Capítulo 7: Sobrevivir

Los pasos de los lobos se escuchan cada vez más cerca, mientras Helmut intenta detener lo que su cuerpo está haciendo por su cuenta. Aitana, observando el odio en su mirada, comienza a llorar y temblar.

 — Te aseguro que, si me dejas ir, no vuelvo a aparecer frente a ti. Solo por favor, no me vayas a hacer daño. Solo tengo diecinueve años. Tengo muchas cosas que quiero experimentar, muchas menos la muerte. 

>> Por favor, no me mates, fue un error creer que los cuentos de hadas se hacen realidad, pero, ya aprendí la lección, así que, por favor, perdona mi vida y déjame ir. — dice Aitana en medio del llanto.

Tres de los lobos aparecen y se lanzan a Helmut, mientras intentan controlar la ferocidad de su jefe. De inmediato, Aitana corre al árbol más cercano y usando su experiencia escalando arboles muy rápidos, sube a la parte más alta y segura mientras los lobos intentan controlar a su jefe.

Angustiada y con la lluvia dejándola sin poder ver muy lejos, implora que su ahora esposo desaparezca completamente. Pero, cuando intenta ocultarse con las ramas delgadas, ve los ojos rojos del alfa, mirándola fijamente.

 — ¿Creíste que subiendo aquí te salvarías? — pregunta Helmut tomando a Aitana del cuello y elevándola en el suelo.

 — Suéltame, por favor. — dice Aitana intentando alejarse de él. Pero, cuando esta por él destrozarle el cuello, ella lo golpea con fuerzas y él pierde el equilibrio cayendo ambos del árbol. 

Aitana, se lamenta de morir tan joven mientras espera el impacto. Pero, lo que siente es un cojín peludo que amortigua su caída. Angustiada, mira hacia el hombre que de inmediato deja de verse como lobo, para verse como humano,

Mirando a su alrededor, nota que todos están inconscientes y de inmediato, se levanta lista para huir, sin embargo, la culpa le invade y antes de marcharse, regresa al cuerpo de Helmut y sin poder ver que está respirando, acerca sus labios para ayudarlo a respirar.

El contacto de sus labios, hace que Helmut abra sus ojos y que el color rojo lentamente desaparezca al igual que las venas color negro alrededor de sus ojos. Aitana ajena a lo que sucedía, comienza a hacer comprensiones sobre el pecho de Helmut, para después confirmar que está respirando.

 — Esto es mi pago por evitar que muriera por caer de esa altura, aunque eso fue tu culpa — dice Aitana limpiando su boca y levantándose lista para huir. 

Sin embargo, basta solo con levantarse, para ver al hombre que hace poco parecía que no respirará, la tomará del cuello y sin algún tipo de remordimiento, pegará sus labios a los de ella en un beso que, a diferencia de darle aire, se los robaba a ambos.

 — ¿Qué demonios está haciendo este animal? ¿Tan mala suerte tengo para encontrarme dos pervertidos en una noche? — se pregunta Aitana mentalmente mientras su esposo maldito, le hace retroceder hasta la corteza de un árbol, donde no deja de besarla. 

La ferocidad con la que besa sus labios, muestra deseo puro e incluso, podría decirse que ese es el hombre que Aitana deseaba ver en él y que ahora, se lo estaban entregando de una manera ardiente que superaba sus expectativas.

Pero, la emoción duró poco, cuando Helmut alejó sus labios de ella, con tanta búsqueda, que terminó rompiendo los labios de Aitana, quien ahogo un gemido lastimero al sentir el dolor.

 — ¿Por qué…? — Aitana estaba por reclamarle el ataque, pero, cuando vio como el hombre luchaba por no transformarse, prefirió quedarse en silencio. 

No sabía porque no podía controlar su transformación, pero, por el sufrimiento que veía en él y el enojo, no se atrevía a preguntarle. Por lo que, implorando a su buena suerte, espero que él se alejara y lentamente comenzó a moverse a la salida.

Helmut, luchaba para no perder su cordura y por ello, se sostenía la cabeza deseando que no pasara. Desesperado, buscaba a su alrededor y veía como la mujer con la que se había casado, lo miraba con miedo mientras retrocedía.

 — No puedo matarte. No puedo hacerlo — susurra Helmut antes de perderse en el bosque.

Aitana no podía creer lo que sucedía. Pero, al escuchar sus frías palabras antes de marcharse, sus piernas que se había esforzado en mover, perdieron su fuerza y ella cayó al suelo, abrumada por lo que había experimentado.

 — ¿Cómo es posible que esto este sucediendo? — susurra Aitana en un hilo de voz. 

Sintiéndose perdida y sin saber que hacer, rodeo sus piernas y se aferró a estas como si eso la volviera invisible. Nada de lo que había leído en sus libros de romance, le daban una pista de lo que podría significar todo esto y por ello, se sentía completamente perdida.

Por otra parte, los lobos que servían a Helmut y habían intentado detenerlo, se despertaban lentamente de una experiencia que casi les cuesta la vida. Dyder, uno de los que lideró la búsqueda, se levanta del suelo y lo primero que ve es a Aitana llorando.

‘Aún sigue viva, esa es una buena señal’ susurra Dyder mentalmente.

Con su cuerpo doliendo, se acercó a la chica que, aunque miraba hacia su dirección, no había notado que alguien se había levantado. Sus pensamientos viajan más rápido que la luz, porque, había experimentado tantas cosas en una noche, que no podía salir de su asombro.

 — Señorita, ¿se encuentra bien? — pregunta Dyder y es allí cuando Aitana levanta su mirada con tanta calma, que resulta sorprendente.

 — Yo… no sé. Realmente no sé si estoy bien o estoy llegando a un punto donde me desintegro y no lo noto — susurra Aitana en un hilo de voz.

 — La llevaré a su habitación — dice Dyder.

 — No, no quiero volver a ese lugar. Déjeme irme, antes que él vuelva y me mate

Dyder recordó el plan inicial y asintiendo, ayudó a levantar a Aitana, mientras informaba a su gente la ubicación de ellos, para que los ayudaran a salir de la isla en la que se encontraban.

 — La llevaremos a un lugar seguro, no se preocupe por un futuro ataque por ahora — dice Dyder y eso no alivia mucho la preocupación de Aitana.

Aitana, se marcha deseando no volver al lugar donde sus sueños no fueron cumplidos, pero, pesadillas que había olvidado sí. Con sus piernas temblando, se marchó deseando pronto salir del infierno al que había caminado voluntariamente y con los ojos vendados. 

Sin embargo, lo que preocupaba a los demás era si iba a sobrevivir a la maldición de Helmut. Sobrevivir a la noche, era algo crucial para la manada que imploraba que su jefe fuera curado.

 — ¿Qué pasara con Helmut? — pregunta Aitana recordando el dolor en su mirada.

 — Aparecerá en la mañana. Si ale de la isla, volverá en la mañana, cuando la luna no le afecte tanto

 — ¿Qué significa eso? ¿Hay algo que explique lo que pasó? — pregunta Aitana y nadie se atreve a hablar, aumentando su curiosidad.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo