Sin él no soy nada

Dmitriy intentó detenerse, pero por más que lo quería hacer, su cuerpo y su corazón no se lo permitieron, lo que estaba viviendo era único y a pesar de su promesa, deseaba continuar sintiendo la piel de Irina.

Trago saliva y continúo disfrutando del momento, estiró el brazo y se aferró de sus pechos, mientras que con la otra acariciaba su trasero, Irina cabalgó sobre él sin detenerse hasta que llegaron a su nivel máximo de placer, los gemidos que salían de ella hicieron que Dmitriy se estremeciera quisiera más de ella.

Dmitriy la tomó de la cintura, y de manera ágil giró su cuerpo quedando él arriba, Irina levantó las piernas y con la punta de los dedos sostuvo sus tobillos.

—Toma todo lo que quieras de mí, todo te pertenece a ti y a nadie más —aseguró ella con la voz temblorosa.

Dmitriy ingreso en ella brindándole fuertes y largas estocadas, su piel se colocó de puntitos al sentir como su erguido miembro golpeaba contra su útero; Dmitriy dobló su cuerpo y la besó con intensidad, mo
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