero al abrirlos vio que Andrew la estaba mirando mientras sonreía.
—¿Qué estás pensando?
—Esto es lo mejor que he probado en mi vida, es simplemente perfecto el sabor del cacao con el toque de Amaretto son perfectos «mejor le digo lo que pienso del postre porque si digo lo otro va a pensar que soy una loca»
—Bueno ya sé a lo que puedo invitarte.
—Tú dices postre, y de ahí soy, especialmente un Bonet.
Ambos sonrieron, mientras tanto ella notaba que la señora Diana no los dejaba de mirar, aunque siempre con una sonrisa, se notaba que era muy simpática y buena persona.
Andrew lo notó y le dijo —A Diana le caíste muy bien.
—¿Has hablado con ella?
Le respondió tan rápido que casi sin darse cuenta le dijo quién era él, y pensó «la verdad no puedo decirle todavía que es mi madre, yo sé que está feliz porque por primera vez en poco más de un año me ha visto sonreír»
El día pasó volando y ya era hora de terminar, Joseph dijo —mañana todos trabajaremos en la programación y preparación de un evento ya que en dos días más tenemos citados tres clientes que podrían contratar nuestros servicios y debemos mostrarles como funcionara todo.
Comenzaron todos a despedirse, pero cuando Camila llegó a la puerta escuchó que Andrew la llamaba.
—¿Vas a tu casa?
—Si
—¿Vendrán por ti?
—No, esta vez tomaré el tren.
—¿Te acompaño?
—Por mí no hay problema, pero tal vez es demasiado lejos para ti «¿Por qué dije eso?, debí quedarme callada claro quiero, es más quiero tomar el tren equivocado para estar más tiempo a su lado, que estoy diciendo gracias a Dios mis pensamientos son sólo míos, aunque desde ayer ya no estoy tan segura»—No hay problema, así podemos conversar —lo escuchó decir.—Me parece perfecto.—¿Te gustaría comer algo? —le preguntó él. —La verdad hemos comido más de lo que creí podía comer el día de hoy «Soy una idiota ¿por qué dije eso? Tú comes, tomas agua después haces dieta si quieres»—Tienes razón, creo que yo también comí bastante.Casi sin darse cuenta caminaron hasta llegar a la estación del tren no sin antes Camila preguntar nuevamente —¿Estás seguro?, no quisiera distraerte de ningún compromiso que tengas.—No tengo ningún compromiso.Dentro de ella estaba tan feliz de escuchar eso, que pensó por un segundo que él podría leer sus pensamientos si se descuidaba. En un momento ella le p
Andrew volvió al restaurante y Joseph que aún se encontraba ahí al verlo con una cara de felicidad le dijo —Pensé que ya no te vería hoy, la verdad, creí que te habías perdido en algún lugar de Brooklyn. —La iba a besar y su hermana apareció justo en ese momento, no sé qué hacer ahora, cómo la veré a los ojos. —Primero dile la verdad de quién eres, yo siento que ella es una chica buena y me recuerda mucho a…—Si tienes razón se parece mucho a Iris, no tanto físicamente, aunque Camila también es muy linda, la siento muy frágil y quisiera protegerla, cuando la veo a los ojos olvido hasta quien soy, ahora no sé qué puedo hacer y no logro entender porque me siento así con una chica a la que acabo de conocer. —Debes decirle la verdad, no comiences una relación en base a una mentira, no tienes por qué cambiar la forma en la que llevarás las cosas aquí, pero que ella debe saber quién eres tú.—Se que tienes razón.—Tu mamá se sintió muy bien con ella y yo confío en su intuición, la últim
Cuando llegaron al restaurante ya la mayoría estaba ahí, Andrew la buscó con la mirada entre el grupo y como los días anteriores la vio bajar del carro de su papá.Vestía unos jeans que se amoldaban perfectamente a su figura y una linda blusa azul, ella es una chica muy femenina, un maquillaje delicado, sus labios rosa y su cabello tomado le daban un toque casual pero elegante, Andrew quiso olvidarlo todo y por un segundo pensó en besarla ahí mismo, pero entendía que debían hablar y también trabajar.Acercándose despacio sin que ella lo notara le dijo suave al oído —Buenos días, Camila… te ves muy linda hoy. Ella lo miró, sonrió y mientras los colores le subían al rostro bajo la mirada.—Te parece si hablamos a la salida, después te llevo a tu casa —le preguntó bajito.Ella sólo asentó con la cabeza acompañada de una dulce sonrisa —recuerda que a esa hora el tren va…—No te preocupes por eso —le respondió mientras le guiñaba un ojo.Andrew no recordaba haber sentido un día tan larg
Apenas Camila cruzó la puerta de su departamento escuchó la voz de su madre que la trajo a la realidad —¿Dónde estabas? Me preocupé por ti, pensé que te había pasado algo, tu padre no tarda en llegar.—Estoy bien mami, sólo que me puse a conversar con un amigo del restaurante y se me pasó la hora —respondió rápidamente tratando de ocultar su nerviosismo. Esa noche Camila casi no podía probar bocado, recordaba los besos y las caricias de Andrew, necesitaba esa ducha de agua fría, sabía que ahora debía ser ella quien debía decir su verdad, el por qué no había trabajado y lo más importante que nunca había estado con ningún hombre.«Se ve que tiene experiencia, ¿será que se asusta al saber que soy virgen?, estoy tan inexperta que esos fueron mis primeros besos, Dios de los que me estaba perdiendo en esta vida» pensaba mientras las voz de su madre se escuchaba casi a lejos.Después de comer se fue a su cuarto casi sin decir una palabra, pero con una sonrisa que no podría ocultar, Letic
Camila respiró profundo, se armó de valor y comenzó esta vez su confesión, le contó que por su enfermedad jamás tuvo la oportunidad de tener novio, o una vida normal, ni siquiera la habían besado, mucho menos había hecho el amor, tenía miedo, pero lo que había sentido esa noche superó lo que imaginaba. Lentamente abrió su blusa y le enseñó su cicatriz —No sé cómo podemos enfrentar esto, no sé si puedas estar con la mujer que lleva el corazón de alguien a quien has amado tanto. Se levantó, tal vez pensando en ese momento que su historia no tendría un final feliz, mientras Andrew seguía en estado de shock casi sin poder decir una palabra.Ella solo sonrió se cerró los botones de la blusa camino a la puerta y salió, Andrew aún estaba sin palabras los pensamientos llegaban a su mente, entre ellos los recuerdos con Iris y el sueño donde ella le pedía que no dejara ir su corazón.Corrió a la puerta, pero Camila ya había cerrado la puerta del elevador, sus ojos llenos de lágrimas, pensó e
Antes de entrar a su casa Leticia abrió su bolso sacó un lápiz labial y un delineador para tratar de arreglar un poco a su hermana —Ok, ya no se nota tanto lo bien que la pasaste, pero quiero saberlo todo, y cuando digo todo es todo, no me digas que no pasó nada porque el brillo en los ojos me dice que hoy terminaste lo que anoche comenzaron.—¿De verdad se nota mucho? —preguntó con preocupación.En esos momentos la madre abrió la puerta —Al fin llegaron —y al verlas con las manos vacías dijo —por lo visto no compraron nada. Leticia respondió rápidamente —Todo estaba carísimo y lo que vimos en oferta no nos gustó, caminamos toda la tarde y en el mall comimos algo, no te preocupes estamos bien. —Ok chicas porque no van entonces a su cuarto y se duermen, ya es tarde y las dos tienen que trabajar temprano mañana. —¡Si mami! —respondieron al mismo tiempo, porque ambas querían escapar rápidamente del que podría ser un interrogatorio.Al entrar al cuarto Leticia cerró la puerta diciend
Camila rápidamente le preguntó a Andrew —¿Crees que pueda salir un rato? Mi hermana me consiguió una cita al ginecólogo para las dos de la tarde, estoy segura de que mi próxima reunión terminará poco después del mediodía.—Por supuesto, es más yo te llevo. —De verdad no es necesario. —Yo quiero estar contigo, no te preocupes.Camila le confirmó a Leticia y a los pocos minutos llegaron los siguientes clientes, que a diferencia de los anteriores fue muy sencillo, serían unas cuarenta personas que querían celebrar un cumpleaños, nada complicado, pero querían algunos detalles especiales así que terminaron mucho antes de lo esperado. Andrew la estaba esperando en su coche —Muy pronto se van a dar cuenta quién está manejando este auto.—Tranquila todo estará bien —le respondió tomando su mano. Llegaron a la clínica, Camila se sentía extraña, por primera vez debía recostarse en una de esas camillas, la doctora fue muy amable, les dijo que todo se veía bien, le recetó pastillas que deb
A la mañana siguiente sus padres desde temprano organizaban todo lo necesario, ambos se veían emocionados y estaban encantados con los regalos, Camila sabía bien que ese no sería el mejor momento para hablar de Andrew, si decía algo sus padres podrían incluso cancelar el viaje.Las chicas decidieron tomar el tren, ellas sabían que los minutos estarían contados para ellos, porque a pesar de que ambos se habían tomado ese día tenían muchas cosas que preparar.Al salir de casa Leticia dijo —Aun no sé cómo decir lo del fin de semana ¿Qué será mejor, pedir perdón o pedir permiso? Ambas rieron con el comentario —Por favor no termines muy tarde hoy.—No te quejes que el Uber privado se ve te gusta.Andrew se sorprendió al verla llegar sola esa mañana —Buenos días novia mía ¿Por qué no me avisaste hubiese pasado por ti? —No es necesario con Leticia tomamos juntas el tren para darle tiempo a papá ya que salen mañana muy temprano.—Te tengo una sorpresa, mi segundo mejor amigo el hermano de Ir