Epílogo

Meses más tarde Anabella estaba en Central Park sirviendo la comida para toda su familia, era costumbre que asistieran a estos días de campo en familia, el pequeño William y las trillizas de Viviana caminaban ya y Lizzie y la sobrina de Jeremy los cuidaban.

Anabella orgullosa y sonriente iba mirándolos y pensando que era un buen momento de felicidad para todos; John estaba acostado en las piernas de su mamá como si fuera una almohada, no solo la había perdonado, prefirió olvidarlo y demostrarle lo mucho que la ama, porque aunque fuera una mujer malvada que no lo era, por ser su madre y pilar fundamental de su vida no quería perder tiempo en peleas ni por un segundo.

Margot ahora disfrutaba de estar en casa dedicándose a su esposo y nietos, renunció y salió por la puerta grande sin mancha, pero no quería ser de nuevo abogada, aunque de vez en cuando daba consejos a John que empezó en un pequeño bufete.

Todos los empleados de Campbell Wells consiguieron trabajo en distintos bufete
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