Durante ese año se hizo una investigación de lo sucedido, aunque jamás han logrado dar con los hombres que los asaltaron, Andrew incluso contrato más de un investigador privado, sentía que ellos habían destrozado su vida, su mundo, sus sueños y simplemente desaparecieron sin dejar rastro y ni siquiera con todo el dinero había podido hacer nada.
La policía encontró su carro chocado a las afueras de la ciudad, al parecer esa misma noche asaltaron una gasolinera y dejaron dos heridos, gracias a Dios al menos esas personas lograron sobrevivir, aunque muchas veces se preguntó si en verdad él lo logró.
El día en que la conoció su vida cambió, jamás olvidará la primera vez que hicieron el amor, tenía tanto miedo de defraudarla, cuidó cada detalle, quería que entendiera y que sintiera amor, pero también placer, sentía la presión y responsabilidad de hacerla feliz como jamás lo vivió antes con ninguna otra mujer.
La verdad fue un momento muy hermoso tenía todo planeado en su departamento, las velas, música suave, recordaba haber estado más nervioso que en su primera vez, aunque en realidad para él esa fue la primera vez, antes sólo fue sexo sin ningún compromiso.
La fue a buscar a la universidad, debía reconocer que se veía muy nerviosa, llevaba un vestido rosa de seda dejando ver sus hermosas piernas que lo volvían loco, cuando entraron a su departamento le preguntó —¿Estas segura?
Y ella respondió —he soñado con este momento muchas veces, se bien que me cuidarás y romperás mis miedos.
Lentamente le quitó la chaqueta dejándola caer sobre el sofá, la abrazó, la besó y se dio cuenta del cierre de su vestido, cerró los ojos con una sonrisa de satisfacción de haber encontrado el camino al paraíso, lentamente lo bajó y esa delicada tela cayó al suelo quedando frente a él sólo con su ropa íntima, casi por instinto quiso cubrirse con las manos mientras veía como los colores se le subían al rostro, ambos sabían que ya no había marcha atrás.
Andrew sentía que el corazón se le salía del pecho, era simplemente perfecta, besó su cuello mientras sentía como su respiración se agitaba, de pronto pudo sentir como ella olvidaba sus miedos y lentamente comenzaba a abrir su camisa, desabrochar su cinturón y bajar el cierre de su pantalón.
Vio cómo se mordía el labio así que dejó rápidamente caer sus pantalones tirándolos a cualquier lugar donde no le estorbaran lo que la hizo sonreír, la tomó en sus brazos, la llevó a su cama y la besó como nunca, porque esta vez sabía bien que no tendría que detenerse, esa noche no serían necesarias las duchas frías.
No hubo parte de su cuerpo que no haya recorrido con sus labios, sintió sus orgasmos, acabar dentro de ella al mismo tiempo fue tocar el cielo, escuchar sus gemidos lo llevaron al paraíso.
Después de ese día Andrew supo que no quería estar con ninguna otra mujer, nadie podría hacerle vibrar de esa manera ese momento había sido simplemente mágico.
Después se bañaron juntos, verla desnuda hacía que quisiera tenerla nuevamente, la verdad es que no hubo una habitación en ese departamento donde no hayan hecho el amor, o acariciado con toda confianza, la sala, la cocina, el comedor, sólo les faltó el balcón, pero ahí los podían ver, a la mañana siguiente simplemente se mudaron juntos.
Fue tan feliz y ahora sólo tenía recuerdos, y no podía evitar pensar en que jamás podría volver a sentir lo mismo por ninguna otra mujer.
Su cuñado Javier o excuñado ahora y su mejor amigo Joseph le han dicho que alguien va a llegar a su vida, que debe darse una oportunidad, pero, aunque lo intentaba ninguna mujer ha despertado en él nada como lo que Iris le hizo sentir.
Pensó «Tal vez tienen razón y este cambio es lo que necesito. Mis padres han comprado una casa muy bella en New Rochelle y yo rento un departamento en Manhattan que está cerca del restaurante, a pesar de todo necesito mi espacio fue la condición que puse para venir»
Debía reconocer que el lugar era muy lindo y elegante, con una hermosa vista de la ciudad, siguiendo la petición del padre de Andrew su amigo Joseph rentó un departamento en el mismo piso, eran vecinos, su madre le pidió que no lo dejara solo, aunque él sabía bien que la petición no era necesaria conocía a su amigo y aunque sus padres no se lo hubiesen pedido Joseph lo hubiese acompañado en esa aventura.
Andrew pidió como condición que nadie debía saber quién era él, la verdad su amigo no estaba muy convencido de ser su jefe, aunque en realidad no sería porque Joseph no tuviera el dinero para abrir un restaurante, simplemente le gustaba su vida sencilla, por lo general ganaba dinero con inversiones y propiedades que tenía rentadas.
Como el lugar está a sólo siete cuadras del departamento Andrew había decidido usar lo menos posible su carro, así nadie sospecharía si llegaba caminando, podría decir que tomaba el tren.
El primer día que llegaron se dieron cuenta de que el lugar necesitaba mucho trabajo, llamaron a un contratista para cambiar incluso el diseño del lugar.
Joseph ha estado probando diferentes recetas para crear un menú especial que traiga también el estilo de los otros restaurantes además de remodelar por completo la cocina del lugar.
Revisaron los diseños de la vajilla, las lámparas, los manteles y el área para eventos sociales o reuniones, de pronto Antonio se comienza a emocionar pensando en que el lugar puede funcionar muy bien, al fin algo nuevo logra poner su mente hacer nuevo.
Después de casi tres semanas de trabajo desde que se convirtieron en los dueños oficiales del lugar, sólo faltaban dos semanas más para poder abrir, Diana, la madre de Andrew quien como siempre les había ayudado a preparar los anuncios además de la búsqueda de personal y muchos otros detalles, ese día recibiría a las primeras personas para las entrevistas.
Aunque lo quisiera Andrew no dejaba de pensar en lo hermoso que hubiese sido compartir este sueño junto a Iris.
De pronto escucha la voz de su madre —Tengo un presentimiento de que algo muy especial va a suceder, mi intuición de madre me dice que algo maravilloso está a punto de pasar.
Andrew sólo podía responder con una sonrisa «Ojala mi madre tenga razón, aunque pensarlo sin sentirme culpable por querer que suceda no es fácil»
Ese mismo día en algún lugar de la ciudad una joven comenzaba su día tal vez más emocionada que nunca mientras decía en voz alta mirando al espejo —Camila, al fin comienza un nuevo día para ti, ha pasado tanto tiempo y aunque sé que mis padres se sienten asustados de que salga de casa incluso a la esquina, a pesar de que les he dicho muchas veces que ya estoy bien, que puedo llevar una vida normal y que mi corazón late fuerte, así que olvídalo todo y dale con todo a este día, que algo me dice que hoy algo maravilloso sucederá. Había decidido responder al anuncio del restaurante, sabía que pedían experiencia, pero recordaba que el aviso en el periódico decía que estaban dispuestos a entrenar a la persona indicada y ella estaba segura de que era la persona indicada, al menos se decía a sí misma una y otra vez.—Siempre he sido una chica optimista incluso cuando estuve a punto de morir, mi corazón tenía una deficiencia y necesitaba un trasplante urgente, era casi imposible encontrar a
Ese sueño había sido tan especial para Camila recordaba que era una chica joven, muy linda, con un vestido rosa, en realidad la había soñado varias veces, pero jamás había visto su rostro hasta esa anoche, recordaba de pronto que le pedía que cuidara su corazón, sus ojos verdes intensos y su mirada era muy bella, la recordaba como si estuviera frente a una ventana de pronto ambas pusieron sus manos en el cristal como tratando de tocarse, ella le sonrió y Camila despertó.En ese instante se llevó las manos al pecho casi sin pensar y se dijo en voz baja «nunca dudes que cuidaré nuestro corazón»Sin saber por qué se sentía muy emocionada, y con cada segundo ese sentimiento se hacía más fuerte en especial mientras cruzaba la puerta de ese lugar.Una mujer muy elegante y simpática se acercó a ella diciendo —¿Vienes por el anuncio? Sólo asentó con la cabeza, mientras la mujer la invitó a pasar, le pidió sus datos y su resumen, pero cuando abrió la carpeta se dio cuenta que ella no tenía
Joseph lo mira y dice mientras sonríe —Nada más no olvides a lo que vas, no te distraigas, aunque no sería mala idea. Andrew se acercó a ella diciendo —Hola Camila, ¿Estás esperando a alguien?—No, sólo estaba enviando un texto a mi padre antes de irme a casa —respondió mientras pensaba «recuerda mi nombre, que divino»—¿Te llevo? —preguntó él mientras se acercaba al elegante carro que ese día había decidido llevar ese día.—¿Es ese tu carro? —preguntó asombrada.—No… es de mi amigo Joseph, debo ir a buscar algo, ¿dónde vives? —dijo rápidamente mientras pensaba «casi meto la pata»—La verdad es que mi casa no está cerca, vivo en Brooklyn —respondió.—Tranquila tenemos tiempo —dijo mientras le abría la puerta para invitarla a subir. Camila jamás se hubiese subido al carro de alguien a quien no conociera bien, pero simplemente no supo ni quiso decir que no, «debo estar loca, es prácticamente un desconocido, aunque bastante guapo, que bastante lo que le sigue» pensó. En el camino e
Al llegar a casa, Leticia quien había estado observando a su hermana llegar desde la ventana, corrió a la puerta, la abrazó y le dijo en voz baja —Te vi bajar de un carro ¿Quién te trajo? —preguntó mientras la empujaba para llevarla al dormitorio para lo que sería el interrogatorio oficial. Camila le respondió también muy bajito —su nombre es Andrew y también trabaja en el restaurante, palabra que está como hecho a mano, es justo lo que me recomendó el doctor, y sabes bien que yo sé de eso.—Al parecer a tu medicina no le pagan tan mal para poder manejar ese carro —le dijo Leticia teniendo cuidado de que su madre no las escuchara.—Ese carro no es suyo se lo prestó su amigo Joseph, el chef, según sé debía recoger algunas cosas para el restaurante y cuando me vio ofreció traerme. —Hermanita siéntate aquí y cuéntamelo todo —dijo mientras se sentaba en el borde de la cama y se preparaba para escuchar. —La entrevista fue sencilla recuerda que no tengo experiencia. Leticia la int
Esa mañana en su departamento Andrew se preparaba pensando en que su amigo pasaría por él y caminarían juntos al restaurante al fin y al cabo eran sólo unas cuadras.Era extraño, pero hace mucho que no se había sentido así de emocionado por un nuevo día, algo extraño sucedía, no le había pasado con ninguna chica desde Iris, se sentía emocionado y no quería hacerse ideas, pero no dejaba de pensar en Camila esos ojos y su sonrisa seguían en su mente.La recordaba como a una persona que sonríe con la mirada de pronto pensó «Joseph me conoce muy bien y notó de inmediato algo diferente en mí»En esos momentos escuchó el timbre y al abrir estaba Joseph con dos cafés listos para partir. Le pasa uno diciendo —Sin azúcar y con leche de coco.—¡Perfecto! —¿Estás listo para este día?—¡Estoy más que listo! —respondió emocionado.—Y para ver a la chica nueva ¿Cómo se llama?—Camila—respondió rápidamente.—Lo sabía, no olvidaste su nombre, es una señal.—No seas así, que sólo la he visto una
—Por mí no hay problema, pero tal vez es demasiado lejos para ti «¿Por qué dije eso?, debí quedarme callada claro quiero, es más quiero tomar el tren equivocado para estar más tiempo a su lado, que estoy diciendo gracias a Dios mis pensamientos son sólo míos, aunque desde ayer ya no estoy tan segura»—No hay problema, así podemos conversar —lo escuchó decir.—Me parece perfecto.—¿Te gustaría comer algo? —le preguntó él. —La verdad hemos comido más de lo que creí podía comer el día de hoy «Soy una idiota ¿por qué dije eso? Tú comes, tomas agua después haces dieta si quieres»—Tienes razón, creo que yo también comí bastante.Casi sin darse cuenta caminaron hasta llegar a la estación del tren no sin antes Camila preguntar nuevamente —¿Estás seguro?, no quisiera distraerte de ningún compromiso que tengas.—No tengo ningún compromiso.Dentro de ella estaba tan feliz de escuchar eso, que pensó por un segundo que él podría leer sus pensamientos si se descuidaba. En un momento ella le p
Andrew volvió al restaurante y Joseph que aún se encontraba ahí al verlo con una cara de felicidad le dijo —Pensé que ya no te vería hoy, la verdad, creí que te habías perdido en algún lugar de Brooklyn. —La iba a besar y su hermana apareció justo en ese momento, no sé qué hacer ahora, cómo la veré a los ojos. —Primero dile la verdad de quién eres, yo siento que ella es una chica buena y me recuerda mucho a…—Si tienes razón se parece mucho a Iris, no tanto físicamente, aunque Camila también es muy linda, la siento muy frágil y quisiera protegerla, cuando la veo a los ojos olvido hasta quien soy, ahora no sé qué puedo hacer y no logro entender porque me siento así con una chica a la que acabo de conocer. —Debes decirle la verdad, no comiences una relación en base a una mentira, no tienes por qué cambiar la forma en la que llevarás las cosas aquí, pero que ella debe saber quién eres tú.—Se que tienes razón.—Tu mamá se sintió muy bien con ella y yo confío en su intuición, la últim
Cuando llegaron al restaurante ya la mayoría estaba ahí, Andrew la buscó con la mirada entre el grupo y como los días anteriores la vio bajar del carro de su papá.Vestía unos jeans que se amoldaban perfectamente a su figura y una linda blusa azul, ella es una chica muy femenina, un maquillaje delicado, sus labios rosa y su cabello tomado le daban un toque casual pero elegante, Andrew quiso olvidarlo todo y por un segundo pensó en besarla ahí mismo, pero entendía que debían hablar y también trabajar.Acercándose despacio sin que ella lo notara le dijo suave al oído —Buenos días, Camila… te ves muy linda hoy. Ella lo miró, sonrió y mientras los colores le subían al rostro bajo la mirada.—Te parece si hablamos a la salida, después te llevo a tu casa —le preguntó bajito.Ella sólo asentó con la cabeza acompañada de una dulce sonrisa —recuerda que a esa hora el tren va…—No te preocupes por eso —le respondió mientras le guiñaba un ojo.Andrew no recordaba haber sentido un día tan larg