En aquella noche a Irina le fue difícil conciliar el sueño, cada vez que cerraba sus ojos lo primero que veía era a Dmitriy sosteniendo aquella sierra y actuando como un psicópata.

Las pesadillas no dieron a esperar, despertaba con su cuerpo tembloroso y lleno de sudor, ya que sentía que Dmitriy iba a ingresar a su habitación sosteniendo aquella herramienta en su mano y que corría tras de ella de un lugar a otro para acabar con su vida.

Al día siguiente Irina se levantó, caminó hasta la ventana y luego fue a lavar su cuerpo, después de aquella pesada noche necesitaba darse un reconfortante baño, salió cubriendo su cuerpo con una bata y una toalla alrededor de su cabeza.

Su rostro cambió al instante y sus piernas se congelaron impidiendo que pudiera continuar, aquella figura masculina con traje oscuro se encontraba justo al lado de la cama.

—No debiste haber presenciado aquella situación —habló con un tono de voz neutro manteniéndose de espalda a ella.

—¿Aquella situación?, porque me