Una famosa y fría editora de libros, con una desastrosa vida amorosa y sin tiempo de atender a Rufus. Un joven, 5 años menor, con un problema con su lívido sexual a pesar de su tranquilo y atractivo rostro. Que escribe sus deseos más candentes como una novela, a modo de terapia, mientras cuida a Rufus. Y quién es Rufus? El Golden Retriever que hará todo lo posible para que su cuidador y su dueña se acaben de casar, aun si uno de ellos es una bestia. Podrá cupido peludo salirse con la suya. Tal vez, porque esta vez, toda la culpa es de Rufus
Leer másEagle entró corriendo por el hospital después de mandar el taxi con sus maletas directo a su casa. Su equipaje era la última de sus preocupaciones. En ese momento solo había una cuestión que invadía toda su cabeza y que lo hizo correr a la segunda planta del hospital casi saltando escalón de por medio.Llegó jadeando y sudado a la sala donde encontró a los padres de Scarlet y a Alex que esperaba junto a ellos. Porque si, en ese momento Scarlet estaba en labor de parto y si todo salía bien, que era lo que más deseaba, sería padre.Y tanto la emoción como la ansiedad hizo que sus rodillas se doblaran junto a los presentes. Alex corrió rápidamente para sujetarlo antes de que cayera al suelo.-Oye amigo, tienes que ser fuerte. Tu esposa es la que está haciendo el trabajo duro. Tu parte es apoyarla emocionalmente aquí afuera. Me notificaron que todo
A pesar de que estaba sucediendo Scarlet no se lo podía creer. Pero estaba allí, vestida con un vestido blanco, un velo y un ramo de flores que la esperaba detrás. Era el esperado día de su boca. Wao. Hasta ella misma temblaba de la impresión. Un año atrás y se hubiera echado a reír por ello después de todo, su vida amorosa era un total desastre. Ahora como que todo había cambiado mágicamente. Se estaba casando con un hombre que amaba y el sentimiento era recíproco, en su vientre aun plano crecía una nueva vida, se había mudado para una casa más grande y por supuesto no podía faltar su perro Rufus, que en ese momento estaba haciendo un desastre con uno de los cojines de plumas que adornaban uno de los sofás de la habitación donde ella se preparaba. Y era gracias a él que Eagle y ella ahora estaban juntos. Sino fuera porque aquel día se le había escapado y corrido directo a él, quizás ahora estuviera todavía encerrada en su oficina con mil trabajos que revisar y
Scarlet sacudió la cabeza de su perro mientras Eagle lo tenía que aguantar para que no la lastimara. Si fuera por él se lanzará encima del vientre de ella y eso, después del traumatismo podía causarle otros nuevos problemas.-Rufus, te extrañé mucho amigo mío- ella sonrió con una emoción inusual.Realmente lo había extrañado, le perro formaba parte importante de su vida y los días sin él le habían mostrado que él era la alegría que le faltaba.-Gracias Eagle, por cuidarlo- ella abrazó al animal restregando su enorme cuerpo peludo.Rufus gemía de emoción y su cola no paraba de moverse de un lado a otro casi siempre golpeado a Eagle que lo aguantaba. Solo después de unos minutos que se quedó quieto con la cabeza puesta sobre el muslo de ella y cerró sus ojos. Como su por fin pudiera descansar
Eagle se movió rápido y acunó a la mujer que lloraba en la cama contra su pecho con cuidado de no lastimarla. -Tranquila Scarlet. Tranquila- intentaba darle un consuelo- No llores, tú bebé está… De pronto la puerta se abrió de pronto de forma algo brusca. -¿Por qué demonios entro y lo primero que veo es a esta mujer llorando- Alex entró a la habitación con cara de pocos amigos- Maldito trabajo de novio estás haciendo, Eagle, para hacerla llorar de esa forma. Debería darte vergüenza. No sé cómo soy amigo de alguien así- hizo una mueca de lástima de sí mismo. Eagle suspiró pasando la mano por la cabeza de su pareja. -No seas trágico Alex- le espetó- Acaba de despertar. No me diste tiempo a decirle- se justificó. -¿qué está pasando?- la voz de Scarlet resonó entre los dos. Eagle desvió la mirada de su amigo y la enfocó en la mujer. Una sonrisa se proyectó en sus labios mientras una de sus manos descendía y la pasaba por encima del
Scarlet miró como el hombre sentado en el sofá pronto se levantó e intentó llegar a donde estaba ella, pero cayó al suelo de bruces. Ella se corrió hacia atrás marcando la mayor distancia posible y sacó el celular de su bolsillo y simplemente marcó, cuando fue colgado lo puso en modo grabación.-Maldita- las palabras de él salieron como veneno en dirección a ella.La mujer lo miró desde arriba.-¿Yo soy la maldita? Cuando tú fuiste el que me drogó y me llevó a ese cuarto para chantajearme después.-Y me arrepiento de no haberte violado, desgraciada, eso era lo que te merecías- soltó Axel intentando levantarse con ayuda del sofá para caer de nuevo sobre el suelo con un sonido sordo- Siempre fuiste una perra que nunca se conformaba con estar en un lugar tranquila.Scarlet mantuvo la calma a pesar de las of
Scarlet estaba nerviosa acostada en su cama. No había podido dormir en toda la noche por lo que vio cómo su cuarto se iluminaba por los rayos del sol. La razón muy simple, cuando Axel volviera a su casa todo sería un caos, pero ella tenía que hacer su parte bien.Oyó como el celular sonaba y vio que era el que Axel le había dado. Chasqueó la lengua y lo agarró aun recostada en la cama.-¿No es muy temprano para estar molestando?- y ella no tenía precisamente el mejor humor.-Vaya mala noche de sueño ha tenido mi reina. No te preocupes cuando llegue me encargo de eso- a diferencia de ella Axel si parecía de muy buen humor- Tengo algunos regalos para ti que podremos usar en la cama.Dada la situación del día anterior se imaginaba que tipo de regalos serían. Arneses, látigos, algunos complementos que alguien sádico como Axel le gustar
-¿Y bien? ¿Qué tienen ustedes en mente? - la voz de Scarlet hizo que Eagle detuviera su mano entre los muslos de ella.En ese momento limpiaba las piernas de ella después del desastre que ambos habían hecho. Ella lo miraba sentada muy tranquila aun sobre la meseta del lavamanos dejando que él se encargara de todo. No era como si tuviera micha energía y su cadera estaba algo entumecida, así como su interior algo irritado y húmedo. Eagle se había corrido bastante dentro de ella. Se notaba que se había estado conteniendo por bastante tiempo.-Bueno, tenemos un plan, pero necesitaremos de toda tu ayuda para que funcione--¿Me quitaré a Axel de encima por mucho, mucho tiempo?- lo vio asentir?- Pues dime que hacer, estoy dispuesta a todo.Eagle sonrió y le dio un beso rápido en los labios.-Vamos a comer y durante ese tiempo te digo. Todo tiene que se
Eagle realmente se estaba conteniendo. Se sentía extremadamente feliz de tener a su pareja nuevamente en sus brazos, besándola, tocándola, devorándola, pero la preocupación de poder lastimar tanto a Scarlet como a la criatura que apenas era un frijol dentro de su vientre era algo que no dejaba su mente. Y no importaba lo desesperado que estuviera debido a la excitación y a su descontrol con su lívido, podía mantener la mente clara a pesar de la situación.-¿Estás bien? ¿Te duele mucho? - le preguntaba por no sabía que vez aun cuando no podía detener su cadera de penetrarla, llegando solo a la mitad de su erección.La mantenía sujeta fuerte contra la puerta no queriendo que su peso obligara a que miembro entrara por completo. Eso podría lastimarla a pesar de que la sentía bien húmeda y que se dilataba fácil aun con el tama&nti
Eagle no sabía donde más poner sus manos, en la cintura de ella, en su cadera, sobre sus muslos corriendo la saya ajustada hacia arriba para abrirle las piernas sobre la mesa que estaba en aquella habitación y poderse poner entre ellas. Se estaba volviendo loco. Su lengua arrastraba la de ella, lamiéndola, llevándola a su boca y chupándola con un sonido húmedo y hasta obsceno, pero a la vez sensual. Su lívido estaba disparado y solo deseaba devorar a la mujer en sus brazos. Scarlet necesitaba su apoyo y él estaba dispuesto a dárselo, ella se lo merecía. Soltó su boca para que ella respirara dejando que una línea fina de saliva corriera por el borde de la boca de Scarlet. Él sonrió y la lamió para después hacerlo con sus labios hinchados. Separó su rostro y limpió las mejillas de ella con sus pulgares. El rostro de ella era un desastre, pero aun así tan hermoso. La estrechó contra él y la abrazó. -Apóyate en mi Scarlet. Siempre puedes confiar en mi- le dijo de