Todos los de la isla, comienzan a mostrar su respeto hacia Aitana, mientras yo observo como todo lo que vivimos aquí, pasan como un tráiler de pocos segundos. Recordar como la desprecie y ella deseó marcharse de aquí, lanzándose por una ventana, me hacen notar cuanto hemos cambiado.
Porque es en este lugar de donde quiso escapar, donde ahora quiere estar eternamente. Uno a uno se marchan, quedando solo la familia de Cleotilde y mis hombres más cercanos, esos que sabían nuestra historia.La noche llega y los castillos se iluminan, a petición de Aitana, entramos en el que era mi castillo, donde los recuerdos de mis errores me abofetean con tanta fuerza que me resulta complicado seguir, sin embargo, una mano cálida se coloca sobre mi mano y me invita a continuar.—Recoge todo el dolor que hay aquí, quiero llevarlo conmigo. — Dice Aitana y yo trago duro.—Aitana…—Quince años despuésEl mundo seguía su curso, mi manada se había consolidado gracias a los aportes de Ariana. Albert, hoy regresaba a casa después de catorce años estudiando en la academia. Aunque siempre veía para fechas especiales o el aniversario de muerte de su madre, esta vez su regreso era distinto, porque veía a quedarse.Ariana daba órdenes a su gente, mientras yo me había vuelto un jardinero que mantenía hermoso el jardín donde Aitana descansa. Aunque siendo sincero es poco lo que debo hacer, porque los isleños se turnan para cada ciertas horas cuidar de las flores y traer nuevas en honor a la mujer que luchó hasta el final.Por lo que, estoy casi todo el tiempo haciendo ejercicio, respondiendo preguntas difíciles de Ariana para que mi cerebro no se oxide y voy a chequeos médicos por la insistencia de mis hijos.Pero, hoy, no ser&ia
Faltaba poco tiempo para mi boda. Una que he estado esperando por años, aunque no conozco a mi prometido. Bueno, no personalmente, ya que, al pasar de los años, hemos intercambiado fotos sobre como lucimos.Por ello, cada minuto que pasa, hace que crezca mi ansiedad por finalmente ver al hombre que por fotos me ha enamorado y por ello, ahora voy a cumplir mi sueño; ser su esposa. Por años seguí sus triunfos y fracasos, trabajé duro para estar a su altura y por fin, seré su esposa. — Te ves hermosa, querida. — Gracias, señor Mayer. Me alegra tener alguien a mi lado. — Digo emocionada por tener una cálida y conocida sonrisa en este día tan especial. — Aunque no están los padres de ambos, debes sonreír, este es un día increíble donde por fin van a poder conocerse y ser felices como señor y señora de la manada — Espero que lo vea así. Porque al ver que llegó ayer y no ha venido a verme, me preocupa, ¿será que no le agrado como él me agrada?La voz que me dice que no soy lo suficiente
Nunca me había sentido tan no deseada como ahora. Aunque es comprensible que no me ame porque apenas nos hemos visto y que su padre haya muerto y este sensible, nada de eso justifica su maltrato. — ¿Qué fue lo que le hice? ¿Lo he ofendido para que me trate así? — pregunto con dolor. — Debe estar confundido. No le de mucha importancia a lo que está haciendo. Seguramente él tiene una explicación para hacer esto — dice el mayordomo. Los gritos eufóricos hacen que mire hacia la fuente del ruido y mi mirada se encuentra con la suya. La música comienza a escucharse con fuerzas y todos saltan emocionados, mientras Helmut me observa como si le divirtiera mi estado. — Nada de sus excusas, puede justificar como está actuando — murmuro con dolor. — Señora… quizás él‘¿Seguirás usando ese ridículo vestido de novia cuando evidentemente no es necesario, esposa?’ pregunta Helmut usando la comunicación entre lobos para burlar de mí.‘Eres un malnacido’ digo y Helmut sonríe satisfecho.Lista par
Narrador omnipresenteHelmut sonríe al ver como la loba se marcha hacia el bosque y es en ese momento que aleja a las mujeres y ordena subir más a la música, para que Aitana escuche que celebran haberla humillado, aunque realmente le molesta la música fuerte. — Señor, ya entregué el mensaje. — Informa el lobo a su jefe, cuando recién llega. — Menos mal, porque me preocupaba que hubiera otra loca vestida de novia en ese castillo. — Dice Helmut en tono burlón, mientras toma una botella de vino. — ¿La ha visto? — pregunta el lobo con evidente preocupación y es allí cuando Helmut apaga la música, mientras ve como las mujeres que ha besado, comienzan a palidecer. — Se escapó al bosque — responde Helmut restándole importancia a algo que cualquier esposo lo haría enojar. — ¿Y la dejó irse? — pregunta el lobo beta claramente preocupado y sorprendido por ver como había terminado todo. — Ella es una beta, debe saber cómo defenderse. Oh, verdad, fue criada para ser un adorno de esposa. — D
Helmut se veía enojado. Como si le importara lo que hacia su esposa. Aunque realmente solo era una reacción a lo territorial y posesivos que son los lobos. — Eso no te importa. — Dice Aitana con frialdad. — Mira, Baitana, no me importa si mueres o no por mi culpa, pero, lo que, si me importa y molesta, es que seas tan osada de serme infiel en la primera noche de bodas. Así que, dime, ¿quién demonios estuvo tan cerca de ti como para dejar su asquerosa aroma?El enojo era evidente en Helmut y por primera vez en la noche, Aitana sonríe al ver a su esposo molesto y por algo que ella ha hecho.‘Por fin estas sintiendo malestar. Era hora de que no fuera la única que pasaba una mala noche’ se dice Aitana mentalmente. — Suéltame, estas lastimándome — dice Aitana con dificultad y eso hace que Helmut la empuje a ella, mientras retrocede con enojo. — ¿Quién se acercó a ti? — pregunta nuevamente al ver que ella no le responde a su pregunta. — ¿Eso te importa? — pregunta Aitana molesta y Helm
Helmut caminó hacia su castillo y cuando llegó confirmó lo que su maldición le recordaba una y otra vez que intentaba disfrutar de una mujer. Las chicas que había besado y que eran betas demasiado poderosas, habían muerto solo por darles placer al besarlas. — Señor, ¿Qué quiere que hagamos ahora? — pregunta uno de sus subordinados. — Envíalas a sus familias con bastante dinero y prohíbe que una sola mujer me sirva. No quiero más muertes innecesarias. — ordena Helmut y sus hombres asientes sabiendo que es lo único que pueden hacer por las lobas muertas. — ¿Qué hay de su esposa? — Déjala que se haga ama y señora de su castillo y el jardín, pero, por nada del mundo permitas que algo como lo de hoy vuelva a suceder. — Dice Helmut con frialdad.El recuerdo del olor en Aitana, hace que le de dolor de cabeza y con molestia, regaña su mente por pensar tanto en algo que no debería importarle.‘Si se enamora de alguien, es lo mejor. Así, si logra sobrevivir a mi maldición tendrá a alguien
No había forma de detenerlo y lo peor es que la víctima no sabía a lo que se iba a enfrentar y por ello, ni siquiera corría. Aunque si lo hiciera, eso no iba a salvarla. De eso pueden dar testimonio dos de sus difuntas esposas. — Corran todos, informen a las chicas que se lleven lo más lejos posible a la señora o no podrá sobrevivir hoy, sin que la señora se entere — dice uno de los hombres lobos más fuertes, mientras intenta seguirle el rastro a su jefe.Como lo había ordenado, aúllan en clave, para que solo las lobas parte de las fuerzas especiales de la manada entendieran. Después de todo, no querían perder el tiempo discutiendo con Aitana cuando la vida de las tres corría peligro.Por lo que, apenas Aitana llegó a ella, le dio un fuerte golpe en la nuca y transformándose Brenda en lobo, esperó que ambas se subieran para huir de allí lo más rápido que pudieran, antes que fuera demasiado tarde. — Corre lo más que puedas, si el jefe nos alcanza, nos matará sin dudarlo siquiera un p
Los pasos de los lobos se escuchan cada vez más cerca, mientras Helmut intenta detener lo que su cuerpo está haciendo por su cuenta. Aitana, observando el odio en su mirada, comienza a llorar y temblar. — Te aseguro que, si me dejas ir, no vuelvo a aparecer frente a ti. Solo por favor, no me vayas a hacer daño. Solo tengo diecinueve años. Tengo muchas cosas que quiero experimentar, muchas menos la muerte. >> Por favor, no me mates, fue un error creer que los cuentos de hadas se hacen realidad, pero, ya aprendí la lección, así que, por favor, perdona mi vida y déjame ir. — dice Aitana en medio del llanto.Tres de los lobos aparecen y se lanzan a Helmut, mientras intentan controlar la ferocidad de su jefe. De inmediato, Aitana corre al árbol más cercano y usando su experiencia escalando arboles muy rápidos, sube a la parte más alta y segura mientras los lobos intentan controlar a su jefe.Angustiada y con la lluvia dejándola sin poder ver muy lejos, implora que su ahora esposo desapar