Con una sonrisa que no podía ocultar puso el anuncio de no molestar y volvió con ella, le quitó la toalla mientras le decía lo mucho que le hizo falta ese cuerpo desnudo, esos habían sido los tres días más largos de su vida, tenerla tan cerca y no poder hacerle el amor no había sido fácil.

Leticia simplemente cerró los ojos y se dejó llevar, quería sentir ese hombre nuevamente sobre su cuerpo y olvidar el mundo.

Besó sus pechos muchas veces, eso es algo que le encantaba hacer, mientras Leticia le enterraba las uñas en la espalda y soltaba un gemido de placer, se sentía tan bien volver a ser suya completamente.

Estuvieron en la cama por un par de horas como poniéndose al día, hasta que él vio la hora y dijo —No me quiero ir, pero tenemos dos opciones, nos vamos mañana muy temprano o nos vamos a más tardar en una hora.

—Yo tampoco quiero irme —dijo ella haciendo un puchero de niña mimada mientras su dedos caminaban lentamente por el torso desnudo de él.

—Nos podemos ir mañana, aunque ten