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Tres años más tarde.
Ciudad Humana.
Ana.
― ¿Crees que algún día podamos regresar, abuela? ―le digo frustrada, con mi amargura consumiéndome, mientras se hace un silencio incómodo en la mesa.
Hoy hace tres años, mis padres murieron en manos de los guerreros lobos del Alfa Casius mientras intentaban protegerme por lo que estamos muy tristes.
Sé que el doctor me lo advirtió, que no debía hablarle de temas incómodos, ya que su corazón está débil, después de la pérdida que ambas tuvimos.
Ella perdió a su hija, y yo, a mi madre.
Pero la urgencia por volver a Luna Escarlata me desespera muchas veces.
―Pues, claro que sí―me responde con rabia―volveremos y vengaremos la muerte de mi amada hija, por manos de esos canallas―asegura, dejando caer con fuerza la cuchara en el plato de comida―pero, mientras tanto, es necesario que sigamos pasando desapercibidos aquí―me dice ahora y me mira con una ceja levantada― ¿está claro? ―me mira con desaprobación.
―Pero, con todo el dinero que tenemos podemos vivir bien, no entiendo la necesidad de que siga de mucama en ese hotel―le digo molesta ―en cambio, deberíamos regresar y acabar de una vez con ese miserable alfa que provocó la muerte de mis padres―le digo indignada.
―Ya te lo he dicho, debemos tener paciencia, para que nuestro plan funcione―me comenta, pero yo... yo...
― ¡Pues, ya estoy harta de tener que esperar, mientras la sangre de mis padres se seca en sus tumbas! ―le digo ofuscada―debemos volver y pronto, para que Casius no se crea que se ha salido con la suya―le señalo y ella se levanta y me pasa la mano por el cabello.
Porque las lágrimas empiezan a ahogar mis mejillas.
―Ya, ya―me pide y aunque trata de consolarme―tampoco para mí es fácil―me confiesa―a pesar de ser una mujer de edad, soy mejor que cualquiera de todos estos humanos promedio―dice y a pesar de que sus palabras son duras, sigue siendo amable y afectuosa conmigo―pero tengo que hacerlo, compartir en sus grupos de chismes y saludar al verdulero en el mercado―me señala.
―Siento que solo estamos dejando pasar el tiempo, en lugar de tomar la justicia en nuestras manos―le digo aún rabiosa.
―Lo sé, mi niña, pero la venganza es un plato que se come frío, y sabe mejor cuando has cubierto todos los detalles―me asegura y yo la miro ceñuda.
Porque hasta el momento nunca la he visto hacer nada, solamente quejarse y vender las joyas ancestrales de nuestra familia que pudo llevarse, cuando huyó de Luna Escarlata en mi búsqueda, luego de saber cómo murieron mis padres.
―Pero, cuando hago todo eso, también averiguo cómo conseguir balas, armas y hasta un pequeño ejército, lo que sea necesario para ir a acabar con Casius―me revela y yo quedo sorprendida―así que, no te quejes por tu suerte, más bien, haz tu papel para pasar desapercibida y que todo el mundo crea que somos unas simples humanas, ¿de acuerdo? ―me pide y ahora yo estoy sorprendida por lo que me acaba de contar.
Y ahora me siento muy mal porque, mientras mi abuela tuvo que huir, a pesar de que su familia es una de las más antiguas de nuestra manada, ahogando su dolor por la muerte de mis padres a manos de Casius, yo solo me he dedicado a ser una quejica que solo vive amargada.
―Te prometo que no me quejaré más―le digo simplemente y ella me abraza con ternura.
―Ahora, ve al trabajo y sigue fingiendo―me pide y me brinda una sonrisa―y anímate pensando que todo esto tiene un propósito―me asegura, así que me termino de tomar mi vaso de avena y me voy al hotel en donde trabajo.
Y hago todo lo que me ha pedido mi abuela, sin destacar o que parezca que soy mejor a todos ellos, algo que me resulta muy difícil, pero, me recuerdo que todo esto es por nuestra causa.
En la tarde, luego de que salgo del hotel, tomo el autobús y me devuelvo para mi casa, y me bajo en la parada habitual, caminando cerca de ocho cuadras hasta nuestro modesto apartamento.
Pero antes de llegar, veo un cuerpo tirado en el suelo y de inmediato me doy cuenta de quién es.
Mi abuela.
― ¡Hija, que bueno que eres tú! ―me dice con alegría, en medio de gorjeos, escupiendo sangre con sus palabras―nos han encontrado, así que escapa de inmediato―me dice y yo la sigo meciendo entre mis brazos.
― ¡No, abuela, no te dejaré a ti también! ―le aseguro, pero ella trata de empujarme con la poca fuerza que le queda.
―Si permaneces aquí, también te encontrarán―me responde―tus padres sacrificaron su vida para que tú vivieras―me dice, pasándome su mano por mi cara―no desperdicies su sacrificio quedándote conmigo―me recuerda―ahora, vete y no mires atrás―me pide, con las mismas palabras que mi madre me dijo antes de que fuera vilmente asesinada.
Igual que han hecho con mi abuela ahora.
Ella vuelve a empujarme para instarme a que me vaya y yo trato de convencerme de que esto es lo correcto.
Pero la rabia es más fuerte que yo.
Y sé que debo acabar con ellos, o se encargarán de terminar conmigo.
Así que voy al apartamento para buscar el dinero escondido en un hoyo que mi abuela ha hecho en la pared, para largarme y planear mi venganza.
Pero, el apartamento no está vacío, porque hay un hombre revisándolo todo, incluso, se ha dado cuenta de dónde mi abuela ha guardado el dinero.
Debo irme, o ese tipo se dará cuenta de que estoy aquí, así que corro muy a prisa, al tiempo que la culpabilidad y la frustración hacen nido en mi corazón.
He abandonado el cuerpo de mi abuela en medio de la calle y se han robado el poco dinero que quedaba de mi familia.
Es cuando el odio se apodera de mi mente, en contra de Casius, de la loba blanca, pero sobre todo de la principal culpable.
Yo.
~~~Un mes después.Ciudad Humana.Levy."Pues, claro que sí, Ezra" le digo a mi beta al teléfono, usando los medios convencionales para no levantar sospechas en medio del mundo humano, en donde sería muy raro utilizar mi telepatía, la que tiene todo alfa para comunicarse con su gente.Incluso aquí, en la Suite de este hotel cinco estrellas, en donde estoy terminando de arreglarme en el baño, para salir y hacer exactamente lo que vine a hacer."Pero, mi alfa, debe haber alguna otra manera para que consigamos lo que quiere, sin llegar a extremos", me indica y yo estoy a punto de morirme de la risa."¿Lo que yo quiero, Ezra?", me burlo de él, "es lo que quiere el concejo, no yo", le recuerdo, porque es así, "me han puesto entre la espada y la pared", le aseguro, aunque la verdad es que no le tengo miedo a ninguno de ellos."Todo el mundo está preocupado por el futuro de la manada", me dice un poco frustrado, igual que yo."Y es por eso que mi idea es la solución y que todos dejen por fin
~~~Ana.― ¡No me lastime, por favor! ―le ruego al hombre millonario, que me está agarrando del brazo tan fuerte que duele, y ahora tengo miedo de que me vaya a matar porque estoy en su habitación por equivocación.Su mirada destila rabia y de cuerpo emana calor, y yo estoy temblando de dolor, pero me obligo a mí misma a soportarlo, aunque, con lo furioso que está, creo que mi vida está en peligro.―Ahora dime, ¿qué escuchaste? ―me espeta muy fuerte en mi oído― ¿o es que acaso me espiabas para robarme? ―me suelta y yo lo miro sorprendida―te aseguro que, si pretendes chantajearme, antes te mato primero―me asegura, con su aliento rozando mi cara y su fuerte agarre, que pareciera que quisiera romperme el brazo.―Le aseguro que no he escuchado nada y si no me suelta ahora mismo, mi supervisor notará que no estoy limpiando las habitaciones―trato de decir con voz firme, aunque estoy muerta de miedo, tanto, que apenas si me puede escuchar.―No le tengo miedo a nadie, porque ninguno de ellos p
~~~Ana.Mis manos siguen temblando de miedo, mientras estoy en el baño, tal y como el millonario me pidió.¿Debería hacerle caso, luego de que casi me mata, rompiendo toda mi ropa, mientras me agarraba por el cuello posesivamente?¿Debería irme?¿Por qué me lo estoy preguntando, después de la manera en la que me ha tratado?Mis dedos recorren cada parte de mi cuerpo, por los lugares que han pasado sus dedos.¿Soy masoquista?¿Por qué quiero que él vuelva a hacer todo lo que estaba haciéndome, besándome como un desesperado, colocando sus dedos en aquellos lugares de mi cuerpo que solamente yo conozco?¿Por qué mi corazón está tan desbocado, al pensar en su boca, su cuerpo musculoso, su pelvis que estaba a punto de montarse encima de la mía?¿Esto es lo que pasa cuando un hombre está con una mujer?¿Me atreveré a que un hombre desconocido haga conmigo lo que quiera, solamente por venganza?¿O el motivo no es la venganza, sino yo misma, que quiero todo eso, que me siga besando, tocándom
~~~Levy.En cuanto Ezra se larga de la habitación, voy a toda prisa al baño y tiro la puerta de una sola patada.Y ahí está ella, temblando muerta de miedo en un rincón.―Por favor, señor, no me lastime―me ruega, pero Sanjay no está razonando ahora, solo se va directo a ella y la coloca contra la pared―no me mate, señor, ya le dije que puedo ayudarlo en su problema―me dice y ahora quedo desconcertado.― ¿Mi problema? ―me burlo de ella―sé cómo arreglar mi problema justo ahora―le aseguro riéndome.―Sí, señor, el problema del que estuvo hablando con su secretario―me responde y yo sigo nulo, así que traga en seco, aun temblando como una hoja cuando es tocada por una ráfaga de viento―me refiero a que está buscando a una mujer para que tenga a su hijo―me señala, al tiempo que beso su cuello, mientras mi mano se cuela en medio de ella.Sé lo que estoy palpando ahora.Ella también siente lo mismo que yo.―Sí, lo quiero―le susurro en su cuello―y ahora mismo haremos a ese hijo―le confieso, al t
~~~Levy.El resplandor en la piel de mi amante se va tan rápido como llegó, haciéndome dudar si realmente lo he visto o no.Una luminiscencia muy parecida a la que tenemos los hombres lobo, cuando nos encontramos con nuestro espíritu lobo.Y ahora se desmaya, como si todo esto para ella hubiera sido demasiado.Quizás sea eso, y cómo no pensar que lo sea, después de todo, ella ha recibido mi rigor de macho y esto pudo haber despertado a su espíritu lobo."Pero ¿qué esperas para recostarla?", me dice Sanjay y tiene razón, haciéndome sentir como un gran tonto insensible.Se ve tan frágil, con su piel casi traslúcida, que me da miedo quebrarla, si la abrazo muy fuerte.Toco su frente y está algo fría, y no puedo evitar besarla con delicadeza, preguntándome si es que la perderé."Abrígala con la sábana", me pide Sanjay y de inmediato la tomo entre mis brazos y la deposito con cuidado en la cama, para luego ponerme junto a ella y nos cubrimos con el edredón para que entre en calor y pronto,
~~~Levy.La mujer a mi lado está algo afiebrada y me pregunto si es por mi culpa, por haberla tomado, impregnándola con mi maldición."No seas tonto, Levy, esto debe ser solo un resfriado", me dice Sanjay, pero no le creo, "ya te lo dije, ella es la correcta, la que es capaz de unirse a nosotros", me asegura, sin embargo, prefiero ignorarlo.―Necesito que traigas algo para la fiebre―le digo a Ezra al teléfono.― ¿Cómo, mi alfa? ¿Cómo se ha podido enfermar? ―me cuestiona y yo gruño molesto, porque es cierto, nosotros no nos enfermamos tan fácilmente.―Solo trae lo que te pedí, ¿quieres? ―le indico simplemente y él me contesta con un "sí, mi alfa", y un rato más tarde, está en mi puerta con lo que he pedido.Entonces, la escucho.En medio de su inconciencia, ella ha estornudado, algo que de algún modo me alivia, porque está resfriada, y me pregunto cómo ha podido contagiarse de algo tan simple como una enfermedad que no existe en nuestro mundo.Luego recuerdo lo que ha estado haciendo.
~~~Levy."Pero ¿qué se supone que le has dicho?", me reclama Sanjay, molesto, "¿es que acaso te volviste loco o qué?", me espeta, algo que me hace reír."Ya me oíste, ¿o no fui claro?", me burlo de él, algo que parece que lo enoja más."Y yo te dije que la convirtieras en nuestra Luna, pero te has negado, así que dime, ¿cómo se supone que la presentarás en la manada?", me acusa y yo hago un bufido."Ella será mi amante y la madre de mi heredero, desde luego", le respondo, enojado, porque tal parece que no entiende, así que le aclaro, "estará bien bajo mi protección, siendo mi concubina, mucho mejor que aquí, en donde un simple resfriado la puede enfermar gravemente", le recalco, y él se molesta aún más."Eso no es digno para nuestra pareja destinada", me espeta cabreado, "¿cómo pretendes tratarla como a una simple concubina, cuando debería ser mucho más que eso?", me hace notar y yo me burlo de él."Tú dices que es nuestra pareja destinada, pero yo solo veo a una loba débil, cómo para
~~~Ana.Él me ha dicho que soy una perra, así, descaradamente, como si no valiera nada.Pero, si ha sido él quien necesita tener un hijo y pronto. Además, ¿no se supone que, al ser mi pareja destinada, él debería aceptarme como su Luna?¿No es esto un hecho innegable, y por, sobre todo, una ley?"Aún no te unes a mí, y mientras no lo hagas, te seguirás viendo como una mujer débil", se burla de mí Ateba, al tiempo que veo al alfa ir al baño."Yo necesito ser su Luna, no una simple concubina", le espeto cabreada, "nunca podré vengarme, si no tengo un puesto de alto rango en la manada, que él me pueda ver como su igual", le recalco."Ni siquiera siendo la Luna de este alfa, podrás vengarte de Casius", me advierte, algo que me sorprende, "simplemente, la hija de un beta no puede enfrentarse a un alfa, por más poderoso que haya sido su padre", le recuerda, sin embargo, parece que ella no me conoce."Tú también me concideras indigna", le digo con rabia, "tú, quien eres la culpable de todo,