—Amor, ¿podemos volver otro día al parque? —. Aylin se agachó a la altura de Chris.—Pero ¿Por qué? —, protestó torciendo los labios en una mueca que dejaba claro su descontento.Aylin le acunó la cara entre los huecos de sus manos.— Porque papá está mal y nos necesita. Un caballero debe cuidar de las personas—, le convencía con voz infantilizada, y el pequeño asintió y suspiró a la vez, sin dejar de mirar hacia los carritos chocones. Damián negó moviendo la cabeza, no quería sacrificar la diversión del pequeño y se oponía a que lo acompañaran, pero Aylin ganó la batalla. Como doctora, ver a alguien sufrir y quedarse de brazos cruzados era algo imposible para ella, por lo que en el camino hacia el banco le pidió a Enrique hacer una parada en una farmacia.—Entendido, señora —, le contestó obediente mirando a través del retrovisor.—Enrique, ¿quién es tu jefe?, ¿Aylin o yo? — le reclamó Damián al hombre con tono cargado de reproche.—Usted señor Zadoglu.—Entonces si la orden no vi
—¡Dije que no te puedes ir! ¡¡Recuerda que eres mía!!Al darse cuenta de lo que acababa de decir, Damián se quedó rígido, consciente de la posesividad implícita en sus palabras y Aylin, con una sonrisa burlona, respondió:—¡Qué posesivo eres!, ¿acaso te gusto?—Te dije que no me interesas. Sabes que me refiero a que soy tu jefe y tú mi empleada, y debes obedecerme.Las horas seguían pasando y ella se encontraba admirada por la habilidad de Damián para detener el hackeo y proteger el sistema.Aunque fue agotador estar a su lado, especialmente con el pequeño Chris insistiendo en que estaba muy aburrido y quería jugar, ella disfrutó enormemente de sentirse útil al ayudarlo con todo lo que él solicitaba. —Deberías darme un bono extra por hacer de secretaria.—Han llegado los protagonistas del alboroto— bisbiseó Lara, quien observaba atentamente desde su posición en la sala cuando vio entrar a Aylin y a Damián por la puerta principal de la mansión.—Esa mujer y su hijo llegaron a arruinar
—¡Ni en mi peor pesadilla amaría a alguien tan soberbio como tú! —. Después de la respuesta de Aylin, la expresión de Damián cambió; su sonrisa desapareció y su rostro se volvió una máscara fría. —Es bueno que siempre tengas presente, que entre nosotros no puede pasar nada—, dijo con un tono que denotaba su amargura.—Despreocúpate Damián que es imposible olvidarlo.Entre los dos se instaló un silencio incómodo.— Si reaccioné de ese modo, es porque después de la historia que me has contado de tu hermano, ando un poquito paranoica ¿Qué quería tu hermano? —, con voz trémula, Aylin cambió de tema, intentando evadir la tensión que se había creado. —Dinero —, respondió Damián de manera tajante. Decidió no agregar nada más, prefiriendo no contarle a Aylin la parte de la conversación que involucra a Chris. No quería preocuparla más de lo que ya estaba, y mucho menos quería darle razones para que creyera que su estancia en la mansión estaba poniendo a su hijo en peligro.####Dos horas des
—¿Dime qué tienes que ver con esto?, ¡ahora que te lo estoy pidiendo con amabilidad! —, le exigió Damián con seriedad. En cambio, Lara, tomó el periódico y comenzó a leerlo, manteniendo una sonrisa.—De verdad, no tengo nada que decir. Pero debo felicitar al valiente que lo hizo, merece mi reconocimiento, aunque esa foto está asquerosa. Con menos luz, se habría visto mejor—, le respondió de forma burlona, provocándolo.—¿Estás segura de que esto no es obra tuya? —le preguntó una vez más, mirándola fijamente.—No tengo nada que ver con esto, cuñado. Puedes creerme.—Ese es el detalle, que no puedo creerte.—Tienes muy mal concepto de mí—, musitó torciendo los labios.Aun desconfiado, sacó su teléfono celular del bolsillo de su chaqueta y marcó el número de su abogado.📞 Buenos días, Sr. Lions. Lo estoy llamando con relación a una noticia publicada esta mañana en el periódico. Necesito que investiguen, quién ha sido la fuente para ponerle una demanda —, solicitó, sin apartar su mirada
La ira y la impotencia se apoderaron de él al ver a Johnny besando a Aylin, que, en un ataque de rabia, golpeó el interior de la puerta del coche, provocando un pequeño sobresalto en Chris, y en Helen, que estaba sentada a su lado. —No pasa nada, estoy aquí—, le susurró Helen a Chris, abrazándolo con fuerza para que sintiera seguridad entre sus brazos.—¡Vámonos! —, le ordenó Damián a su conductor y su voz sonaba tensa, como si estuviera al borde del abismo.—Pero papá, quiero ir con mi mamá —, protestó Chris, tratando de liberarse del abrazo de Helen.Aunque Damián no lo escuchó. El coche ya había arrancado, dejando atrás la escena que le incomodaba como ninguna otra lo había hecho jamás. «Debí ir con ella, de seguro le dirá de nuestro acuerdo», pensaba, tratando de justificar su deseo de haber intervenido.Sin importarle las miradas de Helen y Enrique, sacó su teléfono y marcó el número de uno de los escoltas de Aylin y cuando él mismo le respondió, le ordenó con tono autoritario:
La sorpresa inicial de Aylin dio paso a un calor que se extendió por todo su cuerpo y se dejó llevar por la sensación, correspondiendo al beso con una intensidad igual a la de él, pero tan pronto como comenzó, Damián se apartó abruptamente, dejándola desorientada y jadeando.Él se quedó mirándola, reflejando una mezcla de sorpresa y confusión. Había algo en la forma en que Aylin lo miraba, una especie de deseo y gratitud que lo había impulsado a actuar sin pensar.Y un silencio incómodo se instaló entre ellos, interrumpido solo por el sonido suave de la música de fondo y el murmullo de los otros comensales en la distancia. —Damián... yo… —Aylin rompió el silencio con voz temblorosa y mejillas sonrojadas.Pero él elevó una mano para interrumpirla, con una expresión seria en su rostro… —Aylin, yo no debí haber hecho eso. Fue un error. No deberíamos mezclar los negocios con... esto —. Se pasó una mano por el cabello, claramente contrariado.####25 minutos más tarde:Ambos se encontrab
Damián salía del gimnasio, sintiendo una agradable sensación de cansancio después de su entrenamiento.—Parece que hoy tendré un día calmado y sin dolor—, musitó alegre, puesto que haber seguido algunas recomendaciones dadas por su médico le había hecho bien.El sol de la mañana iluminaba el área de la piscina, y mientras caminaba hacia la salida, su mirada se encontró con Chris, quien estaba cerca del borde del agua.Alarmado, reconoció el peligro.—¡Aléjate, Chris! —, le voceó, pero sus palabras fueron en vano. El niño, ajeno al riesgo que corría, se lanzó al agua sin pensarlo dos veces.—Eh, vámonos antes de que nos vean—, le pidió Lara a su hija en cuanto escuchó a Damián.El corazón de Damián se aceleró y sintió un nudo en la garganta. Sabía que tenía que actuar rápido para salvar al niño, pero desesperado, supuso que no llegaría a tiempo. —¡Aylin, Aylin, ven de inmediato! —, llamó esperando que su voz llegara hasta ella.Sin darse cuenta de cómo llegó al borde de la piscina, Da
Damián abrió los ojos lentamente, como si cada pestañeo le costara un esfuerzo titánico. Se sentía como si una máquina aplanadora le hubiera pasado por encima, dejándolo machacado y maltrecho. Todo el cuerpo le dolía, cada músculo, cada hueso, cada célula.Por un momento, le costó enfocar su vista, todo a su alrededor estaba borroso, como una pintura acuarelada, pero poco a poco, los detalles empezaron a tomar forma. No estaba en la mansión. Reconoció el papel de pared de diseño, las lámparas de diseño moderno, el gran ventanal que da a la ciudad. Intentó moverse, pero un dolor agudo le recorrió el brazo. Miró hacia abajo y vio una intravenosa clavada en su antebrazo derecho y su mano instintivamente fue hacia ella, dispuesta a arrancarla de un tirón.—¡Quieto firulais! —, le ordenó Aylin, cogiéndole la mano para impedirle hacerlo.Damián la miró con una fiereza que habría hecho retroceder a cualquier otro. —Aylin, ¿acabas de llamarme perro?Ella apretó los labios, luchando contra l