Scarlet estaba nerviosa acostada en su cama. No había podido dormir en toda la noche por lo que vio cómo su cuarto se iluminaba por los rayos del sol. La razón muy simple, cuando Axel volviera a su casa todo sería un caos, pero ella tenía que hacer su parte bien.
Oyó como el celular sonaba y vio que era el que Axel le había dado. Chasqueó la lengua y lo agarró aun recostada en la cama.
-¿No es muy temprano para estar molestando?- y ella no tenía precisamente el mejor humor.
-Vaya mala noche de sueño ha tenido mi reina. No te preocupes cuando llegue me encargo de eso- a diferencia de ella Axel si parecía de muy buen humor- Tengo algunos regalos para ti que podremos usar en la cama.
Dada la situación del día anterior se imaginaba que tipo de regalos serían. Arneses, látigos, algunos complementos que alguien sádico como Axel le gustar
Scarlet miró como el hombre sentado en el sofá pronto se levantó e intentó llegar a donde estaba ella, pero cayó al suelo de bruces. Ella se corrió hacia atrás marcando la mayor distancia posible y sacó el celular de su bolsillo y simplemente marcó, cuando fue colgado lo puso en modo grabación.-Maldita- las palabras de él salieron como veneno en dirección a ella.La mujer lo miró desde arriba.-¿Yo soy la maldita? Cuando tú fuiste el que me drogó y me llevó a ese cuarto para chantajearme después.-Y me arrepiento de no haberte violado, desgraciada, eso era lo que te merecías- soltó Axel intentando levantarse con ayuda del sofá para caer de nuevo sobre el suelo con un sonido sordo- Siempre fuiste una perra que nunca se conformaba con estar en un lugar tranquila.Scarlet mantuvo la calma a pesar de las of
Eagle se movió rápido y acunó a la mujer que lloraba en la cama contra su pecho con cuidado de no lastimarla. -Tranquila Scarlet. Tranquila- intentaba darle un consuelo- No llores, tú bebé está… De pronto la puerta se abrió de pronto de forma algo brusca. -¿Por qué demonios entro y lo primero que veo es a esta mujer llorando- Alex entró a la habitación con cara de pocos amigos- Maldito trabajo de novio estás haciendo, Eagle, para hacerla llorar de esa forma. Debería darte vergüenza. No sé cómo soy amigo de alguien así- hizo una mueca de lástima de sí mismo. Eagle suspiró pasando la mano por la cabeza de su pareja. -No seas trágico Alex- le espetó- Acaba de despertar. No me diste tiempo a decirle- se justificó. -¿qué está pasando?- la voz de Scarlet resonó entre los dos. Eagle desvió la mirada de su amigo y la enfocó en la mujer. Una sonrisa se proyectó en sus labios mientras una de sus manos descendía y la pasaba por encima del
Scarlet sacudió la cabeza de su perro mientras Eagle lo tenía que aguantar para que no la lastimara. Si fuera por él se lanzará encima del vientre de ella y eso, después del traumatismo podía causarle otros nuevos problemas.-Rufus, te extrañé mucho amigo mío- ella sonrió con una emoción inusual.Realmente lo había extrañado, le perro formaba parte importante de su vida y los días sin él le habían mostrado que él era la alegría que le faltaba.-Gracias Eagle, por cuidarlo- ella abrazó al animal restregando su enorme cuerpo peludo.Rufus gemía de emoción y su cola no paraba de moverse de un lado a otro casi siempre golpeado a Eagle que lo aguantaba. Solo después de unos minutos que se quedó quieto con la cabeza puesta sobre el muslo de ella y cerró sus ojos. Como su por fin pudiera descansar
A pesar de que estaba sucediendo Scarlet no se lo podía creer. Pero estaba allí, vestida con un vestido blanco, un velo y un ramo de flores que la esperaba detrás. Era el esperado día de su boca. Wao. Hasta ella misma temblaba de la impresión. Un año atrás y se hubiera echado a reír por ello después de todo, su vida amorosa era un total desastre. Ahora como que todo había cambiado mágicamente. Se estaba casando con un hombre que amaba y el sentimiento era recíproco, en su vientre aun plano crecía una nueva vida, se había mudado para una casa más grande y por supuesto no podía faltar su perro Rufus, que en ese momento estaba haciendo un desastre con uno de los cojines de plumas que adornaban uno de los sofás de la habitación donde ella se preparaba. Y era gracias a él que Eagle y ella ahora estaban juntos. Sino fuera porque aquel día se le había escapado y corrido directo a él, quizás ahora estuviera todavía encerrada en su oficina con mil trabajos que revisar y
Eagle entró corriendo por el hospital después de mandar el taxi con sus maletas directo a su casa. Su equipaje era la última de sus preocupaciones. En ese momento solo había una cuestión que invadía toda su cabeza y que lo hizo correr a la segunda planta del hospital casi saltando escalón de por medio.Llegó jadeando y sudado a la sala donde encontró a los padres de Scarlet y a Alex que esperaba junto a ellos. Porque si, en ese momento Scarlet estaba en labor de parto y si todo salía bien, que era lo que más deseaba, sería padre.Y tanto la emoción como la ansiedad hizo que sus rodillas se doblaran junto a los presentes. Alex corrió rápidamente para sujetarlo antes de que cayera al suelo.-Oye amigo, tienes que ser fuerte. Tu esposa es la que está haciendo el trabajo duro. Tu parte es apoyarla emocionalmente aquí afuera. Me notificaron que todo
Por muy inteligente, capaz, hermosa y muy buena que esté mi dueña y por muy decidido, guapo, agradable, educado y fabuloso que sea mi cuidador, si los muy… no se deciden a acabar de confesarse uno con el otro. Incluso cuando se nota que están enamorados hasta la médula. En ese caso cual es la única solución…yo tengo que entrar en acción y hacer que por fin vayan al altar.Firmado: Yo, Rufus, un simple Golden Retriever de dos años que aunque mi nombre aparezca en el título, no soy el personaje principal, ni quien cuenta esta historia…Solo soy la razón qu
Unos se despertaban con el sonido de la alarma, otros con los primeros rayos del sol. Scarlet era más original, lo hacía con una gruesa y peluda cola llenando su boca de pelo y un aliento baboso manchando sus sábanas, como para no perder el glamour mañanero.Para los que tienen mascota nada diferente de la rutina.Y así de simples eran. Apartando el pelaje espeso de su cara mientras sentía el movimiento a su lado para la cola pasar a golpear insistentemente su muslo pidiendo el desayuno, eso no podía faltar. Pero cierta persona tenía otras intenciones. Soltando un bostezo y abrazándose a la gran bola de pelo volvió a acomodarse para continuar en su velada, pero un lengüetazo en la mejilla y el acostumbrado y taladrante sonido de la alarma, eran el despertador perfecto para que alguien que necesitara levanta
Scarlet soltó un gran suspiro mientras se ponía la blusa negra de mangas largas. Buscó la más gruesa que tuviera. Por esos días la temperatura había bajado bastante y aun así mantenían los aires acondicionados en todos los lugares.Terminó de vestirse con uno de sus caros juegos de saya y chaqueta, y rodeó su cuello con una bufanda roja. Se recogió el cabello de forma elegante y se echó un poco de sombra en las ojeras y un labial claro para cuidar sus labios del fío. No muy diferente de su habitual estilo que le daba un aire más adulto que su edad actu