Cambio de planes

Irina siempre había admirado a su padre y siempre había querido ser como él, eso a pesar de sus rechazos y su desprecio; pero ahora todo había cambiado, el hombre perfecto que tenía como padre solo era una mentira más que tendría que soportar.

Mientras que Fedor batallaba para liberarse de los hombres que estaban sosteniendo su cuerpo con fuerza, Dmitriy decidió ir aún más allá de lo que tenía planeado. 

—Te dije que tendrías que pagar por el daño que me causaste, y se muy bien con quien me voy a desquitar —Fedor intentó levantarse pero no lo consiguió. 

—Sé que mi padre cometió un grave error, pero no pienso permitir que acabes con su vida como si fuese un animal —Irina avanzó y se ubicó frente a Dmitriy impidiendo que se acercara a su padre. 

Dmitriy esbozó una leve sonrisa en su rostro y luego la empujó con fuerza cayendo en el sofá.

—Por favor no le hagas daño, ella no tiene nada que ver, ya ha sido suficiente con la muerte de mi esposa —intervino Fedor logrando llamar la atención de Dmitriy.

—¿Suficiente?, no eres nadie para decirme si ya es suficiente, —Dmitriy exclamó alzando el tono de su voz mientras que recordaba a su difunta esposa—. Seré yo quien diga cuándo es suficiente, y puedes estar seguro que aún no lo es. Ella será mi prisionera, la haré sufrir hasta sentirme saciado por el dolor que eso genere. 

—¡Acaba con mi vida si eres tan hombre! —gritó con aquel tono de voz desgarrador.

—¡Basta papá!, no hagas que esto sea aún peor —suplico Irina. 

El pecho de Irina subía y bajaba con rapidez, las palabras de Dmitriy la hicieron sentir completamente vulnerable. 

—No tendré piedad ni por ti, ni por ella —aseguró Dmitry con un tono de voz frío, que hizo que la piel de Irina se pusiera de erizada. 

Fedor dio unos pasos adelante en el momento en el que Dmitriy la tomó con fuerza del brazo para llevarla lejos. Su hija no podía irse con él, mucho menos morir... sus planes para Irina eran otros y Dmitriy no podía arruinarlos de esa manera. 

Ella forcejeó con él, pero no era fácil, Dmitriy era más fuerte y ya estaba decidido en continuar con su venganza. 

Él la veía como si fuera poca cosa, como un objeto de alto valor que usaría a su favor. 

Irina miraba con decepción a su padre, muchas veces se había sentido manipulada por él y no solo eso, también rechazada. Sin embargo, lo amaba, era su padre, el hombre a seguir. Pero ahora, se sentía sola, vacía y sin salvación. 

Dmitriy, simplemente continuaba cegado en su sed de venganza y hacer que el responsable de la muerte de su esposa sufriera mucho más de lo que él lo estaba haciendo.

Dmitriy se dio vuelta yendo directo a la entrada principal sosteniendo a Irina del brazo como si fuera de su propiedad, pero lo que no se esperó fue que de manera ágil ella sacó un gas pimienta del bolso y lo roció en su rostro consiguiendo liberarse.

Una vez que Dmitriy se recuperó fue directo hasta donde se encontraba ella, la levantó con fuerza, la tomó de los brazos y la sacudió como si fuese un pequeño objeto, el llanto se había apoderado de ella, sentía demasiado temor de perder la vida, estaba viviendo el peor momento en su vida y el hombre que supuestamente admiraba no estaba haciendo nada por salvarla, que no hacía nada por defenderla. 

—Lo que has hecho ha sido un grave error, tendrás que pagar por lo que hiciste —Irina logró zafar uno de sus brazos y le propinó otra bofetada.

Dmitriy soltó un fuerte y largo gruñido, no era para menos, estaba hecho un completo demonio luego de la pérdida de su esposa; su rostro inspiraba terror, Irina dio un paso atrás dejando espacio suficiente para que Dmitriy devolviese el golpe.

Irina cayó al piso, colocó la mano sobre su mejilla observando a través del rabillo del ojo a aquel hombre que se había atrevido a golpearla.

Ella odiaba la vida que su padre llevaba, no la aceptaba, permanecía distante la mayor parte del tiempo. Y ahora estaba inmersa en ese mundo cargado de oscuridad en el que no había estar. 

Él la levantó con fuerza del suelo, al fondo apuntaban a Fedor evitando que él se moviera, que pudiera siquiera respirar. 

—Luego de que le den un buen merecido, libérenlo. Quiero que disfrute aquel trago amargo que le haré pasar —Dmitriy ordenó a sus hombres antes de avanzar con ella a su paso.

Una vez que Dmitriy se dio vuelta se llevó una sorpresa que no se la esperaba, allí estaba Nikolay, el hijo mayor de Fedor, un despiadado y peligroso mafioso.

De un solo movimiento Dmitriy tomó a Irina del cuello y se ubicó en la parte de atrás apuntando directo a su cabeza. 

—Has llegado tarde a la fiesta, así que con tu permiso puedes hacerte a un lado junto con tus hombres, no creo que quieras enfrentarte conmigo y que sea ella quien pague las consecuencias —habló Dmitriy con su voz ronca y desafinada mientras ejercía fuerte presión en el cuello de Irina. 

—Es Dmitriy, Dmitriy Romanov —dijo uno de sus hombres.

—Así que tú eres Dmitriy Romanov, de quien todos hablan, es un privilegio poder acabar con tu vida; con lo que estoy viendo todos los rumores se quedan cortos, es increíble que tu hombría y tu valentía se esté escondiendo detrás de mi hermana.

Nikolay estaba acostumbrado a lidiar con los enemigos más poderosos, el miedo era algo que no conocía y rendirse no estaba en su diccionario. 

—Libera a mi hermana y solucionamos este problema como los hombres, viniste a mi casa sin ser invitado, no suelo pasar por alto las insolencias y recibirás el castigo que corresponde —Nikolay llevó la mano hasta su cintura y apuntó directo la cabeza de Dmitriy—. Ya deja de llorar Irina, te juro por mi vida que este idiota dentro de poco entenderá que no tiene salida y terminará liberándote —Irina negó con la cabeza.

—Papá está sometido a sus hombres, mamá ha muerto y si no bajas la pistola frente a ti me arrebatara la vida —habló con la voz entrecortada mirando fijamente a su hermano. 

—¿Qué, pero qué has dicho? —cuestionó Nikolay borrando aquella endemoniada sonrisa que había en su rostro. 

—Ya escuchaste, no estoy bromeando, así que hazte a un lado si no quieres comprobar con tus propios ojos la patética escena que hay dentro de la casa, y que los rumores sobre mí, son ciertos. 

Dmitriy indicó a uno de sus hombres que trajeran a Fedor, golpearon sus rodillas e hicieron que cayera al suelo, Nikolay apretó sus puños, los hombres de Dmitriy los tenían acorralados, completamente reducidos.

—¡Papá! —exclamó Nikolay con cara de sorpresa al observar a su padre golpeado.

—Hazte a un lado y deja que se marche, luego nos haremos cargo —indicó Fedor con la voz entrecortada debido a los golpes que había recibido a mano de los hombres de Dmitriy.

—No te olvides de mi, me juraste que siempre me ibas a proteger, espero contar con tu ayuda —Suplico Irina su hermano fijando su triste mirada en él.

Dmitriy pasó justo por el lado de Nikolay junto con sus hombres y luego subieron a los autos marchándose a toda prisa.

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