Inicio / Fantasía / La sombra del pacto / Capítulo 18 – Entre Dos Fuegos
Capítulo 18 – Entre Dos Fuegos

Adrián

Lo veo, ese lobo arrogante, ese hombre que aún cree que puede reclamarla.

No entiende.

Sasha ya no es suya.

Es mía.

Ella lo sabe.

Aunque todavía lucha, aunque intenta escapar.

Me planto frente a Dante, impasible, pero por dentro, un fuego helado me consume.

Este hombre ha tenido lo que yo quiero. Él la ha tenido.

Y eso, no puedo tolerarlo.

— Sasha, ven aquí.

Mi voz resuena en el aire nocturno.

Ella duda. Veo su confusión, su tironeo entre nosotros.

Dante posa una mano en su brazo, un gesto posesivo, instintivo.

No pienso.

En un latido del corazón, estoy sobre él.

Nuestros cuerpos chocan con violencia, y rodamos por el suelo. Dante es rápido, entrenado, pero yo soy más fuerte. Nuestros golpes caen en la oscuridad, cada uno buscando tomar ventaja.

Logra golpearme en la cara, y el sabor metálico de la sangre inunda mi boca.

Sonrío.

Porque ahora, puedo soltarme.

Mis colmillos se alargan, mis músculos se tensan, y en un movimiento fulgurante, lo empujo contra la piedra, mi mano apretada alrededor de su garganta.

— No eres nada para ella, escupo.

Sus ojos arden con una furia indomable.

— Y tú, no eres más que un monstruo.

Una risa fría se me escapa.

— Quizás. Pero soy yo a quien ella mira como si fuera a consumirse.

Dante aprieta los dientes, pero sabe que tengo razón.

Y Sasha…

Ella nos mira, los ojos muy abiertos, atrapada entre dos fuegos.

El lobo o el vampiro.

El pasado o lo prohibido.

Su elección decidirá el destino de todos.

Sasha

El silencio que sigue a su enfrentamiento es más ensordecedor que el ruido de los golpes intercambiados. Mi respiración es corta, mi corazón late violentamente contra mi pecho, como si intentara huir de mí.

Adrián afloja lentamente su agarre sobre Dante, y este cae al suelo, jadeando, su mirada ardiente de rabia. Pero no es la ira lo que más me golpea. Es el dolor.

El dolor de verlo así, de saber que yo soy la causa.

Doy un paso hacia adelante, pero una mano fría agarra mi muñeca.

— No hagas eso, Sasha.

La voz de Adrián es un susurro, una orden disfrazada de una dulzura engañosa.

Levanto la vista hacia él. Su mirada carmesí está fija en mí, intensa, posesiva. No quiere dejarme ir.

Dante gruñe al levantarse, limpiando la sangre que perló en la esquina de su labio.

— No la retendrás contra su voluntad, vampiro.

Adrián ríe suavemente, una risa sin alegría.

— Todavía no entiendes, ¿verdad?

Me tira ligeramente hacia él, obligándome a acercarme. Su olor a noche y ceniza me invade, y un escalofrío recorre mi piel.

— Ella no quiere irse.

Me tensiono.

Dante me observa, esperando una respuesta.

¿Y yo? Yo ya no sé qué decir.

Mi instinto me grita que elija la seguridad, que huya de este hechizo malsano que Adrián ejerce sobre mí. Pero mi cuerpo, por su parte, responde a otro llamado.

El del peligro.

El de la pasión.

Dante se levanta, lentamente, sin apartar los ojos de mí.

— Mírame, Sasha.

Su voz es más baja, más ronca. Se acerca, cada paso resonando como una amenaza.

— Mírame y dime que quieres quedarte con él.

Trago saliva.

Adrián, todavía detrás de mí, roza mi nuca con la yema de los dedos, un contacto ligero, ardiente.

— Díselo, mi loba.

Todo mi cuerpo se paraliza.

Mi loba.

La respiración de Dante se vuelve más errática, sus puños se aprietan. Se prepara para atacar de nuevo, pero esta vez, no será solo para salvarme. Será para reclamarme.

Un desgarramiento se produce en mí.

Dante es mi ancla, quien me conoce mejor que nadie. Representa todo lo que se supone que debo ser.

Pero Adrián… Adrián es lo prohibido. La sombra en la que me pierdo sin poder aferrarme a nada.

Y en el fondo de mí, lo sé.

No podré mantenerlos a los dos.

— Sasha.

La voz de Dante me trae de vuelta a la realidad.

— Tienes que elegir.

El peso de estas palabras se abate sobre mí como una condena.

Pero, ¿cómo elegir… cuando ambos me hacen arder de la misma manera?

La noche pesa sobre mis hombros, llena de tensiones eléctricas que solo esperan estallar. Siento la pulsación de la sangre de Sasha, su confusión, esa inquietud que le impide moverse. Un escalofrío recorre su piel mientras mantengo mi mano sobre su nuca.

Dante está al acecho, listo para saltar. Su mirada de lobo, teñida de un fuego primitivo, no me deja. Lucha contra su instinto, contra esa rabia que ruge dentro de él.

— Ella no te pertenece, vampiro.

Su voz resuena como un latigazo.

Sonrío lentamente, saboreando cada palabra, cada onza de desafío.

— No. Pero ella tampoco te pertenece a ti.

Sasha se estremece entre nosotros, y aprieto ligeramente mi agarre sobre ella, no para apresarla, sino para recordarle que estoy aquí. Que no retrocederé.

— Puedo decidir por mí misma, murmura, su voz temblorosa pero firme.

Dante la observa, luego a mí, y una risa amarga se escapa de sus labios.

— ¿De verdad? Entonces, ¿por qué permanece entre tus garras?

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP