Al día siguiente
No habíamos podido marcharnos de Ámsterdam como lo teníamos en el cronograma de actividades, porque Aitana aun no despertaba. Por fortuna, los médicos decían que era el agotamiento, lo que la tenía durmiendo y no algo grave.Agotado por no dormir casi, pensando que ella despertaría, salgo a tomar un poco de café y con el computador trabajando en la puerta de su habitación, espero que las horas pasen. Sin embargo, apenas he logrado sentarme en la silla, cuando escucho un quejido.Con temor de que algo malo haya pasado en mi ausencia, abro la puerta de la habitación y ello hace que mis piernas flaqueen. La mujer que no había despertado, se queja levemente mientras intenta levantarse.—Yo te ayudo— digo corriendo hacia ella.Con cuidado, la ayudo a sentarse y yo me quedo de pie observándola, esperando un regaño por permitir que se cayerNo podía entender que era lo que estaba pasando. La mujer que se había mostrado hostil al momento de pedirle que regresáramos, en estos momentos me besaba. No comprendía que era lo que sucedía y aunque quería besarla, me alejé sintiendo que me estaba aprovechando de su confusión.—¿Sucede algo? — pregunta Aitana y yo me pego más a la espalda de mi asiento, para estar lejos de ella.—No quiero que debido a tu confusión mental, sientas que me aprovecho de ti al besarte— digo y ella sonríe.—Soy yo la que comencé el beso——Pero, yo tengo mis recuerdos y sé que no estabas de acuerdo en volver conmigo antes de la cirugía o después que no tenías todos tus recuerdos del pasado como ahora. — murmuro y ella sonríe.—Eres tan precavido ahora. No pareces el hombre que me besó el
Debíamos soltar y me alegraba que ella aun recordando todo lo que habíamos vivido y sin recordar lo bien que habíamos pasado estos meses viajando, decidiera seguir adelante. No podía decir que tomaba una decisión sin saber lo que hacía, porque Aitana lo sabía y me alegraba que no me guardara rencor.—Quiero irme de aquí. Quiero que retomemos nuestro viaje familiar hoy mismo— dice Aitana y yo intento procesar lo que sucede.—Entiendo, hoy mismo nos iremos— digo intentando levantarme.—Aunque no recuerdo lo que pasaron estos últimos meses, hay fotografías que me dan una idea de ello. Además, hace pocos días, había comenzado a escribir mi pensamiento de lo que había vivido y aunque dejé una idea general de lo que había vivido, sé que lo he disfrutado. Que hemos sido felices— dice Aitana y yo asiento.—Realme
Seis meses despuésHabíamos pasado el tiempo que los doctores le habían dado a Aitana y aunque desearía que eso fuera la señal de que se habían equivocado con el diagnóstico, no era ese el caso. Ella había empeorado mucho. Tanto que dolía.Había momentos que no recordaba quien era, otras, donde no sabía cómo moverse y en unas, se tornaba tan violenta mientras gritaba que acabaran con su vida. Vomitaba, muchas veces se ensuciaba encima porque no alcanzaba a siquiera avisar.Otras veces, despertaba sin saber cómo hablar y con cada paso, su cáncer en el cerebro, se apoderaba tanto de ella que debíamos colocarle los videos y fotos que habíamos tomado en cada paseo, porque muchas veces desconfiaba incluso de los niños.Hoy, por ejemplo, no hablaba, no se movía, parecía que estuviera en estado vegetal, pero, era porque su cerebro escasame
Todos los de la isla, comienzan a mostrar su respeto hacia Aitana, mientras yo observo como todo lo que vivimos aquí, pasan como un tráiler de pocos segundos. Recordar como la desprecie y ella deseó marcharse de aquí, lanzándose por una ventana, me hacen notar cuanto hemos cambiado.Porque es en este lugar de donde quiso escapar, donde ahora quiere estar eternamente. Uno a uno se marchan, quedando solo la familia de Cleotilde y mis hombres más cercanos, esos que sabían nuestra historia.La noche llega y los castillos se iluminan, a petición de Aitana, entramos en el que era mi castillo, donde los recuerdos de mis errores me abofetean con tanta fuerza que me resulta complicado seguir, sin embargo, una mano cálida se coloca sobre mi mano y me invita a continuar.—Recoge todo el dolor que hay aquí, quiero llevarlo conmigo. — Dice Aitana y yo trago duro.—Aitana…—
Quince años despuésEl mundo seguía su curso, mi manada se había consolidado gracias a los aportes de Ariana. Albert, hoy regresaba a casa después de catorce años estudiando en la academia. Aunque siempre veía para fechas especiales o el aniversario de muerte de su madre, esta vez su regreso era distinto, porque veía a quedarse.Ariana daba órdenes a su gente, mientras yo me había vuelto un jardinero que mantenía hermoso el jardín donde Aitana descansa. Aunque siendo sincero es poco lo que debo hacer, porque los isleños se turnan para cada ciertas horas cuidar de las flores y traer nuevas en honor a la mujer que luchó hasta el final.Por lo que, estoy casi todo el tiempo haciendo ejercicio, respondiendo preguntas difíciles de Ariana para que mi cerebro no se oxide y voy a chequeos médicos por la insistencia de mis hijos.Pero, hoy, no ser&ia
Faltaba poco tiempo para mi boda. Una que he estado esperando por años, aunque no conozco a mi prometido. Bueno, no personalmente, ya que, al pasar de los años, hemos intercambiado fotos sobre como lucimos.Por ello, cada minuto que pasa, hace que crezca mi ansiedad por finalmente ver al hombre que por fotos me ha enamorado y por ello, ahora voy a cumplir mi sueño; ser su esposa. Por años seguí sus triunfos y fracasos, trabajé duro para estar a su altura y por fin, seré su esposa. — Te ves hermosa, querida. — Gracias, señor Mayer. Me alegra tener alguien a mi lado. — Digo emocionada por tener una cálida y conocida sonrisa en este día tan especial. — Aunque no están los padres de ambos, debes sonreír, este es un día increíble donde por fin van a poder conocerse y ser felices como señor y señora de la manada — Espero que lo vea así. Porque al ver que llegó ayer y no ha venido a verme, me preocupa, ¿será que no le agrado como él me agrada?La voz que me dice que no soy lo suficiente
Nunca me había sentido tan no deseada como ahora. Aunque es comprensible que no me ame porque apenas nos hemos visto y que su padre haya muerto y este sensible, nada de eso justifica su maltrato. — ¿Qué fue lo que le hice? ¿Lo he ofendido para que me trate así? — pregunto con dolor. — Debe estar confundido. No le de mucha importancia a lo que está haciendo. Seguramente él tiene una explicación para hacer esto — dice el mayordomo. Los gritos eufóricos hacen que mire hacia la fuente del ruido y mi mirada se encuentra con la suya. La música comienza a escucharse con fuerzas y todos saltan emocionados, mientras Helmut me observa como si le divirtiera mi estado. — Nada de sus excusas, puede justificar como está actuando — murmuro con dolor. — Señora… quizás él‘¿Seguirás usando ese ridículo vestido de novia cuando evidentemente no es necesario, esposa?’ pregunta Helmut usando la comunicación entre lobos para burlar de mí.‘Eres un malnacido’ digo y Helmut sonríe satisfecho.Lista par
Narrador omnipresenteHelmut sonríe al ver como la loba se marcha hacia el bosque y es en ese momento que aleja a las mujeres y ordena subir más a la música, para que Aitana escuche que celebran haberla humillado, aunque realmente le molesta la música fuerte. — Señor, ya entregué el mensaje. — Informa el lobo a su jefe, cuando recién llega. — Menos mal, porque me preocupaba que hubiera otra loca vestida de novia en ese castillo. — Dice Helmut en tono burlón, mientras toma una botella de vino. — ¿La ha visto? — pregunta el lobo con evidente preocupación y es allí cuando Helmut apaga la música, mientras ve como las mujeres que ha besado, comienzan a palidecer. — Se escapó al bosque — responde Helmut restándole importancia a algo que cualquier esposo lo haría enojar. — ¿Y la dejó irse? — pregunta el lobo beta claramente preocupado y sorprendido por ver como había terminado todo. — Ella es una beta, debe saber cómo defenderse. Oh, verdad, fue criada para ser un adorno de esposa. — D