Más tarde ella fue presentada y estuvieron conversando alrededor de una hora sobre las ventas y la popularidad de las obras principalmente a su cargo. El encargado sugirió algunas firmas de autógrafos y otros eventos, en los cuales Zeig dio su visto bueno, solo que él no sabía la carga que podía ser para ella, pero por otra parte, era mayor reconocimiento para sus autores.
Suspiró una que otra vez sin que ellos se dieran cuenta. Estaba cansada y tanta conversación la mataba, sobre todo si se quedaba entre ellos dos. Por momentos pensó que no se daban cuenta que ella estaba ahí. Pero no le importaba, tenía otras preocupaciones abarcando todo su pensamiento, como por ejemplo, qué haría con su perro al día siguiente. Eso si era preocupante.
La puerta de la oficina se abrió.
-Les traigo un poco de café-
Scarlet reconoció la voz y prestó toda su atención al recién llegado. Allí estaba el joven que la había ayudado.
-Eagle, en buen momento, ven siéntate, te quiero presentar a unas personas- el chico hizo caso después de ofrecerles las tazas y quedó frente a ellos- Te presento a Scarlet, de la Editorial Volban. Ella es la encargada de los libros que tanto se venden en la tienda y de uno de tus escritores favoritos-
La nombrada alzó una ceja. Vaya, le había tenido consideración. El muchacho abrió los ojos impresionado y en su rostro resplandeció una sonrisa.
-Es un placer conocerla- rebuscó en uno de los bolsillos de la chaqueta y sacó una tarjeta de presentación, la cual extendió para dársela- Nunca pensé que la editora de estos libros tan famosos fuera tan joven. Es increíble-
¿Joven? Pensó Scarlet, joven era él.
-Gracias, el placer es mío-agradeció tomando la tarjeta y guardándola como cortesía- Me alegra trabajar con personas que le guste el resultado de nuestro esfuerzo, y- recordó lo mencionado por el jefe de él- ¿Cuál es tu autor favorito?-
-Ah, es Lowen, sus textos muestras gran sabiduría, experiencia, te absorbe en un mundo de fantasía y de pronto de misterio, es impresionante. La saga de Almas de Lobo es una de las más aclamadas, las todavía está en producción, tengo ganas de que salgan todos los libros-
Por un momento ella pensó que vio estrellas a su alrededor e hizo una ligera mueca. En la actualidad se encontraban pocas personas que hablaran de sus gustos tan abiertamente y más si eran tan jóvenes.
-No te asombres si te digo que es más joven que yo- soltó sin pensar y tomó un sorbo de su bebida para acallarse ella misma.
-En serio- pues la había escuchado- Vaya y pensar que existen personas tan geniales en el mundo, me gustaría alguna vez hablar con él-
-Si deseas te lo puedo presentar- su comentario que no había sido realmente en serio atrajo la atención de su compañero que la miró incrédulo.
-Scarlet, disculpa que te corrija pero los escritores no tiene tiempo de estarse entrevistando con personas normales- habló en voz baja para que solo ella lo escuchara.
-Lowen es una persona muy amable y seguro que querrá conversar con un fans de sus novelas- lo ignoró por completo y siguió conversando con el chico como si los demás no estuvieran, lo mismo que le habían hecho a ella, no era una persona vengativa, pero había un límite para todo, después de todo ella no era una don nadie en el medio.
Pudo observar como el rostro del tal Eagle se iluminaba de satisfacción. Después de todo una oportunidad como esa no se obtenía todos los días. En buen otro problema se había metido y ella era de las que cumplía con sus palabras.
-Eagle, no tienes trabajo que hacer?- al parecer al superior no le gustaba pasar desapercibido y cuando el joven se retiró de la habitación, una atmósfera incómoda los invadió.
Media hora más tarde por fin terminaban la reunión. Scarlet salió de allí acariciándose la nuca y revisando el reloj maldiciendo. Aún tenía que pasar por la tienda para comprar algunos víveres antes de pasar por Rufus. De momento sintió un brazo que se posó sobre sus hombros.
-Y bien, nos vamos a tomar algo, solo son las ocho y media, te pagaré el taxi hasta tu casa, así que podemos quedarnos hasta tarde- la voz de Zeig se filtró entre los mechones que se habían caído sobre su oído.
Scarlet retiró bruscamente el brazo sobre ella y cuadró los hombros.
-Te lo dejaré bien claro. Si te he rechazado varias veces es para que sepas que no quiero nada contigo. Si quieres un pago por los libros te daré el dinero que costaron. Estoy cansada y aún tengo otros asuntos que atender -tomó una bocanada de aire, normalmente no hablaba tanto y eso la agotó más de lo que estaba.
-Sabías que cuando te molestas te vez más hermosa- éste se rió seductoramente- Vamos no te pongas así, acaso no es hora que sientes cabeza, salgamos aunque sea una vez, te darás cuenta que estamos hecho en unos para el otro-
Scarlet se tocó la frente, tenía un dolor de cabeza desde la mitad de la tarde con tantas preocupaciones y ahora se volvía más fuerte haciendo que no tuviera fuerzas para pelear en ese momento, y sabía que si aceptaba la oferta, a su casa era el último lugar al que iría, más bien terminaría en un cuarto con la ropa en el suelo, esa idea no le gustaba.
- No tengo más nada que-
-Disculpen que los interrumpa- alguien intervino, el sonido de su voz la tranquilizó inesperadamente- señorita Scarlet, si no es molestia, ya que está aquí, me pudiera dar algunas sugerencias de cómo deberían estar los estantes con las últimas novelas que enviaron-
Ella observó a Eagle por encima del hombro del otro hombre y aunque era trabajo, no pensó que se sentiría tan aliviada. Aceptó con la cabeza y rodeó a Zieg.
-Puedes irte a casa- le dijo cuando pasó por su lado.
-Esto no se quedará así, te haré caer a mis pies- sus últimas palabras la incomodaron pero no lo mostró físicamente.
Scarlet ahogó un suspiró apretando sus manos hasta que los nudillos se volvieron blancos. Solo cuando la figura de Zieg desapareció de delante de ella pudo respirar con más calma.Cada día que pasaba su acoso se hacía más constante, esos eran los momentos que le gustaría tener una pareja para que dejara su vida en paz, al menos. Sacudiendo levemente la cabeza se giró hacia el joven adoptando su porte profesional. Aminoró el paso una vez delante de la puerta del aula, la cual abrió muy suavemente para no llamar la atención.-Eagle- la voz del profesor resonó en la pequeña habitación- Se pueden saber si estás son horas de llegar-El chico sacudió sus cabellos cuando pasó la mano por la cabeza en muestra de arrepentimiento. Eagle aun no salía de su asombro de poder ver otra vez y tan pronto a la belleza. Así que le tomó unos minutos responderle con un simple Hola, con lo que después se cacheteó mentalmente.-Oh, lo siento- ella caminó hacia él y le quitó al perro de arriba que jadeaba emocionado queriendo jugar más- Rufus se me escapó, siento que te haya caído encima de esa manera, te ensució- intentaba disculparse, aunque él siempre hacía de la suya nunca había atacado a alguna persona de aquella forma. La ceja de Scarlet tembló.22 años, solo 22 años.¿Quién demonios se veía como él con 22 años? Le había una estimación de unos 25 o 26 años aproximadamente basándose en su altura y composición física, pero al parecer su estimación estaba errónea. Ese chico era 5 años menor que ella. Scarlet tiró la puerta de su carro arrepintiéndose después. Suspiró y se dejó caer sobre la puerta. Estaba tan molesta que no medía su fuerza.Lo odiaba. Odiaba los hombres que hacían cosas a sus espaldas sin importarle las consecuencias. Ella intentando buscar tranquilidad y las personas se encargaban de joderle la vida. Ahora se sentía responsable por el chico. Si no fuera porque se había relacionado con ella no estaría en aquella situación. Eagle puso cara de inocencia negando con la cabeza mientras Rufus bajaba las orejas y gemía como si tuviera nuevamente dolor. Esta vez fue la vena de la sien de Scarlet la que latió. Se sintió traicionada por su propia mascota. Cuando llegara a la casa de que lo castigaba era seguro. Tragó sonoramente y miró al veterinario.-Por favor disculpe las molestias, yo misma puedo darme cuenta de que él no se portó adecuadamente- se dirigió hacia el veterinario contando hasta 10 para mantener la compostura.Un día no tan malo
Rufus al ataque
Juegos de esposos
El perro nos toma el pelo
Salvaje
Eagle cargó sin mucho esfuerzo a Rufus y siguió a la mujer por el estacionamiento que para ser un lugar como ese era bastante lujosos y había al menos cinco autos como los de la editora o incluso más caros. Entró en el elevador y ella marcó su piso. Cuando la puerta se abrió el casi se quedó con la boca abierta. La única puerta además de la del elevador era una que estaba abierta despreocupadamente. Al salir se percató que incluso el piso era de alfombra.La vida de rico.
Una vez que el joven entró en su muy pequeño apartamento se dejó caer por la superficie de la puerta hasta terminar sentado en el suelo. Su respiración era agitada, un sonrojo cubría su rostro y una extraña sonrisa cruzaba sus labios. Se llevó la mano a la boca para ocultarla del reflejo de los cristales de su balcón pero sabía que con eso no resolvería nada. Su celular vibró dentro del bolsillo y lo sacó viendo un nombre con el que estaba familiarizado. No tenía ganas de responder pero después de muchos tonos respondió. -Hola Marin-
Último capítulo