La reacción del pervertido fue instantánea y violenta, pero Aylin, que es experta en defensa personal, se anticipó. Con un golpe preciso y contundente, logró liberarse y poner distancia entre ella y su agresor. El pervertido, sorprendido y herido, se montó en su coche y huyó de la escena mientras que Damián se acercó más a Aylin, aun con la boca abierta y una ceja alzada.—Creo que debo preguntarle al hombre si está bien, porque tú, naturalmente, no estás mal.Aylin lo miró, y sus ojos brillaban con un fuego indomable. —No soy una damisela en apuros que necesita de un caballero para rescatarla. Como ves, soy autosuficiente, — respondió con orgullo.Damián asintió y una sonrisa jugueteaba en sus labios. —Eso veo, peleas como una mafiosa.Aylin bufó, evidentemente molesta y a lo lejos, vio un taxi y levantó la mano para detenerlo, sin embargo, justo cuando estaba a punto de abrir la puerta, con gesto fruncido Damián se adelantó y la cerró. —Yo te llevaré, eres un peligro andante, po
Después de recibir esa llamada en la que le pidieron presentarse al banco, Aylin creyó que el día se le había arreglado, y sonreía emocionada al imaginar que ahora que su préstamo ha sido aprobado podrá preparar su quirófano para salvar la vida del niño.—Hola, buenos días. Soy Aylin Mujica—. Saludó a una gerente en cuanto ingresó al banco.—Bienvenida señora Mujica, por favor sígame—. Aylin frunció el entrecejo, y sin indagar dejó que la gerente la guiara hacia una oficina privada, intrigada y sorprendida miró el letrero en la puerta que decía "Director Ejecutivo". Un nudo de nervios se formó en su estómago, pues no entendía por qué le habían llamado a la oficina del director ejecutivo, ya que apenas había solicitado su primer préstamo, para tener tal honor.—Señor. Su invitada ha llegado. Anunció la gerente y enseguida salió, dejándola en la oficina y quedó ojiplática al ver al hombre sentado detrás del enorme y costoso escritorio. —Espera, tú… ¿Eres el CEO? —. Lo señaló, mostrán
Aylin se acomodó en el lujoso coche que Damián había enviado y aunque dudaba si había tomado la decisión correcta al aceptar ir con él, estaba preparada para enfrentarlo en caso de que intentara jugarle una trampa. Con el niño acostado en su regazo, se negaba a acercarlo a Damián, pero no tenía otra opción, ya que no encontró con quien dejarlo.Mientras avanzaban, el conductor permaneció en silencio, sin pronunciar una palabra y cuando finalmente, llegaron al estacionamiento de un glamoroso edificio, Aylin preguntó: —¿Ya hemos llegado?—Sí señora, es aquí —, respondió el hombre. Luego, subieron al séptimo piso y él ingresó un código para abrir una puerta que prometía revelar el lujo que se encontraba detrás. Al entrar al enorme lugar, Aylin confirmó que tenía razón, ya que cada mueble y decoración desbordaba elegancia y derroche.—Por favor, sígame—, le pidió el hombre, guiándola por un pasillo. Desconfiada y con sospechas, lo siguió. En cuanto, el hombre se detuvo frente a una pue
Tres días después.Aylin se encontraba sentada en la sala de espera de la HGPS, nerviosa y expectante. Su currículum, pulcramente preparado, descansaba en su regazo, listo para ser entregado. Ansiosa miraba a su alrededor, observando a los demás doctores que, como ella, esperaban ansiosos una oportunidad de ser contratados, pero su mente no dejaba de regresar a la imagen de ese niño que no había podido ayudar y como un susurro inoportuno, la propuesta de Damián volvió a su mente.—Si acepto. Podré salvar a ese niño y mejorar mi situación económica que va de mal en peor —, murmuró, más para sí misma que para cualquier otra persona, pero al darse cuenta de lo que había dicho, agitó la cabeza, negándose a exponer a su propio hijo a una situación incierta. Aunque la búsqueda de empleo había sido dura, creía que podía soportar cualquier cosa.Después de entregar su currículum, la secretaria que lo recibió le informó que le darían una respuesta en 20 días hábiles. Aylin se mordió la mejil
Luchando por asimilar todo lo que estaba ocurriendo, Aylin no dejaba de observar a Damián con asombro, debido a que nunca esperó que accediera a su petición de adelanto de dinero, y mucho menos que apareciera en persona para entregarle el efectivo.En la era digital en que viven, ¿quién se tomaba la molestia de entregar dinero en mano? Pero Damián lo hizo, y no solo eso, también pagó la factura del hospital y adquirió los medicamentos necesarios para Chris y ahora, los tres viajaban en un lujoso automóvil. Chris, sentado entre ellos, miraba con ojos brillantes su entorno, habiendo superado la peor parte de su enfermedad, la fiebre había bajado y parecía más animado. —Tío, tu coche es bonito, al igual que tu televisión— le dijo con genuina admiración, haciendo reír a Damián.—Recuerdas Chris, debes llamarme papá y no tío —, le corrigió con una sonrisa indulgente.Aylin sintió que tenía que intervenir, pero las palabras la abandonaron. ¿Cómo estaba supuesta a explicarle a su hijo lo
Aylin estaba sentada en el sofá diván que se ubicaba frente a la ventana, el único espacio de esa enorme mansión que le brindaba un poco de paz mental.El almohadón de terciopelo carmesí, que sostenía entre sus brazos, se amoldaba a su silueta mientras los pensamientos danzaban en un vaivén dentro de su cabeza, a la vez que el sol se deslizaba por la ventana, derramando una luz dorada sobre su cabello, formando un halo alrededor de su figura."Debes pagar la penalidad de 5 millones de dólares" la amenaza de Damián retumbaba una y otra vez en su cabeza.—¿5 millones?, ¡es un embaucador!, todo fue debidamente planeado, ¿por qué no leí las letras pequeñas?, bien lo dice Karen, soy demasiado impulsiva —, refunfuñaba enojada con Damián porque se siente engañada, pero más enojada consigo misma por haber actuado como un hambriento cuando le ponen un pedazo de pan delante, que primero, se lo come y luego, pregunta si estaba envenenado.Resopló, expulsando todo el aire que tenía reprimido ante
—Vi que no pudieron cenar, vengan conmigo—. Anticipándose, a la petición que haría Aylin, Damián los llevó a un pequeño comedor privado, donde había preparado una variedad de platillos para ellos.Ella miró la mesa con asombro. —¿Tenías todo preparado?—Después de que descubrí que mi hermano y su esposa solo fingían que les agradaba, perdí el anhelo de comer a su lado. En realidad, hoy he asistido a la cena para presentarlos, moría por verles las caras de frustración a mi familia.Aylin no pudo evitar reír. —Entiendo, es que son bastante intensos —, bromeó, provocando una risa quedamente en Damián.Este gesto pareció sorprenderlo, como si hubiera olvidado a cómo reír en su propio hogar desde la muerte de su esposa y paró abruptamente, volviendo a su expresión seria. Se sentaron en la mesa, en una atmósfera mucho más relajada que la del comedor principal. Chris, que había estado incómodo toda la noche, pudo relajarse y comenzó a comer con apetito. La conversación entre Damián y Ayl
Lara negó mientras reía, aunque la insinuación de Luci la hizo vacilar por un momento.—No, qué va; y de estarlo, nos conviene que sea una enfermedad que lo deje incapacitado, porque de ese modo tu padre podría manejar sus negocios.—Yo también considero que no está enfermo— concordó Mauro. — Es que el maldito se considera ser el todopoderoso y su forma de caminar es para presumir. No ves que tiene muchísimos guardaespaldas, es demasiado jactancioso y arrogante—, agregó, y la envidia hacia su tío era evidente en su voz.La interrupción de una empleada doméstica puso fin a la queja colectiva. —Señora, la vino a visitar la señorita Lorenny—, anunció la empleada, con Lorenny parada detrás de ella.Lara se levantó con una sonrisa en el rostro y saludó a su prima dándole dos besos, uno en cada mejilla. —¡Qué bueno que viniste, pensé que luego del disgusto que pasaste anoche no vendrías hoy!Lorenny sonrió con picardía. —Querida prima, me conoces, no me detengo tan fácil, voy a convertir