Ana es una chica de 17 años a punto de entrelazarse con su ser espiritual, su loba interior. Pero, en cuanto se encuentran, la tragedia baña de sangre su vida, todo por manos del alfa de su manada, el alfa Casius. Levy está muy ilusionado, ha logrado convertir en Luna a su amor de toda la vida, su amada Violeta, sin importarle la advertencia de la sabia del pueblo. Pronto se ve envuelto en una mar de dolor por culpa de sus decisiones y la maldición que lo persigue. Ana y Levy están marcados por su pasado, quienes solo ven una posibilidad para su futuro, sin siquiera prestarle atención a sus instintos, a pesar de la atracción que sienten el uno por el otro. Pero el destino les mostrará que él no se equivoca y que a pesar de ambos tratan de alejarse del camino él buscará la manera de que vuelvan a él, envueltos en llamas por la pasión que sienten el uno por el otro. ¿Podrán escapar a su destino? ¿O simplemente, se dejarán arrastrar por su pasado? Y mientras lo descubren, un amor que quema sus corazones, los une y separa constantemente, a tal punto de que no pueden vivir el uno sin el otro, en una relación tan excitante como embriagadora.
Leer más~~~Ana.Un año más tarde.― ¡Bienvenidos sean todos a la Manada Regente, Luna Del Amanecer! ―indica muy entusiasmado Levy, al tiempo que tanto Levan como Lennon se encargan de cortar la cinta en medio de la plaza principal de la manada, mientras se escuchan los vítores de los invitados y los ciudadanos que han decidido venir a vivir aquí―ahora, ¡qué empiece la fiesta! ―les pide a todos y de inmediato se escucha la música de orquesta, la cual invita a todos a bailar.La algarabía ha despertado a nuestros bebés, los cuales son cargados por cada una de sus nanas, pero me resisto a pensar que esta será la manera en que serán tratados, recordándome cómo fueron mis primeros días con Levan y Lennon, un completo caos, y, sin embargo, me sentía muy entusiasmada por eso.― ¿Cómo piensas cargarlos a todos, Ana? ―me dice Levy poniendo los ojos en blanco y con una sonrisa pícara, que solo hace que me sonroje―ni con tres brazos podrías con todos―me comenta y es cierto.―Son mis pequeños y si la Di
~~~Ana.― ¿Levy? ―digo, en cuanto lo noto abrazando a mis hijos, algo que me trae una confusión de sentimientos, después de todos los meses que he estado esperándolo.Del dolor por su ausencia, la esperanza por volverlo a ver, la tristeza que me embarga contantemente, o la felicidad que ahora me invade, sabiendo que esto no puede ser un sueño, como los tantos que he tenido, pensando que irrumpirá en mi habitación y calmará mi maltratado corazón que solo quiere su presencia cerca de mí.―Por favor, dime algo―le ruego, con una lágrima insurrecta surcando mi mejilla, al tiempo que él está hablando con mis hijos.―Hagan lo que les he pedido, ¿quieren, mis pequeños? ―les dice y ellos asientan con la cabeza, al tiempo que les escucho un “¡sí, papá!” muy entusiasta y ambos se devuelven al salón de Luna Escarlata, en donde se celebra la unión de su alfa.― ¿Cómo has estado? ―le pregunto para cortar el frío silencio que se ha formado entre los dos―me alegro de que volvieras, que estés con nos
~~~Ana.Un mes después.―Debes comer, mamá―me dice Levan, quien viene por delante de una de las mucamas, con una bandeja de comida―la tía Leandra dice que tienes que ponerte bien y fuerte―me indica con una sonrisa, al tiempo que la mucama pone delante de mi una sopa―le dije que la sopa es aburrida y que a ti te gustan las galletas, pero me dijo que tú eres adulta y que ustedes deben tomar sopa… ¡Diac! ―me dice con su carita arrugada, algo que me hace feliz en medio de mi tristeza.―Anda, mamá, tienes que comer, para que nuestros hermanitos estén grandes y fuertes, también―me indica Lennon, quien viene con otra de las sirvientas―la tía Leandra dice que, si te portas bien, todos podremos comer galletas―me dice con una sonrisa pícara, algo que me anima mucho, así que empiezo a tomar la sopa y a mojar el pan con ella.Ellos tienen razón, no puedo deprimirme, si es que quiero que mis nuevos hijos estén sanos y fuertes, al igual que mis primeros hijos, a pesar de las enfermedades que los a
~~~Ana.Las manos me tiemblan, al tiempo que estoy tratando de abrir la dichosa carta, aunque, si debo ser sincera, tengo mucho miedo de su contenido, sin embargo, es mejor la más amarga de las verdades, que vivir en la zozobra.Entonces, lucho en contra de las lágrimas, las cuales no me dejan leer con tranquilidad.“Mi querida Ana.No te culpo, en serio que no lo hago, a pesar de que es lo que debo haberte hecho creer, luego de mi partida en medio de la batalla.Mi patética familia era todo lo que me quedaba de mi pasado, uno que me vinculaba a mis antepasados y a mis padres, los cuales perdí a muy corta edad.Siempre he sabido cómo eran, aunque las revelaciones posteriores, el saber que fue mi tío el causante de la muerte de mis padres o que se encargaron de llevar víctimas de Sombra Oscura a la bestia del abismo, por ejemplo, fueron mucho más aterradoras de lo que yo mismo viví en mi niñez. Mi tío jamás mostró compasión por nadie, y fue eso lo que aprendí a lo largo de los años.Q
~~~Ana.Con gritos de júbilo, todos los soldados marchan felices por las calles de la nueva manada, la cual está ahora abarrotada de gente, quienes están muy felices por nuestra victoria, al tiempo que llegamos a la casa de la manada, en donde me esperan mis pequeños, y noto que Levan está de pie y listo para correr a mis brazos, algo que me emociona muchísimo, al igual que observar cómo Lennon me mira directo a los ojos, y ya no hay ni una pizca de esa tela blanquecina que cubría sus pupilas.― ¡Mamá, mamá! ―me gritan muy emocionados.― ¡Ya puedo caminar! ¡Mírame! ―me dice Levan, quien no pierde el momento para zapatear, como si fuera un gran bailarín, en cambio, Lennon, quien es un poco más tímido, solo se limita a sonreírme.―No me había dado cuenta de todo lo hermosa que eres, mamá―me dice este, quien se aferra a mí como jamás lo había sentido.―Los he mantenido a salvo, como me lo ha pedido―me dice Ezra con una sonrisa triste―aunque vi que a Amadeo no le ha ido para nada bien―me
~~~Ana.“Ese miserable no se muere aún”, me dice Ateba con rabia, al tiempo que intenta hacer algo, justo en el momento que veo a una sombra que golpea a Casius por el costado con fuerza, haciendo que se desvíe de nuestra dirección y caiga al suelo aturdido.Se trata de Amadeo, quien ahora está transformado en lobo y supongo que está usando hasta su último aliento para protegernos.Pero no voy a socorrerlo esta vez, sino que me voy directo al cuerpo de ese miserable ex alfa, mientras Levy sigue aturdido y conmocionado. Entonces, simplemente, tomo una de mis garras y la hundo directo en su corazón, y enseguida su sangre comienza a emanar de su pecho como si se tratara de un manantial.―Levy, por favor, usa la daga―le pido, pero él sigue ahí, como si estuviera hechizado de alguna manera― ¡por favor, Levy, por nuestros hijos! ―le ruego esta vez y de algún modo, él logra reaccionar, aunque continúa en su atontamiento.Entonces, se acerca al cuerpo y corta la bruma roja en él, al tiempo q
~~~Levy.Estoy aterrado, al ver cómo Casius tiene a Ana, con una garra en el cuello, mientras un hilo de sangre sale por su cuello, y solo estoy buscando la manera en que pueda salvarla, pero, no se me ocurre ninguna.“Yo sí sé cómo”, me dice Sanjay, quien está sacando sigilosamente un lazo dorado por entre la hierba, con cuidado de que el ex alfa no se de cuenta de lo que está haciendo, “distráelo”, me pide, así que comienzo a reír como un loco.Es cuando siento que detrás de mí se encuentran Lesley y Lissander, quienes pretenden tomarme por sorpresa.― ¿Si sabes que ella puede deshacerse de ti sin problemas? ―le indico a Casius, al tiempo que el general Marcus se coloca detrás de mí, cuidándome la espalda―yo que tú, no haría enojar a mi mujer, muy por el contrario. Te lo digo por experiencia propia―trato de hacerle charla, mientras veo cómo avanza el lazo hasta llegar cerca de los pies de Ana.~~~Ana.“¿Sanjay…? ¡Sanjay!”, indica Ateba muy entusiasmada y yo estoy tratando de enten
~~~Ana.“¡Sanjay!”, grita Ateba dentro de mí, “¡Por favor, es preciso que nos unamos, por nuestros hijos!”, le dice esta vez, algo que de algún me aterra, puesto a que le está informando que estoy nuevamente embarazada de él, y, claro, no se quedará callado y se lo dirá a Levy, en cuanto tenga oportunidad.Ya me imagino la reacción que tendrá, saldrá su instinto protector, uno que no necesitamos en este momento, considerando de que cualquiera de los dos podría estar perdiendo la vida.Y la sola idea de que muera hace que me recorra un frío por el centro de mis huesos.Pero, no es tiempo para meditar nada de eso, sino para enfrentarnos a lo que viene, con todos nuestros enemigos alrededor, los de este mundo y los que no pertenecen a él.Es cuando siento un poder que emana de mí, pero, lo más importante, otro que está llegando a mí como si fuera un bálsamo que se entremezcla con el de Ateba, formando una perfecta amalgama que se complementa y fusionan en un solo poder, el cual nos rode
~~~Ana.“Debo sobrevivir por mis hijos”, me digo a mí misma una y otra vez, como si fuera un mantra con el cual convencerme de que toda la sangre que está saliendo por mis heridas no me está debilitando, y, mucho peor, que, a pesar de ella, podré contra la embestida que Casius ahora está a punto de darme, así que abro muy bien mis ojos y me preparo para lo que viene.Pero, justo en el último minuto, me doy cuenta de que algo, no, mejor dicho, alguien, acaba de golpear el lomo de mi adversario.“Ni siquiera te atrevas a meterte con mi Luna”, le espeta Amadeo, quien ahora está convertido, y ahora solamente le muestra sus dientes a ese miserable ex alfa, “¡corra, mi Luna!”, me pide ahora, tratando de dar una mirada de soslayo, que lo desconcentra, lo que aprovecha nuestro enemigo para asestarle una mordida en el cuello, casi que, arrancándoselo, lo que me hace correr hacia él.“¡No!”, grito angustiada, mientras veo cómo sale la sangre del cuerpo del pobre beta a borbotones, ¡por favor,