Los días fueron transcurriendo de manera lenta, Irina tan solo salía de su cuarto para cambiar de ambiente, e ir a la biblioteca por unos cuantos libros; a la distancia lograba observar que los hombres que trabajaban para Dmitriy se movían como hormigas en un lugar a otro, durante aquellos días no había tenido contacto directo con su captor.La mucama era quien se encargaba de hacerle llegar la comida y todo lo que ella pidiera hasta su habitación, claro está lo que estaba dentro de lo permitido por Dmitriy.Eran días lluviosos, y ella se encontraba tomando una taza de bebida caliente mientras observaba a través del cristal de la ventana, aunque ella estuviera allí su pensamiento estaba vagando en los recuerdos de su infancia que vivió junto con su madre, la extrañaba como nunca antes.Aunque vivían en casas diferentes, Irina cada vez que deseaba verla sabía que tan solo bastaba con una visita y allí estaría frente a ella, frente a una mujer buena, flexible y de buen corazón que hacía
Irina despertó sintiéndose recuperada, con ayuda de la mucama lavó su cuerpo y se vistió, en aquel amanecer tenía un nuevo propósito, uno en donde desafiaba y se contradecía debido a lo que había sucedido en el pasado. —No quiero que me traigas el desayuno, iré a comer en la mesa donde lo suele hacer Dmitriy —la mucama abrió los ojos de golpe, aquellas palabras fueron difíciles de comprender para la mujer que había escuchado la manera en la que ella se expresaba sobre Dmitriy en su ausencia.—Sí señora, así lo haré, hablaré con el personal de la cocina para que preparen la mesa para usted —la mucama se retiró y ella se acercó al espejo. «Ya veremos hasta dónde puede llegar una mujer insípida que no inspira ni confianza».Irina se sentía dolida por la manera en la que se había expresado Dmitriy sobre ella, nunca se había considerado bella o atractiva para los hombres, quizá porque la mayor parte de su tiempo se había preocupado en cumplir con sus labores y espacio para el amor era ti
Ante la presión por parte de Dmitriy las lágrimas rodaron por las mejillas de Irina, lo odiaba y no lo podía negar, deseaba que sufriera, pero no tenía el valor suficiente para acabar con su vida.Irina negó moviendo la cabeza, Dmitriy dio un par de pasos adelante quedando demasiado cerca a ella, con la mandíbula tensa y el ceño fruncido castigaba el atrevimiento de aquella mujer.—No puedo hacerlo, no puedo ser como tú, mereces ser castigado, pero jamás podría acabar con la vida de alguien —habló ella con la voz temblorosa.—Entonces si no eres capaz de hacerlo te aconsejo que no lo vuelvas a intentar, podrás salir herida, y si hubieras logrado acabar con mi vida, mis hombres hubiesen seguido mis órdenes y tus últimos segundos de vida serían una completa tortura.Irina soltó la empuñadura de la pistola, Dmitriy colocó el seguro y nuevamente la colocó en su cintura.—Si juegas con fuego puedes terminar quemada, y te aseguro que conmigo nadie juega y el que lo ha intentado en estos mom
Dmitriy se encontraba en el auto, impaciente ante la demora de Irina, la puerta se abrió y ella subió, el perfume hizo que él abriera sus ojos y levantara la mirada. El aroma se impregnó en sus fosas nasales de forma inesperada.—Ya que me has arrebatado de todas mis pertenencias por lo menos podrías tener la amabilidad de facilitarme un poco de dinero, así poder comprar ropa que se encuentre a gusto con tus expectativas y al mismo tiempo que me haga sentir cómoda, adicional que no llame la atención de los pervertidos que tienes como colegas —Dmitriy levantó las cejas. —No vamos de paseo, pero si el tiempo nos alcanza haremos una pequeña parada, aunque dudo mucho que no tardemos en aquella tienda ya que tus gustos deben ser tan simples y básicos como el maquillaje que hay en tu rostro —Una leve sonrisa se marcó debajo de aquella mirada que inspiraba temor.—Disfruta del momento ahora que puedes, así como mi padre un día te borró la sonrisa de igual manera lo haré yo —aquellas palabra
Dmitriy, el amo de la mafia.Moscú/ RusiaLuego de un largo viaje Dmitriy se encontraba de regreso en su país, estiró el cuerpo y acomodó su traje una vez que descendió del avión. Los autos al igual que sus guardaespaldas esperaban por él, debido a su oficio lo único que lo hacía feliz era estar al lado de su esposa.A la distancia su hombre de confianza se acercaba velozmente mostrando en su rostro preocupación, en la mano sostenía el móvil.—Señor...—¿Qué sucede?, ¿por qué actúas como si fueras un novato? —indagó mostrando su frialdad mientras se acercaba a uno de los autos. —He recibido una terrible noticia —Dmitriy continuó avanzando sin mostrar importancia, lo único que deseaba era estar en su casa y abrazar a su esposa—. Señor... Se trata de tu esposa —al escuchar aquellas palabras él sé detuvo.—¿Qué sucede con ella? —Dmitriy giró su cuerpo quedando frente a su hombre de confianza.—Yendo de regreso a la casa fueron interceptados, acabaron con los hombres a cargo de su segur
En cuestión de segundos en la entrada principal de la casa de Fedor se había desatado una terrible balacera; Dmitriy un experto a mano armada con sus dos pistolas derribaba hombres sin temor a morir. Dmitriy ingresó a través de la puerta principal quedando frente a unos cuantos hombres que apuntaban directo a su cabeza con armas de largo alcance. —Quietos, quietos todos —ordenó Fedor con aquel tono de voz ronca. Dmitriy con la mirada lo buscó, allí se encontraba él sentado cómodamente en el sofá disfrutando de una botella de whisky. —Maldito hijo de puta, ¿cómo pudiste acabar con mi esposa?, ¿por qué lo hiciste maldito desgraciado? —cuestionó Dmitriy mientras que su cuerpo temblaba de coraje. »Ya habíamos repartido el territorio, habíamos quedado que ninguno se pondría en el camino del otro, pero lo que has hecho ha condenado tu vida al igual que la de toda tu familia, porque juro que hasta que no vea al último integrante de tu familia tirado en el piso sin vida no me iré de
Irina siempre había admirado a su padre y siempre había querido ser como él, eso a pesar de sus rechazos y su desprecio; pero ahora todo había cambiado, el hombre perfecto que tenía como padre solo era una mentira más que tendría que soportar.Mientras que Fedor batallaba para liberarse de los hombres que estaban sosteniendo su cuerpo con fuerza, Dmitriy decidió ir aún más allá de lo que tenía planeado. —Te dije que tendrías que pagar por el daño que me causaste, y se muy bien con quien me voy a desquitar —Fedor intentó levantarse pero no lo consiguió. —Sé que mi padre cometió un grave error, pero no pienso permitir que acabes con su vida como si fuese un animal —Irina avanzó y se ubicó frente a Dmitriy impidiendo que se acercara a su padre. Dmitriy esbozó una leve sonrisa en su rostro y luego la empujó con fuerza cayendo en el sofá.—Por favor no le hagas daño, ella no tiene nada que ver, ya ha sido suficiente con la muerte de mi esposa —intervino Fedor logrando llamar la atención
Irina lamentaba lo que había sucedido, lo que pretendía que sería una visita corta había terminado en su peor pesadilla, las lágrimas rodaban por sus mejillas mientras observaba fijamente al que según ella era el asesino de su madre. Nunca antes había sentido aquella sensación de querer atacar a alguien, tal y como lo estaba haciendo en aquel momento; aquel sentimiento de odio en contra de Dmitriy era tan fuerte que las uñas se enterraron en sus manos provocando que sangrara. —No importa cuanto me estas odiando, aprecio tu sinceridad al demostrar tus sentimientos, entre más crezca el desprecio en mi contra me sentiré orgulloso, porque así sabré que estoy haciendo bien mi trabajo, me encargaré de arruinar tu vida. »Tu destino a mi lado será sufrir hasta el último segundo de vida, lamentarás haber nacido en medio de aquella familia, antes de morir desearás con todas tus fuerzas no ser la hija del asesino de mi esposa —hablo Dmitriy con el tono de voz neutro mientras que con sus man