Al llegar a la propiedad, Dmitriy descendió del auto, Ivan se encargó de Irina, pero una vez que descendió su estado de ánimo cambió.
—Ya no quiero seguir con esto, si quieres acabar con mi vida entonces házlo ahora mismo, ya ha sido suficiente con todo lo que he tenido que ver, si de algo te sirve lamento lo que mi padre hizo contigo, pero en el caso de que no lo sea, entonces me importa un carajo —Dmitriy soltó un fuerte y largo gruñido, sacó la punta de la lengua y la rozó sobre sus labios.
»Acabaste con la vida de mi madre, me sacaste de la casa de mis padres en contra de mi voluntad mientras que apuntabas a mi cabeza, mi paciencia ha terminado, prefiero morir antes de continuar siendo tratada como un animal —Irina habló con coraje ocultando el temor de morir.
—Tienes toda la razón, no es mala idea acabar con tu mugrosa vida ahora mismo, ¿qué fin tendría continuar arrastrando contigo como si fuera la gran cosa? —Dmitriy llevó la mano atrás de su espalda, empuñó la pistola y la movió frente a su cuerpo.
—Al acabar con mi vida nada vas a solucionar, lo único que vas a conseguir es que mi padre, mi hermano y toda su gente se venga contra ti y los tuyos, en muy poco tiempo ellos van a terminar arruinando lo poco que te queda —Dmitriy soltó una sonora carcajada.
—Ni tu padre, ni tu hermano, ni nadie podrá acabar conmigo, ya nada me importa, así que me la podré jugar sin temor a perder —Irina levantó los brazos disponiéndose a morir.
—Espero que no mueras de la misma manera —habló ella con la voz entrecortada.
Dmitriy estando seguro de acabar con su vida retiró el seguro de la pistola y sin más mínimo remordimiento acercó su dedo al gatillo; Irina cerró los ojos y mordió su labio inferior mientras que las delgadas lágrimas bajaron por su mejilla.
En aquel momento su teléfono sonó, llegó la mano al bolsillo y al fijar la mirada en la pantalla de inmediato dio respuesta.
—Sí —respondió de manera cortante, eso sin importar que se trataba de su socio.
—Hola, lamento lo que ha sucedido, hace pocos minutos mis hombres me han puesto al tanto de tu desgracia, iré lo más antes posible, sabes que cuentas conmigo y juntos somos invencibles; te acompañaré en tu dolor, acabaremos con Fedor y todas las ratas que lo rodean —aseguro Stepan, su leal socio.
—Stepan, agradezco tus palabras, pero la situación la tengo controlada, me encargaré yo mismo de hacer justicia y cobrarselas con mis propias manos, no quiero que te involucres en este asunto —Dmitriy necesitaba espacio para disfrutar el dolor que pretendía causar en su enemigo.
—Respetaré tus deseos, pero si algo te llegara a suceder, no vas a poder hacer nada para impedir que intervenga y acabe con ese desgraciado, además de mi socio te considero como mi hermano y no puedo permitir que tu sufrimiento continúe —Dmitriy bajo la pistola, lo que menos quería era que Stepan se entrometiera en sus asuntos.
—En esos momentos estoy un poco ocupado, hablaremos luego, cuídate.
—Recuerda que cuentas conmigo, cuando tú lo decidas mis hombres y mis armas estarán a tu servicio —Stepan terminó la llamada, comprendió la situación que estaba pasando Dmitriy y por ello decidió darle espacio.
—Aún no acabaré con tu vida, tu muerte será lenta y muy dolorosa, yo en tu lugar no estaría ansiando a que llegara aquel momento —Irina bajó los brazos quedando desecha en el piso en un mar de lágrimas.
»Tu y tu —Dmitriy señaló—. Levántenla y traiganla conmigo —sus hombres siguieron la orden de su jefe e hicieron lo que él les indicó.
Irina fue llevada hasta la planta superior, una vez allí dentro fue puesta con cuidado en el piso, aquellos hombres sabían del fuerte temperamento de su jefe y lo que menos querían era hacerlo enojar.
—Ustedes dos fuera —ordenó manteniendo la postura recta—. Dentro de poco haré que la mucama traiga ropa seca y te ayude a ubicar, vete acostumbrando a este lugar, porque aquí pasarás el resto de tu vida y te aseguro que no será por mucho tiempo —Irina tenzo con fuerza la mandíbula causando que sus dientes rechinaran.
—Te odio —afirmó entre gruñidos e intentó acercarse a él.
—Detente, si pretendes golpearme pierdes tu tiempo, si lo llegas a hacer recibirás de tu propia medicina, y te aseguro que paciencia no tengo para soportar tus berrinches, así que solo cálmate y acomódate, hablaremos luego
Dmitriy giró su cuerpo y salió, necesitaba desahogarse con unos cuantos tragos, había sido uno de sus peores días. Pero antes de salir debía atender un asunto pendiente.
Irina en medio de su frustración lo único que deseaba era poder salir huyendo, cerrar los ojos con fuerza y que cuando los volviera a abrir estuviera su vida cotidiana de regreso.
Dmitriy luego de cambiarse de ropa se preparó para pasar una noche de copas en uno de sus casinos, necesitaba ahogar su dolor, al llegar a la entrada principal hizo llamar a Leo, el hombre que había disparado en contra de la esposa de Fedor. Una vez que Leo llegó conservó la distancia y mantenía la mirada baja. —¿Qué demonios sucede contigo, acaso te has vuelto idiota? —Dmitriy le reclamó. —Lo siento mucho señor, solo me dejé llevar por la situación y supuse que eso era lo que querías hacer, mi intención fue servirte, espero que no lo tomes de mala manera; sabes que estoy dispuesto a servirte de manera incondicional. »Trato de dar lo mejor de mi y poder llamar tu atención, llegar a ser tu mano derecha sería todo un placer, servir al hombre más poderoso... —Ya cierra la boca, no quiero escuchar tus estupideces, esta será la primera y última vez que me desobedezcas o pases por encima de mis decisiones; solo ocúpate de hacer lo que se te pida, no hay vacantes, y menos para el puest
Días más tarde.Dmitriy se encontraba pasando por la prueba más dura, el dolor de la ausencia de su amada lo estaba destruyendo, su corazón se había hecho piedra, y en su rostro se podía ver que ya no era el mismo de antes. Se encontraba en la sala bebiendo su whisky favorito, mientras que recordaba a aquella mujer que había hecho de él un hombre diferente, su móvil sonó, al fijar la mirada en la pantalla respondió. —¿Qué sucede Stepan? —habló Dmitriy con la voz entrecortada.—Llamaba para saludarte...—Los dos sabemos que no sueles actuar de esta manera, así que dilo de una vez —pidió Dmitriy a su socio interrumpiendolo.—Ok, entiendo la situación por la que estás pasando, y no quisiera darte malas noticias, pero tenemos grandes problemas con las entregas, los camiones con la mercancía nunca llegaron.—¿Qué? —nuevamente interrumpió Dmitriy levantándose ofuscado—. ¿Cómo que no han llegado?, si yo mismo me hice cargo de que los camiones salieran a tiempo, claramente debe haber algún
Luego de que Dmitriy saliera de la habitación, Irina se sentó en el borde de la cama, recostó su cabeza sobre las piernas y dejó fluir el llanto.Una vez más la puerta se abrió, con la mano limpió las lágrimas llevando la mirada directo a la entrada.—Disculpe la molestia señora, solo he venido a traerle la ropa que le ha mandado el jefe —habló la mucama mientras irrumpía en la habitación para luego dejar sobre la cama aquellas prendas que traía en sus brazos.«¿Qué fin tendría oponerme?, claramente Dmitriy es un animal que solo hace su voluntad sin importar lo que los demás deseen hacer, lo último que quisiera recibir sería unos cuantos golpes o peor aún la muerte, sin importar las consecuencias que caigan sobre mi esta es la oportunidad perfecta para huir de sus alcances», pensó mientras observaba las prendas que había traído la mucama. Irina tomó aliento, se levantó y fue al baño, retiró su ropa sucia y llevó su cuerpo bajo la regadera, aquel golpe de agua fría recorrió su cuerpo
Luego de pasar unos cuantos minutos Irina decidió levantarse para ir en búsqueda de Dmitriy, al llegar a la puerta su paso no le fue permitido, ella recordó las palabras que salieron de la boca de Dmitriy y las utilizó en aquel momento a su favor. —Vengo con Dmitriy, este lugar es suyo y les exijo que me dejen pasar —los hombres conectaron sus miradas y haciendo mala cara le permitieron el paso. El lugar allí dentro era otro ambiente, uno completamente diferente, las mujeres que se encontraban allí repartiendo las bebidas lo hacían en tan solo bragas, tacones altos y una sonrisa en su rostro insinuando que la estaban pasando bien.Aquellas que bailaban alrededor de un tubo se encontraban completamente desnudas mientras se les lanzaba dinero a sus pies. «Estoy en el infierno, ¿dónde carajos está ese desgraciado?, le exigiré que me saque de aquí lo más antes posible, seguramente debe estar revolcándose con quien sabe cuántas mujeres», pensó Irina llevando la mirada a su alrededor.En
Las manos de Irina se tornaron sudorosas, su respiración iba a toda velocidad, sabía muy bien sobre los alcances que tenía Dmitriy y por supuesto que por nada del mundo iba a permitir que ella pudiera escapar, pero aún así prefería morir en el intento y no pasar el resto de su vida al lado de un desgraciado que no hacía más que torturarla y hacerle pasar los peores momentos. Morir en brazos de su hermano era aceptable, aprovechó el descuido por parte de Dmitriy mientras que saludaba a los hombres que se encontraban allí; dio inicio a emprender su huida, lo que no se esperó fue que Dmitriy a través del rabillo del ojo la observaba minuciosamente. De manera astuta Dmitriy se lanzó sobre ella, la tomó con fuerza del brazo, recostó su frente contra la suya impidiendo que se fuera de su lado.—¿A dónde intentas ir? —reclamó entre gruñidos—. Acaso no te das cuenta que no tiene salida, que a donde quiera que pretendas ir estaré dispuesto a retenerte, tu destino es estar a mi lado hasta que
En el interior de aquel lugar una guerra estaba a punto de desatarse; Andrei estaba siendo burlado en su propio rostro, las acciones por parte de Dmitriy fueron todas con malas intenciones.Claramente buscaba echarle más leña al fuego y hacer que todo fuera aún más intenso de lo que ya lo era.Irina luego de que Dmitriy retirara sus labios de los suyos lo observó con desprecio, resoplaba del coraje, para ella aquel acto fue el peor atrevimiento que pudo haber recibido de su parte.Mientras que Dmitriy con el cuerpo erguido conectó su mirada de manera fija y directa con la de Andrei, desafiante alardeaba de su grandeza dejando claro que ella le pertenecía.—Las cosas se han salido de control, quise hacer más intentando tener el control sobre Andrei y su familia, pero lo que haces es buscar problemas, estás mal Dmitriy, lo mejor es que te marches déjame termino con esta reunión y luego hablaremos, no me conviene que tú quieras entrar en guerra con personas poderosas como lo es Andrei —S
Los días fueron transcurriendo de manera lenta, Irina tan solo salía de su cuarto para cambiar de ambiente, e ir a la biblioteca por unos cuantos libros; a la distancia lograba observar que los hombres que trabajaban para Dmitriy se movían como hormigas en un lugar a otro, durante aquellos días no había tenido contacto directo con su captor.La mucama era quien se encargaba de hacerle llegar la comida y todo lo que ella pidiera hasta su habitación, claro está lo que estaba dentro de lo permitido por Dmitriy.Eran días lluviosos, y ella se encontraba tomando una taza de bebida caliente mientras observaba a través del cristal de la ventana, aunque ella estuviera allí su pensamiento estaba vagando en los recuerdos de su infancia que vivió junto con su madre, la extrañaba como nunca antes.Aunque vivían en casas diferentes, Irina cada vez que deseaba verla sabía que tan solo bastaba con una visita y allí estaría frente a ella, frente a una mujer buena, flexible y de buen corazón que hacía
Irina despertó sintiéndose recuperada, con ayuda de la mucama lavó su cuerpo y se vistió, en aquel amanecer tenía un nuevo propósito, uno en donde desafiaba y se contradecía debido a lo que había sucedido en el pasado. —No quiero que me traigas el desayuno, iré a comer en la mesa donde lo suele hacer Dmitriy —la mucama abrió los ojos de golpe, aquellas palabras fueron difíciles de comprender para la mujer que había escuchado la manera en la que ella se expresaba sobre Dmitriy en su ausencia.—Sí señora, así lo haré, hablaré con el personal de la cocina para que preparen la mesa para usted —la mucama se retiró y ella se acercó al espejo. «Ya veremos hasta dónde puede llegar una mujer insípida que no inspira ni confianza».Irina se sentía dolida por la manera en la que se había expresado Dmitriy sobre ella, nunca se había considerado bella o atractiva para los hombres, quizá porque la mayor parte de su tiempo se había preocupado en cumplir con sus labores y espacio para el amor era ti