En la mañana, Isabella abrió los ojos y notó el fuerte brazo de James sobre ella en un abrazo.Si no fuera por lo decepcionada que estaba de él con sus juegos con la pelirroja, se habría alegrado. Era reconfortante tenerlo a su lado, sentir su respiración y el calor de su cuerpo tan cerca, pero no podía tomarlo como un halago, sino más bien como una ofensa.¿Cómo se atrevía a acostarse en su cama medio desnudo después de lo que había hecho?, ella no era un juguete con el que podía jugar cada vez que quisiera, cada vez que tuviera ganas de ella.Inspiró profundo y tranquilizó sus nervios, no podía negarse a sí misma que descubrirlo dormido a su lado, con nada más que su pantalón de seda de dormir no le provocaba pensamientos non sanctos. Los odiaba por eso, y se odiaba a sí misma por sentirse de ese modo.Decidió que corría peligro de caer en algo que deseaba con cada célula de su cuerpo, pero que rechazaba con todo lo que tenía de razón. No podía dejarse vencer por el instinto animal,
Dentro de la sala de juntas, los hombres continuaron aclarando detalles técnicos y reorganizándose, mientras Isabela aprovechaba para pasar tiempo de calidad su hijo.— Dime, Mat ¿Te gusta pintar? — ella intentó indagar en los gustos del pequeño.— ¡Sí, me encanta! — respondió el niño emocionado.— Entonces, ¡Vamos a una tienda que está por aquí cerca a comprar todo lo que necesitemos para montar un taller de pintura en mi oficina! ¡Serás pintor por un día! ¿Qué te parece? — le propuso con emoción.— ¡Me gusta mucho eso de ser pintor por un día! — juntando las manos.— Entonces vamos.Ambos bajaron por elevador y caminaron hasta la tienda al otro lado de la calle, entraron al centro comercial y disfrutaron de algunas golosinas antes llegar al lugar.Isabella escogió con ayuda del niño dos caballetes y dos lienzos listos para trabajar, también compró una caja de tubitos de pinturas al óleo de todos los colores, y diferentes tipos y tam
Mikel y su hijo llegaron pronto a casa. El niño entró tarareando una canción y pasó, por un lado, de Astrid sin siquiera verla. — ¡Matthew! — la mujer casi chilló cuando lo vio pasar por su lado e ignorarla — ¿No se te olvida algo? El niño se dio la vuelta para saludar. — Buenas noches, Astrid. — Pensé que te había comido la lengua el gato, ¡Esos no son los modales que te hemos enseñado! — Disculpa, no te vi… — el niño trató de disculparse, pero la mujer seguía manteniendo una expresión severa. — Eso lo dudo, ¡Ve a tu habitación y date una ducha, debes estar presentable para la cena! — Le ordenó. Las cosas en casa eran así, casi siempre. Una larga lista de normas que seguir, y ninguna manifestación de cariño, al menos no para Mat. Ya era normal para él, por eso había llegado caminando en las nubes con el trato de Isabella ese día, era algo que le hacía recordar su primera infancia, no de manera consciente, por supuesto, pero ahí estaba, en alguna parte de sus recuerdos
La cena terminó en casa de los Wolf, y Mat se fue a la cama lleno de ilusiones a soñar con su caballete y su lienzo.Cerró los ojos y se quedó profundamente dormido en cuanto puso la cabecita en la almohada.La noche se cernía sobre la habitación de Maty, envolviéndolo en un manto de oscuridad salpicado por la pálida luz de la luna que se filtraba a través de las cortinas.El aire enfriaba la habitación y el niño se envolvía cómodamente entre las mantas con una sonrisa en los labios.En su cama, el pequeño de nueve años yacía inmóvil, con su respiración lenta y profunda, y sus ojos, aunque cerrados, se movían inquietos bajo los párpados, recorriendo paisajes de fantasía que su mente infantil tejía con maestría.De pronto, se vio caminando por un prado infinito, donde la hierba era tan suave como el algodón, y las flores, de colores más vivos que cualquier pintura, perfumaban el aire con aromas dulces y desconocidos. A lo lejos, un árbol grande y llenos de frutas se levantaba en medio
Mikel entró a la ducha para relajarse y Astrid aprovechó el momento para darle el dossier a su suegro de los últimos eventos.— Buenas noches, Emmett.— ¿Astrid? Buenas noches, es un poco tarde para una llamada de cortesía — el viejo Wolf observó revisando su reloj.— Lamento la hora, pero es el momento en que puedo hablarte, Mikel se está duchando — ella explicó.— Entonces dime antes de que salga.— Parece que James Lennox le pidió que trabajara junto a él en la Torre Lennox — soltó sin anestesia.— Mmm… ¿Y eso cuando fue? — con una lentitud pasmosamente acusadora.— No lo sé exactamente, pero él estuvo hoy todo el día allá, no fue a Wolf Company.— Eso lo explica, por eso no lo vi hoy, supuse que estaba resolviendo los problemas de la planta, pero claro, ¡No se puede confiar en Mikel!, tendré que encargarme de eso yo mismo personalmente.— Yo ya lo hice…— ¿A qué te refieres?—¿Recuerdas lo que te comenté sobre mi idea del ataque corporativo? — Haciendo alusión a una de sus últimas
Por la mañana Astrid envió un mensaje de texto a su suegro para recordarle estar pendiente de las noticias, no iba a esperar más para entrar en el ruedo.“Buenos días, suegro, no olvide mirar las noticias de las ocho, sé que le van a gustar mucho.”Emmett leyó el mensaje y sonrió.— Esta mujer es la pieza que necesito ahora, debo convencerla de regresar a la compañía, ella es la persona que puede poner orden en todo este desastre — se dijo el viejo con el móvil todavía en la mano — vamos a ver qué es lo que ha planeado con los medios, y dependiendo de eso voy a llamarla, no podrá negarse a hacer lo que le pida.Mikel desayunó rápido y ya iba de salida cuando Astrid lo alcanzó en la entrada.— Espera, cariño, te daré un beso de buena suerte para hoy — le dijo acercándose a él y dejando una pequeña mancha intencional en el cuello de su camisa como mensaje para “la otra”.Era una costumbre suya, siempre que su marido estaba de “alegrón” con alguna mujerzuela, Astrid le dejaba la camisa op
La tensión en la sala de junta iba en crescendo e Isabella temía que se fuera a arruinar de nuevo la oportunidad de mantener a Mikel cerca para ganarse más a Mat. No lo permitiría, además, si Wolf Company hacia sus cochinadas ese no era su problema, sabía que Mikel muy bien podría hacer lo que su padre le pidiera, y que a Emmett no le temblaba el pulso a la hora de hacer lo que considerara conveniente para sus negocios, incluso lastimar personas.Seguramente ese tipo estaba pagado por el viejo Wolf para declarar que les estaban haciendo guerra sucia, pero que le importaba, ahora lo más importante era mantener a Maty cerca.— Chicos, por favor… no podemos dejarnos guiar por una noticia sensacionalista, ni siquiera sabemos quién es ese tipo, ni por qué dice, lo que dice… — Isabella se levantó de la silla y se interpuso entre ambos.— No me gusta que insin&u
James se quedó helado de pie en el pasillo.Sintió como si le metieran la mano dentro del pecho y le arrancaran algo con saña y mucho dolor, necesitó tomar aire y recostarse a la pared llevándose la mano al pecho mientras se repetía a sí mismo que estaba equivocado y que tenía que darle a Isabella su libertad, después de todo, él había sido el culpable del mal entendido que la había alejado. ¿Pero Mikel? ¿En serio? ¿No lo odiaba? ¿No se suponía que se estaba vengando de él?Isabella llevó las manos hasta la corbata de Mikel, mientras el idiota la miraba como si fuera un filete a medio cocer, jugoso y apetitoso.Las manos de Isabella acariciaron suavemente el cuello de su camisa y arreglaron con agilidad el nudo de su corbata, para luego descender a lo largo de la prenda en un movimiento seductor e insinuante.— Ser&aac