—Por mí no hay problema, pero tal vez es demasiado lejos para ti «¿Por qué dije eso?, debí quedarme callada claro quiero, es más quiero tomar el tren equivocado para estar más tiempo a su lado, que estoy diciendo gracias a Dios mis pensamientos son sólo míos, aunque desde ayer ya no estoy tan segura»
—No hay problema, así podemos conversar —lo escuchó decir.
—Me parece perfecto.
—¿Te gustaría comer algo? —le preguntó él.
—La verdad hemos comido más de lo que creí podía comer el día de hoy «Soy una idiota ¿por qué dije eso? Tú comes, tomas agua después haces dieta si quieres»
—Tienes razón, creo que yo también comí bastante.
Casi sin darse cuenta caminaron hasta llegar a la estación del tren no sin antes Camila preguntar nuevamente —¿Estás seguro?, no quisiera distraerte de ningún compromiso que tengas.
—No tengo ningún compromiso.
Dentro de ella estaba tan feliz de escuchar eso, que pensó por un segundo que él podría leer sus pensamientos si se descuidaba.
En un momento ella le preguntó desde cuando vivía en la ciudad, a lo que él respondió que se había mudado desde Philadelphia hace unos meses, que Joseph y él eran amigos de toda la vida y que ahora incluso eran vecinos.
Después de decir eso pensó «Oh Dios estuve a punto de decirlo todo creo que todavía no es tiempo, aunque me encantaría tomarla en mis brazos y besarla ahora mismo, pero ¿Qué me pasa con esta chica?»
Subieron al tren que para variar estaba lleno, apenas tenían espacio, así que de pronto la cercanía entre ellos fue inevitable, tanto así que ambos en algún momento podrían jurar haber sentido el latido de sus corazones.
El se puso detrás de ella con la excusa de protegerla y al mismo tiempo de sentir su cercanía, podía incluso oler su perfume y por segunda vez en el mismo día podía sentir como su cuerpo respondía al sentir su cercanía.
En ese momento pensó «que ganas de bajarme de este tren y llevarla a mi departamento, pedirle hacer el amor, aunque se bien que eso no estaría bien, además es lógico que si hago algo así ella va a pensar que soy un desgraciado» pero, aunque lo quisiera esos pensamientos se hacían más fuertes con el ritmo de ese vagón.
Por su parte ella pensaba «No sé qué me pasa, y con este tren donde apenas cabe un alfiler, sentir su cuerpo tan cerca del mío hace que me lo imagine todo, es más, si me pide ir a su departamento y que hagamos el amor hoy mismo no lo pienso dos veces, es más si no me lo receta el doctor me lo receto yo sola, si supiera lo que estoy pensando creería que soy una loca»
Al llegar a la estación donde Camila debía bajarse él tomó su mano para poder salir del vagón, pero después de cruzar la puerta le pidió perdón y la soltó.
—Por favor no me pidas perdón, yo no tengo ningún problema con que tomes mi mano.
En esos momentos la miró se acercó a ella, rozó suavemente el mentón de ella con sus dedos, Camila sintió esa caricia y simplemente cerró los ojos, pero justo cuando un beso era ya inevitable, las puertas del tren se cerraron y el aire y el sonido los desconcentró.
—Vamos —le dijo él con una sonrisa mientras volvía a tomarla de la mano esta vez incluso entrelazando sus dedos.
Camila sentía que caminaba sobre algodón que ni siquiera notó que habían salido por el lado equivocado de la calle.
—Disculpa creo que me distraje —dijo hasta un poco avergonzada.
—Aprovechando esta distracción qué tal si nos sentamos un rato en este parque.
Ella solo asentó con la cabeza y una sonrisa mientras seguían tomados de la mano era la primera vez en su vida que caminaba tomada de la mano y era la del hombre más guapo que había visto en su vida.
De pronto Andrew se acercó lentamente mientras la miraba directo a los ojos, cada vez lo tenía más cerca casi podía sentir su respiración en su oca, sólo faltaba un centímetro para ese beso y fue justo en ese momento en el que Camila escuchó una voz muy familiar, demasiado tal vez.
—Muy bonito jovencita nosotros preocupados y tú aquí.
Yo conozco esa voz, pensó ella, y prometo que esta noche te mato mientras al mismo tiempo pensaba trágame tierra, pero se armó de valor y dijo —Andrew, te presento a la chica más oportuna de todas… Leticia, mi hermana.
—Andrew… ¿Tú eres el famoso Andrew? —dijo ella.
El la miró y respondió sonriendo —Si yo soy ¿Por qué lo dices así? No sabía que era famoso.
Camila la miró sintiendo al mismo tiempo como todos los colores se le subían al rostro mientras escuchaba la voz de él en su oído casi como un secreto que la estremeció por completo —Esto no ha terminado.
Y sin saber cómo respondió —Eso espero.
—¿Nos veremos mañana? —dijo después de darle un tierno beso en la mejilla.
—Claro que sí.
—Tendré listo un Bonet especialmente para ti.
Camila miró a su hermana con ganas de estrangularla... mientras le preguntaba —¿Por qué justo en ese momento?
Ella sonreía y le decía mientras ambas observaban a ese hombre alejarse —Hermanita… así que esa es la medicina que te recetó el doctor.
—Y qué crees justo llegaste a interrumpir la dosis.
—¿Sabes si tiene un hermano, primo que se le parezca? Aquí una también necesita algo de vitaminas.
—Que yo sepa no tiene hermanos, pero estoy segura de que te encantará conocer a Joseph, su mejor amigo.
—¿El chef? Hombre que sabe cocinar… esto se puso aún mejor, a propósito de comida vamos a la casa que mami de seguro nos está esperando para comer.
—Tú estás loca he comido todo el día.
—No lo dudo, de seguro te comiste más de un Bonet… golosa.
—Lo que pasa es que probamos muchas de las comidas que vamos a ofrecer, mañana estaremos trabajando con el orden de las mesas y un entrenamiento para atender a los clientes y en dos días incluso tenemos que estar listos ya que probablemente se harán algunos eventos, estoy muy emocionada.
—Se nota tu emoción, aunque debo decirte que me gusta verte así.
Al llegar a casa su madre se alegró de verlas y de inmediato les preguntó por su día, Leticia dijo que había estado normal con muchos clientes en el salón de belleza pero que estaba segura de que a su hermana le había ido mucho mejor.
—Es que estamos preparándonos para tener todo listo, estoy muy emocionada con mi nuevo trabajo al parecer estaré encargada de atender a unos clientes esta semana —respondió rápido antes de que algún comentario pudiera delatarla.
—Me parece muy bien y veo que tus ojos tienen una sonrisa especial ¿hay algo más que me quieras contar?
Su madre siempre sabía cómo estaban con sólo mirarlas, así que Camila sabía que debía tener cuidado acababa de entrar a trabajar en ese lugar y decirle que casi se besó con Andrew en su primer día de trabajo no sería una buena idea, aunque el sólo recordar sentir sus labios tan cerca la hacía sentir mariposas en el estómago.
«Me pregunto si mañana estará ahí para terminar lo que mi hermanita tan oportunamente interrumpió»
Andrew volvió al restaurante y Joseph que aún se encontraba ahí al verlo con una cara de felicidad le dijo —Pensé que ya no te vería hoy, la verdad, creí que te habías perdido en algún lugar de Brooklyn. —La iba a besar y su hermana apareció justo en ese momento, no sé qué hacer ahora, cómo la veré a los ojos. —Primero dile la verdad de quién eres, yo siento que ella es una chica buena y me recuerda mucho a…—Si tienes razón se parece mucho a Iris, no tanto físicamente, aunque Camila también es muy linda, la siento muy frágil y quisiera protegerla, cuando la veo a los ojos olvido hasta quien soy, ahora no sé qué puedo hacer y no logro entender porque me siento así con una chica a la que acabo de conocer. —Debes decirle la verdad, no comiences una relación en base a una mentira, no tienes por qué cambiar la forma en la que llevarás las cosas aquí, pero que ella debe saber quién eres tú.—Se que tienes razón.—Tu mamá se sintió muy bien con ella y yo confío en su intuición, la últim
Cuando llegaron al restaurante ya la mayoría estaba ahí, Andrew la buscó con la mirada entre el grupo y como los días anteriores la vio bajar del carro de su papá.Vestía unos jeans que se amoldaban perfectamente a su figura y una linda blusa azul, ella es una chica muy femenina, un maquillaje delicado, sus labios rosa y su cabello tomado le daban un toque casual pero elegante, Andrew quiso olvidarlo todo y por un segundo pensó en besarla ahí mismo, pero entendía que debían hablar y también trabajar.Acercándose despacio sin que ella lo notara le dijo suave al oído —Buenos días, Camila… te ves muy linda hoy. Ella lo miró, sonrió y mientras los colores le subían al rostro bajo la mirada.—Te parece si hablamos a la salida, después te llevo a tu casa —le preguntó bajito.Ella sólo asentó con la cabeza acompañada de una dulce sonrisa —recuerda que a esa hora el tren va…—No te preocupes por eso —le respondió mientras le guiñaba un ojo.Andrew no recordaba haber sentido un día tan larg
Apenas Camila cruzó la puerta de su departamento escuchó la voz de su madre que la trajo a la realidad —¿Dónde estabas? Me preocupé por ti, pensé que te había pasado algo, tu padre no tarda en llegar.—Estoy bien mami, sólo que me puse a conversar con un amigo del restaurante y se me pasó la hora —respondió rápidamente tratando de ocultar su nerviosismo. Esa noche Camila casi no podía probar bocado, recordaba los besos y las caricias de Andrew, necesitaba esa ducha de agua fría, sabía que ahora debía ser ella quien debía decir su verdad, el por qué no había trabajado y lo más importante que nunca había estado con ningún hombre.«Se ve que tiene experiencia, ¿será que se asusta al saber que soy virgen?, estoy tan inexperta que esos fueron mis primeros besos, Dios de los que me estaba perdiendo en esta vida» pensaba mientras las voz de su madre se escuchaba casi a lejos.Después de comer se fue a su cuarto casi sin decir una palabra, pero con una sonrisa que no podría ocultar, Letic
Camila respiró profundo, se armó de valor y comenzó esta vez su confesión, le contó que por su enfermedad jamás tuvo la oportunidad de tener novio, o una vida normal, ni siquiera la habían besado, mucho menos había hecho el amor, tenía miedo, pero lo que había sentido esa noche superó lo que imaginaba. Lentamente abrió su blusa y le enseñó su cicatriz —No sé cómo podemos enfrentar esto, no sé si puedas estar con la mujer que lleva el corazón de alguien a quien has amado tanto. Se levantó, tal vez pensando en ese momento que su historia no tendría un final feliz, mientras Andrew seguía en estado de shock casi sin poder decir una palabra.Ella solo sonrió se cerró los botones de la blusa camino a la puerta y salió, Andrew aún estaba sin palabras los pensamientos llegaban a su mente, entre ellos los recuerdos con Iris y el sueño donde ella le pedía que no dejara ir su corazón.Corrió a la puerta, pero Camila ya había cerrado la puerta del elevador, sus ojos llenos de lágrimas, pensó e
Antes de entrar a su casa Leticia abrió su bolso sacó un lápiz labial y un delineador para tratar de arreglar un poco a su hermana —Ok, ya no se nota tanto lo bien que la pasaste, pero quiero saberlo todo, y cuando digo todo es todo, no me digas que no pasó nada porque el brillo en los ojos me dice que hoy terminaste lo que anoche comenzaron.—¿De verdad se nota mucho? —preguntó con preocupación.En esos momentos la madre abrió la puerta —Al fin llegaron —y al verlas con las manos vacías dijo —por lo visto no compraron nada. Leticia respondió rápidamente —Todo estaba carísimo y lo que vimos en oferta no nos gustó, caminamos toda la tarde y en el mall comimos algo, no te preocupes estamos bien. —Ok chicas porque no van entonces a su cuarto y se duermen, ya es tarde y las dos tienen que trabajar temprano mañana. —¡Si mami! —respondieron al mismo tiempo, porque ambas querían escapar rápidamente del que podría ser un interrogatorio.Al entrar al cuarto Leticia cerró la puerta diciend
Camila rápidamente le preguntó a Andrew —¿Crees que pueda salir un rato? Mi hermana me consiguió una cita al ginecólogo para las dos de la tarde, estoy segura de que mi próxima reunión terminará poco después del mediodía.—Por supuesto, es más yo te llevo. —De verdad no es necesario. —Yo quiero estar contigo, no te preocupes.Camila le confirmó a Leticia y a los pocos minutos llegaron los siguientes clientes, que a diferencia de los anteriores fue muy sencillo, serían unas cuarenta personas que querían celebrar un cumpleaños, nada complicado, pero querían algunos detalles especiales así que terminaron mucho antes de lo esperado. Andrew la estaba esperando en su coche —Muy pronto se van a dar cuenta quién está manejando este auto.—Tranquila todo estará bien —le respondió tomando su mano. Llegaron a la clínica, Camila se sentía extraña, por primera vez debía recostarse en una de esas camillas, la doctora fue muy amable, les dijo que todo se veía bien, le recetó pastillas que deb
A la mañana siguiente sus padres desde temprano organizaban todo lo necesario, ambos se veían emocionados y estaban encantados con los regalos, Camila sabía bien que ese no sería el mejor momento para hablar de Andrew, si decía algo sus padres podrían incluso cancelar el viaje.Las chicas decidieron tomar el tren, ellas sabían que los minutos estarían contados para ellos, porque a pesar de que ambos se habían tomado ese día tenían muchas cosas que preparar.Al salir de casa Leticia dijo —Aun no sé cómo decir lo del fin de semana ¿Qué será mejor, pedir perdón o pedir permiso? Ambas rieron con el comentario —Por favor no termines muy tarde hoy.—No te quejes que el Uber privado se ve te gusta.Andrew se sorprendió al verla llegar sola esa mañana —Buenos días novia mía ¿Por qué no me avisaste hubiese pasado por ti? —No es necesario con Leticia tomamos juntas el tren para darle tiempo a papá ya que salen mañana muy temprano.—Te tengo una sorpresa, mi segundo mejor amigo el hermano de Ir
Cuando subieron al carro Lynn le contó a Diana —Son mis mejores amigas pensaba darles la sorpresa de que estaría aquí y la mayor sorpresa del mundo me la he llevado yo, Andrew tiene mucha suerte se ve está muy ilusionado.Camila comenzó a toser y Diana respondió —Lo sé, Camila yo estoy muy feliz con su cambio, has traído de vuelta a mi hijo de un día para otro, no lo había visto así en mucho tiempo, además Joseph ha sido siempre como un hijo para mí, en especial cuando hace diez años murieron sus padres en ese terrible accidente.Leticia dijo sorprendida —Yo no sabía eso. Diana les contó que un conductor borracho los chocó poco antes que llegaran a su casa, que los padres de Joseph y ellos eran vecinos y amigos desde el colegio, Joseph incluso estaba en su casa en esos momentos cuando sonó el teléfono y la policía les dio la noticia, tenía sólo 18 años recién cumplidos, estaba destrozado, por meses pensaron que no lo podría superar, pero él era un chico muy fuerte e inteligente.Le