Emil.-Veo como la camioneta que va delante de nosotros vuela por en mil pedazos dejando una llamarada enorme.— ¡DA LA VUELTA! –vuelvo a ordenar a mi conductor, de la nada aparecen dos vehículos con ametralladoras. – ¡Maldita sea!— ¿Qué está pasando? –Nadia estaba aferrada a mi cubriéndose asustada, me pongo de rodillas cubriéndome lo más que pueda, comenzamos a sentir las balas sobre la carrocería, aunque estamos blindados no estamos fuera de peligro, en la parte posterior guardo mis armas solo por si acaso, sacó la HK416 coloco el cargador.— ¡HAGAN LO QUE HAGAN SIGUE CONDUCIENDO HASTA LLEGAR A LA MANSION! –le ordeno al chofer, me pasó al otro lado abriendo la ventana. –Quédate abajo –le digo a Nadia, empiezo a disparar a los autos que no siguen, mis hombres en la camioneta en la otra camioneta ya habían iniciado el fuego, pero cada vez que avanzamos somos interceptados por otros dos.Un destello se mueve a mi lado, era Nadia que había tomado un arma y comenzado a disparar junto a
Nadia.-Aún podía sentir como los oídos me zumbaban por los disparos, el corazón casi me saltaba del pecho, la adrenalina recorriendo mis venas.— ¿Niña de verdad estás bien? –Lina preguntaba con los ojos llenos de terror. – ¡Nadia, para!— Estoy… bien, fue una explosión de adrenalina amiga, me hubieses visto disparándole a esos idiotas –ni yo sé porque sonaba tan emocionada cuando fácilmente estuvimos a punto morir de haber ido en esa camioneta. – ¡Wow! –Lina me miraba sorprendida.— ¿Parece que lo disfrutaste? Considerando el objetivo de lo que pasó. –me miraba pestañeando sin poder creer mi reacción.— Sí bueno ¿quién se atrevería a atacar al dragón en su propio territorio? –digo ahora un poco más calmada. –debe ser alguien muy estúpido.— Sin duda, escuché a Emil pedirle a Desmond que buscara al Alcalde— Sí, ese hombre no me cayó para nada bien. –me siento sobre la cama. – ¿Crees qué? –Lina se sienta a mi lado encogiéndose de hombros.— Puede ser, a veces ese tipo de hombres juega
Lina.- Necesito tomar aire fresco, mentirle a Nadia hacerle entender que no sé lo que le sucedió, el rechazo de Desmond, las ordenes de Emil, todo me está agotando mentalmente es muy difícil ser una mafiosa aunque no deseo regresar a mi vida, por primera vez en mucho tiempo me siento insegura si bien me encuentro en este palacio no me siento yo misma, no sé si Emil sabrá todo de mi o peor que lo sepa Desmond y por esa razón me rechace.Pero es imposible que sepan algo de mi pasado a diferencia de Nadia no nací ni crecí en el este de Europa vengo de Francia, allí hice cosas muy malas y a muy temprana edad hui cambiándome el nombre, por eso es imposible que ellos descubran de dónde vengo.— Lina –pego un brinco al escuchar la voz de Emil.— Definitivamente moriré de un infarto, tu voz es de terror ¿Qué necesitas? –Veo al Dragón acercarse mirando hacia el inicio de las escaleras asumo que no quiere que Nadia escuche lo que tiene que decirme.— Te irás con Desmond a Italia, buscaremos al
Nadia.-Siento como mi estómago ruge no había comido desde esta mañana.— Necesito algo de comer –salgo de la habitación tocándome el estómago, a medida que me acerco a la escaleras escucho susurros en la parte de abajo, al asomarme mi corazón se encoje, Lina y Emil están hablando muy cerca el uno del otro demasiado para mi gusto, no alcanzo a descubrir de que hablan, y no me importa solo no quiero verlos más así, a mí no me verán la cara. – ¿Qué hacen? –ambos voltearon a verme, fue gracioso ver como los dos perdían el color al ser descubiertos, mis ojos se fueron a Lina.— Uhm… Emil me estaba autorizando llevarte al Spa como habíamos quedado además me estaba ordenando buscar los vestidos del baile, debo irme. –veo huir a Lina por la izquierda, bajo las escaleras con mis brazos cruzados, pasándole por un lado a Emil.— Iré a la cocina –es lo único que le digo, no quiero demostrarle mis celos.— Espera Nadia –me detengo al escuchar sus palabras. –debes alistar tu maleta buscaremos el te
Varna, Bulgaria.-Nadia.-Siento el sudor deslizándose por mí frente a medida que avanzo, mis piernas comienzan a sentir el agotamiento mientras corro por las calles de Varna, miro mi reloj y frente a mí la luz neón del nombre del bar ilumina mi rostro.— Nuevamente tarde –Ruedo mis ojos, intento recuperar el aliento después de la maratón que me acabo de echar para llegar a tiempo a mi turno, fracasando estrepitosamente, en la entrada se encuentra Boris, el guardia de seguridad de este lugar. –Boris— Nadia –Su semblante es serio, sus brazos fuertes y musculosos, llenos de tatuajes, están cruzados sobre su pecho, todo para infundir miedo, pero detrás de esa fachada dura es solo un enorme oso de felpa o por lo menos conmigo lo es. –Llegas tarde.— ¡Lo sé, lo sé! –Salto dejando un beso en su mejilla, que medio lo hace sonreír, de inmediato vuelve a su postura de ogro.Entro como un huracán al bar, la oscuridad del interior es característico, los rostros que visitan este lugar no son los
Nadia.-La ira mezclada con el miedo recorría cada rincón de mi sistema, era una sobreviviente y ahora acabaría en manos de un mafioso o sicario lo que fuera este hombre, en ese momento pensé en mis hermanos sobre todo en Aleksi aún me necesitaba, quería alejarlo de la vida que seguramente Andrey mi hermano mayor lo arrastraría.— Señor Petrov –desvié mis ojos cuando escuché a Niko y maldije para mis adentros, no solo había fastidiado a un jefe mafioso, fastidié al más peligroso, uno de los líderes de la banda criminal más grande, el dragón plateado, Emil Petrov alías “El Dragón” –Yo meto las manos por Nadia, la conozco desde niña, es de mi entera confianza y es muy discreta, aunque su actitud de ahora no lo ¡parezca!Emil Petrov no dejaba de mirarme fijamente, yo intentaba retarlo, no demostrarle miedo, pero la imagen de mi hermano menor aparecía en mi mente y eso me debilitaba, lo odiaba, juré no volver a ser débil delante de un hombre como este.— Entonces te mato a ti –movió el ar
Emil.-¡Qué mujer tan insolente! Pero no puedo negar las agallas que tiene, ese temperamento removió algo en mi interior, algo que creí que había desaparecido hace muchos años. No debo darle importancia ¿Y entonces por qué estoy aquí? Siguiéndola, vigilándola, aprieto mis manos sobre el volante.La veo entrar en una casa, es territorio de mis rivales, los araña roja, no puedo involucrarme con una mujer de la roja, siento frustración y enojo, seguramente por ser una de ellos fue que se envalentonó enfrentándome como lo hizo.— ¡Maldita araña roja! –unos segundos después sale de su casa Yuri el segundo al mando de los araña, ese mal nacido me debe una, saco mi arma poniéndola sobre mi muslo –sería muy fácil acabar contigo –veo que se dirige hacia donde estoy estacionado, bajo el asiento ocultándome.— ¡Ese idiota lo tiene, estoy seguro! Se atrevió a mentirme en mi cara, prepárate es hora de hacerlo pagar, dejaremos un mensaje para cualquiera que desee ayudarlo a él y a sus hermanos, mor
Nadia.-Limpio mis lágrimas después de leer esa carta, era una despedida, Andrey se estaba sacrificando por nosotros, de pronto sentí un estruendo que me hicieron pegar un brinco del susto, miré a Aleksi que estaba profundamente dormido, me levanté con el cuerpo temblando, me alejé un poco cuando escuché los gritos de Yuri.— Te daré una última oportunidad, Andrey dime ¿Dónde está el cilindro?— Ya te dije que mi padre se llevó ese secreto a la tumba, él no confiaba en mi para decirme eso —escuché decir a mi hermano, su tono de voz intentaba sonar segura.— Busquen a los hermanos, tal vez si presencias lo que le puedo hacer a tu hermanita elijas abrir la boca —soltó Yuri con un tono amenazador.— Jefe no estánEscucho un hombre entrando a la habitación donde estamos escondidos, se puede oír como rompen todo, mi corazón retumba en mi pecho de manera acelerada mirando la entrada esperando no ser descubiertos.— Entonces no tienes nada que esconder, es la una de la mañana ¿A dónde irían