Inicio / Romántica / Lecciones para ser una amante / Capítulo 02. El hombre misterioso
Capítulo 02. El hombre misterioso

    «Dónde hay un bat cuando una mujer indefensa lo necesita» Fue el pensamiento desesperado de Anabella.

   —Cálmese, si yo fuera un psicópata ya le hubiera hecho daño —expresó él con el mismo tono neutro, ni siquiera sacó las manos de sus bolsillos, incluso al verla tan desesperada tuvo la desfachatez de sonreír.

    —Lárguese de aquí, o llamaré a la policía y lo denunciaré por acoso —expresó ella de la manera más intimidatoria que pudo, el caballero la miró alzando las cejas de manera irónica y ella bajó la cara, pero no se amilanó—. Bueno, en todo caso es un estafador que usurpó la identidad de otro hombre para entrar a mi casa no sé con qué intenciones —objetó Anabella con la frente en alto y toda la dignidad que puede aparentar aunque quiere morirse de vergüenza.

   El caballero sonrió y negó con la cabeza, la miró de arriba abajo.

   —Volveremos a hablar, pero cuando tenga pleno uso de sus cinco sentidos.

   —Dígame inmediatamente ¿quién es usted y que quiere de mí?

    El caballero misterioso se puso el saco y caminó a la puerta—. Buenas noches Anabella...

     

   Anabella tenía el corazón a millón, llamó a Viviana y fue a su casa después de ponerse un pantalón de mezclilla y una sudadera, todo el camino veía por los retrovisores sintiéndose nerviosa, llegó a la mansión en la mejor zona de la ciudad y apenas saludó al ama de llaves, su amiga estaba arreglándose para salir.

   —Te voy a matar Viviana —exclamó Anabella al verla.

   —Pero cuéntame no puede ser que te haya ido mal,  aunque no tardaste nada  —Viviana miró la pinta de Anabella y luego su reloj de pulsera e hizo un mohín—, quiere decir que no te atreviste.

   —¡Me equivoqué de hombre! —exclamó Anabella desesperada y Viviana puso los ojos como platos y casi se orina de tanto reír.

   —Pero ¿cómo diablos confundiste un hombre normal con un gigoló?

   —Tenías que ver el hombre que tocó mi puerta.

   —Sí, ¿estaba bueno?

   —Buenisimo, sexi el desgraciado, pero no sé quién demonios es y eso me tiene mal, porque lo hice pasar, hablamos, nos besamos y después corrió al verdadero gigoló y me dijo que nos volveríamos a ver.

   Viviana continuaba riendo.

   —Es que a ti te pasan unos chascos, pero no te preocupes, si estaba buenisimo y sexi entonces no es un acosador…

   —¿Eso qué tiene que ver?

   —Amiga, los feos son acosadores, los sexis son interesados —Viviana movió las cejas de forma sardónica—. No te preocupes, debe ser un vecino nuevo y te apuesto que lo dejaste muy interesado.

   —Esto es una pesadilla, eso tiene que ser, un nuevo vecino que quería presentarse ¿qué pensará de mí?, menos mal que me quedo con mi mamá —dijo Anabella dejándose caer en el sofá y su amiga continuó arreglándose como si nada.

   

   El lunes muy temprano Anabella se presentó en su nuevo empleo, emocionada y lista para un nuevo capítulo en su vida, miró las letras doradas en el recibidor al salir del ascensor del bello edificio.

   “Campbell Wells”

   Caminó hacía la chica de recepción.

   —Buenos días, me espera la señora Margot Campbell, me contrató como su secretaria —exclamó Anabella con una sonrisa de oreja a oreja emocionada.

   —Espere un momento —indicó la recepcionista mirándola como si fuera un mosquito, antes no demostró tanta antipatía, pero Anabella no se dejaría intimidar, así que ignoró la mirada envenenada y pasó su cabello por detrás de la oreja.

   —Puede pasar —dijo la chica y rio con ironía, Anabella la ignoró, pero ya se sentía nerviosa.

  Anabella al llegar a la oficina de Margot Campbell vio una secretaria y el ánimo cayó a sus pies, se suponía que ella había sido contratada para estar allí. Anabella necesitaba este trabajo, rechazó otras propuestas por trabajar en esta firma de abogados donde no solo tendría un sueldo que le permitiría vivir sin problemas con los gastos de su hija y ayudar a su madre; estaría cerca de abogados y más adelante al retomar sus clases y graduarse, una recomendación de Margot Campbell la enviaría directo a un buen puesto.

   —Buenos días —musitó a la secretaria—. Mi nombre es Anabella Díaz.

   —Sientese por favor, ya la anuncio.

   Anabella se permitió tener esperanza, quizás le asignaría ser secretaria de otro socio.

   —Puede pasar señorita…

   Anabella entró detrás de la secretaria y casi se desmaya, detrás de un enorme escritorio estaba la regia mujer que esperaba conseguir, pero recostado de forma despreocupada  y con las manos en los bolsillos estaba el hombre misterioso.

   —Bubu…Buenos días —tartamudeo Anabella pálida y sus ojos se aguaron.

   —Buenos días  —dijo ajena al drama a su alrededor la elegante mujer—. Le presento a mi hijo, John Campbell, usted será su secretaria.

   Anabella quería morir, jamás tuvo tanta vergüenza en su vida, pero el caballero no dijo ni una palabra, se le veía que disfrutaba de la vergüenza de Anabella por la burla reflejada en sus ojos, pero su boca era una línea.

   —Mucho gusto señorita Diaz, creo que prefiere que le diga señorita y no señora —inquirió el hombre entrecerrando los ojos.

   Margot miró a su hijo.

   —John, no intimides a la chica en su primer día.

   —Para nada madre, no creo que la señorita Díaz sea de las que se rajan.

   Anabella estaba segura que se iba a desmayar y no tenía ni idea si su cara era roja como su falda o blanca como su blusa.

   —Creí que sería secretaria de la señora Margot Campbell —objetó Anabella mirando a la señora y no a su nuevo jefe.

   —Era mi intención, pero mi secretaria no tomará vacaciones aún y mi hijo recién llega de la oficina de Inglaterra, ¿algún problema señorita Anabella? —preguntó la doña escrutando su mirada.

   —No, ningún problema —musitó Anabella.

   —Sígame señorita, hablaré con usted en mi oficina —el caballero dio un beso en la mejilla a su madre y salió sin mirar a Anabella, ahora ella no sabía qué hacer.

   —¿Qué hace aquí todavía?, dijo que lo siguiera —le indicó Margot Campbell mostrandose divertida.

   Anabella reaccionó y caminó detrás del hombre, vio todo a su alrededor con añoranza, cómo era posible que hubiera echado a perder su mejor oportunidad laboral, ya extrañaba el lugar y aún no la habían puesto de patitas en la calle.

   El caballero entró a una oficina al otro extremo, era amplia e iluminada por el sol que entraba por la pared de cristal, no habían adornos personales, ni siquiera un portaretrato, solo sus diplomas en el lugar esperado y una enorme pintura abstracta que al observar sintió mareo, mejor no la veía ya traía el estómago revuelto.

   —Ah, no se fue —recalcó el hombre con ironía—, estaba convencido que saldría corriendo en lugar de seguirme.

   Anabella bajó la cara sintiendose culpable de asesinato y lo era, asesinó su buen empleo.

   —Señor, todo lo que pasó fue un error, es importante para mí que lo sepa, no acostumbro a usar ese servicio, era primera vez…

   —Parece que cree que me importa su vida personal y no es el caso —expresó el hombre de forma cortante—, aquí en la oficina no es lugar para relatar la lista de chascos que ha tenido en la vida.

   Anabella calló y volvió a bajar la cabeza y el hombre continuó.

   —Fui a su departamento con la mejor voluntad, mi madre me había dado las mejores recomendaciones respecto a usted, mi trabajo ocupa mi mayor prioridad en el mundo y dependo de que quienes trabajan conmigo estén comprometidos. Usted demostró ser descuidada y eso no me gusta, porque para trabajar conmigo no puede cometer errores.

   Anabella cada vez sentía más y más el peso de la culpa por sus acciones, sintiendo como cuchillos cada palabra dicha.

   —Yo no sabía que usted iría a mi casa, yo ahora no vivo allí —Anabella calló cuando vio la cara aburrida del hombre, ya le había dicho que no le importaba.

   Anabella dio la vuelta para irse y entonces escuchó…

   —¿A dónde va?

   —Pues me voy, no le seguiré quitando el tiempo… —contestó Anabella muy obvia.

   —No la despedí, pero no es por gusto, no creo que esté capacitada para trabajar conmigo, pero mi madre no me permitió despedirla y aún ella es mi superior.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo