Al llegar a casa, Leticia quien había estado observando a su hermana llegar desde la ventana, corrió a la puerta, la abrazó y le dijo en voz baja —Te vi bajar de un carro ¿Quién te trajo? —preguntó mientras la empujaba para llevarla al dormitorio para lo que sería el interrogatorio oficial.
Camila le respondió también muy bajito —su nombre es Andrew y también trabaja en el restaurante, palabra que está como hecho a mano, es justo lo que me recomendó el doctor, y sabes bien que yo sé de eso.
—Al parecer a tu medicina no le pagan tan mal para poder manejar ese carro —le dijo Leticia teniendo cuidado de que su madre no las escuchara.
—Ese carro no es suyo se lo prestó su amigo Joseph, el chef, según sé debía recoger algunas cosas para el restaurante y cuando me vio ofreció traerme.
—Hermanita siéntate aquí y cuéntamelo todo —dijo mientras se sentaba en el borde de la cama y se preparaba para escuchar.
—La entrevista fue sencilla recuerda que no tengo experiencia.
Leticia la interrumpió —Eso ya lo sé, me dijiste que te contrataron, estoy hablando de quien te trajo, ¿Cómo se llama?
—Andrew.
—¿Tiene hermanos, familia, primos, hijos...
—No que yo sepa, pero si su mejor amigo Joseph, él es muy simpático y la verdad es bastante guapo también, claro que para mí Andrew está como hecho por los dioses.
Ambas rieron con ese comentario justo en ese momento la madre entró a la habitación y les dijo —OK, señoritas vamos a almorzar que ya es tarde y en la mesa me cuentas todo sobre la entrevista.
—¿Todo? —dijeron ambas con cara de angustia.
Leticia se rio mientras su madre las vio de una forma muy especial como si supiera que había algo más.
Su madre había preparado un exquisito risotto con pollo y una ensalada, Camila siempre decía que ella es genial en la cocina y que su gusto por la gastronomía era herencia de ella y su abuela.
Camila les habló de Diana, Joseph y don Arturo, de la decoración y de lo lindo del lugar, que ellos daban todos los beneficios y que el sueldo sería bastante bueno para comenzar, se veía emocionada ya que al fin tendría un trabajo.
Aunque su madre veía en ella una emoción más allá del siempre trabajo y podría asegurar que notaba un brillo especial en los ojos de su hija, que su sexto sentido de madre le decía que no era sólo por el trabajo.
Esa tarde Camila pensó en la ropa que usaría al día siguiente, su hermana revisó su peinado y la tuvo toda la tarde con mascarillas, incluso le arregló las pestañas para que siempre estuvieran perfectas.
Por la noche estaba muy nerviosa no entendía el por qué la imagen de Andrew le daba vueltas en la cabeza, recordaba su figura y se imaginaba en sus brazos, de la mano caminando, de hecho, en un momento imaginó que se besaban, «debo estar loca, mejor saco esos pensamientos de mi mente» pero, aunque lo intentara era como si su corazón no la quisiera escuchar.
Esa noche ella volvió a soñar con esa chica del vestido rosa, le pedía por favor que cuidara mucho su corazón, esta vez Camila le preguntó —¿quién eres?
y la chica le respondió —Soy parte de ti.
En esos momentos Camila despertó, puso casi sin pensar la mano en su pecho, necesitaba buscar información, tal vez alguien sabía quién había sido su donante.
Llamó a su doctor, aunque a esa hora no había nadie en la oficina, pero dejó un mensaje, necesitaba hablar con él, quería saber la historia, debía haber algún récord del nombre de la persona que fue su donante, la verdad nunca había necesitado saber eso tanto como ahora.
Después de eso despertó a su hermana y ella que estaba en su segundo sueño le dijo casi balbuceando —¿Qué pasa? es pasado media noche debes dormir.
—No puedo, necesito saber si hay alguna información de quien fue mi donante.
—¿De verdad no puedes esperar para mañana?
La expresión de Camila lo decía todo así que Leticia simplemente se sentó en la cama y le contó que el día todo muy rápido al parecer incluso estaba en el mismo hospital. Al parecer fue de una chica joven casi de su misma edad, sólo supieron que fue algo muy trágico, pero en esos momentos sus padres y ella sólo pensaban en que había una esperanza.
Supieron que la familia quería permanecer anónima porque estaban destrozados como también su novio, sus padres prefirieron darles su espacio además la recuperación después del trasplante había sido lenta.
Con los meses trataron de buscar información a través de su médico, pero este se había tomado unos meses ya que su esposa estaba a punto de dar a luz y su embarazo había sido de alto riesgo.
El tiempo y los meses pasaron y nunca hicieron más en especial después de que a su padre lo trasladaron por su trabajo a la ciudad, Leticia le contó que su madre había hablado muchas veces que quería buscar a esa familia para darles las gracias, siempre decía que gracias a su bondad Camila podría seguir viviendo, aunque al mismo tiempo le dolía pensar que ellos debieron sufrir mucho.
Camila le contó a su hermana sobre ese nuevo sueño, lo diferente es que estas últimas veces había visto su rostro y era una chica muy hermosa con unos ojos verdes muy lindos.
Esa mañana Camila se levantó más temprano que de costumbre, no eran ni las seis de la mañana y ya estaba en la ducha, secó su cabello y estaba lista para que su hermana hiciera el milagro.
Leticia la peinó, revisó sus manos y maquillaje, mientras tanto su madre ya tenía preparado el desayuno para todos, mientras su padre buscaba unos papeles y ambas preparaban sus bolsos.
Camila estaba muy emocionada, por fin tendría un trabajo fuera de casa, sería independiente, hablaría con más personas y tenía también la esperanza que Andrew estuviera ahí, claro que dentro de ella sabía que no debía hacerse ilusiones, pero de sólo recordarlo su corazón palpitaba.
Su padre le dijo que me llevaría al trabajo ya que estaba de camino y como esa semana estaban en entrenamiento su horario sería más temprano de lo habitual.
Se subió al auto y su padre preguntó si llevaba todo los papeles y lo más importante si su celular estaba cargado.
Camila solo respondió con una sonrisa mostrando su teléfono que estaba al 100% y diciendo —Llevo mi bolso, mis documentos y los papeles que anoche llenamos, ya vamos que no quiero llegar tarde a mi primer día.
Durante el trayecto su corazón latía fuerte, era como si supiera que algo especial estaba a punto de ocurrir era como si le avisara que su vida iba a dar un cambio de ciento ochenta grados.
No podía dejar de pensar en la imagen de la chica en sus sueños y al mismo tiempo el rostro de Andrew estaba en su mente a cada instante.
Sin quererlo se imaginaba en sus brazos, en cómo sería estar con él, cómo serían sus besos. «¿Será tan apasionado como lo imagino?» se preguntaba
«Mi experiencia en el amor es prácticamente 0 y elevado al cuadrado por pasar prácticamente la mayor parte de mi tiempo en hospitales en especial mi juventud, jamás he tenido una cita, tengo veintitrés años y nunca me han besado y menos aún me han hecho el amor»
Era virgen y tenía claro que a su edad en estos tiempos es como extraño, pero por otro lado siempre ha creído que su primera vez debía ser especial y sólo de pensar en Andrew se imaginaba sin poder evitarlo en una cama con él.
«De amable me trajo a casa en un carro que no es ni suyo, pero mi corazón salta cuando lo recuerdo y mi mente no hace más que pensar en esos brazos que me imaginaba abrazada de él» pensaba mientras su padre manejaba concentrado.
De pronto su padre estacionó el carro, pero Camila seguía en las nubes, aunque fue traída a tierra con un —¿Hay alguien ahí?
—¿Ya llegamos?
Y por supuesto vino la pregunta —¿Hija estás segura de que quieres hacer esto?
Ella le respondió que estuviera tranquilo, que estaba muy emocionada además se sentía segura de que todo estaría bien, que no se preocupara, aunque entendía que una de sus princesas estaba comenzando a volar.
Bajó del carro, respiró profundo, vio como llegaban también algunos de los chicos del día anterior, aunque ella solo quería que Andrew estuviera ahí también, se llevó una de sus manos al pecho y sin entender por qué simplemente pensó «Cálmate corazón ya llegamos»
Esa mañana en su departamento Andrew se preparaba pensando en que su amigo pasaría por él y caminarían juntos al restaurante al fin y al cabo eran sólo unas cuadras.Era extraño, pero hace mucho que no se había sentido así de emocionado por un nuevo día, algo extraño sucedía, no le había pasado con ninguna chica desde Iris, se sentía emocionado y no quería hacerse ideas, pero no dejaba de pensar en Camila esos ojos y su sonrisa seguían en su mente.La recordaba como a una persona que sonríe con la mirada de pronto pensó «Joseph me conoce muy bien y notó de inmediato algo diferente en mí»En esos momentos escuchó el timbre y al abrir estaba Joseph con dos cafés listos para partir. Le pasa uno diciendo —Sin azúcar y con leche de coco.—¡Perfecto! —¿Estás listo para este día?—¡Estoy más que listo! —respondió emocionado.—Y para ver a la chica nueva ¿Cómo se llama?—Camila—respondió rápidamente.—Lo sabía, no olvidaste su nombre, es una señal.—No seas así, que sólo la he visto una
—Por mí no hay problema, pero tal vez es demasiado lejos para ti «¿Por qué dije eso?, debí quedarme callada claro quiero, es más quiero tomar el tren equivocado para estar más tiempo a su lado, que estoy diciendo gracias a Dios mis pensamientos son sólo míos, aunque desde ayer ya no estoy tan segura»—No hay problema, así podemos conversar —lo escuchó decir.—Me parece perfecto.—¿Te gustaría comer algo? —le preguntó él. —La verdad hemos comido más de lo que creí podía comer el día de hoy «Soy una idiota ¿por qué dije eso? Tú comes, tomas agua después haces dieta si quieres»—Tienes razón, creo que yo también comí bastante.Casi sin darse cuenta caminaron hasta llegar a la estación del tren no sin antes Camila preguntar nuevamente —¿Estás seguro?, no quisiera distraerte de ningún compromiso que tengas.—No tengo ningún compromiso.Dentro de ella estaba tan feliz de escuchar eso, que pensó por un segundo que él podría leer sus pensamientos si se descuidaba. En un momento ella le p
Andrew volvió al restaurante y Joseph que aún se encontraba ahí al verlo con una cara de felicidad le dijo —Pensé que ya no te vería hoy, la verdad, creí que te habías perdido en algún lugar de Brooklyn. —La iba a besar y su hermana apareció justo en ese momento, no sé qué hacer ahora, cómo la veré a los ojos. —Primero dile la verdad de quién eres, yo siento que ella es una chica buena y me recuerda mucho a…—Si tienes razón se parece mucho a Iris, no tanto físicamente, aunque Camila también es muy linda, la siento muy frágil y quisiera protegerla, cuando la veo a los ojos olvido hasta quien soy, ahora no sé qué puedo hacer y no logro entender porque me siento así con una chica a la que acabo de conocer. —Debes decirle la verdad, no comiences una relación en base a una mentira, no tienes por qué cambiar la forma en la que llevarás las cosas aquí, pero que ella debe saber quién eres tú.—Se que tienes razón.—Tu mamá se sintió muy bien con ella y yo confío en su intuición, la últim
Cuando llegaron al restaurante ya la mayoría estaba ahí, Andrew la buscó con la mirada entre el grupo y como los días anteriores la vio bajar del carro de su papá.Vestía unos jeans que se amoldaban perfectamente a su figura y una linda blusa azul, ella es una chica muy femenina, un maquillaje delicado, sus labios rosa y su cabello tomado le daban un toque casual pero elegante, Andrew quiso olvidarlo todo y por un segundo pensó en besarla ahí mismo, pero entendía que debían hablar y también trabajar.Acercándose despacio sin que ella lo notara le dijo suave al oído —Buenos días, Camila… te ves muy linda hoy. Ella lo miró, sonrió y mientras los colores le subían al rostro bajo la mirada.—Te parece si hablamos a la salida, después te llevo a tu casa —le preguntó bajito.Ella sólo asentó con la cabeza acompañada de una dulce sonrisa —recuerda que a esa hora el tren va…—No te preocupes por eso —le respondió mientras le guiñaba un ojo.Andrew no recordaba haber sentido un día tan larg
Apenas Camila cruzó la puerta de su departamento escuchó la voz de su madre que la trajo a la realidad —¿Dónde estabas? Me preocupé por ti, pensé que te había pasado algo, tu padre no tarda en llegar.—Estoy bien mami, sólo que me puse a conversar con un amigo del restaurante y se me pasó la hora —respondió rápidamente tratando de ocultar su nerviosismo. Esa noche Camila casi no podía probar bocado, recordaba los besos y las caricias de Andrew, necesitaba esa ducha de agua fría, sabía que ahora debía ser ella quien debía decir su verdad, el por qué no había trabajado y lo más importante que nunca había estado con ningún hombre.«Se ve que tiene experiencia, ¿será que se asusta al saber que soy virgen?, estoy tan inexperta que esos fueron mis primeros besos, Dios de los que me estaba perdiendo en esta vida» pensaba mientras las voz de su madre se escuchaba casi a lejos.Después de comer se fue a su cuarto casi sin decir una palabra, pero con una sonrisa que no podría ocultar, Letic
Camila respiró profundo, se armó de valor y comenzó esta vez su confesión, le contó que por su enfermedad jamás tuvo la oportunidad de tener novio, o una vida normal, ni siquiera la habían besado, mucho menos había hecho el amor, tenía miedo, pero lo que había sentido esa noche superó lo que imaginaba. Lentamente abrió su blusa y le enseñó su cicatriz —No sé cómo podemos enfrentar esto, no sé si puedas estar con la mujer que lleva el corazón de alguien a quien has amado tanto. Se levantó, tal vez pensando en ese momento que su historia no tendría un final feliz, mientras Andrew seguía en estado de shock casi sin poder decir una palabra.Ella solo sonrió se cerró los botones de la blusa camino a la puerta y salió, Andrew aún estaba sin palabras los pensamientos llegaban a su mente, entre ellos los recuerdos con Iris y el sueño donde ella le pedía que no dejara ir su corazón.Corrió a la puerta, pero Camila ya había cerrado la puerta del elevador, sus ojos llenos de lágrimas, pensó e
Antes de entrar a su casa Leticia abrió su bolso sacó un lápiz labial y un delineador para tratar de arreglar un poco a su hermana —Ok, ya no se nota tanto lo bien que la pasaste, pero quiero saberlo todo, y cuando digo todo es todo, no me digas que no pasó nada porque el brillo en los ojos me dice que hoy terminaste lo que anoche comenzaron.—¿De verdad se nota mucho? —preguntó con preocupación.En esos momentos la madre abrió la puerta —Al fin llegaron —y al verlas con las manos vacías dijo —por lo visto no compraron nada. Leticia respondió rápidamente —Todo estaba carísimo y lo que vimos en oferta no nos gustó, caminamos toda la tarde y en el mall comimos algo, no te preocupes estamos bien. —Ok chicas porque no van entonces a su cuarto y se duermen, ya es tarde y las dos tienen que trabajar temprano mañana. —¡Si mami! —respondieron al mismo tiempo, porque ambas querían escapar rápidamente del que podría ser un interrogatorio.Al entrar al cuarto Leticia cerró la puerta diciend
Camila rápidamente le preguntó a Andrew —¿Crees que pueda salir un rato? Mi hermana me consiguió una cita al ginecólogo para las dos de la tarde, estoy segura de que mi próxima reunión terminará poco después del mediodía.—Por supuesto, es más yo te llevo. —De verdad no es necesario. —Yo quiero estar contigo, no te preocupes.Camila le confirmó a Leticia y a los pocos minutos llegaron los siguientes clientes, que a diferencia de los anteriores fue muy sencillo, serían unas cuarenta personas que querían celebrar un cumpleaños, nada complicado, pero querían algunos detalles especiales así que terminaron mucho antes de lo esperado. Andrew la estaba esperando en su coche —Muy pronto se van a dar cuenta quién está manejando este auto.—Tranquila todo estará bien —le respondió tomando su mano. Llegaron a la clínica, Camila se sentía extraña, por primera vez debía recostarse en una de esas camillas, la doctora fue muy amable, les dijo que todo se veía bien, le recetó pastillas que deb