Astrid cortó la llamada e Isabella dejó caer el móvil al suelo, imposibilitada de decir una sola palabra.James la tomó por la cintura con cuidado y la llevó hasta el sillón para ayudarla a sentarse.— James…— Tranquila, amor, ¡Lo rescataremos!— Lo tienen secuestrado, James, ¡Tienen a mi bebé!— Isa…— James, ¿Qué vamos a hacer?Mientras esto sucedía, Mikel Wolf entraba dando gritos y puñetazos a los guardias de seguridad que le impedían entrar a las oficinas de presidencia.— ¡Déjenme pasar! ¡Tengo que hablar con James! ¡Que me dejen pasar, les digo! — los gritos se escuchaban claramente desde la oficina de Isabella.— ¿Es Mikel? ¡Pero qué diablos! ¿Cómo se atreve a presentarse aquí! — James bufó y se levantó para impedirle pasar a Ver a Isabella.— ¿Qué haces aquí? ¿Cómo te atreves? — James se le fue encima asestándole un puñetazo justo en la cara, muy cerca de donde Emmett le había partido el labio.— ¡Ah! — Mikel chilló — ¡Basta, James, es grave lo que tengo que decirte!— No de
Luego de que Mikel sacara sus cuentas, hubo un momento tenso de cruce de miradas mientras el temor sobrecogía a Isabella, que comenzaba a frotarse las manos sin saber qué hacer. —Creo que lo primero es que nos calmemos todos — James dijo volviendo a sentarse junto a su amada —. Pensemos… Mikel, ¿Sabes de algún lugar en donde Astrid podría haber llevado al niño?Mikel se levantó y caminó como animal enjaulado por toda la oficina, pensando.— Creo que sí, es posible…— ¿En dónde? — Isabella preguntó ansiosa.— ¿Recuerdas ese terreno en donde está la cabaña abandonada que heredó de su familia? Creo que fuimos ahí una vez cuando estábamos en la universidad.Isabella asintió con lentitud.— Hace muchos años que no vamos allá, esa cabaña ha estado sola desde…— Desde antes de que Maty naciera, fuimos allá antes de nuestra boda. Astrid dijo que sería divertido hacer cosas de amigos antes de que nos casáramos, porque después…— Después ella quedaría fuera, sí, lo recuerdo… — Dijo avergonzado
Isabella se había sentado en la parte posterior de la nave, y desde ahí se cambió la ropa rápidamente por los vaqueros, camiseta y gomas deportivas que Ada le había preparado, recordaba aquella última vez que habían estado de visita en los terrenos de los padres de Astrid, ella siempre decía que si tuviera el suficiente dinero arreglaría la propiedad, pero nunca lo había hecho, en verdad se avergonzaba de ella, alguna vez le escuchó decir que era un basurero comparada con lo que tenían los Wolf, o los Alcalá, la envidia siempre fue la guía en la vida de Astrid.— Veo el terreno — James anunció — Hay una explanada más allá para aterrizar, pero sería bueno que ustedes pudieran acercarse mientras dejo la nave en tierra.— ¿Y cómo esperas que hagamos eso? — Mikel preguntó mirando hacia abajo sin poder comprender lo que James se proponía.— Mira, ¡Ahí, está un blanco en el que puedo bajarlos, pero no puedo dejar la nave, el terreno no es plano!Mikel volvió a mirar.— ¿Crees que puedes baj
Pronto llegaron a la cabaña, estaba descuidada y apenas si se mantenía en pie. La madera podrida en varios tramos, y el techo a medio caer, le daba un aspecto ruinoso y peligroso.Isabella se llevó la mano al pecho en cuanto la vio, sintiendo un temor indescifrable por la integridad de su hijo.— ¡Oh, Dios mío! Mikel, ¿Cómo vamos a sacarlo de ahí?— Primero debemos saber si está en la cabaña, aunque…— Aunque, ¿qué?— No lo sé, Elisa, mira cómo está, no creo que Astrid se atreviera a entrar ahí…— Pero pudo pagarle a alguien, no creo que esté haciendo esto sola, además, tu padre está implicado.— Sí, pero mi papá es un hombre mayor, tampoco se arriesgaría a entrar ahí, hay que buscar en los alrededores. ¿Recuerdas que hay un lago más abajo?Ella asintió con la cabeza.Ahí hay espacio para acampar, puede ser el lugar en donde lo tienen. Me parece más sensato hacer una revisión rápida, e ir hasta allá, no perdamos mucho tiempo aquí.— Es lógico, demos, la vuelta a la cabaña, tú ve por e
— ¡Ah! — dejó salir sin que nadie lo escuchara en kilómetros a la redonda, quizás por el sonido que hacía la fuerza del agua al caer y romper contra la laguna allá abajo.James alcanzó a divisar que el lugar en donde caería era profundo y se apresuró a llenar sus pulmones de aire y a contener la respiración, abrazándose a sí mismo y manteniendo el cuerpo recto hasta caer de lleno en el agua.¡Plum!Se hundió hasta el fondo, pero esta vez no había tantas piedras como arriba. Aquí la acción del agua, durante tanto tiempo, había hecho una cavidad profunda de la que pudo salir nadando sin mucha dificultad.Brazo, patada, brazo, patada hasta la orilla, y al salir se dejó caer exhausto al suelo, justo en la orilla.Estuvo ahí unos cinco minutos recobrando el aliento antes de levantarse, cuando escuchó voces muy cerca de él.— ¡No des un paso más! O te juro que lo haré — James reconoció la voz como la de Astrid.Se levantó del suelo con cuidado, manteniéndose agachado y luego se arrastró ent
Seis meses después.— ¿Te sientes bien cariño? — James le preguntó a su amada en un susurro al oído.— Más o menos, espero que las náuseas no me hagan una mala jugada en la entrada al altar — le dijo acariciando su rostro — ¿Sabes si todo está listo?— Allá abajo hay un ejército de gente trabajando, no preocupes.— ¿Y Maty?— Está feliz, me dijo que está ansioso porque nazca su hermanito, por eso de que se ha sentido muy solo, ya sabes…— Este bebé será un regalo para todos, y especialmente para Maty.— Sí, ya lo sé.— James…— ¿Sí?— Debes ir a vestirte.— Pero quiero estar más tiempo contigo.— Pero debo arreglarme, amor.Mientras ella hablaba, Edgar irrumpió en la habitación haciendo un verdadero escándalo junto con su equipo de estilistas.— ¿Y tú todavía estás aquí? ¿No sabes que es de mala suerte ver a la novia antes de la boda? — Le dijo en tono de regaño con ese estilo característico suyo tan amanerado y poco sutil.— Sí, ya sé, ¡Ya sé! Ya me voy — saliendo de la habitación y
Elisa respiró hondo cuando el abogado le extendió los documentos. Alargó la mano temblorosa para tomarlos y leyó con atención.—¿Comprende lo que dice ahí, señorita Alcalá?—Para serle franca comprendo la mitad — dejando escapar el aire.—Básicamente, la señora Beatriz Lennox dejó a su nombre el cincuenta por ciento de sus bienes, creo que no es muy difícil de entender.—Esa parte la comprendo perfectamente, lo que no entiendo es ¿Por qué decidió dejarme un porcentaje tan alto? — Elisa solo podía pensar en la reacción de James, el hijo de Beatriz.Mientras ella todavía hablaba, la puerta del despacho del abogado se abrió y James Lennox entró con elegancia y paso decidido.—Es la misma pregunta que me sigo haciendo — la voz de James era aplomada, pero glacial.—Llegas tarde, James — el abogado, observó ajustándose las gafas.—Tenía negocios que hacer, Robert, a diferencia de otras personas, yo sí me he ganado cada centavo.Elisa tragó grueso y se acomodó en la silla, no era su culpa qu
—¿Señor Wolf? ¿Sigue ahí? — Mikel enmudeció de pronto, sintiendo que un nudo comenzaba a formarse en su garganta.—¿Señor Mikel Wolf? — El policía insistió desde el otro lado de la línea — ¿Sabe si la señora Alcalá tenía otros familiares a quienes podamos informar?Mikel se aclaró la garganta para poder responder.—No, me temo que no.—¿Entonces solo su hijo es familiar directo?—Sí.—¿Tiene planes para el funeral? Si no los tiene, el Estado podrá hacerse cargo en el crematorio del presidio.Por un segundo, la mente de Mikel se quedó completamente en blanco. Si bien era cierto que hacía años, muchos, en realidad, había terminado por su propia decisión la relación con Elisa, el hecho de que muriera no lo hacía feliz, y menos cuando tenía un hijo de diez años a quien explicarle que su madre había muerto de una forma tan horrible, incendiada... ¿No era estúpido cremarla? Mikel sacudió la cabeza para apartar los fatídicos pensamientos.—Bien, ¿Entonces? — La voz del maldito policía comen