Faltaba poco tiempo para mi boda. Una que he estado esperando por años, aunque no conozco a mi prometido. Bueno, no personalmente, ya que, al pasar de los años, hemos intercambiado fotos sobre como lucimos.
Por ello, cada minuto que pasa, hace que crezca mi ansiedad por finalmente ver al hombre que por fotos me ha enamorado y por ello, ahora voy a cumplir mi sueño; ser su esposa. Por años seguí sus triunfos y fracasos, trabajé duro para estar a su altura y por fin, seré su esposa. — Te ves hermosa, querida. — Gracias, señor Mayer. Me alegra tener alguien a mi lado. — Digo emocionada por tener una cálida y conocida sonrisa en este día tan especial. — Aunque no están los padres de ambos, debes sonreír, este es un día increíble donde por fin van a poder conocerse y ser felices como señor y señora de la manada — Espero que lo vea así. Porque al ver que llegó ayer y no ha venido a verme, me preocupa, ¿será que no le agrado como él me agrada?La voz que me dice que no soy lo suficiente para un gran lobo como mi futuro esposo, hace que me sienta mal, pero, el hombre que me ha ayudado a sentirme acompañada en este día especial, coloca su mano en mi mentón y me hace levantar mi rostro para verlo. — He escuchado que ver al prometido antes de la boda es de mala suerte. Lo más probable es que por eso no ha venido aquí. Después de todo, me imagino que quiere tener buena suerte en su matrimonioLa respuesta del mayordomo levanta mi ánimo y yo sonrío igual de emocionada que antes porque me voy a casar con mi príncipe azul, con quien la luna escogió para mí. Mi hombre perfecto.Pero, una nueva duda surge y esta perturba mi paz y destruye mi alegría. — ¿Y si desea casarse conmigo? — Debe desearlo, desde que apresuró el funeral del difunto alfa, para venir aquí. — Hubiese deseado que el señor Baumann estuviera aquí. — Murmuro afligida — Me hubiese gustado que él me viera siendo su nuera. — Él está presente en tu corazón, ahora, no pienses en cosas negativas o vas a arruinar tu hermoso maquillaje y arreglar eso, retrasara tu increíble boda con el señor. — Gracias, señor Mayer, por darme el ánimo que necesito — susurro intentando despejar mi mente de malos pensamientos y enfocarme en cosas positivas, como, por ejemplo: casarme con mi musculoso, adinerado, amable y tierno esposo.La emoción me invade y me esfuerzo por no saltar de la alegría. Realmente me siento en un cuento de hadas donde yo soy la princesa y él, mi Helmut, es mi príncipe con garras. — Lo hago con amor, mi pequeña. Ahora…Alguien toca la puerta y entra sin esperar una respuesta. Su aspecto rudo y ropa de guerra, con marcas en todo su cuerpo, aparece saludando con respeto a ambos. Para después entregarme una carpeta que desconozco su contenido. — ¿Qué es esto? — pregunto confundida al no saber qué es lo que quiere que haga con una carpeta minutos antes de la boda.El hombre no responde. Es como si fuera mudo, por lo que, el mayordomo recibe la carpeta y revisa de que no tenga veneno o algo que pueda lastimarme. Después de todo, seré la esposa de un impresionante alfa. — Es el acta de matrimonio, solo debe firmarla — dice el hombre con acento de un pueblo lejano de la capital y yo descarto mi pensamiento de que sea mudo. Solo es maleducado.Confundida, camino hacia el mayordomo y confirmo que la elegante firma de Helmut esta allí. Respiro profundo porque creo que es una broma de mal gusto y recordando que debo ser educada, hablo: — ¿Qué significa esto?, ¿Desean hacer una broma previo a la boda? ¿Es una especie de tradición o algo así? — No es una broma, el señor Baumann le envió esto y me dijo que no me fuera hasta que lo firmara — — Vaya, esto sí que es ir demasiado lejos con una broma — murmuro indignada. — No es una bromaLa seriedad del hombre, me hacía creer que no era una broma y eso me preocupaba, porque, ¿Dónde estaba mi boda soñada? ¿Dónde estaba mi esposo radiante? Esto no es nada a lo que me prometieron. — Pero, ¿Por qué me está dando esto si nuestro matrimonio aún no se ha efectuado? Ni siquiera hemos ido a la iglesia — digo intentando no verme caprichosa, si no, racional. Porque su pedido carecía de eso. — Le dio una razón con esto y fue: sé agradecida en que acepte la orden de mi padre y no molestes con tonterías de una boda cuando ni siquiera te deseo como esposa — Las palabras quisieron entrar a mi mente, pero, renuente a que rompiera lo que pensaba de mi prometido, regañé a su enviado. — ¡Que insolente eres! Mi prometido jamás me diría algo así. él es educado, amable y no… — estaba por continuar con todas sus virtudes, pero, el chico sonrío como si se burlara de mí — ¿Te estas riendo ahora? — Lo siento, pero, su imaginación es muy buena, ¿así es como imagina al monstruo? — ¿Monstruo? — pregunto cada vez más confundida. — ¿Qué pasa? ¿No sabe el alias de su esposo? — pregunta el hombre sonriendo y yo respiro profundo para no perder la cordura. — No voy a discutir con usted. Quiero verlo. Quizás si nos vemos, pueda explicarme esto. — Las cosas no funcionan así. — No, esto no funciona así — digo mostrando el acta de matrimonio — La boda está por comenzar y debemos irnos a la iglesia — No va a haber boda, entienda eso, señora — Mire, entiendo lo de la muerte del tío, pero, ¿Cómo pueden verme como su esposa si ni siquiera tengo una ceremonia que confirme ello? — Es justamente lo que el señor quiere. Así que, firme — ¿Qué pasa si no lo hago? — pregunto molesta y el hombre saca un arma. De esas que es capaz de matar hasta a un vampiro.Molesta, firmo el documento y se lo entrego, sintiendo enojo por la sonrisa que le he causado a ese hombre grosero. — El señor desea que no lo relacionen con usted. — Dice para después salir de la habitación. — No, él no puede tratarme así. — También me pidió que le dijera que no intentara acercarse al castillo principal. Porque entonces, seria tratada como una desconocida y a los desconocidos se matan. — Pero, ¡soy su esposa! — grito con frustración. — Por eso le va a permitir usar todo el castillo en el que se encuentra y cambiarlo a su antojo en la decoración, pero que solo este castillo y el jardín, es lo que usted tiene permitido usar como su esposa. — Debes estar bromeando. — Esa fue la orden del señor, le recomiendo que se quede este palacio y solo se dirija a lugares prohibidos, cuando el señor se lo permita. — ¡No pueden condenarme a vivir encerrada! — grito al borde de la locura. Porque a eso era lo que me estaba arrastrando mi esposo con estas prohibiciones; a la locura. — Este será su hogar, incluso, envió que le cambiaran el nombre de palacio cielo, por el palacio frio en su honor.Dios, esto sí que es pasarse. Había sido vilmente estafada en todo el sentido de la palabra y eso me había llevado a tener un esposo tan miserable que no se atreve a decirme todo esto frente a frente. Dios, ¿Dónde está el hombre amable y educado de las fotos? Pero, no voy a permitir que me haga esto, no voy a quedarme callada. — ¡¿En qué parte del mundo eso es un honor?! — grito a punto de convertirme en loba y arrancarle la cabeza a mi ahora esposo. — Debería estar agradecida, porque él quería desterrarla. Ahora, si no, es más, me retiro — — Esto debe ser una m*****a broma — digo caminando de un lado al otro con el espléndido vestido que el mayor de los Baumann, había mandado a crear para este día.Negándome a aceptar esa verdad, corrí hacia la salida, deseando tener una explicación de todo esto. Pero estaba cerrada. Por lo que, subo hasta la azotea, levantando mi vestido y preparándome para luchar por lo que me prometieron y no me han dado. — ¿A dónde va, señorita? — ¿A dónde crees que iré? Claramente voy a hablar con ese desgraciado. Yo no puedo quedarme aquí a esperar que él me pisotee como si nada.El enojo me invade y hace que subir las escaleras no me canse, aunque sea la torre más alta del castillo, con mi maquillaje corrido por las lágrimas que salieron solas y el velo de mi vestido de novia a punto de caer, diviso al hombre que bebe alcohol abrazando a varias mujeres.Mi enojo aumenta y mi cuerpo tiembla a punto de transformarse, pero el mayordomo se me coloca al frente. — Señorita, debe calmarse… — Me ha humillado, claramente no puedo estar calmada.Nunca me había sentido tan no deseada como ahora. Aunque es comprensible que no me ame porque apenas nos hemos visto y que su padre haya muerto y este sensible, nada de eso justifica su maltrato. — ¿Qué fue lo que le hice? ¿Lo he ofendido para que me trate así? — pregunto con dolor. — Debe estar confundido. No le de mucha importancia a lo que está haciendo. Seguramente él tiene una explicación para hacer esto — dice el mayordomo. Los gritos eufóricos hacen que mire hacia la fuente del ruido y mi mirada se encuentra con la suya. La música comienza a escucharse con fuerzas y todos saltan emocionados, mientras Helmut me observa como si le divirtiera mi estado. — Nada de sus excusas, puede justificar como está actuando — murmuro con dolor. — Señora… quizás él‘¿Seguirás usando ese ridículo vestido de novia cuando evidentemente no es necesario, esposa?’ pregunta Helmut usando la comunicación entre lobos para burlar de mí.‘Eres un malnacido’ digo y Helmut sonríe satisfecho.Lista par
Narrador omnipresenteHelmut sonríe al ver como la loba se marcha hacia el bosque y es en ese momento que aleja a las mujeres y ordena subir más a la música, para que Aitana escuche que celebran haberla humillado, aunque realmente le molesta la música fuerte. — Señor, ya entregué el mensaje. — Informa el lobo a su jefe, cuando recién llega. — Menos mal, porque me preocupaba que hubiera otra loca vestida de novia en ese castillo. — Dice Helmut en tono burlón, mientras toma una botella de vino. — ¿La ha visto? — pregunta el lobo con evidente preocupación y es allí cuando Helmut apaga la música, mientras ve como las mujeres que ha besado, comienzan a palidecer. — Se escapó al bosque — responde Helmut restándole importancia a algo que cualquier esposo lo haría enojar. — ¿Y la dejó irse? — pregunta el lobo beta claramente preocupado y sorprendido por ver como había terminado todo. — Ella es una beta, debe saber cómo defenderse. Oh, verdad, fue criada para ser un adorno de esposa. — D
Helmut se veía enojado. Como si le importara lo que hacia su esposa. Aunque realmente solo era una reacción a lo territorial y posesivos que son los lobos. — Eso no te importa. — Dice Aitana con frialdad. — Mira, Baitana, no me importa si mueres o no por mi culpa, pero, lo que, si me importa y molesta, es que seas tan osada de serme infiel en la primera noche de bodas. Así que, dime, ¿quién demonios estuvo tan cerca de ti como para dejar su asquerosa aroma?El enojo era evidente en Helmut y por primera vez en la noche, Aitana sonríe al ver a su esposo molesto y por algo que ella ha hecho.‘Por fin estas sintiendo malestar. Era hora de que no fuera la única que pasaba una mala noche’ se dice Aitana mentalmente. — Suéltame, estas lastimándome — dice Aitana con dificultad y eso hace que Helmut la empuje a ella, mientras retrocede con enojo. — ¿Quién se acercó a ti? — pregunta nuevamente al ver que ella no le responde a su pregunta. — ¿Eso te importa? — pregunta Aitana molesta y Helm
Helmut caminó hacia su castillo y cuando llegó confirmó lo que su maldición le recordaba una y otra vez que intentaba disfrutar de una mujer. Las chicas que había besado y que eran betas demasiado poderosas, habían muerto solo por darles placer al besarlas. — Señor, ¿Qué quiere que hagamos ahora? — pregunta uno de sus subordinados. — Envíalas a sus familias con bastante dinero y prohíbe que una sola mujer me sirva. No quiero más muertes innecesarias. — ordena Helmut y sus hombres asientes sabiendo que es lo único que pueden hacer por las lobas muertas. — ¿Qué hay de su esposa? — Déjala que se haga ama y señora de su castillo y el jardín, pero, por nada del mundo permitas que algo como lo de hoy vuelva a suceder. — Dice Helmut con frialdad.El recuerdo del olor en Aitana, hace que le de dolor de cabeza y con molestia, regaña su mente por pensar tanto en algo que no debería importarle.‘Si se enamora de alguien, es lo mejor. Así, si logra sobrevivir a mi maldición tendrá a alguien
No había forma de detenerlo y lo peor es que la víctima no sabía a lo que se iba a enfrentar y por ello, ni siquiera corría. Aunque si lo hiciera, eso no iba a salvarla. De eso pueden dar testimonio dos de sus difuntas esposas. — Corran todos, informen a las chicas que se lleven lo más lejos posible a la señora o no podrá sobrevivir hoy, sin que la señora se entere — dice uno de los hombres lobos más fuertes, mientras intenta seguirle el rastro a su jefe.Como lo había ordenado, aúllan en clave, para que solo las lobas parte de las fuerzas especiales de la manada entendieran. Después de todo, no querían perder el tiempo discutiendo con Aitana cuando la vida de las tres corría peligro.Por lo que, apenas Aitana llegó a ella, le dio un fuerte golpe en la nuca y transformándose Brenda en lobo, esperó que ambas se subieran para huir de allí lo más rápido que pudieran, antes que fuera demasiado tarde. — Corre lo más que puedas, si el jefe nos alcanza, nos matará sin dudarlo siquiera un p
Los pasos de los lobos se escuchan cada vez más cerca, mientras Helmut intenta detener lo que su cuerpo está haciendo por su cuenta. Aitana, observando el odio en su mirada, comienza a llorar y temblar. — Te aseguro que, si me dejas ir, no vuelvo a aparecer frente a ti. Solo por favor, no me vayas a hacer daño. Solo tengo diecinueve años. Tengo muchas cosas que quiero experimentar, muchas menos la muerte. >> Por favor, no me mates, fue un error creer que los cuentos de hadas se hacen realidad, pero, ya aprendí la lección, así que, por favor, perdona mi vida y déjame ir. — dice Aitana en medio del llanto.Tres de los lobos aparecen y se lanzan a Helmut, mientras intentan controlar la ferocidad de su jefe. De inmediato, Aitana corre al árbol más cercano y usando su experiencia escalando arboles muy rápidos, sube a la parte más alta y segura mientras los lobos intentan controlar a su jefe.Angustiada y con la lluvia dejándola sin poder ver muy lejos, implora que su ahora esposo desapar
Narra AitanaLa noche la sentí demasiado corta y no era para menos, en medio de la lluvia tuve que huir de la isla, porque mi esposo quería matarme. Por lo que, ni en el auto, ni en el yate que usaron para sacarme de la isla, pude dormir. Cuando llegué a la casa en la que pensé que yo iba a descansar, muchas preguntas inundaron mi mente y no pude dormir por más que lo intenté. Agotada, veo como los rayos débiles del sol, atraviesan la tela de las cortinas, mientras yo compruebo que no es un sueño lo que viví anoche.Miro a mi alrededor y veo mi vestido de novia que parece todo, menos un vestido de novia. Me levanto sabiendo que no voy a poder dormir y usando solo mis sabanas para cubrir mi desnudez, entro al baño que me negué a darme anoche. — Dios, ojalá el agua sea lo que necesito para despertar de esta pesadilla — pido en un hilo de voz, mientras el agua comienza a humedecer mi cuerpo, mientras se burla de mi ingenuo pensamiento de despertar de una realidad donde evidentemente, n
Estaba abrumada. Podía contar las frases que había dicho Helmut y confirmaba que no había hablado mucho, pero, lo poco que había dicho, me había dejado tan aturdida, que la noche había llegado y yo seguía en el suelo sin saber que hacer o decir.Estaba claro que había dicho que yo iba a morir, lo que no entendía es ¿Por qué iba a morir? ¿Acaso todas las noches se iba a transformar en una bestia que quiere matarme? Dios, ojalá no sea eso, porque dudo que pueda sobrevivir a algo así. — Lo mejor es que cierre la puerta con seguro, antes que venga a matarme — murmuro colocándole el seguro y sentándome en la cama sin saber que más hacer.Estaba en graves problemas y no sabía qué hacer para salir de esta trampa que va a acabar con mi vida. Porque si mi extraño esposo no lo hacía, la preocupación me mataría. No saber que hacer, iba a acabar conmigo.La puerta se abre y yo me levanto asustada y confundida porque pudieran abrirla sin problemas. La chica aparece con una sonrisa en señal de dis