CAPÍTULO 80

Salvatore Gianluca.

Fruncí el ceño al ver el gesto de mi escolta y respiré hondo, intentando calmarme.

—Bueno, dejemos los sentimentalismos y pongamos la cabeza en lo importante. Necesito que todo esté listo lo más pronto posible. ¿Cuento contigo, Zane?

—Cuenta conmigo, señor.

—Perfecto. Tienes dos días. Son doscientos hombres, no cien, ni ciento cincuenta, son doscientos. Vamos a atacar a Renato de frente, sin rodeos, y depende de ti que la información no se filtre. No le dirás a nuestros hombres a dónde vamos. Simplemente llegaremos al lugar.

—Dos días es muy poco, señor. Dame más tiempo.

Me acerqué a Zane, chasqueando los dientes, consciente de que me estaba sacando de mis casillas. Rugí.

—Escucha, Zane, puedes ser como un hermano para mí, pero en este momento no hay tiempo, y mucho menos margen para cometer errores. Es sencillo: necesito que organices todo. Evidentemente, voy a ayudarte con eso, pero necesito tu máximo esfuerzo. Renato me respira en la nuca. ¿Olvidas lo que nos
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP