Mis pasos parecen tan densos, el dolor en mi espalda regreso y nuevamente me doy cuenta que estoy cargando con ese peso que es las historia de mi vida con Julián.Antes de ir hasta la recepción, saco mi móvil y hago la llamada a la única persona en todo el mundo que me puede ayudar en un momento como este.—Josh, soy...—Creí que me habías olvidado por completo. Ahora solo es Eric esto, Eric aquello y Tamy tampoco llama a su tío Josh.—Nos encontró, esta aquí.El silencio en la línea era lo que no quería escuchar, tenía todo el terror del mundo si Josh no era capaz de articular palabra, porque eso solo significaba que mis días estaban contados.—Josh... por favor, no te quedes en silencio.—¡Mierda! —al fin dijo y un gruñido fue lo que siguió— ¿Eric te está apoyando?—Si, creo —no esperaba esa pregunta, pero sabía que aunque Eric estaba decepcionado, no me iba a dejar sola.—¿Crees? —estaba en su plan protector.—Eric está dolido, llegó de sorpresa a la empresa, grito a los cuatro vie
Pegue mis labios a su oído, mientras mi mano libre se aferraba a esa diminuta y hermosa cintura, intenté morderme la lengua y apretar los dientes para no decir nada, pero fue inevitable. Las palabras salieron de mis labios de una forma natural e instantánea. Era una orden.«De rodillas»Mi corazón estaba vibrando dentro de mi pecho, tenía el temor más grande que jamás había sentido. Podía simplemente no obedecer y mandar mi trasero a la mierda. Pero su cuerpo obedeció como obedecía en tiempos en los que yo era todo lo que ella veía y obedecía tan dulcemente que era perfecta. Y allí estaba obedeciendo de nuevo, siendo perfecta como siempre.Aunque no pude evitar por primera vez ponerme de rodillas con ella, no tenía idea de porque lo estaba haciendo pero necesitaba que sintiera mi amor y desesperación por haberla tenido lejos de mis manos por tanto tiempo mientras me veía llorar con los ojos cerrados y tenía que agradecerle porque de esa forma ella no podía ver que yo estaba llorando c
Mis piernas tiemblan, mis labios arden, mis manos acarician, mi pecho sube y baja, mis ojos están cerrados y mi mente está en blanco.Siento el peso del cuerpo de Julián sobre mi pecho, sobre mi cuerpo, sobre mi alma. Sobre mi vida.Quiero decir algo, necesito decir algo, pero se que tan pronto como alguno de los dos rompa el silencio este pequeño instante, este mágico y ensoñador instante se habrá acabado.Siento como uno de sus dedos hace pequeños remolinos alrededor de mis brazos, sube y baja. No me mira aunque mi rostro está a su alcance. Se remueve un poco sobre mi cuerpo y siento el frío de su cuerpo ausente, sin embargo sus labios dejan pequeños besos por mi estómago y luego por mis pechos, no se siente el deseo ni la pasión, son simples besos depositados allí. Vuelve a mi estómago, más besos, luego su frente se posa allí. Lo observo pero también detalló los músculos de sus hombros tensionados y parecen marcados con un cincel.—Entonces aquí estuvo nueve meses Tamy —afirmó, no
—Kikky, mirame.—Josh, no...Pero tomó entre sus manos mi rostro. Me miraba con tanta tristeza como dolor, no era necesario decirle nada porque él sabía todo lo que había pasado en esa habitación.—¿Cómo es que llegaste tan rapido?—Solamente, yo...—Es más, ¿qué haces aquí?—Vine porque... porque sabía que me necesitarías.—Josh, yo lo arruine.—No, solamente sigues enamorada de Julián y...—Quiero odiarlo, quiero no desearlo, quiero sacarlo de mi sistema, pero es imposible. Cuando llegue solo tuvo que susurrar un par de cosas y yo ya estaba de rodillas ante él. Tomo de mi lo que quiso y yo no lo detuve, no pude, no quise, no sé.—Lo amas.—¿Eso es el amor? Destrucción, dolor, soberbia, manipulación. No lo creo Josh.—Kikky, yo vine porque en realidad...Mi teléfono sonó de nuevo, era la 1 de la mañana y Erick estaba allí despierto, esperando por mi.—Hola.—¿Dónde estás? —estaba ebrio.—Estoy en... —mire a mi alrededor, en realidad no sabía donde estaba, era una cafetería en medio d
Mi mente aún daba vueltas, no había dormido en lo que quedaba de noche, solamente me senté en una silla y encendí varios cigarrillos a la par de los minutos que avanzaban. Había dejado de fumar varios años atrás, cuando note las alergias de Kikky, y es que aunque era una ternura verla con su nariz roja, sabía que no podría hacerle daño.«Vaya hipócrita que era yo»La ansiedad me estaba matando, el deseo me estaba consumiendo vivo y los sentimientos me estaban ahogando en un mar oscuro.Había tenido que usar todo mi autocontrol para no correrme en el instante mismo en el que la penetre.Durante la noche tuve todas las oportunidades para callar sus palabras y dejarla en blanco, callar sus dudas o pensamientos sobre nosotros, sobre mi. Pude decirle lo que siento, que la amo y que por ella, por esperarla y encontrarla llevaba 4 años sin tocar a una mujer, pude decirle que tenía el alma en pedazos porque era padre y no lo sabía, pero que además no sabía serlo y tenía terror de fallarle a e
Un frío recorría mi espalda, porque claro que sabía lo que significaba un saludo de parte de Alana, no eran nada cálidos, la había visto enviarle saludos a las personas que se intentaban enfrentar a Julián injustamente o haciendo falsas acusaciones en su contra o en contra de sus hoteles.Esa mujer es implacable, fría y despiadada. Aunque conmigo siempre fue gentil y me dejo ver su cara más amable, sabía que tras ese saludo, lo único que había era una amenaza contundente.Los recuerdos llegaron a mi como pequeñas luces y mis ojos ardieron. Ella no iba a dar puntada sin dedal, protegía a julián con todo lo que tenía.* * * FLASHBACK * * *—Kikky, entregale estos documentos a tu jefe por favor.—Señorita Alana, llegaron los documentos de una nueva demanda. El señor Julián dice que le de prioridad.—¿Sabes de qué se trata?—Un huésped dice que se intoxico con la comida del hotel, pero no se tienen registros de que haya ingerido algo de allí. Sin embargo la demanda en curso y...—El hombre
«Solo es una prueba, Kikky. Nada más»Aquello era lo que me venía repitiendo una y otra vez desde que nos sabíamos subido al auto de Josh.Pero no estaba funcionando y el camino cada vez era más corto, el tiempo más cercano y las preguntas de mi hija más insistentes.—Tamy, recuerdas cuando estuviste enferma y te pasaron un hisopo por la boca.—Si.—Eso te van a hacer hoy.—¿Tú lo harás verdad?—Si.—De acuerdo.Agradecí que Josh estuviese conmigo, él sabía mejor que nadie calmar o controlar a Tamy. Lo hacía inclusive mejor que yo y eso se lo agradecería enormemente, porque durante algunos momentos de tristeza él fue todo lo que tuvo mi hija.—Estás nerviosa. No es gran cosa, para algo de lo que ya te sabes el resultado, Kikky.—Eso es lo que más me molesta. No entiendo porque me pongo así.—Porque lo vas a ver.—Quiero que deje de importarme tanto.—¿A quién vas a ver? —pregunto Tamy mientras jugaba con una muñeca.—A un hombre que vas a conocer.—¿Es mi padre? El hombre que te grito
—¡No puedo! —le susurré a Julián en los labios—. Tengo pareja y ya esto paso una vez, no puedo permitir que pase dos. —¿No lo quieres? —No se trata de eso, no puedo pensar solo en mi. —Entonces si lo quieres —sus ojos me miraban de una manera tan cálida, que no parecía el Julián de siempre. Me aleje varios pasos de él y le sonreí. —Lo quise yo lo quise mucho durante mucho tiempo, pero para ti eso no era suficiente, ni siquiera lo considerabas una opción. Y ahora estas frente a mi pidiéndome algo que no puedo darte. —¿Por qué? Me amas y... —No igual que antes. —Me amas aún más y lo sabes. —¿Y tú? ¿Me amas? —sus ojos brillaron, avanzó los pasos que yo había retrocedido y estiró una mano para tocar mi pelo, rozo sus dedos sobre un mechón. —Tienes razón, no es momento aún. Nuestra prioridad es Tamy, no esto —dijo señalandonos. —Siempre es lo mismo contigo —espete algo frustrada. —¿De qué hablas? —continuó dando pasos hacia mí y sabía que estaba buscando encerrarme entre sus bra