Capítulo 4

Ese sueño había sido tan especial para Camila recordaba que era una chica joven, muy linda, con un vestido rosa, en realidad la había soñado varias veces, pero jamás había visto su rostro hasta esa anoche, recordaba de pronto que le pedía que cuidara su corazón, sus ojos verdes intensos y su mirada era muy bella, la recordaba como si estuviera frente a una ventana de pronto ambas pusieron sus manos en el cristal como tratando de tocarse, ella le sonrió y Camila despertó.

En ese instante se llevó las manos al pecho casi sin pensar y se dijo en voz baja «nunca dudes que cuidaré nuestro corazón»

Sin saber por qué se sentía muy emocionada, y con cada segundo ese sentimiento se hacía más fuerte en especial mientras cruzaba la puerta de ese lugar.

Una mujer muy elegante y simpática se acercó a ella diciendo —¿Vienes por el anuncio?    

Sólo asentó con la cabeza, mientras la mujer la invitó a pasar, le pidió sus datos y su resumen, pero cuando abrió la carpeta se dio cuenta que ella no tenía ninguna experiencia laboral, Camila cerró los ojos y pensó «hasta aquí llegó la entrevista»

No quería entrar a explicar tan detalladamente la razón, pero le dijo que por problemas personales no había sido fácil, pero que lo importante era comenzar y que el anuncio decía que estaban dispuestos a entrenar a la persona correcta y ella estaba segura de que esa era ella.  

Tal vez al ver su entusiasmo la mujer no se pudo resistir, o tal vez se apiadó de ella, aunque prefirió pensar que fue lo primero, la mujer le sonrió y le dijo que esperara unos minutos a que le llamaran.  

Durante ese rato vio llegar a varias personas, estaba muy nerviosa, sus manos sudaban, jamás había estado en una entrevista de trabajo, pero había visto videos online de cómo sentarse, cómo poner las manos, de responder mirando a los ojos, tenía tantas cosas dando vueltas en su cabeza que no sabía si ver todo eso había sido bueno o no.   

Le encantaba como estaba quedando la decoración del lugar, todo se veía muy elegante y de buen gusto, el aroma que venía de la cocina hizo rugir su estómago ya que con los nervios sólo tomó un té, ahora que eran las diez de la mañana sus tripas le estaban diciendo que no había sido una buena idea.   

Como sus padres no la dejaban salir, cuando se sentía mejor se dedicaba a cocinar, decía haber heredado eso de su madre, su hermana no tanto, siempre le decía de broma que debía buscarse un chef como marido.

Inventó recetas y postres, veía tutoriales online y no podía evitar tratar de hacer algo parecido, pero con un toque especial, a pesar de todo, siempre ha tenido un paladar muy desarrollado y podía distinguir los sabores casi al instante.

Cuando llegó su turno para la entrevista le avisaron debía cruzar la cocina, vio al chef o quien era imaginó debía ser, estaba preparando un salmón, junto a él un hombre que para Camila era lo mejor que había visto en su vida, alto, pero no demasiado, ojos cafés, cabello negro rizado, facciones varoniles, brazos fuertes y un muy buen cuerpo por donde lo mirara la verdad en cosa de segundos hizo un chequeo completo, «Camila contrólate o se va a dar cuenta» pero no podía evitar pensar «Ah papacito a qué hora vas por el pan, cásate conmigo y te mantengo… ¿con qué? si ni a trabajo llegas» se respondía.

Al pasar escuchó que uno de ellos decía que a ese salmón le faltaba algo especial y Camila no pudo evitar el comentario —le falta un glasé de naranja y una papas gratinadas, además yo usaría un toque de azúcar morena para la salsa y en vez del jugo de limón amarillo usaría el verde.

Ambos se dieron vuelta, la miraron lo que hizo que Camila se pusiera roja como un tomate y dijo —Perdón no lo pude evitar.  

Al escucharla sonrieron, uno de ellos dijo —Hola soy Joseph el chef y él es Andrew…   

De inmediato lo interrumpió diciendo —Soy el que lava los platos, ayudante y asistente de Joseph nuestro chef estrella.  

—Además de ser mi mejor amigo —lo interrumpió Joseph —creo que tu sugerencia no podría llegar en mejor momento, ¿será que puedes probar algo más?

—¡Yo encantada! —respondió ella, aunque era su excusa para poder comer algo.

Joseph sirvió en un plato un poco de risotto y en otro pequeño un poco de pasta que roció con tomillo fresco, los aromas eran casi perfectos podía sentir como los sabores se mezclaban en su paladar, incluso cerró los ojos, su único comentario fue que al risotto le faltaba un poquito de sal, ambos se rieron y le preguntaron si estaba ahí por el anuncio a lo que respondió que sí.  

Joseph le pidió que lo siguiera a la oficina y de pronto ya no vio más a Andrew, imaginó que por ser el ayudante no debía estar en la entrevista.   

Entró a una oficina que se encontraba al fondo de un pasillo, Joseph le pidió que tomara asiento y en esos momentos entró un señor de unos sesenta años, se veía que era muy buena persona, la saludó y preguntó porque quería trabajar en su restaurante además de la pregunta del millón, ¿por qué no tenía ninguna experiencia laboral?

Camila explicó que por muchos años su vida había sido un poco complicada de salud, pero que había tratado de hacer todo lo posible desde casa para prepararse, le contó que vendía comida y pasteles entre sus vecinas, ayudaba amistades con planes para fiestas, aunque en realidad nunca podía participar de ellas, ahora que sentía que al fin podía llevar una vida normal quería comenzar a trabajar y no le importaba si comenzaba de mesera o recibiendo a la gente en la entrada del restaurante, de corazón sólo quería una oportunidad.   

Era extraño pero los ojos de aquel hombre eran muy parecidos a los de Andrew, pensó ella en un momento.

El le preguntó cuáles eran sus pretensiones de sueldo, ella respondió que lo que la compañía decidiera, la verdad quería una oportunidad.

El hombre miró a Joseph y preguntó —¿Qué tú crees?   

Joseph sonrió, entonces él estiró su mano diciendo —Mi nombre es Arturo, bienvenida a nuestro grupo, creo que ya tuviste la oportunidad de conocer a mi esposa, ella es Diana, te atendió en la entrada, me dijo que había algo especial en ti, mi esposa tiene un don muy especial para conocer a las personas, Joseph es un gran amigo de la familia, ahora ve con ella y que te entregue todos los papeles que debes llenar, no te preocupes nosotros te pagaremos bien y tendrás los beneficios correspondientes.   

Camila estaba tan feliz que sentía que el corazón se le salía del pecho, tenía el trabajo y para que su día fuera perfecto sólo debía despedirse de Andrew, «ojalá lo pudiera volver a ver, esta tan guapo parece un modelo de revista»

Mientras le daba la mano a Arturo para agradecerle pensaba «Contrólate Camila, deja de pensar en Andrew, sé que el chico esta guapo, recuerda que es un trabajador como cualquier otro y no sabes ni de dónde salió»   

 Dejó la oficina emocionada mientras Joseph caminó tras de ella para mostrarle el camino donde encontraría a Diana.

Camila le dio las gracias diciendo —Despídeme de Andrew por favor. 

Le respondió —¿Por qué no lo haces tú? 

Ella no entendió, pero al darse vuelta vio que estaba junto a ella —Nos veremos pronto —dijo con una sonrisa que apareció de inmediato al verlo — ahora debo ir a ver a la señora Diana para que me de unos papeles. 

El la miró y dijo —Mi... perdón Diana, si está en la entrada, me alegra saber que serás parte del equipo.  

Diana le dijo que su esposo ya le había informado de ella y le entregó una carpeta con los papeles que debía llenar, le dijo que al siguiente día en la mañana debía estar ahí para comenzar el entrenamiento de una semana, su esposo quería que todos estuvieran bien preparados antes de la inauguración.   

Salió del lugar y desde la puerta llamó a su madre, le dijo que todo estaba bien que comenzaría al día siguiente, ella se escuchó emocionada con la noticia, aunque también le asustada ya que por primera vez comenzaba a sentir que Camila podría volar sola, le avisó que le enviaría un texto a su padre con la noticia y que tomaría el tren para ir a casa y le pidió que no se preocuparan. 

Mientras tanto en el interior del restaurante —Andrew despierta ¿Qué te pasa? aquí Houston llamando a tierra.

—No sé qué es, pero hay algo en esa chica que no logro entender.

—Al fin amigo una chica linda te puso a pensar porque no podemos negar que la chica es guapa.  

—No es sólo eso, hay algo más y no sé qué es ...mejor vamos a recoger el pedido de la imprenta, acaban de llamar avisando que está listo —respondió rápidamente para tratar de evitar un siguiente comentario de su amigo.

Al salir del lugar vieron que Camila estaba en la parada a solo pasos de ahí guardando su teléfono, al ver eso Andrew dijo —Mejor voy solo. 

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