Este capítulo contiene, descripciones no aptas para personas sensibles.Nadia.-Apenas dejé de vomitar corrí de regreso a la mansión, sin ni siquiera mirar a Emil, las lágrimas se desbordaron sobre mi rostro, entre corriendo con todos los ojos puestos sobre mí. — ¿Hola cómo te fu…Nadia? –me topo con Lina, pero le pasó rápidamente por un lado, subo las escaleras, solo deseaba encerrarme en mi habitación y no salir en semanas. – ¿Nadia, por dios que fue lo que pasó? — Acabo de hacer el papel de idiota, siento que no puedo, no puedo seguir negando lo que estoy sintiendo, pero lo que siento es un error Lina, no puede ser –digo acurrucada en mi cama hecha un ovillo. — Cariño ¿de qué hablas que pasó? ¿Emil te hizo algo? Porque si es así dímelo y ahorita mismo lo pongo saco de boxeo viejo. — No, Lina, él no es el del problema, soy yo… que aún sigo perseguida por mi pasado, me atormenta y no me deja seguir adelante. — ¿Quieres contarme? Desahogarte te hará bien. — Es vergonzoso –expreso
Este capitulo tiene contenido, no apto para personas sensibles.Nadia.-— Esa noche hizo lo que quiso con mi cuerpo y me dijo que él me enseñaría quien era el que mandaba, me dejó encerrada en la habitación toda la noche, a la mañana siguiente busqué el teléfono para llamar a la policía. Volví a sonreír y en este punto la ansiedad iba en aumento, tocaba mis uñas intentando arrancarlas con mis dedos, Lina lo notó y tomó mis manos con fuerza.— Descubrí que la línea estaba cortada, mi mente comenzó a notar que en todos los meses que había estado con él yo no tenía celular, me mantenía incomunicada, el pánico se apoderó de mí, estaba desesperada por salir de allí, llegó con un montón de bolsas con ropa vestidos todos cortos, me ordenó que me arreglara y estuviera lista porque tendríamos una fiesta. — Mal nacido –susurró Lina. — En ese momento decidí hacer lo que me exigía, pensé que lo más importante era salir del encierro de la habitación y en la fiesta posiblemente tendría la oportu
Emil.-Cuando vi que Nadia salió despavorida después de intentar besarla, me sentí frustrado, no por el beso, sino porque deseaba aliviarla, pero no tenía idea de cómo hacerlo, estuve a punto de decirle que lo sabía todo, que solo deseaba ayudarla.Regresé a la mansión, a lo lejos veo que Nadia y Lina caminan por el jardín, entro rápidamente por el gimnasio y corro hasta el sauna, podía escuchar su conversación sin que nadie me viera.(…)Después de escuchar a Nadia, todo lo que le hicieron, no pude evitar sentirme un fracasado, debí haber vuelto por ella hace años, mis manos empuñadas con tanta fuerza que ya las sentía acalambradas, no sé cómo pudo sobrevivir a todo eso y no convertirse perderse en el camino, ella regreso junto a sus hermanos consiguió un trabajo, tenía amigos, recordando al dueño del bar, mi respiración estaba agitada, el pecho me subía y me bajaba, quería gritar y acabar con toda Milán volverla cenizas para que no quedará nada de esos desgraciados.Presto atención c
Emil.-Escucho el suspiro de Nadia a mi lado, de reojo puedo ver sus dedos moviéndose con nerviosismo, está ansiosa con la mirada perdida, sin dudarlo tomo sus manos, pega un pequeño brinco al tomarla desprevenida.— Relájate –le digo con toda la ternura y tranquilidad posible, sé que a veces mi voz suena lúgubre y peligrosa.— Es fácil decirlo, no me has dicho con quién nos reuniremos, bueno sí… con el alcalde, pero, imagino que hay acuerdos no muy ¿correctos?— Nadia debes entender que los “lideres” –enfatizo las comillas con mis dedos. –del mundo no son honrados, cuando prueban el poder buscan aferrarse a él, para eso deben… conseguir alianzas que los ayude a establecerse y es ahí donde la gente como nosotros nos aprovechamos para lograr nuestros negocios con más libertad. –hace una mueca como si no le agradara la idea. –no vivimos en un mundo dominado por la justicia Nadia o por acciones correctas, es hora de que lo entiendas.Observo por la ventana la enorme residencia del alcalde
Emil.-Veo como la camioneta que va delante de nosotros vuela por en mil pedazos dejando una llamarada enorme.— ¡DA LA VUELTA! –vuelvo a ordenar a mi conductor, de la nada aparecen dos vehículos con ametralladoras. – ¡Maldita sea!— ¿Qué está pasando? –Nadia estaba aferrada a mi cubriéndose asustada, me pongo de rodillas cubriéndome lo más que pueda, comenzamos a sentir las balas sobre la carrocería, aunque estamos blindados no estamos fuera de peligro, en la parte posterior guardo mis armas solo por si acaso, sacó la HK416 coloco el cargador.— ¡HAGAN LO QUE HAGAN SIGUE CONDUCIENDO HASTA LLEGAR A LA MANSION! –le ordeno al chofer, me pasó al otro lado abriendo la ventana. –Quédate abajo –le digo a Nadia, empiezo a disparar a los autos que no siguen, mis hombres en la camioneta en la otra camioneta ya habían iniciado el fuego, pero cada vez que avanzamos somos interceptados por otros dos.Un destello se mueve a mi lado, era Nadia que había tomado un arma y comenzado a disparar junto a
Nadia.-Aún podía sentir como los oídos me zumbaban por los disparos, el corazón casi me saltaba del pecho, la adrenalina recorriendo mis venas.— ¿Niña de verdad estás bien? –Lina preguntaba con los ojos llenos de terror. – ¡Nadia, para!— Estoy… bien, fue una explosión de adrenalina amiga, me hubieses visto disparándole a esos idiotas –ni yo sé porque sonaba tan emocionada cuando fácilmente estuvimos a punto morir de haber ido en esa camioneta. – ¡Wow! –Lina me miraba sorprendida.— ¿Parece que lo disfrutaste? Considerando el objetivo de lo que pasó. –me miraba pestañeando sin poder creer mi reacción.— Sí bueno ¿quién se atrevería a atacar al dragón en su propio territorio? –digo ahora un poco más calmada. –debe ser alguien muy estúpido.— Sin duda, escuché a Emil pedirle a Desmond que buscara al Alcalde— Sí, ese hombre no me cayó para nada bien. –me siento sobre la cama. – ¿Crees qué? –Lina se sienta a mi lado encogiéndose de hombros.— Puede ser, a veces ese tipo de hombres juega
Lina.- Necesito tomar aire fresco, mentirle a Nadia hacerle entender que no sé lo que le sucedió, el rechazo de Desmond, las ordenes de Emil, todo me está agotando mentalmente es muy difícil ser una mafiosa aunque no deseo regresar a mi vida, por primera vez en mucho tiempo me siento insegura si bien me encuentro en este palacio no me siento yo misma, no sé si Emil sabrá todo de mi o peor que lo sepa Desmond y por esa razón me rechace.Pero es imposible que sepan algo de mi pasado a diferencia de Nadia no nací ni crecí en el este de Europa vengo de Francia, allí hice cosas muy malas y a muy temprana edad hui cambiándome el nombre, por eso es imposible que ellos descubran de dónde vengo.— Lina –pego un brinco al escuchar la voz de Emil.— Definitivamente moriré de un infarto, tu voz es de terror ¿Qué necesitas? –Veo al Dragón acercarse mirando hacia el inicio de las escaleras asumo que no quiere que Nadia escuche lo que tiene que decirme.— Te irás con Desmond a Italia, buscaremos al
Nadia.-Siento como mi estómago ruge no había comido desde esta mañana.— Necesito algo de comer –salgo de la habitación tocándome el estómago, a medida que me acerco a la escaleras escucho susurros en la parte de abajo, al asomarme mi corazón se encoje, Lina y Emil están hablando muy cerca el uno del otro demasiado para mi gusto, no alcanzo a descubrir de que hablan, y no me importa solo no quiero verlos más así, a mí no me verán la cara. – ¿Qué hacen? –ambos voltearon a verme, fue gracioso ver como los dos perdían el color al ser descubiertos, mis ojos se fueron a Lina.— Uhm… Emil me estaba autorizando llevarte al Spa como habíamos quedado además me estaba ordenando buscar los vestidos del baile, debo irme. –veo huir a Lina por la izquierda, bajo las escaleras con mis brazos cruzados, pasándole por un lado a Emil.— Iré a la cocina –es lo único que le digo, no quiero demostrarle mis celos.— Espera Nadia –me detengo al escuchar sus palabras. –debes alistar tu maleta buscaremos el te