No se si me anime a hacer la historia de los hijos de nuestros 4 fantásticos, pero lo veremos en el camino.
Con el pasar de los años, las cosas se pusieron en orden.Todo era tan extrañamente tranquilo que parecía mentiras. Frederick tenía una vida plena junto a Danielle, como siempre lo soñó.Sam era el hombre más feliz haciendo las compras para su casa, mientras Carla se hacía cargo de todo. Era gracioso ver como ese par, habían delegado sus funciones a sus esposas y tenían una vida que muchas soñarían con tener. Jugaban al golf, hacían la compra, administraban la casa y solo aparecían para apoyar si habían problemas. Tal vez eso influyó absurdamente en la formación de sus pequeñas, que aunque eran como el agua y el aceite, se amaban con locura.Danna era una pequeña aguerrida que se enfrentaba sin temor a todo, mientras que Angie era más bien una princesa que soñaba con nubes de algodón.Julián tenía todo lo que merecía y era feliz con eso.Y Steven, Steven tenía la vida más plena que jamás pudiese desear.Su princesa Sofía era una exitosa ejecutiva dentro de su negocio, lo había impulsad
—¡Puja Caroline! ¡Puja! —El médico estaba allí haciendo su mejor esfuerzo, pero yo estaba cansada, estaba cansada y dolida. Me dolía el cuerpo, pero más el corazón.Porque no debería estar sola en este momento, no debería parir a mi hijo sola y sin nadie que me de la mano para no rendirme, él debería estar aquí junto a mi, pero nunca dejó de ser un cobarde que no merecía nada de mi. —¡Vamos, es el último! —La voz de Josh el médico que me ha visto desde que llegué a Inglaterra es la única compañía que tengo y lo más cercano a una familia. Sentí un último tirón y luego el llanto de mi pequeña inundó el lugar. Lloraba con fuerza y yo la acompañaba con un llanto silencioso, era todo lo que tenía en este mundo, la amaba más que a nada y estaba dispuesta a luchar por ella con tanto como pudiera. —Es una bebé hermosa, justo como su madre —la voz de Josh me hace abrir los ojos.Estaba pensando por un segundo cómo se sentiría si él estuviese aquí junto a mi, me preguntaba si tal vez hubiese
Tal vez el problema siempre fui yo y nunca quise reconocerlo, tal vez no debí huir de esta manera y mucho menos dejar a mi hija sin un padre, uno que le podía brindar protección y amor. Pero cuando cierro mis ojos y veo los fríos ojos de Julián mirarme, me doy cuenta de que nunca hubiese reconocido a Tamy como su hija, tal vez me hubiese pedido que abortara o que hiciera lo que hice, perderme de su vida, desaparecer y sólo convertirme en un fantasma que nada tiene que ver con su vida ahora.Algunos días lo extraño, no puedo negarlo, mi corazón se siente tan dividido entre odiarlo o recordar cuando por algunos mínimos instantes me miraba con esos ojos que me confundían en sus sentimientos. Por instantes creí que me amaba, al menos creía que me quería. La verdad es que hoy después de tanto tiempo, sé que era yo y mi estúpida cabeza la que quería creer aquello, pero ese hombre no tiene corazón, ese hombre no sabe lo que es el amor, no sabe querer, no sabe que las personas tienen sentim
Intentó saltar todos los obstáculos que la vida me pone, y digo saltarlos porque no quiero enfrentarme a nada en este momento, no quiero tener problemas, pero por alguna extraña y desquiciada razón la vida parece enfrentarme cada día con más fuerza a lo que yo con tanto esfuerzo trato de negar. —Sólo quiero que me des una oportunidad, Mía —dice Eric, mientras bajamos por el ascensor. —No, ya te dije que…—Que tienes una hija, hermosa por cierto, a la que no quieres presentarle un hombre que no es estable en tu vida. Mía el discurso me lo has dado tantas veces que ya me lo se de memoria —Lo escucho suspirar cansado—, pero Mía, no te estoy pidiendo que me presentes a tu pequeña ahora mismo. Te pido una cena, unas copas, lo que quieras, solo seremos tu y yo y haremos lo que tu quieras.—¿Por qué? —¿Por qué no? —quiso sonar divertido, pero mi expresión seria hizo que se incomodara—. Porque me gustas Mía, eres inteligente, correcta, hermosa y tus ojos son tan tiernos. —Eric, es que no
La noche cae sobre esta enorme y monstruosa ciudad, veo como el agua cae y veo también por el reflejo del vidrio como van sacando una a una mis maletas de esta habitación, la noche de anoche no fue lo que esperaba, luego de 3 años de no verla creí que lograría superar estos sentimientos que me mantenían atado y nublado. Pero solo pude comprobar, una vez más, que ella no se va, no sale de mi mente. Y aquí estoy ahora, partiendo de otra ciudad, persiguiendo pistas, así como un cazador busca a su presa. * * * LA NOCHE DE ANOCHE * * * En la suite presidencial de este lujoso hotel en París, sostengo un vaso con whisky, mientras observo con severa lasciva a las dos mujeres que están frente a mi en la que se supone es mi cama, una rubia y una pelirroja. Juegan entre sí con sus cuerpos, con sus lenguas recorren el cuerpo de la otra y sus dedos están siendo usados para complacerse mutuamente.La visión para cualquier mortal es seductora, provocadora, para algunos otros puede pasar por inde
—Señor Sánchez, mis vacaciones…—Mia, se que te había prometido las vacaciones y que has trabajado todo el año sin parar, pero es imposible cambiar la fecha de la reunión, el hombre viene desde Berlín. Sabes que es uno de nuestros más grandes clientes. —Si, lo sé —le digo mientras muerdo con fuerza el interior de mi boca, estoy demasiado molesta. —Hija, sólo será esa reunión, estarás libre a las 5 de la tarde, solo debes cambiar los tiquetes y te daré un día más por este inconveniente. Yo de verdad lo lamento pero…—Lo se, se que es necesario reunirnos con el representante de nuestro cliente, de lo contrario perderíamos una producción demasiado grande, son muchas habitaciones y es un hotel demasiado esperado. —Así es. Maldigo con mucha rabia, es como si Julián se estuviera interponiendo en mis planes una y otra vez, estaba a dos días de irme de viaje con mi pequeña Tamy y con Eric.Luego de 3 años de relación es hora de que conozca formalmente a Tamy, yo tengo la certeza de que es
La fortuna se ríe de mí, la buena suerte se está riendo en mi cara y burlándose de mí, se pone de pie justo al lado de Julián y me mira con soberbia. Casi me está retando a que le diga algo, a que la señale o a que le recrimine lo que me acaba de hacer.—¡Exijo una explicación ahora mismo!—Julián, hijo. Debes calmarte, es sólo una niña y fue un incidente que interrumpió tu reunión.—Kikky, habla. ¡Ahora! —Julián no se movió ni por un segundo, sus ojos estaban fijos en los míos y su voz, era esa voz que solía usar para someterme, estaba en su papel dominante y yo tenía miedo de caer. —¿Kikky? ¿Quién es Kikky, hijo? ¿Te sientes bien? —El señor Sánchez, se notaba muy preocupado por la actitud de Julián. —Julián, cálmate. Podemos hablar esto como adultos y…—¿Cómo adultos? —da dos pasos en mi dirección, su voz ha cambiado completamente y me empiezo a quebrar— ¿Quieres hablar como un adulto, Caroline? —¿Caroline? ¿Qué sucede aquí, Mía? —Les dijiste que te llamas Mia. Se te olvido deci
Las palabras de Julián, hicieron que mis ojos se cristalizarán enseguida. Me dolían, sus recuerdos que guardaba como el mejor secreto salieron allí a flote, enfrente de todos y la calma que había logrado con tanto esfuerzo durante años, se estaba esfumando y estaba siendo reemplazada por una tormenta fuerte y dolorosa.—¿Qué quieres? —pregunte con odio y labrándome del apoyo que Eric me estaba brindando.—La verdad —miro sobre mi hombro a Eric y luego a mi nuevamente—. Quiero la verdad, a solas.Su mandíbula estaba apretada con fuerza, el odio era palpable y estaba segura que si pudiera ya me abría puesto sobre la mesa con el trasero desnudo, lo hubiese palmeado tan duro hasta verlo rojo o al menos hasta escucharme gritar mi palabra de seguridad.Seguridad, esa que sentía cuando estaba entre sus brazos, pero que luego de salir de allí nunca más supe lo que aquello significaba. Aunque quisiera negarlo, ni en los brazos de Eric lograba aquella sensación.—De acuerdo, tienes todo el dere