~~~Ana.Él me ha dicho que soy una perra, así, descaradamente, como si no valiera nada.Pero, si ha sido él quien necesita tener un hijo y pronto. Además, ¿no se supone que, al ser mi pareja destinada, él debería aceptarme como su Luna?¿No es esto un hecho innegable, y por, sobre todo, una ley?"Aún no te unes a mí, y mientras no lo hagas, te seguirás viendo como una mujer débil", se burla de mí Ateba, al tiempo que veo al alfa ir al baño."Yo necesito ser su Luna, no una simple concubina", le espeto cabreada, "nunca podré vengarme, si no tengo un puesto de alto rango en la manada, que él me pueda ver como su igual", le recalco."Ni siquiera siendo la Luna de este alfa, podrás vengarte de Casius", me advierte, algo que me sorprende, "simplemente, la hija de un beta no puede enfrentarse a un alfa, por más poderoso que haya sido su padre", le recuerda, sin embargo, parece que ella no me conoce."Tú también me concideras indigna", le digo con rabia, "tú, quien eres la culpable de todo,
~~~Levy.Su negativa a acceder a mi propuesta, solamente hace que me encienda como un leño ardiendo.― ¿Qué no te das cuenta? ―le susurro al oído, mientras hago un camino de besos desde ahí hasta su cuello― ¿no lo sientes? ―le reclamo, con las ansias por hacerla mía nuevamente, mientras levanto la mitad de su cuerpo, para ponerla a horcajadas sobre mí, aferrando mi brazo en su espalda, al tiempo que aprieto su derrier tan fuerte, que creo que le haré un morado en su delicada piel.Pero no me importa.La convenceré de una manera o de otra.Ya no soportaré su perorata, que quiera convencerme con la razón o que quiera que yo responda a ella.Después de todo, soy un alfa, y mi palabra es ley.Y, sin embargo, ella no pertenece a mi manada, todavía, así que debo hacerla que acepte a lo que le pido.No pretendo vivir lejos de ella, pero tampoco la someteré a algo que la pueda matar.La marca.Así que, si no puedo convencerla u ordenarle, la haré ver que ella tampoco podrá vivir lejos de mí.
Ana.Estoy poniendo toda mi fuerza de voluntad para hablar con el hombre que me ha hecho sentir cosas que jamás hubiera imaginado que se pudieran siquiera experimentar.Quisiera que él reflexionara acerca de nuestra situación.Porque él ha despertado en mí algo que pensé que estaría negado para mí por siempre.La esperanza.Sí, ese deseo incontrolable por ser feliz al lado de mi pareja por el resto de la vida.Así que le estoy hablando desde el fondo de mi corazón, de mi deseo porque él quiera lo mismo que yo.Pero él parece negado a esa posibilidad.¿Será que hay algo más?Entonces, me río, porque la respuesta tiene un nombre.Violeta.Sí, de seguro esta tal Violeta es la Luna que él todavía espera.No, él debe sentir algo por mí, de lo contrario, no estaría tan empeñado en que sea yo y no otra, la que tenga a su hijo, que siga siendo su amante.Él debe estar enamorado de mí y no lo sabe.―Siempre velaré por ti, aunque no seas mi Luna―me responde, lo cual me rompe el corazón y no pue
~~~Ana.Despierto en medio de unos brazos que me acunan y me acercan a un torso desnudo.Los brazos y torso que pertenecen al hombre más cruel que conozco.No, él no es el hombre más cruel, sino Casius, quien se encargó de acabar con toda mi familia.Y sin embargo, este hombre no termina de humillarme.¿Un contrato para que sea su esclava de cama?¿Una sumisa que tiene que acceder a sus caprichos más bajos?“Si tan solo me permitieras”, dice una voz que solo me da más rabia.“Sal de mi cabeza”, le digo, “y sal de mi vida”, le espeto cabreada.“Si me aceptaras, esto se solucionaría”, intenta convencerme.“¿Así como solucionaste todo, el día que murieron mis padres?”, le reclamo y ella intenta responderme, sin embargo, no se lo permitiré, “ya déjame en paz, loba blanca, quiero que te vayas y que no vuelvas a interferir en mi vida”, le grito molesta.Y ella se siente inquieta en mi cabeza, como si mis palabras la hubieran herido, pero eso no me interesa.Nadie quiere a la loba de la per
~~~Ana."¿En serio estás pensado pedirle eso?", me dice la loba blanca, Ateba, algo que me llena de rabia."No eres quién para pedirme explicaciones", le espeto, "por tu culpa estoy obligada a hacer lo que tenga que hacer", le recuerdo, pero ella sigue en su empeño de molestarme."Es la idea más ridícula que se te ha podido ocurrir", vuelve con sus reclamos sin sentido.Como si ella tuviera derecho a decidir algo en mi vida."¿Viste la cantidad ridícula de dinero que pretende darme?", me burlo de ella, "con eso podré vengarme de Casius y de los miserables que mataron a mis padres", le revelo, "incluso hasta del hombre sin corazón que vino hasta esta ciudad humana, solo para asesinar a mi abuela", le recuerdo, manteniendo viva la última vez que vi a mi abuela, tirada en la calle y herida de muerte, como si fuera un perro."Tus padres sacrificaron su vida para que tú vivieras", sus palabras retumban en mi mente como un gran martillo golpeando un yunque, "no desperdicies su sacrificio",
~~~Ana."Tik, tok, tik, tok", me dice la loba blanca y yo pongo todo mi empeño en ignorarla, mientras estoy a la espera de que Levy vuelva con el papel y yo lo firme de una buena vez, "aún puedes arrepentirte de toda esta ridiculez de que tú y Levy sean pareja hasta que nazca su heredero", insiste en molestarme y yo miro los cuadros de las paredes o el jarrón en la mesilla de noche, para no prestarle atención.Pero no puedo.Porque en el fondo también me pregunto de dónde saqué todo esto.“Ya te lo dije, vete de aquí”, le espeto cabreada, a ver si me deja sola, aceptando mi decisión.“No me puedo ir, estamos juntas en esto”, me señala y yo trago en seco, porque ella sigue revolviendo todas las dudas en mi cabeza."Pues, tú misma te has dado cuenta", le recuerdo, "él prefiere darme un contrato, antes de ser mi pareja para el resto de nuestras vidas", le hago ver y ella respira profundo."Solo déjame entrelazarme contigo, que te vuelvas una loba completa", me pide y yo me río esta vez,
~~~Ana.―El vuelo está a punto de aterrizar―me susurra el alfa Levy al oído y su solo aliento hace que me estremezca del placer.Me siento exhausta por toda la noche que pasamos juntos.No recuerdo ni cuando me dormí, luego de que Levy estaba ejerciendo sus derechos por contrato, mientras tomaba mi cuerpo exactamente como le daba la gana, cuantas veces quiso, y sin ningún tipo de pausa.Y solo cuando se satisfizo por completo, se dejó dominar por el cansancio, asiendo fuertemente mi cuerpo a su pecho.Así fue cómo desperté esta mañana.Tampoco es que me esté quejando, porque, en medio de mi dolor por su rechazo a que fuera su Luna, sé que quiero a este alfa cerca, que me inunde de caricias, y que despierte con su cuerpo dándole calor al mío.Y si es todo lo que puedo obtener de él, eso tendré.Mientras dure nuestro contrato.Entonces, veo la pequeña pista de aterrizaje en medio de un bosque frondoso, uno que asumo está en el territorio de la manada Sombra Oscura, mi nuevo hogar.― Re
~~~Levy.Me había imaginado que pasaría esto, que el concejo entero vendría hasta aquí a buscarme, después de todo, Ezra me lo había advertido, que tanto Lesley como Lissander estaban conspirando a mis espaldas, esperando el momento justo para meterse en la cabeza de todos estos ancianos.Pero nunca pensé que Leandra se prestaría a hacerme esto, a pesar de que son familia.―Tenías que hacerlo, ¿verdad? ―me dice Leandra en un susurro, acercándose a mí en nuestro camino a la sala del concejo, en donde supongo que tendré que rendir cuentas a los ancianos por mi abrupta salida de la manada.Tenía que hacerlo, ya estaba cansado del acoso de mi familia, mientras yo debía lidiar con mis propios demonios.―Él me desafió delante de todos―le contesto ofuscado― ¿qué más debía hacer? ¿permitirlo? ―me mofo de ella.―Pues, sabes lo estúpido que es Lissander―me susurra y hace un bufido―y el enviarlo a su habitación como castigo solo te convierte en otro estúpido, lo sabes, ¿mi alfa? ―y ahora se bur