Inicio / Hombre-lobo / La Venganza De La Loba Blanca / Capítulo 1: Encuentro Con La Perdición
La Venganza De La Loba Blanca
La Venganza De La Loba Blanca
Por: Johana Grettel
Capítulo 1: Encuentro Con La Perdición

~~~

Manada Luna Escarlata.

Ana.

― ¿Es cierto lo que dijo la abuela? ―le digo a mi padre, quien está en su cama junto a mamá―y ya dejen de fingir que no les importa ni un poco lo que va a suceder hoy―les reclamo, en cuanto están a punto de regañarme.

Otra vez.

―Ya  te lo hemos dicho, Ana―me reclama mi madre―conocer a tu loba interior es algo que debes hacer sola―me repite y yo respiro profundo.

―Pero ya he esperado demasiado tiempo en el borde del bosque y no pasa nada―les digo aburrida―incluso, la luna llena está en lo alto del cielo, pero parece que la loba no quiere aparecer―les señalo.

―Y si no esperas afuera como te hemos dicho, no te visitará jamás―me advierte mi padre esta vez―ahora, ve afuera―insiste, pero yo no quiero irme, realmente.

Porque en verdad tengo miedo.

Todo el mundo espera este día, cuando por fin cumplen los diecisiete años y su lobo interior se presenta para unirse a ellos.

En cambio, yo tengo un escalofrío que me recorre los huesos.

Como si algo estuviera muy mal en mí.

Y es que tengo tantas dudas.

¿Y si no es la loba que espero, una fuerte y poderosa?

Y si esta loba es una cobarde y tímida, ¿debo enlazarme con ella toda la vida?

―Entonces, si mi abuela tiene razón y no me enlazo con mi loba interior, ¿seré una loba incompleta? ―le digo porque ese es mi mayor temor, y sí, lo sé, me ganaré una gran reprimenda.

Nuevamente.

Entonces, mi padre me toma por los hombros y me lleva devuelta hacia la salida y hacia el borde del bosque, en donde se encuentra nuestra pequeña cabaña, mientras habla conmigo.

―Todos tenemos temores el día de nuestro enlace, Ana―me indica con voz amable―pero es algo que todos debemos pasar, nos guste o no―me señala y me regala una sonrisa―ahora ve y quédate en el viejo tronco, hasta que tu loba aparezca, ¿de acuerdo? ―me pide y yo trago en seco

―Pero, y si... ―trato de decir, pero mi padre me pone un dedo en la boca para que me calle

― ¿Y si tu loba solo es tímida y es por eso que no ha venido a ti, aún? ―me señala― ¿crees que vendrá si nos ve a tu lado? ―me hace ver―ahora, quédate aquí y espera, por favor―me indica, infundiéndome valor, y yo asiento con la cabeza y él se va nuevamente a la casa.

Entonces, me quedo sentada en el viejo tronco, el mismo en el que mi padre y mi abuela estuvieron cuando se enlazaron con sus lobos, y yo, pues, también tengo que hacer lo mismo, como si esto fuera una vieja tradición.

Así que espero un rato más y nada.

Y es cuando lo veo.

En medio del bosque hay unas luces amarillas resplandecientes y poco a poco las luces se convierten en ojos y detrás de ellos, hay una figura.

Su pelaje es blanco, lo cual me llena de terror.

Todo el mundo lo sabe.

El lobo blanco es símbolo de perdición.

Y la figura del lobo blanco se detiene frente a mí, con su mirada resplandeciente mirándome fijamente.

Así que corro a la casa muerta de miedo y me escondo debajo de mi cama, esperando a que no me encuentre, sintiendo que me desmayo en el camino.

Y siento que algo ha entrado a la habitación, una ráfaga gélida de viento, la cual apaga las velas de mi habitación, pero no queda a oscuras.

Porque los mismos ojos amarillos resplandecen por todos lados.

Ella está entrando lentamente y coloca su morro debajo de la cama en donde me encuentro.

"Oh, niña, te he esperado por mil años", me dice y yo sigo temblando de miedo, porque no me habla, sino que las palabras retumban en mi mente.

"¿Has esperado por mí?", le digo anonadada.

"Sí, y ahora podemos entrelazarnos, para emprender este viaje juntas", me responde, algo que me asusta mucho más, " debes salir de ahí para que pueda unirme", me dice y yo estoy muerta de miedo, pero hay algo más allá que me impulsa a salir y mirarla bien.

Su pelaje se ve casi plateado y resplandeciente, lo cual me intimida aún más.

"¿Eres mi loba?", le pido saber, aunque ya se la respuesta, "¿la loba blanca de la perdición?", le señalo y me doy cuenta ahora, "entonces, estoy m*****a", le digo exaltada.

Todo el mundo lo sabe.

"Tú traerás la ruina de mi familia", le espeto ahora, "por favor, vete de aquí", le digo con las lágrimas rodando por mis mejillas.

Y antes de que pueda decir otra cosa, ella aúlla tan fuerte, que siento cómo las paredes crujen con fuerza.

― ¿Qué ha pasado? ―dice mi padre, quien entra con mi madre detrás, muy asustado porque saben que ese temblor fue causado aquí y ahora ven a la loba blanca en medio de mi habitación.

― ¡Por la diosa! ―dice ahora mi madre― ¡esto significa que... ! ―chilla, pero el miedo es tan grande, que no puede terminar de hablar.

― ¡Abran la puerta! ―dice un tipo ahora que toca muy fuerte la entrada principal de la casa, así que mi mamá se asoma para ver de quién se trata.

― ¡Son guardias del palacio! ―nos dice preocupada―deben haber sentido el aullido hasta el palacio―nos indica y la noto tragar miedo puro.

―Sabemos que están practicando brujería―nos acusa el tipo en la puerta―que han invocado al lobo blanco de la perdición―sentencia y en ese momento, la loba blanca se convierte en una neblina y desaparece.

―El castigo por brujería es la muerte―recuerda mi madre, asombrada por lo que acaba de pasar con la loba blanca.

Y ahora, yo trato de hablarle y de saber qué sucederá con nosotros, pero no me lo permiten.

―Ven, por aquí―me dice mi padre ahora, quien me toma del brazo y me lleva al sótano―toma la puerta que da al bosque y no mires atrás―me ruega, pero yo, trato de luchar contra esto.

― ¿Y qué pasará con ustedes? ―les pido saber, mientras mi madre me abraza fuertemente.

―Solo ve y corre, pero lo más importante, no mires atrás―me ruega y me empuja por la puerta y la cierra detrás de ella.

Pero, me resisto a irme como me han pedido, así que trato de abrir la puerta, pero mis padres la han cerrado con llave.

Y se escucha cómo han pateado la puerta de la entrada.

―Beta Carlisle, se le acusa de haber invocado a la loba blanca de la perdición―le dice a mi padre―de atentar contra la vida de nuestro amado alfa Casius―le espeta ahora y escucho cómo forcejean con él―pero ¿qué hay detrás de aquella puerta, su brujería? ―le piden saber, pero ellos no se mueven.

―Que la diosa te acompañe, ahora vete, has que esto valga la pena―dice mi madre en un susurro, que solo yo puedo oír, por ser hija de un beta.

― ¡Les dije que se movieran! ―le grita el guardia, pero, en lugar de que mis padres respondan, escucho como crujen sus huesos, mientras se transforman en feroces lobos.

Entonces, escucho golpes y gruñidos, la muerte de alguno de ellos, y finalmente, los gritos de dolor de mis padres.

Y trato de ahogar un grito, pensando en que deben haber muerto, con el pánico inundando mi cabeza, y un profundo dolor en mi corazón, como si hubiera un hoyo en medio de mi pecho, solo de imaginarme lo que esos miserables guardias han hecho con ellos.

Todo por culpa de la sospecha del Alfa Casius.

Quiero salir corriendo por la puerta y atacar a los hombres que mataron a mis padres, pero antes de que yo pueda reaccionar, me habrán hecho pedazos.

El miedo a la muerte me detiene.

“Perdónenme, mis padres, no puedo vengarlos ahora.” Me estremezco y me acurruco llorando.

Es cuando escucho los pasos que se acercan a la puerta del sótano, así que seco las lágrimas y aprieto los dientes corriendo al final del pasillo, en donde sé que está la puerta que da al bosque, recordándome que no debo mirar atrás, como dijo mi madre.

Corro a todo lo que me dan mis pulmones. El aire se siente agrio y seco a medida que entra por mi nariz, mientras los ramalazos de los árboles cortan mi cara y mi piel, lastimándome, cuando me adentro más por el bosque.

Entonces, siento cómo unos brazos intentan agarrarme y en mi desespero por huir, soy desgarrada por esos miserables guardias, dejando mi cuerpo bañado en sangre, mientras corro por mi vida, y el miedo hace que la herencia de beta de mi padre se impulse por mis venas, haciéndome correr más fuerte y ágil que todos ellos, haciendo que deje a los guardias muy atrás, a pesar de que son más que yo.

Mis pasos me llevan al otro lado del bosque, lejos del peligro y justo en donde termina el territorio de mi manada.

Y en donde comienza el mundo humano.

Capítulos gratis disponibles en la App >
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo