Ana es una chica de 17 años a punto de entrelazarse con su ser espiritual, su loba interior. Pero, en cuanto se encuentran, la tragedia baña de sangre su vida, todo por manos del alfa de su manada, el alfa Casius. Levy está muy ilusionado, ha logrado convertir en Luna a su amor de toda la vida, su amada Violeta, sin importarle la advertencia de la sabia del pueblo. Pronto se ve envuelto en una mar de dolor por culpa de sus decisiones y la maldición que lo persigue. Ana y Levy están marcados por su pasado, quienes solo ven una posibilidad para su futuro, sin siquiera prestarle atención a sus instintos, a pesar de la atracción que sienten el uno por el otro. Pero el destino les mostrará que él no se equivoca y que a pesar de ambos tratan de alejarse del camino él buscará la manera de que vuelvan a él, envueltos en llamas por la pasión que sienten el uno por el otro. ¿Podrán escapar a su destino? ¿O simplemente, se dejarán arrastrar por su pasado? Y mientras lo descubren, un amor que quema sus corazones, los une y separa constantemente, a tal punto de que no pueden vivir el uno sin el otro, en una relación tan excitante como embriagadora.
Leer más~~~Ana.Levy se abalanza directamente sobre el cuello de Casius, casi al punto de arrancárselo, y como si tuviera que hacer mucho esfuerzo, se detiene al último instante.―Es ridículo en lo lastimero que te has vuelto, que es difícil de creer que eras un alfa todopoderoso en Luna Escarlata y que ahora, con solo mi presencia te proteges para no ser lastimado―se burla Levy, mientras lo toma por el cuello―pero, no tengo tiempo para pensar en eso, sino para que deshagas todo ese mal hechizo que Aradia hizo con sus runas―le dice directo a la cara, al tiempo que se aparece Amadeo.― ¿Me mandó llamar, mi alfa? ―le indica con una reverencia y Levy ahora le pasa a Casius, como si fuera un trapo viejo.―Quiero que tomes a esta basura y la metas en un calabozo, así sea que tengas que devolverte a Sombra Oscura para ello―le pide y este asienta con la cabeza―que en un rato te acompañaré a torturarlo hasta que hable―le añade, pero Casius se nota aterrado, como si tuviera derecho a ello.― ¡No! ¡Es
~~~Ana.La Sabia se queda callada por un momento y luego asienta con la cabeza, como si se hubiera dado cuenta de que voy en serio.―Debería comunicarse con la Diosa Luna, si es que queremos curar a sus hijos, mi Luna―me indica, pero hay algo que me deja pensando al respecto, puesto a que ya la he escuchado anteriormente, y sé que la Diosa no se involucrará en esto.Y ahora miro a mis hijos, quienes se ven muy mal, en tanto que una de las sirvientas está intentando darle algo para que coman.―Es inútil―nos dice la sirvienta, y enseguida Peyton le coloca algo en la venoclisis que tiene cada uno en sus bracitos―esto tiene todos los nutrientes que ellos necesitan―indica, al tiempo que me corta la respiración y Levy me toma de la mano, pero no estoy muy segura si es para darme valor o si es él quien necesita que yo le dé apoyo.―No lo lograremos de esa manera, Sabia―le digo finalmente, sin embargo, hay una idea descabellada que se me pasa por la cabeza―quizás si nos mudamos de inmediato
~~~Ana."Después de todo lo que hemos pasado, no creo que el vestigio de Aradia nos pueda hacer ningún daño", me dice Ateba, quien está a punto de desplegar todo su poder sobre mis hijos, quienes siguen gimiendo entre sus fiebres, al tiempo que Levy me toma del brazo, pero le palmeo el dorso de la mano para tranquilizarlo.―Ten mucho cuidado, ¿quieres, Ana? ―me dice y yo respiro profundo, al tiempo de que Ateba no puede esperar más y se poza sobre ellos, envolviéndolos en un haz de luz, buscando en ellos alguna parte de la bruma que desplegaba Aradia, mientras que la Sabia mira con asombro cómo ha aumentado mi enlace con mi loba interior, sin embargo, también noto que frunce el ceño, como si no se estuviera esperando tanto despliegue de luminiscencia.―Cada vez está más conectada con su yo en el mundo astral―me comenta y yo no tengo tiempo para preguntarle de qué rayos me está hablando. Solamente tengo tiempo para ver a mis hijos."Están limpios", me dice Ateba, para mi tranquilidad
~~~Levy.Sé que debí haberme callado, sin embargo, no puedo evitarlo.La amo y solo quiero que ella me tenga confianza, que ya no me vea como su enemigo.Que sabe que puede contar conmigo.Y me lo ha dejado muy claro: todos estos días juntos, luchando lado a lado, codo con codo, adivinando el movimiento del otro y apoyándonos cada vez que el otro caía, no ha servido de nada.Pero, no importa, porque me ganaré su corazón y, pase lo que pase, ella comprenderá que estará protegida junto a mí, al igual que nuestros hijos y, quien sabe, quizás en el futuro, podríamos tener otros hijos, los que inunden nuestras vidas, igual que lo están haciendo Levan y Lennon.Por lo pronto, me toca resignarme, mientras veo como su figura se pierde en la distancia, apresurada por ir en busca de nuestros pequeños, al igual que me siento yo, lo único que aparentemente nos une, ya que ella no me quiere.¿Será cierto? ¿Qué habré acabado todas las posibilidades entre nosotros?Sé todo lo mal que me he comporta
~~~Ana.En verdad que ya estoy cansada de este monstruo que insiste en seguir en este plano, peor que una mala canción repitiéndose en mi cabeza, y como Ateba también está aburrida de todo eso, comienza a desplegar sus lazos por todos lados, pero esta vez no va en busca de quemar a la bruma, sino de reunirla toda, y hacer una sola hoguera con ella.En serio, ya estamos hartas.Entonces, le cuento mi plan a Levy, quien de inmediato acepta y cada uno tomamos un camino distinto, como si fuéramos unos vaqueros en busca de nuestro ganado, uno que se resiste a morir, quedar en una parrilla ardiente y, finalmente, desaparecer."¡Lo tengo!", indica con entusiasmo Levy, quien viene desde el fondo con un montón de bruma tratando de escapar, pero él se encarga de que el aura dorada de Sanjay irradie por todos lados, quemando cada parte de la bruma que intenta huir, pero no puede, porque él parece una gran muralla de luz.Y yo hago lo mismo, dejándola en un punto en donde ya solo le queda ser qu
~~~Ana.Me despierto con una sensación de gozo en mi pecho y cuando veo a mi alrededor, me siento mareada, porque el abismo está totalmente en caos, transformándose de un profundo hoyo en mundo en un lugar lleno de luz, en donde lo que antes eran escombros, ahora parece un gran palacio que resplandece, el cual asumo que es la primera casa de la manada, en donde residía el rey alfa con su Luna, Artemisia.Y repentinamente, veo un resplandor mucho más grande en el cielo, como si estuviera suspendido en el aire con una forma de mujer que reconozco enseguida, puesto a que es igual a la visión que tuve tiempo atrás, cuando supe cuál debía ser mi misión y el compromiso que tuve con ella de no flaquear, hasta cumplir con mi cometido, uno que aún no completo, pero que parece que está más cerca del final.Es la Diosa Luna, la cual parece más fuerte ahora que el monstruo de Caronte se ha encargado de remover todos los remanentes del poder de Aradia de este lugar que alguna vez se vio como está
~~~Ana.Entonces, y como la respuesta a todas sus preocupaciones, la bruma va directo a los lazos en la puerta, iluminándolos en todo su esplendor, refulgiendo por encima del poder rojizo de Aradia, el cual parece desvanecerse, sin embargo y como si tuviera mente propia, van reuniéndose, en un punto donde se encuentra con la bruma negra, la cual se materializa en el monstruo del círculo de Caronte, y poco a poco, este lo va absorbiendo, haciendo que lo rojizo se ennegrezca completamente, mientras él se ríe a carcajadas.― ¡Todo su poder me pertenece! ―se burla de nosotros, como si ya no nos hubiéramos dado cuenta―y el de ustedes pronto será mío, en cuanto ustedes me lo entreguen voluntariamente―asegura, y es cuando me doy cuenta de algo."El poder de Aradia no fue entregado voluntariamente, sino a la fuerza", le recuerdo a Levy, quien asienta con la cabeza sigilosamente, al tiempo que se ponen enfrente de mí, tratando de protegerme."Sin embargo, no sabríamos cómo esto nos serviría,
~~~Levy.La embestida que acabo de recibir por parte de uno de los monstruos me deja aturdido en el suelo, sin embargo, me digo a mí mismo que no tengo tiempo que perder, puesto a que no estamos seguros si todo lo que Ana y Ateba han hecho está funcionando. Entonces, me pongo en pie, y, justo cuando pienso tener una lucha cuerpo a cuerpo con esta copia barata del monstruo más grande, noto cómo chilla de dolor, yéndose hacia atrás, tratándose de quitar algo de la espalda.Se trata de Ana, quien está arañándole la espalda con sus garras, tan adentro, que creo que le ha perforado un pulmón, a pesar de que su cuero es muy grueso, el cual, comienza a cerrarse casi de inmediato, envuelto en su bruma negra.Es cuando aprovecho su distracción para arremeter en contra de su pecho, el cual está libre para que yo lo apuñale, desgarrándolo por completo, hasta alcanzar su corazón, el cual apuñalo de inmediato, dejando al resto de su cuerpo caer lívido en el suelo.―Pero ¿qué está pasando? ―se esc
~~~Levy.No sé cuánto tiempo este monstruo seguirá siguiéndome la corriente, que note que lo estoy distrayendo hasta que se dé cuenta de lo que está haciendo Ana, así que seguiré retrasando todo lo que pueda, en tanto que ella está sacando las piedras de su bolsillo, las cuales va colocando en la puerta de una manera extraña, así que me preocupo por taparla de la vista del grandulón para que no se dé cuenta.Pero algo grave comienza a pasar, cuando ella coloca las manos en esa miserable puerta para posicionar las rocas lunares, lo cual me preocupa y mucho. Porque está tratando de envolverla con sus lazos negros.~~~Ana."¡Tienes que intentarlo, Ana, resiste, por favor!", me pide Ateba y yo trato de hacerlo como puedo, poniendo las piedras en los puntos que me indica, mientras las lenguas de bruma negra me queman la piel, "apresúrate, para que pueda desplegar mi poder", me ruega nuevamente, al tiempo que Levy intenta esconderme.―Intenté hacer de ti una mejor persona de cómo te enco