Uff, que miedo tengo... gracias por leer y apoyarme.
Julián estaba caminando de lado a lado por la habitación, Kikky estaba respirando tranquilamente y sonreía de vez en cuando.—¿Qué sucede? —pregunto ella con su dulce voz.—Yo.. Es que no se como... Y si algo sucede.—Todo —un dolor nuevo por las contracciones llego a Kikky—. Todo va a estar bien, lo prometo.—¿Y por qué tenía que ser Josh?—Porque el vio nacer a Tamy, es el mejor...—Sigo sin estar de acuerdo, te...—¿Qué te preocupa Julián? ¿Qué vea desnuda a tu mujer? ¿Qué la vea en su total esplendor? ¿O qué...Kikky soltó una sincera y tierna carcajada, sabía que eso haría que Julián explotara por completo.Y en efecto el hombre se abalanzo sobre Josh con toda su ira pero las enfermeras se cruzaron en el camino y entonces tuvo que mantenerse a raya por completo y muy lejos de Josh.Al menos mientras que Kikky terminaba de tener a su pequeño hijo.Unas horas después, Julián estaba recibiendo a su hijo con una mezcla de emociones intensas.Mientras el pequeño lloraba por primera ve
Julián decidió irse, no le importaron los reclamos, ni las quejas de Kikky, ni las lagrimas de Tamy, nada había más importante que la seguridad de ellas dos.Él padre de Victoria seguía en el mismo lugar, encerrado y pudriéndose, entonces no era él la persona que le había enviado amenazas constantemente.Sí, Julián no había parado de recibir aquel collar de cuero, lo recibía en su oficina, en los restaurantes en los que se encontrará, en casa, inclusive dejaron uno en la escuela de Tamy y ese fue su limite.—Julián si nos vamos...—Kikky no me interesa lo que piensen de mi, no voy a ponerte en peligro una vez más y a los niños tampoco.—Tenemos que enfrentarlos.—Pero no con ustedes en riesgo.—No les tengo miedo.—Ni yo, sabes que no les tengo miedo y que solamente intentan chantajearme pero mis hijos...Kikky se acercó y abrazó a Julián, ella sabía perfectamente quien era el remitente de aquel incomodo regalo que solo traía al presente un pasado que ya se había olvidado.—¿Por qué l
Kikky se miraba a través del espejo.Era joven, aún no llegaba a sus 30, aunque estaba al borde de ellos, había tenido dos hijos, un par de estrías en las caderas y una pequeña cerca de su ombligo, sus pechos estaban igual que siempre, aunque algo más flácidos, su trasero igual, aunque la celulitis se notaba y no como antes que parecía no ser parte de su ADN.No es que no se sintiera hermosa, pero extrañaba un poco esas carnes firmes y tonificadas de las que Julián solía disfrutar, su cuerpo había sido usado solo por él y ahora tenía miedo de que las cosas cambiaran porque ella había cambiado.—Sigues siendo perfecta —la voz de Julián fue muy suave, casi un hilo de voz.—Julián, ¿qué haces... Creí que te irías con Tamy.—Yo... Quería verte de nuevo antes de irme, la niñera esta con nuestro pequeño y...Julián vio que Kikky se comenzó a vestir y cubrir el cuerpo rápidamente, casi con vergüenza, entonces él camino rápidamente hacía ella y tiro de la bata de seda hasta hacerla caer al su
Julián sentía el calor del sol abrasador en la piel mientras recorría el estrecho sendero del bosque. Había pasado días buscando respuestas, intentando entender por qué los que una vez considero amigos y que habían permanecido en las sombras durante tanto tiempo decidieron atacar ahora. Cada paso resonaba en su mente, el crujido de las hojas secas bajo sus botas se mezclaba con el eco de sus pensamientos.Kikky, su compañera fiel y amorosa, y su hija Tamy eran su todo.Desde que regresaron a su vida todo había cobrado un nuevo significado. Kikky, con su espíritu indomable y su amor incondicional, había sido su roca en los momentos más oscuros. Tamy, con su risa contagiosa y su inocencia, le recordaba la belleza de la vida. La sola idea de que algo les pudiera suceder lo llenaba de un terror que nunca antes había experimentado.Esa mañana, al regresar a casa, sintió que algo estaba terriblemente mal. Las puertas estaban abiertas de par en par, y el silencio en el aire era ensordecedor.
El sol brillaba intensamente sobre el majestuoso hotel que Kikky y Julián habían convertido en su hogar. Tras los eventos turbulentos del pasado, finalmente habían encontrado la paz y la estabilidad que tanto anhelaban. Kikky se había convertido en la jefa de operaciones internacionales, supervisando todos los hoteles de la cadena en el extranjero. Su destreza y liderazgo eran admirados por todos, y Julián no podía estar más orgulloso de ella. Aunque odiaba que se fuera de viaje y lo dejará solo con los dos pequeños que ya no estaban tan pequeños, pero es que entre los celos y los pedidos de Tamy porque se dejará pintar las uñas, su cabeza a veces parecía que iba a explotar.Un sábado por la mañana, mientras el viento suave del mar acariciaba las palmeras cercanas, Julián se preparaba para una esperada escapada de pesca con sus amigos más cercanos: Steven, Sam y Frederick. Era una tradición que habían mantenido a lo largo de los años, pero esta vez tenía un significado especial. Se enc
Estar de pie en medio de un cementerio no es agradable.Es frío, gris, aburrido. Pero debo estar aquí, como cada año.—Tío Sam, tu crees que...—Shhhh. Ahora no.Siempre venimos los 3.¿Por qué? No tengo idea y la verdad necesito dejarles claro que ya no puedo hacer esto más. Ya no soy una niña.Aguardo a que dejen las flores y me acerco, miro los nombres allí y trago grueso.No tengo recuerdos de ninguno, nada pasa por mi cabeza y cuando volteo a mirar hacía atrás ya estoy sola, de nuevo.Creo que venir aquí es más bien una tortura para mi.Los veo subirse al auto y siento un escalofrío recorrer mi espalda.Antes de subirme al auto detengo la puerta que mi tío Sam estaba por cerrar y los ojos de mi padre se posan sobre mi.—No pienso volver.—¿Qué? —la mirada de mi papá es juzgadora. ¿Por qué tiene que ser tan bueno?—No pienso volver, lo siento papá. Se que para ti es importante, se que es una manera de... tener paz. Pero yo no puedo, no puedo hacer esto, no puedo volver y no pienso
Con el pasar de los años, las cosas se pusieron en orden.Todo era tan extrañamente tranquilo que parecía mentiras. Frederick tenía una vida plena junto a Danielle, como siempre lo soñó.Sam era el hombre más feliz haciendo las compras para su casa, mientras Carla se hacía cargo de todo. Era gracioso ver como ese par, habían delegado sus funciones a sus esposas y tenían una vida que muchas soñarían con tener. Jugaban al golf, hacían la compra, administraban la casa y solo aparecían para apoyar si habían problemas. Tal vez eso influyó absurdamente en la formación de sus pequeñas, que aunque eran como el agua y el aceite, se amaban con locura.Danna era una pequeña aguerrida que se enfrentaba sin temor a todo, mientras que Angie era más bien una princesa que soñaba con nubes de algodón.Julián tenía todo lo que merecía y era feliz con eso.Y Steven, Steven tenía la vida más plena que jamás pudiese desear.Su princesa Sofía era una exitosa ejecutiva dentro de su negocio, lo había impulsad
—¡Puja Caroline! ¡Puja! —El médico estaba allí haciendo su mejor esfuerzo, pero yo estaba cansada, estaba cansada y dolida. Me dolía el cuerpo, pero más el corazón.Porque no debería estar sola en este momento, no debería parir a mi hijo sola y sin nadie que me de la mano para no rendirme, él debería estar aquí junto a mi, pero nunca dejó de ser un cobarde que no merecía nada de mi. —¡Vamos, es el último! —La voz de Josh el médico que me ha visto desde que llegué a Inglaterra es la única compañía que tengo y lo más cercano a una familia. Sentí un último tirón y luego el llanto de mi pequeña inundó el lugar. Lloraba con fuerza y yo la acompañaba con un llanto silencioso, era todo lo que tenía en este mundo, la amaba más que a nada y estaba dispuesta a luchar por ella con tanto como pudiera. —Es una bebé hermosa, justo como su madre —la voz de Josh me hace abrir los ojos.Estaba pensando por un segundo cómo se sentiría si él estuviese aquí junto a mi, me preguntaba si tal vez hubiese