Capítulo 3  

Ese mismo día en algún lugar de la ciudad una joven comenzaba su día tal vez más emocionada que nunca mientras decía en voz alta mirando al espejo —Camila, al fin comienza un nuevo día para ti, ha pasado tanto tiempo y aunque sé que mis padres se sienten asustados de que salga de casa incluso a la esquina, a pesar de que les he dicho muchas veces que ya estoy bien, que puedo llevar una vida normal y que mi corazón late fuerte, así que olvídalo todo y dale con todo a este día, que algo me dice que hoy algo maravilloso sucederá.  

Había decidido responder al anuncio del restaurante, sabía que pedían experiencia, pero recordaba que el aviso en el periódico decía que estaban dispuestos a entrenar a la persona indicada y ella estaba segura de que era la persona indicada, al menos se decía a sí misma una y otra vez.

—Siempre he sido una chica optimista incluso cuando estuve a punto de morir, mi corazón tenía una deficiencia y necesitaba un trasplante urgente, era casi imposible encontrar a alguien con mis características y grupo sanguíneo —se decía como tratando de convencerse.

Recordaba que sus padres estaban junto a ella prácticamente despidiéndose cuando el doctor les dijo que tenían un donante, que era una chica que acababa de llegar al hospital.   

En ese momento Camila sólo escuchaba voces a lo lejos y casi veía a todos corriendo de un lado para otro, su madre orando sin parar, recordaba sentir cuando su hermana tomó su mano para decirle—Escuchaste hermanita el milagro sucedió, pronto estarás bien y vamos a hacer todo lo que siempre planeamos juntas.

Escuchaba a su padre como contenía a su mamá —Amor tranquila Dios escuchó nuestras oraciones verás que todo estará bien.

Sus voces estaban junto a ella y al mismo tiempo las sentía tan lejanas, se mezclaban con las de los doctores y las enfermeras mientras sentía que desconectaban algo alrededor de su camilla, podía percibir las luces de los pasillos y ese aroma de hospital al que me había acostumbrado de toda la vida.

De no haber sido por el trasplante, los doctores no le daban más de tres días, aunque eso hubiese sido con suerte, porque su hermana le dijo que uno de los médicos les había sugerido pasar la noche junto a ella un par de horas antes de que les avisaran del trasplante. 

Dicen que la cirugía duró muchas horas, hubo varios médicos en la sala de operaciones, cuando todo terminó uno de ellos salió a hablar con sus padres para decirles que había sido un éxito, pero ahora faltaba lo más importante, esperar que su cuerpo aceptara su nuevo corazón, las siguientes horas fueron críticas y sólo podían orar.  

De hecho, la indujeron al coma para darle tiempo a su cuerpo, después de dos semanas abrió los ojos y vio a su familia junto a ella, estaba llena de tubos por todos lados prácticamente no podía hablar, sólo mover los ojos, su hermana salió rápido de la habitación en busca de una enfermera y su doctor, bastaron sólo unos segundos para que todo un grupo de especialistas llegara a la habitación, sus caras eran de alivio sabían que en ese momento lo más difícil ya había pasado.   

Fueron varios meses de terapia, de volver a aprender desde incluso caminar, de volver a tener fuerzas, pero gracias a esa persona que nunca podrá conocer y a su familia ella tenía una esperanza, aunque siempre ha sentido ese cargo de que su felicidad y la de su familia fue a costa del dolor y el sacrificio de alguien más, a quien por situaciones de la vida jamás le podrá agradecer.    

Su día comenzó corriendo por la casa buscando la ropa apropiada, su hermana trabaja en un salón de belleza así que se puso manos a la obra y comenzó con un peinado recogiendo su cabello para que se viera según ella su bello rostro, además de manicura y maquillaje, aunque no dejaba de regañarla cada dos minutos porque Camila no se quedaba tranquila.

Su padre trabaja ahora en una de las compañías financieras de Manhattan, al poco después de la operación de Camila se mudaron a la ciudad, aunque ya han pasado meses aun les cuesta dejar que ella viaje sola así que le dijo que la llevaría, no sin antes obviamente preguntar si de verdad quería comenzar a trabajar, él sabe muy bien que a Camila siempre le ha gustado la gastronomía y que le encantaría algún día trabajar en un lugar donde se realicen eventos especiales, le gusta estar rodeada de gente, aunque por mucho tiempo sólo fue por doctores y enfermeras, su sueño era estar en un lugar que no pareciera un hospital.  

Su padre estacionó el carro en la puerta del lugar, puso las luces de emergencia y al igual que su madre antes de salir de casa, le dio su bendición no sin antes decir —Nena por favor envíame un mensaje para saber cómo te fue en la entrevista.

—Claro que sí papá —respondió con un guiño de ojo — ¿y qué pasa si me dicen que no?

—Yo vengo y les reclamo por perder la oportunidad de tener a la mejor trabajadora de todas además de la chica más linda.

—¿Seguro papi que les reclamarías? ¿o será que le das las gracias? —respondió ella con una sonrisa —Mami y tú deben estar tranquilos, yo me siento perfectamente y necesito sentirme útil.

—Lo sé nena, sólo que no es fácil aceptarlo.

—Papi, ya tengo veintitrés años prácticamente y mi vida han sido los hospitales desde que recuerdo, jamás he tenido una vida normal, de hecho, terminé la escuela prácticamente desde casa y de pronto me siento en libertad, es más ni siquiera he tenido la posibilidad de tener un novio y a mi edad eso es impensable, quiero enamorarme, ser feliz, sentir, quiero amar y ser amada como dice la canción, o, aunque ni me amen al menos quiero saber que se siente amar a alguien.  

—¿Por qué tenía que escuchar esa última parte? Mejor baja rápido antes de que me arrepienta —le dijo muy serio, aunque sabía que no podía enojarse.

Camila bajó del carro, respiró profundo, vio bastantes personas entrando y saliendo del lugar y junto a la puerta una señal que indicaba dónde ir para las entrevistas, miró su resumen que prácticamente no tenía mayor experiencia laboral con excepción de esporádicos trabajos entre sus vecinos.

Cerró los ojos por unos segundos y pensó «Ya estamos aquí tú puedes Camila» mientras de pronto llegaba a su mente la imagen de la chica de su sueño y su bella sonrisa.

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