Todos iban de camino a casa, y Chris se encontraba durmiendo plácidamente en el regazo de Helen, quien iba en el último asiento de la camioneta. —Sabes, la bruja de tu cuñada me estaba diciendo andrajosa. Se burlaba de mi ropa y de la de Chris —, murmuró Aylin, reflexionando sobre la extraña coincidencia de que, justo después de ese incidente, Damián la llevó a comprar ropa.—Lo sé, tengo cámaras en algunos puntos específicos de la casa—le respondió Damián con semblante sereno, y sin mostrar ninguna emoción. —Entonces, ¿escuchaste todo lo que dije? — preguntó intrigada.Damián asintió con tranquilidad y buscó en el bolsillo de su chaqueta el frasco de analgésicos.Enrique lo vio a través del retrovisor y decidió intervenir: —Señor, parece que está tomando el medicamento demasiado rápido.Damián lo miró con desdén.—¡Dame esas pastillas, Damián! —demandó Aylin con reproche, intentando arrebatarle el frasco. Damián alzó el brazo rápidamente, manteniéndolo fuera de su alcance. En su
Aylin soltó una risita y se volteó para dejar la inyección a un lado. — Pues está bien, te vas a morir del dolor.Justo cuando estaba a punto de marcharse, él la detuvo. — Dale, ven. Hazlo —, gruñó mordiéndose el orgullo de un macho que no quiere ser tocado.Aylin no pudo evitar mostrar una sonrisa triunfante mientras se acercaba a la cama. — Estoy orgullosa de ti, no te quejaste en ningún momento —, le dijo de manera jocosa, como si estuviera jugando con él.Damián soltó un bufido, y frunció el ceño, con confusión, ya que no entiende por qué siempre que Aylin lo ayuda tararea, pero la sensación de los dedos suaves, deslizándose por su espalda baja, hizo que su enfado se evaporara, y se sumergió en la sensación. Cerró los ojos y se dejó llevar por los tarareos encontrando que la melodía suave y relajante, empezaba a calmar sus sentidos y decidió no interrumpirla.Conforme los minutos pasaron, el dolor comenzó a disminuir. La combinación del calmante y la dulce melodía parecía
«Todo parece bien arreglado», pensó Aylin con tristeza al ver que el lugar estaba bañado en un ambiente cálido y acogedor; que las paredes estaban adornadas con obras de arte y que las mesas se encontraban perfectamente organizadas con manteles de seda y platería brillante. Como las luces eran suaves y cómo la música, era tocada por una orquesta en un escenario improvisado, mientras que los invitados, se movían de un lado a otro, conversando y riendo.En medio de todo ese bullicio, se sentía como un pez fuera del agua. De pie junto a una pequeña mesa, continuaba visualizando, con una expresión de incomodidad, cómo todos parecían estar mirándola. Era la fiesta de compromiso del hombre que una vez se suponía que iba a convertirse en su esposo y que ahora estaba junto a una hermosa mujer de cabello castaño claro, con rostro iluminado por una felicidad que Aylin siempre había imaginado para ella misma.«Esos son sus padres, Johnny siempre me dijo que querían conocerme», dijo en su fuero
Chris dormía tranquilo y ajeno a las preocupaciones del mundo, mientras que Aylin lo observaba con ternura, deleitándose con lo hermoso que se ve su rostro angelical al ser iluminado por la luz del exterior que se filtraba por la ventana. —Estaba muy angustiada por ti, mi pequeño — susurró, trazando suavemente los mechones dorados del cabello de su hijo con sus dedos, y a pesar de su reciente disputa con Damián, ver a su pequeño le devolvía la paz.Repentinamente, un ruido proveniente de otra habitación interrumpió su tranquilidad. Con el corazón en la garganta, se levantó y caminó hacia la puerta, reticente a dejar a Chris, pero preocupada por la fuente del ruido. Se dirigió con cautela hacia el pasillo, tratando de identificar la procedencia del ruido y a medida que se acercaba al dormitorio de Damián, los sonidos se intensificaban, aumentando así su inquietud.Ella hizo el amago para tocar la puerta, pero dudosa se arrepintió.Por su parte, Damián estaba enojado y agotado. Sus
—Amor, ¿podemos volver otro día al parque? —. Aylin se agachó a la altura de Chris.—Pero ¿Por qué? —, protestó torciendo los labios en una mueca que dejaba claro su descontento.Aylin le acunó la cara entre los huecos de sus manos.— Porque papá está mal y nos necesita. Un caballero debe cuidar de las personas—, le convencía con voz infantilizada, y el pequeño asintió y suspiró a la vez, sin dejar de mirar hacia los carritos chocones. Damián negó moviendo la cabeza, no quería sacrificar la diversión del pequeño y se oponía a que lo acompañaran, pero Aylin ganó la batalla. Como doctora, ver a alguien sufrir y quedarse de brazos cruzados era algo imposible para ella, por lo que en el camino hacia el banco le pidió a Enrique hacer una parada en una farmacia.—Entendido, señora —, le contestó obediente mirando a través del retrovisor.—Enrique, ¿quién es tu jefe?, ¿Aylin o yo? — le reclamó Damián al hombre con tono cargado de reproche.—Usted señor Zadoglu.—Entonces si la orden no vi
—¡Dije que no te puedes ir! ¡¡Recuerda que eres mía!!Al darse cuenta de lo que acababa de decir, Damián se quedó rígido, consciente de la posesividad implícita en sus palabras y Aylin, con una sonrisa burlona, respondió:—¡Qué posesivo eres!, ¿acaso te gusto?—Te dije que no me interesas. Sabes que me refiero a que soy tu jefe y tú mi empleada, y debes obedecerme.Las horas seguían pasando y ella se encontraba admirada por la habilidad de Damián para detener el hackeo y proteger el sistema.Aunque fue agotador estar a su lado, especialmente con el pequeño Chris insistiendo en que estaba muy aburrido y quería jugar, ella disfrutó enormemente de sentirse útil al ayudarlo con todo lo que él solicitaba. —Deberías darme un bono extra por hacer de secretaria.—Han llegado los protagonistas del alboroto— bisbiseó Lara, quien observaba atentamente desde su posición en la sala cuando vio entrar a Aylin y a Damián por la puerta principal de la mansión.—Esa mujer y su hijo llegaron a arruinar
—¡Ni en mi peor pesadilla amaría a alguien tan soberbio como tú! —. Después de la respuesta de Aylin, la expresión de Damián cambió; su sonrisa desapareció y su rostro se volvió una máscara fría. —Es bueno que siempre tengas presente, que entre nosotros no puede pasar nada—, dijo con un tono que denotaba su amargura.—Despreocúpate Damián que es imposible olvidarlo.Entre los dos se instaló un silencio incómodo.— Si reaccioné de ese modo, es porque después de la historia que me has contado de tu hermano, ando un poquito paranoica ¿Qué quería tu hermano? —, con voz trémula, Aylin cambió de tema, intentando evadir la tensión que se había creado. —Dinero —, respondió Damián de manera tajante. Decidió no agregar nada más, prefiriendo no contarle a Aylin la parte de la conversación que involucra a Chris. No quería preocuparla más de lo que ya estaba, y mucho menos quería darle razones para que creyera que su estancia en la mansión estaba poniendo a su hijo en peligro.####Dos horas des
—¿Dime qué tienes que ver con esto?, ¡ahora que te lo estoy pidiendo con amabilidad! —, le exigió Damián con seriedad. En cambio, Lara, tomó el periódico y comenzó a leerlo, manteniendo una sonrisa.—De verdad, no tengo nada que decir. Pero debo felicitar al valiente que lo hizo, merece mi reconocimiento, aunque esa foto está asquerosa. Con menos luz, se habría visto mejor—, le respondió de forma burlona, provocándolo.—¿Estás segura de que esto no es obra tuya? —le preguntó una vez más, mirándola fijamente.—No tengo nada que ver con esto, cuñado. Puedes creerme.—Ese es el detalle, que no puedo creerte.—Tienes muy mal concepto de mí—, musitó torciendo los labios.Aun desconfiado, sacó su teléfono celular del bolsillo de su chaqueta y marcó el número de su abogado.📞 Buenos días, Sr. Lions. Lo estoy llamando con relación a una noticia publicada esta mañana en el periódico. Necesito que investiguen, quién ha sido la fuente para ponerle una demanda —, solicitó, sin apartar su mirada