Capítulo 25
Emil.-

Cuando vi que Nadia salió despavorida después de intentar besarla, me sentí frustrado, no por el beso, sino porque deseaba aliviarla, pero no tenía idea de cómo hacerlo, estuve a punto de decirle que lo sabía todo, que solo deseaba ayudarla.

Regresé a la mansión, a lo lejos veo que Nadia y Lina caminan por el jardín, entro rápidamente por el gimnasio y corro hasta el sauna, podía escuchar su conversación sin que nadie me viera.

(…)

Después de escuchar a Nadia, todo lo que le hicieron, no pude evitar sentirme un fracasado, debí haber vuelto por ella hace años, mis manos empuñadas con tanta fuerza que ya las sentía acalambradas, no sé cómo pudo sobrevivir a todo eso y no convertirse perderse en el camino, ella regreso junto a sus hermanos consiguió un trabajo, tenía amigos, recordando al dueño del bar, mi respiración estaba agitada, el pecho me subía y me bajaba, quería gritar y acabar con toda Milán volverla cenizas para que no quedará nada de esos desgraciados.

Presto atención c
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